El abigarrado y peligroso cruce de pa?ses, potencias, intereses e identidades del norte aut?nomo de Siria

El conflicto sirio ha entrado en una nueva fase una vez que el presidente Bashar al Asad, con la asistencia de Rusia, ha consolidado su dominio en gran parte del pa?s. Ahora, turcos y estadounidenses negocian el futuro del Kurdist?n sirio, una pieza vital para la estabilidad de Siria y de la regi?n.



Un episodio trascendente: el norte de Siria est? en juego
El conflicto sirio ha entrado en una nueva fase una vez que el presidente Bashar al Asad, con la asistencia de Rusia, ha consolidado su dominio en gran parte del pa?s. Ahora, turcos y estadounidenses negocian el futuro del Kurdist?n sirio, una pieza vital para la estabilidad de Siria y de la regi?n.

P?blico
19/01/2019 10:38
EUGENIO GARC?A GASC?N

Turqu?a y Estados Unidos negocian estos d?as qu? ocurrir? con el Kurdist?n de Siria cuando las tropas estadounidenses se retiren, algo que no tiene fecha concreta, aunque el presidente Donald Trump dijo en diciembre que suceder? pronto. No est? claro c?mo va a terminar el conflicto en esa regi?n pero este problema preocupa no solo a los turcos y a los kurdos, sino tambi?n a Damasco, Washington, Mosc? y Tel Aviv.

La ?ltima idea presentada por los estadounidenses es crear una ?zona de seguridad? en la frontera oriental entre Turqu?a y Siria, dentro de este pa?s, de unos 32 kil?metros de anchura. En un primer momento, Ankara, que ha aceptado la iniciativa, propuso que fueran los mismos turcos y sus aliados quienes controlaran la zona.

Sin embargo, se trata de una idea dif?cil de aceptar para los kurdos, entre otras razones porque dentro de esos 32 kil?metros quedan algunas localidades importantes, como Qamishli, bastante pobladas, lo que en principio hace poco aconsejable, y hasta inviable, una presencia del ej?rcito turco y sus milicias aliadas.

La situaci?n del nordeste sirio es problem?tica. Los kurdos, aliados de Estados Unidos, han desalojado al Estado Isl?mico de la mayor parte de territorio que ocuparon a mediados de esta d?cada, cuando el esplendor del califato de Al Bagdadi. No obstante, la clara derrota del califato no significa que los yihadistas hayan desaparecido, como se vio en el atentado suicida del mi?rcoles en Manbij, que se cobr? la vida de una quincena de personas, incluidos cuatro soldados de Estados Unidos.

El control de la ?zona de seguridad? es vital para la estabilidad de la regi?n, pero los planteamientos que se han publicado en estos ?ltimos d?as lamentablemente no garantizan la estabilidad necesaria. Las negociaciones en curso entre Ankara y Washington pretenden aclarar quien asumir? la responsabilidad de esa amplia ?rea, aunque todo indica que se anda por mal camino.

Algunos medios han publicado que Francia y el Reino Unido no descartan enviar unidades militares a la regi?n, o reforzar las que ya tienen. Incluso se ha publicado que se est? buscando un paraguas m?ltiple en el marco de la OTAN. Ambas opciones equivalen a abrir una caja de Pandora peligrosa cuyo contenido se desconoce, como tambi?n se desconoce si esa caja va a explotar a corto o medio plazo, algo que sin duda ocurrir? si entran all? fuerzas no locales.

La complejidad del problema es may?scula, pero la intervenci?n de fuerzas extranjeras lo har? todav?a mayor. Los kurdos sirios han abierto un di?logo con Damasco e incluso invitaron, el 28 de diciembre, al ej?rcito sirio a que entrara en la regi?n del oeste del ?ufrates, incluida Manbij, para frenar la entrada de los turcos y sus aliados.

La soluci?n deber?a venir por ese lado, es decir, por garantizar la integridad de Siria de acuerdo con las recientes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. El ej?rcito sirio, que en 2011 contaba con unos 300.000 efectivos, pas? a tener menos de 50.000 en el v?rtice de la guerra civil. Con esa fuerza reducida, Damasco no pod?a atender las demandas militares que reclamaba la guerra, pero con la ayuda de Rusia y la recomposici?n paulatina del estado, eso est? dejando de ser un problema.

Una intervenci?n extranjera como la que parece que estos d?as est?n negociando Ankara y Washington ser? sin duda una mala soluci?n que m?s pronto que tarde se revolver? contra los elementos de esa fuerza extranjera, de ah? que lo ideal es que sea el ej?rcito sirio el que se encargue de garantizar la estabilidad en todo el pa?s, incluido el Kurdist?n.

Recordemos que una parte considerable de la poblaci?n del nordeste de Siria son kurdos de origen turco, que durante el siglo XX huyeron al Kurdist?n sirio en busca de protecci?n. Los kurdos de Siria tienen derecho a que se les reconozca como ciudadanos de pleno derecho en Siria, algo que por diversos motivos no ha ocurrido, aunque ahora se presenta la oportunidad de que suceda.

Los kurdos de Siria no solo est?n hablando con Damasco por el temor que tienen a Turqu?a, sino que poco despu?s de que Trump anunciara la pr?xima retirada de tropas enviaron mensajes a Mosc? para que haga de mediador. El presidente Vladimir Putin, que este mes se reunir? con el presidente Recep Tayyip Erdogan, sin duda tratar? de mediar entre ambas partes, as? como con Damasco.

Pese al sigilo con que se llevan las discusiones, algunas de las demandas kurdas que han trascendido son razonables, como disfrutar de una cierta autonom?a o reconocer su lengua, aunque la fuerza militar que han conseguido durante la guerra puede llevarles a exigir otras demandas que con toda seguridad no ser?n aceptadas por Damasco.

Volviendo a la ?zona de seguridad?, es probable que Trump y Erdogan lleguen a un acuerdo si no hay injerencias de terceros. En este sentido, el consejero para la Seguridad Nacional, John Bolton, es el hombre m?s peligroso. La semana pasada Erdogan no quiso recibirlo en Ankara, adonde lleg? procedente de Tel Aviv con las ideas israel?es dentro de su cartera, ideas partidarias de ir consolidando la divisi?n de Siria ocurrida durante la guerra civil, como ya antes se consigui? la divisi?n de Irak.