A pesar de los agoreros, los chalecos amarillos sorprenden nuevamente repitiendo la cifra de 84 mil manifestantes

La bronca de un pueblo injusticiado en la capital de la democracia ya se est? cristalizando en permanencia y decisi?n, s?lo los ejemplos de construcci?n barrial y pol?ticas p?blicas aut?nomas podr?n ir abriendo caminos de autoorganizaci?n y de formas de vida compartida que avancen hacia los autogobiernos locales.



Diez s?bados que cambiaron Francia

El Mundo
I?AKI GIL Par?s
19 ENE. 2019 19:06

Los ‘chalecos amarillos’, que volvieron a manifestarse, han provocado un terremoto pol?tico que ya se compara con Mayo del 68
Gran despliegue policial en Francia frente a los “chalecos amarillos”
Mano dura con los “chalecos amarillos” en Francia

Diez s?bados, contando este. Diez muertos. M?s de 2.700 heridos, un centenar graves. Edificios p?blicos, entre ellos el Arco de Triunfo, saqueados. Dos tercios de los radares de carretera saboteados. Un presidente todopoderoso, arrinconado. Su agenda de reformas legislativas paralizada. Un gobierno con mayor?a absoluta obligado a retirar la tasa ecol?gica que prendi? la mecha. Un proceso de debate p?blico de dos meses in?dito en una democracia. Un panorama electoral lleno de inc?gnitas. P?rdidas en el comercio de m?s de 2.000 millones de euros. Un conflicto que va a costar una d?cima del PIB y cuya soluci?n puede llevar el d?ficit a superar el 3%. El conflicto de los chalecos amarillos, un grupo sin l?der ni organizaci?n que se comunica por Facebook, ha originado un terremoto que en Francia ya se compara con mayo del 68.Todo empez? un 18 de octubre con el v?deo de una joven desconocida llamada Jacline Mourand. Denunciaba “la persecuci?n a los conductores”, interpelaba a Monsieur Macron y ped?a “una bajada del precio de los carburantes.” Arrasa en internet.El 17 de noviembre, hace ahora 60 d?as, primera jornada de bloqueos en las carreteras. Las manifestaciones suman 290.000 personas ese primer s?bado. El Gobierno no se altera. Es m?s o menos la misma gente que hubo en primavera en la primera protesta contra la reforma laboral de la empresa ferrioviaria. Entonces, los sindicatos perdieron.Ahora ser? distinto. La protesta tiene un emblema, el ‘chaleco amarillo’. Un objetivo claro: la tasa que deb?a entrar en vigor el 1 de enero, de 6,5 centimos por litro de diesel, el doble que la de la gasolina… Y el apoyo de m?s del 70% de los franceses, seg?n las encuestas.Dos meses despu?s, en las ?ltimas manifestaciones, s?lo se corean ya dos consginas: “Macron, dimisi?n” y “Liberad a Christophe”, el boxeador que espera juicio por pegar a dos gendarmes. Algunos piden el RIC, refer?ndum de Iniciativa Ciudadana. Pero la mayor?a desfila s?lo para expresar su rabia. Su cabreo contra el sistema, la banca o lo ricos.Hartazgo de la Francia precariaAh? est? la clave. La crisis de los chalecos amarillos ha sacado a relucir el hartazgo de la Francia que rueda en diesel. La Francia de las periferias, de trabajo precario, que no ve ning?n beneficio en la globalizaci?n. Un Francia blanca y mayoritariamente masculina. Que se siente despreciada por la ?lite parisina. Que vota, cuando vota, a Le Pen o a la extrema izquierda. Que pasa de la ecolog?a si eso significa que le suban el gasoil. En una frase que har? fortuna: “Los que est?n preocupados por el fin del mes, no por el fin del mundo”.Han salido a pasear las dos Francias. Divididas por una “fractura social”, una observaci?n sociol?gica tan vieja que Jacques Chirac la us? de lema de campa?a ?en 1995!. La Francia del sistema gobierna. La otra Francia asoma la oreja cuando lleva a un Le Pen a la segunda vuelta de los presidenciales (Jean Marie en 2002, Marine en 2017) o cuando hace fracasar la Constituci?n Europea (2005).La Constituci?n gaullista, que ha cumplido en oto?o 60 a?os, con su elecci?n directa del presidente y el sistema electoral, mayoritario a dos vueltas, han cerrado el acceso al poder a la Francia hetedodoxa.As? que de vez en cuando, saltan chispas. Lo peor de esta crisis, dicen todos los observadores, es la violencia. Todo