El derecho a la subversi?n (r)

La subversi?n no solamente es una acci?n de rebeli?n, sino, sobre todo, es la realizaci?n de la potencia social, en las din?micas complejas del tejido espaciotemporal-territorial-social. La subversi?n, entonces, forma parte de la capacidad creativa de las sociedades y colectivos humanos.



EL DERECHO A LA SUBVERSI?N
HAY VARIAS FORMAS DE TIRAN?A Y DESPOTISMO

Ra?l Prada Alcoreza

La subversi?n es un derecho de los pueblos cuando sus Estados conculcan el ejercicio democr?tico, cuando vulneran la Constituci?n, cuando no respetan los derechos consagrados en la carta magna, adem?s de los derechos civiles y pol?ticos, los derechos sociales, los derechos colectivos, los derechos de la naturaleza. Cuando la forma de Estado, que se expresa en la singularidad de la forma de gubernamentalidad, es decir, en un gobierno concreto, suspende el sistema jur?dico-pol?tico, empujando a la guerra hist?rica-pol?tica, suspende la institucionalidad establecida, a trav?s de las reglas acordadas constitucionalmente, los pueblos, para defender la soberan?a que radica en el pueblo, tienen la potestad incuestionable de la subversi?n contra el despotismo y la tiran?a.

Hay varias formas de tiran?a y otras distintas de despotismo; no hay un solo perfil y figura de estas formas exacerbadas de la dominaci?n. La tiran?a puede aparecer de manera, si se quiere, expl?cita, desnudando abiertamente el Estado de excepci?n; sin embargo, tambi?n puede efectuarse sin que se explicite este substrato originario del Estado mismo, su nacimiento violento como guerra de conquista; encubriendo el rostro tirano con m?scaras demag?gicas, populistas y hasta pretendidamente ?democr?ticas?. Sin embargo, la incidencia y el impacto demoledor de la tiran?a se sienten, a pesar de la mascarada, en la obstaculizaci?n misma institucional del ejercicio democr?tico; es decir, en su conculcaci?n efectiva. Lo que cuenta no es el discurso, las formas aparentes, menos las m?scaras, sino el despliegue efectivo de la tiran?a al suspender derechos, al vulnerar la Constituci?n, al transgredir las reglas del juego acordadas institucionalmente. La forma aparente de ?democracia? o su mascarada puede disfrazar la tiran?a, empero, no la hace desaparecer; mas bien, la realiza de una manera solapada, sin embargo, efectiva. El despotismo tambi?n puede presentarse de manera descarnada; el gobierno absoluto, no limitado por las leyes, aparece de cuerpo entero; en pleno abuso de autoridad, usando el monopolio de la fuerza institucionalizada, aplastando los derechos ciudadanos, civiles, pol?ticos, sociales y colectivos. Pero, tambi?n puede el despotismo simularse, a trav?s de espect?culos, de campa?as publicitarias, de propaganda, de desborde estridente y bullicioso ideol?gico; adormeciendo, generando cortinas de humo, mientras la suspensi?n de la democracia, de la institucionalidad, la vulneraci?n de derechos, en sus distintas generaciones, marcha de manera galopante.

El derecho a la subversi?n es una responsabilidad social cuando se atenta contra la soberan?a nacional; por ejemplo, al encaminarse extensivamente e intensivamente en un modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. Al hacerlo, los gobiernos, aunque se declaren, de boca para afuera, de nacionalistas revolucionarios o de ?defensores de los recursos naturales?, peor a?n, de ?defensores de la naturaleza?, atentan contra la soberan?a, que radica en el pueblo, al entregar los recursos naturales a la vor?gine del sistema-mundo capitalista. Estos gobiernos, por m?s disfrazados que est?n de ?revolucionarios? de pacotilla, son, efectivamente, agentes de las empresas trasnacionales, de las cuales reciben como sueldos, en cuentas for?neas.

La subversi?n no solamente es una acci?n de rebeli?n, sino, sobre todo, es la realizaci?n de la potencia social, en las din?micas complejas del tejido espaciotemporal-territorial-social. La subversi?n, entonces, forma parte de la capacidad creativa de las sociedades y colectivos humanos.

