Myanmar, la transici?n incompleta

Detallado informe de la ex-Birmania, donde habitan muchas naciones y son controladas con mano de hierro por el estado. Rodeado por las potencias de Chine en India, est? al lado de las experiencias de guerras en Indochina



Myanmar, la transici?n incompleta

Por Cristina de Esperanza
Ecuador Today

Myanmar carga a sus espaldas con d?cadas de opresi?n bajo un Gobierno militar y el conflicto armado en curso m?s longevo. Tras la celebraci?n de dos elecciones y la victoria de la oposici?n, ser?a de esperar que la democracia hubiera llegado por fin a Myanmar. Sin embargo, el Ej?rcito sigue teniendo demasiado peso en la gesti?n del pa?s, y el sufrimiento de los rohiny?s es un claro s?ntoma de ello.

Durante el ?ltimo a?o, el dram?tico ?xodo de la minor?a musulmana rohiny? en Myanmar ha sido una constante. Entre 700.000 y un mill?n de miembros de esta etnia han buscado refugio en la vecina Banglad?s y las atrocidades del Ej?rcito han ocupado muchas p?ginas en los medios de comunicaci?n occidentales. Muchos observadores, incluidas Naciones Unidas, consideran que la persecuci?n de los rohiny?s alcanza los niveles de limpieza ?tnica. Y esto sucede bajo la mirada aparentemente connivente del Gobierno de la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.

Para el an?lisis de esta situaci?n cr?tica, es imprescindible tener en cuenta la relaci?n de dependencia del poder civil respecto del Ej?rcito. El control directo por las Fuerzas Armadas ?Tatmadaw? termin? con el ordenamiento constitucional de 2008; sin embargo, las omnipresentes autoridades militares siguen siendo decisivas en la pol?tica del pa?s.

La formaci?n de un Estado pistola en mano
Myanmar es un pa?s multi?tnico, plurirreligioso y multiling?e, aunque dominado por una clara mayor?a bamar ?68% de la poblaci?n?, mayoritariamente budista y que se encuentra principalmente en el centro del pa?s. Aunque su diversidad ?tnica es notable, el n?mero exacto de etnias que lo ocupan no est? claro, dada la opacidad del pa?s a cualquier observador externo; habitan las zonas m?s perif?ricas, entre otros, los rohiny?s, los karen y los shan.

Los or?genes de las dos denominaciones m?s recientes que ha recibido el pa?s reflejan esta imposici?n ?tnica del centro a la periferia: tanto Birmania como Myanmar hacen referencia a la etnia mayoritaria, bamar. El Tatmadaw cambi? el nombre oficial del pa?s de Uni?n de Birmania a Uni?n de Myanmar en 1989 para deshacerse de la herencia colonial brit?nica, y en la Constituci?n de 2008 pas? a ser la Rep?blica de la Uni?n de Myanmar. Sin embargo, la oposici?n democr?tica y algunos pa?ses occidentales rechazan el nombre de Myanmar ?reconocido por la ONU? y, especialmente, la legitimidad del Gobierno militar para cambiar el nombre del pa?s.

Pese a que hoy la autoridad del Estado se extiende sobre todos los grupos, esto es verdaderamente reciente. Antes del colonialismo, no exist?a un poder centralizado y efectivo que gobernara todo el territorio del pa?s. Cuando en 1948 Myanmar ?entonces Birmania? consigui? su independencia tras tres a?os de resistencia antijaponesa y otros tres para alcanzar un acuerdo con el Imperio brit?nico, el pa?s emergi? muy poco cohesionado.
La segregaci?n hist?rica dificult? enormemente la convivencia de los pueblos una vez se encontraron bajo el mismo Estado. Desde la ruptura del ?nico acuerdo que podr?a haber conciliado los intereses de, al menos, algunas de las etnias, decenas de grupos ?tnicos armados han reclamado m?s autonom?a e igualdad de derechos. El feroz nacionalismo de la etnia bamar, sobrerrepresentada en el Tatmadaw, respondi? con una contrainsurgencia brutal, que facilit? la proliferaci?n de grupos rebeldes y con una estrategia de imposici?n ?tnica de la que ahora los rohiny?s son las v?ctimas m?s visibles.

