Bolivia: la democracia que queremos

Hay la intenci?n premeditada de hacer ver como si en Bolivia se respetaran los derechos, existiesen libertades y se cumpliesen todas las normas y mandatos constitucionales.



LA DEMOCRACIA QUE QUEREMOS

Arturo D. Villanueva Ima?a
Bolpress
3 enero, 2019

La decisi?n de llevar adelante las elecciones primarias ?cueste lo que cueste? (y en este caso hay una equivalencia literal y simb?lica), ha despertado la aletargada reacci?n ciudadana que no ha tardado en hacer conocer su rechazo y bronca. Y es que m?s all? de dilapidar recursos econ?micos p?blicos que ser?an estrat?gicos para necesidades de vida o muerte (como la salud por ejemplo), implican el desvergonzado af?n oficialista por ?mostrar su musculatura pol?tica? (tal como lo afirmara el propio vicepresidente), como si un acto de esta naturaleza equivaliese nada menos que a un show de exposici?n c?rnica.

Ahora bien, la bronca y rechazo generalizado contra dicha decisi?n, tambi?n expresa la rotunda resistencia a que se malgaste dinero p?blico en una farsa que no elegir? nada en vista que los binomios ya est?n definidos anticipadamente; y mucho menos representan ning?n aporte a la democracia (tal como lo quiere hacer ver el oficialismo que est? m?s preocupado por legitimar su candidatura trucha), a pesar de su intento por demostrar que promueve y cumple los ritos y protocolos de ejercicio democr?tico (tan caros ?requisitos? para la diplomacia internacional preocupada por el cumplimiento de formalismos insustanciales en la pr?ctica).

Lo que pasa es que insensiblemente se va montando toda una pantomima orientada a convencer y crear el imaginario de que en el pa?s si existe democracia, y si se cumplen y ejercitan todas las formalidades exigidas convencionalmente. Es decir, hay la intenci?n premeditada de hacer ver como si en Bolivia se respetaran los derechos, existiesen libertades y se cumpliesen todas las normas y mandatos constitucionales.

Lo peor del asunto es que junto a semejante parafernalia de falseamiento de la realidad que oculta el secuestro y envilecimiento de la democracia, la burla e incumplimiento de la Constituci?n, y el completo desconocimiento del mandato soberano del 21F; es que la generalidad de los partidos pol?ticos y una buena parte de las plataformas y colectivos que defend?an la democracia y el 21F, se est?n inclinando a hacer el juego y favorecer semejante farsa.
No parecen percatarse (y otros lo har?n muy concientes de las consecuencias solo por mezquinos c?lculos electoralistas), que al montar y subirse al enga?oso escenario electoral montado, resulte que est?n dispuestos ya no ?nicamente a convalidar una candidatura antidemocr?tica y anticonstitucional totalmente inadmisible, sino a avalar con su participaci?n electoral, a la imposici?n de un r?gimen autocr?tico y dictatorial por la v?a de las elecciones nacionales.

Sabiendo que existen condiciones adversas, ?rbitros parcializados, inconstitucionalidad e incumplimiento de m?nimos requisitos democr?ticos y legales, e inclusive se?as inequ?vocas del montaje de un fraude electoral; resulta cuando menos incompresible que candidaturas y partidos que se aprestan a acudir a elecciones, decidan ir a las mismas en esas condiciones que bajo las circunstancias impuestas y en el m?s optimista de los escenarios imaginables, lo ?nico a lo que podr?an aspirar es a contar con una bancada parlamentaria opositora que solo sirva de eco de resonancia a la instauraci?n de un r?gimen autocr?tico legitimado democr?ticamente.

Tan pobre como utilitario concepto de democracia, en donde a la oposici?n le bastar?a con tener una bancada ?respetable? con tal que satisfacer sus aspiraciones de poder, solo ser?a demostrativo de una peque?ez pol?tica de antolog?a, pero que abismar?a al pa?s hacia un r?gimen totalmente opuesto a la vigencia de las m?s m?nimas condiciones democr?ticas deseables.

Al mismo tiempo implicar?a no escuchar el clamor popular y ciudadano, que antes y por encima de todo quiere democracia plena. Por ello y para ello, lo menos que puede aspirarse en la actual coyuntura, es que partidos pol?ticos y candidatos, sin renunciar a sus pretensiones electorales, al menos se avengan a la necesidad imperiosa e imprescindible de: unirse a la resistencia popular y ciudadana para exigir y lograr la renuncia y/o anulaci?n de la candidatura oficialista, al mismo tiempo de establecer las condiciones m?nimas indispensables para garantizar elecciones transparentes, imparciales, equitativas y justas.

(*) Soci?logo, boliviano. Cochabamba; Bolivia. Enero 3 de 2019.