La rebeli?n de alcaldes de Italia contra pol?ticas contrarias a inmigrantes del primer ministro Salvini de la Liga

El alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, considera que si su administraci?n aplicara la nueva ley de Seguridad (conocida con el nombre de Ley Salvini), estar?a incumpliendo la Constituci?n, los ayuntamientos ya no podr?n inscribir en el padr?n a los migrantes con papeles de residencia por refugio, eliminando la posibilidad de acceder a ocupaciones regulares y a todo tipo de servicio, desde la sanidad a la escuela.
Algunos alcaldes de ciudades importantes (entre ellas N?poles y Florencia) han decidido apoyar a Orlando, mientras otros ?incluso del Movimiento Cinco Estrellas, que vot? en su d?a la ley en el Parlamento?, sin llegar tan lejos en el gesto reivindicativo del alcalde de Palermo, han manifestado toda su contrariedad a los principios y la letra de la norma. Entre aquellos que han manifestado toda su perplejidad con respecto a la nueva ley est? tambi?n la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, que ya antes de la aprobaci?n de la ley present? en el pleno del ayuntamiento de la capital una moci?n cr?tica.



?Otra vez primavera?
Sobre un tema candente de estos tiempos como la migraci?n, los vectores m?s vivos con capacidad de pensar una forma de ciudadan?a racional y respetuosa con los derechos humanos, son los municipios

PAOLA LO CASCIO
El pa?s
9 ENE 2019 - 08:22

En la segunda mitad de los a?os ochenta, Leoluca Orlando ?por primera vez alcalde de la capital siciliana, procedente de la corriente de izquierdas de la Democracia Cristiana? fue el protagonista de la llamada ?Primavera de Palermo?. Un experimento pol?tico que, comprometiendo partidos y movimientos sociales laicos y cat?licos, puso la legalidad y la lucha en contra de la mafia en el centro de la acci?n del Ayuntamiento. Fue breve: en 1989, cuando se dispon?a a hacer entrar en la mayor?a de gobierno del consistorio al PCI (el PCI de Pio La Torre, asesinado por la Mafia en 1982), fue defenestrado por su propio partido, a pesar de que hubiera ganado una vez m?s con holgura las elecciones. Historias antiguas, casi olvidadas.

La semana pasada, el alcalde ?eterno? de Palermo volvi? al centro de la escena pol?tica. Considera que si su administraci?n aplicara la nueva ley de Seguridad (conocida con el nombre de Ley Salvini), estar?a incumpliendo la Constituci?n. El alcalde se refiere al art?culo 13, seg?n el cual los ayuntamientos ya no podr?n inscribir en el padr?n a los migrantes con papeles de residencia por refugio, eliminando la posibilidad de acceder a ocupaciones regulares y a todo tipo de servicio, desde la sanidad a la escuela. Se ha calculado ya que si la norma se aplicara, de un d?a para otro habr?a 120.000 personas condenadas a una existencia clandestina y miserable desde el punto de vista de los derechos humanos.

Algunos alcaldes de ciudades importantes (entre ellas N?poles y Florencia) han decidido apoyar a Orlando, mientras otros ?incluso del Movimiento Cinco Estrellas, que vot? en su d?a la ley en el Parlamento?, sin llegar tan lejos en el gesto reivindicativo del alcalde de Palermo, han manifestado toda su contrariedad a los principios y la letra de la norma. Entre aquellos que han manifestado toda su perplejidad con respecto a la nueva ley est? tambi?n la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, que ya antes de la aprobaci?n de la ley present? en el pleno del ayuntamiento de la capital una moci?n cr?tica. La disconformidad de los administradores locales produjo una reacci?n descompuesta en la mayor?a de gobierno Lega-5S: Salvini lanzaba anatemas contra los alcaldes en las redes sociales, pero el primer ministro Conte anunciaba una reuni?n con la asociaci?n de municipios (ANCI), para recoger inquietudes y razones de los alcaldes. Mientras tanto, dos presidentes de regiones ?Toscana y Piamonte, ambos del PD?, han empezado los tr?mites para recurrir la ley al Tribunal Constitucional, y probablemente tambi?n lo har?n los del Lazio y de Umbria.

A falta de saber c?mo acabar? este contencioso, se desprenden dos consideraciones que parecen ir m?s all? del caso estrictamente italiano. La primera es el hecho de que, una vez m?s, sobre el tema m?s candente pol?tica y culturalmente de estos tiempos convulsos ?en Italia pero en el conjunto de la Uni?n Europea? como es la migraci?n, los vectores m?s vivos en t?rminos de capacidad de pensar una forma de ciudadan?a racional y respetuosa con los derechos humanos, son los municipios. Incluso en un pa?s donde la involuci?n avanza a marchas forzadas, los ?nicos que han sabido plantear alternativas son quienes se confrontan cotidianamente con la pol?tica de verdad, la que se ocupa en primera instancia de las personas, es decir, los municipios. Esto ser? fundamental de cara a las elecciones europeas, a?n m?s en Espa?a, donde las dos elecciones coinciden el mismo d?a.

La segunda tiene que ver con la capacidad de los sistemas pol?ticos europeos de garantizar procedimientos y valores democr?ticos. La tramitaci?n de la ley Salvini se concluy? de una manera bochornosa, con una reducci?n sustancial de los espacios de debate y de enmienda. El gesto de Orlando y de los alcaldes ha sido un revulsivo, y puede ser el comienzo de la batalla pol?tica que las fuerzas progresistas italianas hasta ahora no han sido capaces de dar. Sobre todo, la iniciativa de los alcaldes parece haber sabido encontrar ?gracias a la colaboraci?n de las regiones, capacitadas para plantear recursos de inconstitucionalidad? cauces que pueden permitir la victoria sobre la verg?enza salviniana ampar?ndose en los contrapesos democr?ticos ofrecidos por la Constituci?n Italiana.

Se puede y se debe acumular fuerza pol?tica para negociar sobre los decretos de actuaci?n de la ley que suspendan los efectos del art?culo 13. Se puede y se debe llegar hasta el final en el recurso de inconstitucionalidad. En el futuro, se podr?a plantear la abrogaci?n de la norma v?a refer?ndum popular. Ser?a el comienzo de una nueva primavera. Italiana, ciertamente, pero tambi?n europea.

Paola Lo Cascio es historiadora y polit?loga.