A la lucha ?tnica se le sum? durante los primeros a?os de independencia una fuerte insurgencia comunista. La ineficiencia del Gobierno y la creciente inseguridad parec?an conducir al Estado al colapso: en 1949 ciudades importantes cayeron en manos de insurgentes, hubo revueltas comunistas, m?s de la mitad de las Fuerzas Armadas se amotinaron y la econom?a e infraestructuras estaban devastadas y con poca esperanza de recuperaci?n.

Distribuci?n del control rebelde sobre el territorio de Myanmar (febrero-abril de 1949). Fuente: Making Enemies, Mary Callahan
El mismo a?o, en plena Guerra Fr?a, el Kuomintang (KMT), el partido anticomunista y conservador chino, comenz? a entrenar en suelo birmano con ayuda de Estados Unidos, lo que aumentaba el riesgo de una invasi?n por parte de Pek?n. Ante la creciente inestabilidad, el Tatmadaw se restructur? para hacer frente a las amenazas internas y externas. Las Fuerzas Armadas destacaron por su capacidad de adaptaci?n frente a un poder civil d?bil e incapaz de seguir el ritmo de cambio de los militares.

La creciente fortaleza e independencia del Tatmadaw se sum? a su ?xito desmantelando el KMT, algo en lo que sus hom?logos pol?ticos hab?an fallado. Igualmente, buscando financiaci?n y armamento en ambos bandos de la Guerra Fr?a, los oficiales chocaron con las pol?ticas neutrales del Gobierno. Pese a que la Constituci?n de 1947 establec?a un sistema democr?tico, a principios de los 50 el Tatmadaw ya ejerc?a el control completo sobre la defensa nacional y hab?a adquirido incluso funciones administrativas, adem?s de haber incrementado sustancialmente su presupuesto.

As?, la celebraci?n de la independencia se vio r?pidamente eclipsada por la falta de unidad y de un proyecto pol?tico en com?n. La construcci?n del pa?s como Estado moderno ocurri? entre enfrentamientos y luchas que contin?an hasta hoy. Durante estos primeros a?os se asentaron las bases de un c?rculo vicioso de intromisi?n militar en el Gobierno que ha condicionado el desarrollo pol?tico de Myanmar hasta el presente.

Dictadura militar y promesa democr?tica
En septiembre de 1958 el general Ne Win tom? el Gobierno de forma temporal para hacer frente a la crisis pol?tica que amenazaba la existencia de Myanmar. Los dos a?os que dur? este Gobierno sirvieron para la consolidaci?n del papel no solo pol?tico, sino econ?mico del Ej?rcito. Las Fuerzas Armadas se presentaron como los ?nicos garantes de la seguridad y asentaron su desconfianza hacia los m?todos democr?ticos de gobierno e incluso hacia la poblaci?n civil.

Tras un breve retorno del poder civil, Ne Win dio en 1962 el golpe de Estado definitivo, que institucionaliz? la hegemon?a que las Fuerzas Armadas ven?an ejerciendo desde la d?cada anterior. El general estableci? una junta para gobernar el pa?s, aboli? la Constituci?n de 1947, prohibi? todos los partidos pol?ticos, disolvi? el Parlamento, nacionaliz? la econom?a y estableci? la ?v?a birmana al socialismo? como ideolog?a nacional. El miedo a la desintegraci?n de Myanmar bajo el d?bil poder civil estuvo claramente detr?s del golpe. La obsesi?n de las Fuerzas Armadas con la unidad nacional, sumada a la bamarizaci?n del Gobierno, explica la atroz supresi?n de los derechos culturales y religiosos que las minor?as sufrieron durante estos a?os. Hasta 1988, el Gobierno estuvo en manos de Ne Win, primero como Gobierno militar y, a partir de 1974, como dictadura constitucional socialista.

