Ra?l Zibechi
Desinform?monos
14 enero 2019 0
Contrainsugencia progresista
Ahora que se cumplen cien a?os de los asesinatos de Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, vale preguntarse: ?qui?n fue el responsable de los cr?menes? ?qui?n o quienes apretaron el gatillo y con qu? autorizaci?n lo hicieron?
La respuesta es tan clara como dram?tica: el gobierno socialdem?crata de Friedrich Ebert, aliado con los paramilitares Freikorps (?cuerpos libres?) en respuesta al levantamiento obrero en toda Alemania, en una coyuntura revolucionaria como la que atravesaba buena parte de Europa al finalizar la I Guerra Mundial.
Los Freikorps estaban integrados por ex soldados del ej?rcito alem?n, con un fuerte sentimiento anti-comunista y anti-obrero, y participaron en los a?os siguientes en numerosos choques con obreros socialistas y comunistas en huelga. Ante la ?revuelta espartaquista? en Berl?n en enero de 1919, los Freikorps fueron inducidos por el ministro de Defensa, el socialdem?crata Gustav Noske, para reprimir a los obreros y a los comunistas, incluyendo a Liebknecht y Rosa Luxemburgo el 15 de enero de 1919.
Poco despu?s apoyaron al gobierno para aplastar la Rep?blica Sovi?tica de Baviera y con los a?os muchos de sus miembros comenzaron a acercarse al nazismo, ingresando al Partido Nacional Socialista alem?n y a su milicia, la SA (grupos de asalto).
La deriva de la socialdemocracia alemana hacia la represi?n que abri? las puertas al fascismo, comenz? en realidad mucho antes, bajo el gobierno del canciller Otto von Bismarck en la d?cada de 1880. En esos a?os las clases dominantes estaban obsesionadas por la posible repetici?n de una revoluci?n como la de 1848 (recordemos que Wallerstein plantea que se trat? de una de las dos revoluciones mundial que cambiaron el mundo) y de la Comuna de Par?s de 1871.
Para evitar esa posibilidad, un pol?tico conservador como Bismarck comenz? a dar los primeros pasos para la construcci?n de un amplio sistema de cobertura social que luego fue seguido por otros pa?ses del continente. En consecuencia se aprobaron leyes de Seguro de Enfermedades (1883), Seguro de Accidentes de Trabajo de los Obreros y Empleados de Empresas Industriales (1888) y durante 1889 la del Seguro de Invalidez y Vejez. El esp?ritu de la legislaci?n social se desprende de un c?lebre mensaje de Bismarck: ?La superaci?n de los males sociales no puede encontrarse exclusivamente por el camino de reprimir los excesos socialdem?cratas, sino mediante la b?squeda de formulas moderadas que permitan una mejora del bienestar de los trabajadores?.
En el mismo per?odo en el que el canciller Bismarck innovaba con la construcci?n de una amplia legislaci?n de protecci?n social, la primera en el mundo capitalista, impuso las llamadas ?leyes antisocialistas? (prohibici?n de actividades y partidos de signo socialista, de prensa y recaudaci?n de fondos), entre 1878 y 1888, con el objetivo de debilitar al partido socialdem?crata y a las organizaciones de la clase trabajadora que contaba con cooperativas, bibliotecas, peri?dicos y una infinidad de asociaciones culturales y sociales.
A un siglo de distancia, no s?lo debemos mostrar nuestra indignaci?n por los asesinatos de Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, sino extraer alguna ense?anza para iluminar las resistencias actuales.
La primera es que la socialdemocracia (el progresismo o la izquierda) en el gobierno, se atreve a hacer aquello que la derecha no tiene posibilidad de realizar. Porque el progresismo al mando del Estado tiene mayor legitimidad y puede sustituir a la derecha en el trabajo sucio, como hizo en 1919.
La segunda es que para asumir el mando del aparto estatal, las diferencias entre izquierda y derecha han debido diluirse hasta desaparecer completamente. La socialdemocracia alemana no s?lo es responsable de los cr?menes se?alados, sino tambi?n de haber alfombrado el camino del nazismo, al destruir a los ?nicos que pod?an evitar que llegara al poder: la clase obrera organizada. La cuesti?n no es la actitud de tal o cual dirigente, sino una pol?tica que coloc? en el centro la ocupaci?n del Estado, desde donde no hay otra posibilidad que hacer lo que hicieron. Es un tema estructural, no de coyuntura o de personas.
Lo sucedido un siglo atr?s no es s?lo historia. En Am?rica Latina el progresismo est? transitando, pasos m?s o menos, un camino muy similar: las pol?ticas sociales y la represi?n forman parte de un mismo proceso.