La autodefensa zapatista

La celebraci?n del 25 aniversario del levantamiento armado del EZLN no es la puesta en escena de un movimiento social. Es muestra de potencia de una fuerza pol?tico-militar con orden, disciplina, cohesi?n, destreza, capacidad log?stica, base social, mando y control del territorio.



Bertolucci en la Lacandona
Luis Hern?ndez Navarro
La Jornada

Son cerca de las 5.30 de la tarde del pasado 31 de diciembre. La tarde es luminosa. Como si se tratara de la escena clim?tica de una pel?cula ?pica de Bernardo Bertolucci, las tropas de la 21 divisi?n de infanter?a zapatista se despliegan como una enorme serpiente de las Ca?adas que va enrosc?ndose marcialmente en el caracol Madre de los caracoles, mar de nuestros sue?os de la Realidad, Chiapas.

En la avanzada del despliegue militar hay un destacamento de mujeres zapatistas motorizadas que, al llegar a la plaza central, se abre a los cuatro costados para delimitar el per?metro de operaciones. Les sigue un grupo de milicianas que rodean el cuadro, como si fueran sus guardianas. La cabeza del gigantesco ofidio selv?tico est? integrada por mandos a caballo, entre ellos el comandante Tacho y el subcomandante Mois?s. Le sigue una columna de m?s de 4 mil combatientes en fila de dos en dos, uniformados con pantal?n y gorra verde, camisa caf?, pasamonta?as negros y paliacates rojos, cada uno de ellos con dos bastones de madera de unos 75 cent?metros de largo, que, al chocar uno contra el otro, marcan el paso de la formaci?n de tropa. No alcanzan a entrar todos.

Esa misma divisi?n ?se explica en un video de Enlace Zapatista (https://bit.ly/2LR6A9y)? es la que hace 25 a?os tom? las cabeceras municipales de Altamirano, Oxchuc, Huixt?n, Chanal, Ocosingo, Las Margaritas y San Crist?bal. Est? reforzada con combatientes de la segunda y tercera generaci?n, zapatistas que eran infantes en 1994 o no hab?an nacido, y crecieron en la resistencia y rebeld?a.

La celebraci?n del 25 aniversario del levantamiento armado del EZLN no es la puesta en escena de un movimiento social. Es muestra de potencia de una fuerza pol?tico-militar con orden, disciplina, cohesi?n, destreza, capacidad log?stica, base social, mando y control del territorio.

Si en sus apariciones p?blicas durante los ?ltimos a?os los zapatistas privilegiaron mostrar su cara c?vica y popular, a trav?s de seminarios y coloquios, festivales de arte, escuelitas y exhibiciones f?lmicas, este 31 de diciembre pusieron sobre la mesa su rostro militar. Uno que no implica agarrar un arma, pero s? resistir. El mensaje simb?lico de su despliegue no pudo ser m?s expl?cito.

La celebraci?n es rematada por una en?rgica arenga del subcomandante Mois?s dirigida a las estructuras militares zapatistas, sus autoridades civiles y a sus bases de apoyo. Les dice: estamos solos, como que no nos miran, como que no nos escuchan. Nos quieren mentir, nos quieren enga?ar. Es una burla, una humillaci?n. Vienen por nosotros, por el EZLN. No le tenemos miedo al gobierno. Aqu? el mal gobierno no manda, mandan las mujeres y los hombres.

Como se sabe (aunque frecuentemente se quiere olvidar y se prefiere hablarle al subcomandante Galeano), Mois?s es el vocero del EZLN. Ind?gena tzeltal, jornalero agr?cola en las fincas infernales de Chiapas, compa?ero del subcomandante Pedro con el grado de mayor en la toma de Las Margaritas y del subcomandante Marcos, ?l es hoy quien habla a nombre del zapatismo y sus pueblos. No es figura decorativa. Es el vocero de la insurgencia. Sus palabras son s?ntesis de una vida de sufrimiento y lucha, y de los anhelos emancipadores de los pueblos originarios.

Despliegue militar y palabras deben valorarse juntos. Aunque hay una imbricada historia de desencuentros entre el obradorismo y el zapatismo, la dureza de los se?alamientos rebeldes y su movilizaci?n de fin de a?o parecieran responder a dos hechos centrales. La amenaza de una ofensiva en su contra por parte del nuevo gobierno y diferencias program?ticas de fondo.

No es paranoia. Voceros de la Cuarta Transformaci?n (4T) han proclamado informalmente a los cuatro vientos que el EZLN fue derrotado, mientras promotores de la nueva Guardia Nacional amagan con emprender acciones de contenci?n contra los rebeldes.

El zapatismo (y multitud de pueblos ind?genas y grupos de derechos humanos) tienen diferencias sustanciales con el obradorismo. Acosado por la militarizaci?n de Chiapas durante m?s de un cuarto de siglo, el EZLN rechaza la Guardia Nacional y la considera un paso adelante en la militarizaci?n del pa?s. Con una larga lista de militantes asesinados, se opone al punto final que deja impunes cr?menes del pasado. Acosado por quienes pretenden despojarlo de sus territorios, ve en el Tren Maya y los proyectos de reforestaci?n la punta de lanza para destruirlos. Comprometido con la reconstituci?n de los pueblos originarios, encuentra en las ceremonias new age del nuevo gobierno un enga?o. Decidido a hacer realidad otro mundo, mira en la pretensi?n de la 4T de gobernar simult?neamente para explotados y explotadores, no s?lo el eco de las palabras del represor Absal?n Castellanos Dom?nguez, sino una locura. Empe?ado en luchar contra el capitalismo, cree que el gobierno de Andr?s Manuel L?pez Obrador es la continuidad de ?ste.

No hay que hacerse bolas. La aparici?n de Bertolucci en la Lacandona anticipa que, en contra de lo que algunos creen, nada est? escrito en definitiva en el sureste.

Twitter: @lhan55