Cr?nica desde la c?rcel de Nicaragua: con los presos pol?ticos de la dictadura

Una madre en silla de rueda se me acerca. Quien empuja la silla es una hija de Tob?as Gadea Medina. Se me identifica. Su sobrino est? entre los presos. Le digo, -tu pap? es un h?roe. Est? luchando desde antes que se supiera el nombre de Daniel Ortega. ?S?, y me recuerda que anduvo en la Guerrilla de Manuel D?az y Sotelo, y tambi?n en la Columna 15 de Septiembre de Julio Alonso Leclaire.



Cr?nica desde la c?rcel
Con los presos pol?ticos de la dictadura

?Cada gesto de fraternidad entre las familias y los presos es una forma tambi?n de resistir al aislamiento en que son mantenidos?

M?nica Baltodano
1 de enero 2019
Confidencial

Ya acerc?ndose las tres de la tarde del 31 de diciembre, un desfile de cientos de familiares de los presos pol?ticos salimos de la plaza de actos de la C?rcel Modelo, en Tipitapa. Las caras son tristes. Los rostros de las mujeres est?n cubiertos de l?grimas. Ni?os ya m?s conscientes tambi?n lloran. Una madre se me acerca con un ni?o de unos cinco a?os en brazos que llora desconsoladamente y me dice: ? ?d?gale usted.! ?Verdad que su pap? se tiene que quedar porque aqu? trabaja? Yo no s? qu? contestarle, solo muevo afirmativamente la cabeza.

Algunos presos tambi?n lloran. Les est?n poniendo las ?chachas? y subi?ndolos a autobuses que los llevan a la Galer?a 300, de m?xima seguridad. El desfile es primero de mujeres y ni?os, pues los varones son revisados al final. La procesi?n ahora toma una calle adoquinada que nos lleva a las puertas del penal. Llevamos canastas y bolsas vac?as donde tuvimos que cargar los alimentos. Se me acercan algunas madres y me abrazan con afecto. En un momento el desfile me parece una manifestaci?n y bromeo: ?ya que no nos dejan manifestarnos en las calles, aqu? juntas podr?amos gritar las consignas que nos salen de nuestra alma: libertad para los presos pol?ticos.? Y r?en y bromean tambi?n.

Una madre en silla de rueda se me acerca. Quien empuja la silla es una hija de Tob?as Gadea Medina. Se me identifica. Su sobrino est? entre los presos. Le digo, -tu pap? es un h?roe. Est? luchando desde antes que se supiera el nombre de Daniel Ortega. ?S?, y me recuerda que anduvo en la Guerrilla de Manuel D?az y Sotelo, y tambi?n en la Columna 15 de Septiembre de Julio Alonso Leclaire.

As? termina una visita especial, que con motivo del a?o nuevo concedieron los gobernantes a los prisioneros pol?ticos.

La visita especial permit?a que a partir de las die de la ma?ana los familiares previamente autorizados pudieran llegar con alimentos preparados para compartir con su preso pol?tico en una mesa colocada debajo de unas carpas. Una familia por mesa. Prohibido la comunicaci?n entre mesa y mesa. Mientras sonaba una bullanguera m?sica, los oficiales est?n atentos. En algunas de las mesas hay una vigilancia especial.

Al entrar con mis hermanas y cu?ada, veo en primer lugar al Coronel Carlos Brenes. Tiene vigilancia cercana, as? que solo puedo gritarle: ??Carlos, te quiero, Te admiramos, Fuerza!? mientras hago se?as de abrazarlo. Al dirigirnos a la mesa que nos asignaron no puedo dejar de ver a V?ctor D?az, el l?der campesino de la Comunidad de El Fajardo, en San Miguelito. Lo conozco muy bien porque mi hija lo ha llevado a nuestra casa en algunas ocasiones. Era parte de la dirigencia del Movimiento Campesino por la Defensa de la Tierra, Lago y Soberan?a. Sin pensarla me voy directo donde ?l y lo cubro de besos, mientras le digo que Nicaragua pronto ser? libre, que resistan. M?s tarde intercambiamos alimentos, ?l nos lleva atol de ma?z tierno, que le han llevado sus familiares campesinos, nosotros le regresamos el traste con ensalada de frutas frescas.

Cada gesto de fraternidad entre las familias y los presos es una forma tambi?n de resistir al aislamiento en que son mantenidos en particular los presos que hoy vemos cara a cara. Entre ellos esta Medardo Mairena, Lenner Fonseca, Jonh Amort, con su cabeza cana y m?s de cien presos pol?ticos. Nardo Sequeira ubicado al lado nuestro, cautiva con su sonrisa tranquila y segura. Nos regala rosquillas, nosotros le correspondemos con frutas.

Antes de ingresar a la visita tenemos que esperar el minucioso registro de todo lo que se lleva, y de las personas. Tambi?n enfrentar ordenes absurdas? que todos acatan, pero en muchos casos con protestas. Ah? pude encontrarme con Myriam Perez Amador, una de las hero?nas de las insurrecciones de Estel?, y cuyo testimonio rescat? en las Memorias de la Lucha Sandinista. Me sorprende verla, pues hasta hacia poco se expresaba en favor del r?gimen. Pero me cuenta que su hermano fue apresado en julio, y despu?s sus dos sobrinos. En total tiene 3 presos. Investigando leo que los j?venes estilianos fueron apresados en el Barrio el Rosario en septiembre, despu?s que ya no hab?a tranques, cuando pretend?an movilizarse por la libertad y la democracia. Ente ellos est?n Kevin de 24 a?os, Kitzel de 22, y Tob?as Gadea, de 19. Este es el nieto del h?roe del que habl?.

