?Crisis de direcci?n o crisis de dirigentes? Las comunas como fase superior de la felicidad humana

Que manden obedeciendo, que no quepa en su cabeza, ni en su coraz?n, otra premisa que seguir el rumbo que se mandata desde las bases. Que sean vasos comunicantes para la creaci?n de una cultura y una comunicaci?n de lo com?n, de lo comunitario, de las comunas como fase superior de la felicidad humana.



?Crisis de direcci?n o crisis de dirigentes?
Las comunas como fase superior de la felicidad humana

Fernando Buen Abad Dom?nguez*
Contrainformaci?n
6 de enero, 2019.-

Con el surgimiento de la Revoluci?n Bolchevique, y la Uni?n Sovi?tica, el mundo experiment? (tambi?n) una transformaci?n cultural y comunicacional que sacudi? todos los cimentos hist?ricos. Por negarlas o combatirlas, por valorarlas y seguirlas? en todos los ?mbitos de la teor?a o de la pr?ctica, se dej? sentir un viento ?nuevo? que conmocion? las formas de pensar y hacer pol?tica ?en su sentido m?s amplio- y de transformar al mundo. Un pueblo organizado de mil maneras (obreros y campesinos) decidi? no seguir siendo oprimido? y una clase opresora no pudo seguir oprimiendo. Cambi? el rumbo, cambi? la direcci?n y cambiaron los dirigentes. ?Qu? fall??

Hab?a que remover instituciones y costumbres, preconceptos y definiciones, instauradas por la ideolog?a de la clase dominante como ejes rectores de la vida y del papel de cada persona en su relaci?n con la riqueza toda y especialmente con la riqueza producida por el trabajo. Hab?a que sacudir escombros y telara?as, momias y creencias tan hondas como la par?lisis fatalista y de resignaci?n que se generaba en pueblos acosados por una guerra econ?mica de saqueo y privaci?n escoltadas con armas y represi?n permanente. Incluso armas ideol?gicas. Hab?a que construir un imaginario social ?nuevo? (o dicho de otro modo actualizar la historia de las luchas emancipadoras) con seres humanos dispuestos a rehacer en su cabeza, su coraz?n y su panza un modo distinto de relacionarse para producir lo que necesitamos todos y distribuirlo para el bien de todos. Cambiar la direcci?n de todos los beneficios.

Hab?a un programa y un partido con un marco (digamos provisionalmente filos?fico) que organizaba democr?ticamente todos los esfuerzos con rumbo a una sociedad sin clases sociales. Sin opresores y sin oprimidos, donde adem?s de modificar el modo de producci?n, tendr?a que cambiar las relaciones de producci?n en manos de personas dispuestas a ser felices -con toda la dificultad que ello implicaba- en una realidad sometida hist?ricamente a todas las infelicidades. O, dicho resumidamente, tomar una direcci?n nueva ?realmente nueva- para la humanidad y para el planeta. Claro que no ser?a f?cil y claro que no ser?a ?r?pido?.

La sola idea de tomar una direcci?n distinta para los seres humanos y todos sus h?bitat, que a muchos parec?a imposible, ut?pico, mesi?nico o loco?y a otros parec?a esperanzador, deseable, posible y realizable; exigi? claridad meridiana en el qu? hacer y en el c?mo hacerlo. Exigi? -y exige- mucha precisi?n en el orden de las prioridades y los plazos, en la profundidad y en la amplitud de las transformaciones. Exigi? y exige un cambio de ra?z en la mentalidad y una disposici?n proactiva a toda prueba. Exigi? y exige desarrollar instrumentos capaces de movernos hacia delante en la ciencia, en las artes, en la teor?a y en la praxis. Era imposible transitar hacia la nueva direcci?n con un mapa del pasado a menos que tal mapa sirviera, cr?ticamente, para recordar a d?nde no deber?a irse. En ese campo de exigencias nuevas se tens? fuertemente la relaci?n entre la direcci?n y los dirigentes. Y el problema nos dura hasta la fecha.