En Intuici?n subversiva escribimos:

Lo que se llama saber activista, saber subversivo, en tanto se refiere al conglomerado social movilizado, es, en realidad, una constelaci?n din?mica de saberes, de voluntades, de cuerpos, de deseos, de esperanzas, de pr?cticas alterativas. Al compartir esta experiencia el aprendizaje es colectivo, en el sentido que es singular en cada qui?n. Desde una perspectiva estructuralista se podr?a decir que hay la subversi?n, como una estructura subyacente; decir que es la estructura la que se pronuncia, act?a, habla. Esto es una aproximaci?n abstracta. El estructuralismo olvida que no es la estructura la que habla, act?a, se pronuncia, son los cuerpos los que lo hacen, cuerpos vivos, pasionales, perceptivos, reflexivos. La estructura es un fantasma de los estructuralistas. Son estos cuerpos singulares los que se asocian, componen, acuerdan, emiten discursos, se movilizan; en su din?mica generan acontecimientos, acontecimientos, que a su vez los constituye como subjetividades y sujetos, usando estos t?rminos vulnerables.

La subversi?n existe como acto de creaci?n de los y las movilizadas, el activismo existe como acci?n de los y las activistas. Los y las subversivas lo son porque generaron el acontecimiento de la subversi?n, acontecimiento que los contiene, los envuelve, los atraviesa y los constituye. Lo mismo pasa con los y las activistas, el activismo como acontecimiento; tambi?n como historia, los contiene, envuelve, atraviesa y constituye.

Se puede decir entonces que hay como constelaciones din?micas, bullentes, de desfases, de desacuerdos, de descentramientos, de conflictos, de rupturas m?nimas, que se convierten en campos de posibilidad de saberes subversivos, de saberes activistas. Son los cuerpos singulares, las subjetividades singulares, las que realizan estas posibilidades como saber, a su modo, de una manera singular, compartiendo con las dem?s singularidades. Es esta interacci?n, es esta din?mica, es esta circulaci?n, acumulaci?n, alimentaci?n y retroalimentaci?n, el referente de lo que se nombr? como saber subversivo, saber activista o, si se quiere, intuici?n subversiva, intuici?n activista.

Hablaremos como de cuatro niveles de lectura del acontecimiento subversivo. El primordial, es la emergencia del acontecimiento, como crisis del Mundo, dada en el Mundo. No ahondaremos ahora al respecto. El nivel singular, la forma singular vivida de esta crisis, la forma como se elabora el conocimiento de esta crisis, el saber de la crisis, que se convierte en saber activo, en saber para la acci?n. El tercer nivel es el org?nico, la forma de organizaci?n que adquiere la subversi?n, que adquiere el activismo. Tampoco vamos a ahondar en este tema. Por ?ltimo, la direcci?n o el desenlace del proceso resultante. Puede continuar la ruta instituyente, constituyente, creativa, de una subversi?n permanente; desenlace menos probable, bas?ndonos en la historia de las llamadas ?revoluciones?. Puede detener la marcha instituyente y constituyente, optar por consolidar lo instituido, lo constituido, entonces hacer del desenlace una recurrencia, una repetici?n cambiada o modificada, de la historia repetida del poder; que es lo m?s probable, bas?ndonos en la historia de las ?revoluciones?.

Queremos hacer hincapi? en lo siguiente: En la medida que esta experiencia subversiva, activista, se mantiene pr?xima, ligada, a los espesores de la percepci?n, a los espesores de la experiencia, al saber de los cuerpos, la potencia subversiva, activista, fluye creativamente. Empero, en la medida que se da un alejamiento, un desligamiento, de los espesores de la percepci?n, de la experiencia, del saber de los cuerpos, en la medida que el distanciamiento implica vaciamiento de contenidos, formulaci?n de un discurso instrumental, de un discurso oficial, del partido, lo que se llame, la potencia subversiva es sustituida por relaciones de poder, por estructuras de poder, legitimadas por un discurso oficial, el discurso de la verdad. Este debilitamiento de la potencia puede comenzar antes de lo que com?nmente se llama la toma del poder, la serpiente puede incubarse antes, en el preludio mismo de las acciones[1].