el mundo recuerda los coches ardiendo en la noche del 1 de diciembre, el Arco de Triunfo saqueado, lleno de pintadas salvajes: “Se han cortada cabezas por menos”, “Macron, queremos tu culo”.Alain Duhamel, veterano analista escribi? en Lib?ration: “1968 fue violento pero no odioso. La diferencia, lo espec?fico del periodo actual no es la violencia sino el odio y, peor, el odio general. Este ?cido del odio corroe la democracia y sumerge de repente a una sociedad pol?tica descompuesta, desestructurada, inestable, fr?gil, imprevisible. El odio antiguo resurge en la Francia del siglo XXI. Bajo la modernidad, el odio”.Guillaume Roquette, en Le Figaro, introduce un matiz interesante: “En el movimiento de los chalecos amarillos, la violencia m?s inquietante no es forzosamente la m?s brutal. Difusa y onmipresente en los manifestantes est? el odio a todo lo que suena a elite. Emmanuel Macron es la primera v?ctima pero no la ?nica. Ministros, parlamentarios, periodistas, ricos… nadie escapa”.En la Francia de los chalecos amarillos, los fotogr?fos que cubren las manifestaciones llevan casco y los equipos de TV van con un par de escoltas. Y raro es el s?bado donde no apalean a alg?n periodista. Esta semana Reporteros Sin Fronteras ha recogido firmas para que cesen las agresiones a periodistas. Eso s?, las cuatro cadenas de TV todonoticias han duplicado su audiencia en estos dos ?ltimos meses.Muertos y represi?nEntre los diez muertos durante el conflicto, hay seis v?ctimas de accidentes relacionados con piquetes, tres chalecos atropellados y una se?ora fallecida por gases lacrim?genos.Ha habido m?s de un millar de polic?as heridos. Si bien pocas de estas situaciones han dado lugar a bajas m?dicas. Pero las im?genes del ex boxeador Dettinger noqueando y pateando a dos gendarmes estar?n en la cineteca del conflicto. Espera juicio y el fiscal pide 7 a?os de c?rcel.La represi?n ha sido brutal. Hay 207 denuncias por violencias policiales que han dado lugar ya a 71 investigaciones judiciales. Entre los m?s de 1700 manifestantes heridos hay 94 graves, seg?n el recuento de Lib?ration. Varios han perdido una mano y 14, un ojo. El defensor del pueblo, Jacques Toubon, ha pedido que la polic?a deje de usar el fusil LBD 40 que dispara pelotas de goma y cuyo empleo est? detr?s de la mayor?a de las lesiones graves. Con todo, el 58% de los franceses creen que el uso de la fuerza por la polic?a no ha sido desproporcional, seg?n una encuesta de Le Figaro, publicada ayer. Sin embargo lo peor de la violencia no son los heridos. Si no la sensaci?n de que es ?til.Porque la c?lera de los chalecos amarillos ha conseguido cosas. En primer lugar, la supresi?n del aumento de las tasas de los carburanes. Luego Macron anunci? la subida del salario m?nimo y que las horas extras estar?an libres de impuestos.El presidente de la Rep?blica, bullidor anta?o en la escena internacional, ha suspendido su agenda exterior, viaje a Davos incluido. Y, como si estuviera en campa?a otra vez, ha empezado un marat?n de reuniones locales. En mangas de camisa pasa horas reunido con alcaldes de pueblos escuchando quejas y respondiendo inquietudes.Escribi? una carta a todos los franceses el pasado lunes con 32 cuestiones a debatir desde los impuestos (aunque se niega a recular en la supresi?n del impuesto al patrimonio), la introducci?n de una dosis de proporcionalidad en el sistema electoral, la inmigraci?n (gran tab?) o el refer?ndum de iniciativa ciudadana.Tachado, con raz?n, de altivo cumple penitencia de humilde escuchante en una especia de estados generales. Se ha comprometido a presentar una s?ntesis sobre las quejas y c?mo afrontarlas de este Gran Debate Nacional. ?Es s?lo una farsa, una gran operaci?n de comunicaci?n, como denuncias algunos l?deres de la oposici?n o del movimiento de protesta? Respuesta, dentro de tres meses. Veremos entonces las consecuencias de estos diez s?bados (y los que vengan) que han sacudido a Francia.El s?bado, el ministerio de Interior ha contabilizado 84 000 manifestantes en toda Francia, una cifra similar a la de hace siete d?as.