En algunos lugares (y frentes ideol?gicos) el concepto ?direcci?n? se entiende como un gen?rico que incluye, necesariamente, a los dirigentes. Pero la pr?ctica ha demostrado que, entre el proceso que implica la creaci?n de una sociedad donde lo m?s importante sea el bienestar de la sociedad misma y la integridad ?tico-pol?tica de los dirigentes; entre lo que se dice y lo que se hace? es decir ?del dicho al hecho?, hay un ?trecho? plagado con problemas de orden muy diverso, incluyendo el de identificar con minucia los verdaderos intereses y compromisos de los dirigentes para alcanzar los objetivos marcados por la direcci?n del programa revolucionario. Muchas desviaciones, muchas traiciones, muchas limitaciones -de todo tipo- han demorado y frustrado el avance del trayecto.

Se cuentan a raudales los reformismos, los conciliadores, los disfraces, las revolturas ideol?gicas y las guerras medi?tico-psicol?gicas dise?adas principalmente para demorar, abortar, deformar y asesinar todo aquello que implique pasos (as? sean peque?os) en la direcci?n emancipadora. Algunos dirigentes descarrilaron el viaje y quemaron el mapa de lo nuevo. Lo viejo no superado y lo nuevo que no termina de nacer. En esa disputa (explicada as? muy apretadamente) nos hemos visto inmersos muchas d?cadas y eso nos ha costado vidas y recursos incalculables expresados en da?os severos a la naturaleza misma y a la especie humana en su totalidad. Los enemigos de la nueva direcci?n, en sus delirios propagand?sticos han dado por muerto todo lo que suene a transformaci?n y, as?, dan por muerto el marco filos?fico, sus logros incipientes, sus beneficios y aportes?han llegado a dar por muerta la historia misma.

Pero lo esencial del rumbo nuevo no pueden borrarlo. Est? en vivo en la revoluci?n permanente que el pueblo trabajador despliega en cada una de sus rebeld?as y revoluciones (grandes o peque?as) que no resienten m?s el sometimiento a una clase que nos depreda y nos deprime, que nos expolia y nos humilla. De esa revoluci?n permanente que ocurre en miles de ?mbitos distintos, m?s visibles o menos, de esa lucha pertinaz e incesante esperamos el nacimiento de los dirigentes de nuevo tipo, de los que no traicionen y de los que hagan, de la direcci?n marcada por el pueblo trabajador, un arte nuevo de la dirigencia. Que manden obedeciendo, que no quepa en su cabeza, ni en su coraz?n, otra premisa que seguir el rumbo que se mandata desde las bases. Que sean vasos comunicantes para la creaci?n de una cultura y una comunicaci?n de lo com?n, de lo comunitario, de las comunas como fase superior de la felicidad humana.

No se trata de un simple ?conflicto de intereses? porque est? en juego la degradaci?n, la desmoralizaci?n y la ruina de los pueblos. Es una situaci?n de vida o muerte para la clase que representa el ?nico futuro viable de la Humanidad. La contradicci?n entre dirigentes y direcci?n comprende peligros inaceptables que no pueden ser resueltos con simples ?concesiones? ni espejismos de ?unidad? de coyuntura. Si los dirigentes no responden a la direcci?n marcada por las bases, y no se producen cambios, el pueblo trabajador queda expuesto a peligros hist?ricos cada vez mayores, como el neo-fascismo. Un ant?doto necesario es que la direcci?n transformadora, mandatada por la comunidad de las bases, sea la cultura y la comunicaci?n que profesen los dirigentes permanentemente. No aceptemos otro camino.


*Fernando Buen Abad Dom?nguez. Mexicano de nacimiento. Especialista en Filosof?a de la Imagen, Filosof?a de la Comunicaci?n, Cr?tica de la Cultura, Est?tica y Semi?tica. Es Director de Cine egresado de New York University, Licenciado en Ciencias de la Comunicaci?n, Master en Filosof?a Pol?tica y Doctor en Filosof?a. ​http://fbuenabad.blogspot.com/

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Fuente: Publicado el d?a 3 de enero 2019 por Contrainformaci?n: https://contrainformacion.es/crisis-de-direccion-o-crisis-de-dirigentes/