Hip?tesis
1. A diferencia de lo que dice ?mile Benveniste, cuando enuncia que nacemos en el lenguaje y desde el lenguaje nombramos el mundo, nosotros decimos que nacemos en el Mundo y desde la experiencia del Mundo damos contenido, sentido, significado, al lenguaje.

2. El lenguaje s?lo es posible en el Mundo, como acontecimiento en el Mundo de los acontecimientos.

3. De la misma manera, los saberes son posibles en el Mundo, como acontecimientos en el Mundo.

4. Un saber es saber del Mundo, deviene saber de la experiencia del Mundo.

5. El saber subversivo, el saber activista, es el conocimiento del Mundo en crisis, tambi?n de la crisis del Mundo. Este saber es una disposici?n volitiva, es decir, una intenci?n, as? como un dispositivo en pleno ejercicio de las acciones alterativas, encaminadas a transformar el Mundo.

6. El saber subversivo, como tal, como realizaci?n, es singular, es una composici?n singular, en un cuerpo concreto, es una subjetividad anidada en el cuerpo. Se da este saber subversivo singular en los ?mbitos de la constelaci?n de actividades, de memorias singulares, de manifestaci?n de saberes singulares, constelaci?n que tambi?n contiene acumulaci?n y circulaci?n de informaci?n, de transmisiones orales, escritas, est?ticas, de las experiencias de luchas.

7. Lo que se da es una participaci?n, un compartir, en esta constelaci?n social, donde la experiencia social de las luchas se transmite en interpretaciones, narraciones, leyendas, mitos, tambi?n en aprendizajes colectivos o, m?s bien, socializados, en transformaciones de esquemas de comportamientos y conductas. Sobre todo adquiere cuerpo en movilizaciones.

8. La movilizaci?n es una de las formas desplegadas y desenvueltas del saber activista, del saber subversivo en acci?n. La movilizaci?n comprende varios desplazamientos, no solo de las multitudes, de las organizaciones y estructuras involucradas, sino tambi?n de los valores, de las subjetividades, de la misma potencia social.

9. Las movilizaciones pueden convertirse en cruces de umbrales, cruces de horizontes, cruces de l?mites, generando rupturas en los horizontes mismos de la experiencia, abriendo horizontes n?madas de la experiencia, iniciando nuevas ?pocas, que en la interpretaci?n te?rica se nombra como nuevos horizontes hist?ricos-culturales.

10. Empero, si estas rupturas no logran trastrocar la estructura sedimentada del poder, las estratificaciones sedimentadas en el cuerpo de las formas m?ltiples de dominaci?n, si no logra crear un nuevo substrato, una nueva matriz, algo as? como inventar un nuevo origen o procedencia, los cambios terminan siendo epid?rmicos, por as? decirlo, sin llegar a transformar la misma base reproductiva del poder.

11. A esta altura de las historias pol?ticas y de las luchas sociales, emancipadoras y de liberaci?n, es indispensable un activismo integral, radical, autopoi?tica, capaz de crear un nuevo substrato y matriz hist?rico-cultural, es decir, substrato y matriz civilizatoria, que libere la potencia social de las capturas de las redes institucionales del poder.

CONCLUSIONES
1. Los saberes subversivos, los saberes activistas, las intuiciones subversivas y activistas, son percepciones sociales, conocimientos colectivos, de la crisis del sistema-mundo, son, por eso, conocimientos y percepciones creativos, de ruptura con un presente y un pasado de dominaciones, de apertura hacia un futuro que actualiza las luchas libertarias del pasado y la potencia del presente.

2. Hay que diferenciar la constelaci?n din?mica de las asociaciones, composiciones, circulaciones, realizaciones de memorias, de informaciones, de aprendizajes, de experiencias, de deliberaciones, de consensos, de circulaci?n de saberes singulares, respecto del saber, como tal, que es como la materializaci?n, la expresi?n, la realizaci?n singular de esta constelaci?n.

3. Se ha usado la met?fora del tejido social, de la trama social, de los entramados sociales y colectivos, para referirse a las asociaciones y composiciones sociales, en nuestro caso, de la rebeli?n. Empero, no hay que olvidar que esta es una met?fora. Figura en la que hay que develar la complejidad de las relaciones, ligazones, comunicaciones, conexiones, transmisiones, complicidades, compromisos, consensos, que se dan en la constelaci?n de los movimientos emancipatorios[2].