?Mar?a Libertad? una sandinista incuestionable no duda ahora de las prisiones injustas que sufren los nicarag?enses. Lo est? sufriendo en carne propia. Mi hermano Ricardo me dice ?m?s tarde- que seg?n su c?lculo hay un 70 % de los detenidos que tienen ra?ces sandinistas? y probablemente lo mismo ocurre con los asesinados. Y no es extra?o, seg?n pienso, porque el verdadero sandinismo nos ense?? a luchar contra las injusticias, y nada m?s injusto y criminal que el r?gimen de Ortega y Murillo, que estamos aun soportando.

A lo largo de la visita, mientras hablamos sin parar con nuestro hermano, puedo ver las distintas mesas. En muchas hay ni?os de distintas edades, incluso tiernos, reci?n nacidos, que seguramente vinieron al mundo cuando su padre ya estaba injustamente preso. Hay mujeres que se ven cansadas. Seg?n me explican algunas vienen viajando desde el d?a anterior, pues el r?gimen ha impuesto que todos los juicios sean en Mangua, y no en su jurisdicci?n como mandan la leyes. As? que realmente las familias enteras sufren una situaci?n de tortura.

Desde que el preso entra al Chipote, las madres tuvieron que llevarle los tres tiempos de comida. Muchas tuvieron que pernoctar en la Catedral, para otras se organizaron comit?s de apoyo. Nosotros en Popol Na d?bamos cama y alojamiento a madres que ven?an de lejos, como la madre de V?ctor D?az. Pero adem?s de la persecuci?n del r?gimen a los comit?s, mientras llegan a El Chipote las madres son hostigadas por grupos de choque, ubicados a las entradas de Auxilio Judicial, despu?s que desalojaron a las madres de los presos que pernoctaban ah?.

Cuando ya el preso es pasado a La Modelo, la frecuencia de la visita cambia. Ahora seg?n la galer?a donde est? ubicado el reo, la visita puede ser semanal, quincenal o mensual. Para los detenidos en la Galer?a 300 la visita es mensual. Los de la Galer?a 300 sufren un brutal aislamiento, permanecido en r?gimen de castigo de forma indefinida. Se trata de celdas completamente cerradas, sin ninguna entrada de luz. Hasta hace poco colocaron unas buj?as. Pero el calor es asfixiante, la misma buj?a resulta inc?moda. Los presos nunca reciben sol. Por esos su piel ya se torna mallete. Examino a mi hermano, quien ya ajusta m?s de 100 d?as y su piel se ha vuelto como trasl?cida, las manos se ven un poco moradas, porque las venas se ven claritas por la delgadez de la piel. No pueden escribir, no tienen acceso a libros. Ninguna distracci?n. Pasan 24 horas en encierro brutal. Estas medidas de ultraje y castigo a los prisioneros son orientadas directamente desde la presidencia.

En esta ma?ana del 31 de diciembre, los presos de la Galer?a 16 y sus familiares fueron ubicados en un sal?n techado, al lado de la cancha de actos donde nos encontr?bamos.

Los de la Galer?a 16 se atreven a levantarse y entonces diviso a Jonathan y a Hansel, dos de los dirigentes estudiantiles de la protesta. Cuando voy intencionalmente al ba?o puedo acercarme a ellos y abrazarlos.

En estas galer?as hay ventajas y desventajas. La ventaja es que pueden caminar a lo largo de un mayor espacio. Entre presos pol?ticos y presos comunes. Pero en la galer?a hay m?s de 100 prisioneros. Eso vuelve asfixiante el hacinamiento, y adem?s hay algunos peligros, como se puede deducir. Aunque me explicaron los familiares que los comunes respetan a los pol?ticos. En esa galer?a abundan los presos pol?ticos m?s jovencitos. Aunque en la 300 tambi?n hay j?venes como Yubrank Suazo a quien tambi?n abrazamos y Edwin Carcache, a quien no pudimos ver, pues le tocaba visita hasta este primero de enero.

A los muchachos que est?n visibles desde nuestra mesa los identific? por las fotos que hemos visto en los peri?dicos o en la TV, pero son mucho m?s jovencitos que como lucen en las grotescas fotograf?as que divulga el r?gimen. El alma la tenemos en un hilo viendo tanto joven aprisionado, como reitero, castigados por ejercer sus derechos a protestar y rebelarse contra el sistema.

La hora de la separaci?n est? llegando. El primero en ser llevado es Carlos Brenes. No logr? ver su partida, pero luego lo hace Medardo, y ya cuando va caminando, le grito:- ?Adi?s Medardo, Fuerza Medardo!! Mi grito resuena en todo el espacio y entonces la gente tambi?n grita y comienzan a aplaudir. Medardo nos mira, siente el homenaje y sonr?e levantando el pu?o. La gente aplaude y toca la mesa como si fuera un tambor. Los guardas se mueven nerviosos.

El desfile de familiares comienza? con llantos en sus ojos. Yo tambi?n lloro, pero no voy triste. Siento que la libertad de los presos pol?ticos ser? el motor principal de las luchas del nuevo a?o, que comienza, 2019, a?o de la liberaci?n.