LA SUBVERSI?N POL?TICA Y SOCIAL

Por lo tanto, la subversi?n no solamente es un derecho del pueblo, como anotamos al principio, continuando con el discurso pol?tico vanguardista, interpelador y cr?tico, que deviene de las heroicas tradiciones de las sublevaciones populares. Esto ser?a acotar los alcances, la irradiaci?n, los horizontes n?madas de la subversi?n, circunscribi?ndola a las transgresiones al orden constituido, la rebeli?n contra el poder y su forma ideol?gica e institucional, que es el Estado moderno; la subversi?n es un derecho en la formaci?n discursiva hist?rica-pol?tica. Desde esta perspectiva, tambi?n corresponde a la praxis; es decir, al desplazamiento, despliegue y desenvolvimiento de las fuerzas sociales alterativas. Cuando ingresamos a la percepci?n del car?cter alterativo de la subversi?n, tocamos los substratos territoriales y corporales de la sociedad; espesores que corresponden a las din?micas moleculares y molares sociales; sobre todo, a las din?micas ecol?gicas, que podemos denominarlas socio-territoriales. En este sentido, el la situaci?n de la crisis ecol?gica planetaria, la subversi?n socio-territorial corresponde a las acciones sociales y corporales que buscan la reinserci?n de las sociedades humanas a los ciclos vitales. En este contexto complejo, la subversi?n socio-territorial funciona como desencadenamientos de reinserciones ecol?gicas.

Hay pues distintos efectos, impactos e irradiaciones de la subversi?n, en los distintos planos y espesores de intensidad de la complejidad, sin?nimo de realidad. Haciendo arqueolog?a del concepto de subversi?n, tambi?n configurando genealog?as o contra-genealog?as de la subversi?n, podemos definir las connotaciones de la subversi?n en los planos de intensidad jur?dico-pol?ticos e hist?rico-pol?ticos. Estos ser?an todav?a los sedimentos no necesariamente espesos, correspondientes a los substratos complejos, de donde emerge la subversi?n. En cambio, cuando comenzamos a considerar los espesores de intensidad, territoriales y corporales, donde se realiza y desenvuelve la alteridad social, empezamos a palpar la complejidad din?mica e integral de la vida.

Desde la perspectiva pol?tica, en sentido amplio, es decir pleno, como democracia radical, la subversi?n abole un orden instituido y da apertura a la creaci?n de nuevas formaciones sociales. Desde la perspectiva de la fenomenolog?a corporal, la subversi?n corresponde a la liberaci?n de la potencia social; desde la perspectiva ecol?gica, la subversi?n, manteniendo todav?a el nombre, t?rmino, concepto, como met?fora, corresponde a la potencia creativa de la vida.

Volviendo al tema inicial, relacionado a la praxis social y pol?tica, la subversi?n es como la manifestaci?n sintom?tica del desacuerdo, sobre todo de la desmesura del pueblo, en el sentido que le atribuye Jacques Ranci?re. Es la acci?n pol?tica, en pleno sentido de la palabra, la que pone en suspenso los mecanismos de dominaci?n. Sin embargo, podemos decir que, la subversi?n no es una praxis que se da lugar de manera proliferante, a pesar del nomadismo de las sociedades alterativas, sino, mas bien, es un acontecimiento escaso, casi puntual y convergente de la deriva y el desenlace de la crisis pol?tica-econ?mica-social-cultural. Cuando los pueblos se sublevan es cuando aparecen en la plenitud de la experiencia social y la memoria social, asumidas en la eternidad del instante, desbocado intensamente; queriendo, como se dice figurativamente, tomar el cielo con las armas. Es cuando el pueblo no acepta abiertamente la dominaci?n, se d? ?sta de manera descarnada o de manera solapada. Es cuando no acepta la invenci?n pol?tica de la realidad, dibujada y discurseada por el poder. La subversi?n es la subversi?n de la praxis, cuando la realidad efectiva desborda y demuele las apariencias del mundo de las representaciones. Cuando el pueblo sublevado incinera los palacios y los fetiches del poder.

[1] Ver Intuici?n subversiva. https://pradaraul.wordpress.com/anarquismo/intuicion-subversiva/.
[2] Ib?dem.