Sin embargo, la fuerte crisis econ?mica de 1987 y la insurrecci?n popular de julio del 1988, liderada por Aung San Suu Kyi y brutalmente reprimida por el Ej?rcito, forzaron la dimisi?n de Ne Win. Las revueltas estudiantiles que exig?an democracia continuaron expandi?ndose por todo el pa?s y llevaron al ic?nico levantamiento 8888, que termin? con otro sangriento golpe de Estado en 1988. Aunque la junta retom? el Gobierno y revoc? el sistema socialista, la inviabilidad del Gobierno militar a largo plazo, al menos de manera directa, era evidente. La p?sima gesti?n pol?tica y econ?mica del Ej?rcito birmano, el descontento de la sociedad civil y el declive de las dictaduras militares forzaron al Tatmadaw a replantearse su papel en la sociedad.

Myanmar sufri? una enorme crisis econ?mica a finales de los 80 y, m?s recientemente, con la crisis mundial de 2007. Fuente: Index Mundi
Las Fuerzas Armadas se comprometieron a transferir el poder a un Gobierno civil, pero pusieron a la carism?tica Suu Kyi bajo arresto domiciliario y, tras la victoria de la oposici?n en las elecciones de mayo de 1990, se negaron a reconocer los resultados. De ese modo, alargaron 20 a?os m?s su permanencia en el Gobierno con la excusa de conducir al pa?s hacia una ?democracia disciplinada? y, de paso, asegurar el liderazgo militar en todos los ?mbitos del Gobierno y la sociedad.

Fue as? como los a?os 60 institucionalizaron lo que ven?a ocurriendo desde los primeros a?os de independencia: desde 1958 hasta hoy, el Tatmadaw ha controlado Myanmar, directa o indirectamente, de manera completamente independiente. Las luchas ?tnicas que han plagado el pa?s y el estado de emergencia que han perpetuado han favorecido la justificaci?n del papel pol?tico de las Fuerzas Armadas. Durante estos a?os, las diferencias comunales fueron permitidas e incluso explotadas por el Tatmadaw, que abri? m?s brechas y expandi? el conflicto ?tnico. Por otro lado, la brutal estrategia de contrainsurgencia del Tatmadaw ha llevado a que se cometan graves violaciones de derechos humanos, incluyendo violencia sexual, desplazamientos forzosos y torturas, que agravan la situaci?n y dificultan la resoluci?n de los conflictos.

Constituci?n y elecciones: la Myanmar democr?tica
En mayo de 2004 comenz? un nuevo proceso constitucional. El documento resultante se termin? y vot? en 2008, en medio de una oleada de cr?ticas por la poca de transparencia y escasa legitimidad en la redacci?n de la Constituci?n, as? como por la falta de libertad de informaci?n, expresi?n y asociaci?n que caracteriz? el proceso. La oposici?n no tuvo representaci?n en la elaboraci?n del nuevo ordenamiento jur?dico del pa?s y, cuando la sociedad civil protest? pac?ficamente en agosto y septiembre de 2007, la mano dura del Ejercito dej? docenas de muertos. Tanto el proceso como el texto constitucional sirvieron para perpetuar los intereses del Tatmadaw; las reformas aparentemente democr?ticas y la retirada de los militares del Gobierno enmascaran una nueva estrategia de dominio militar. La influencia formal e informal de las Fuerzas Armadas asegura todav?a su control del pa?s.

La Constituci?n de 2008 concede al Tatmadaw plena independencia del poder civil y un 25% de representantes en el Parlamento, suficiente para vetar cualquier reforma constitucional. Al Tatmadaw se le otorga control total sobre la defensa y la seguridad nacionales, as? como sobre el control de fronteras y asuntos internos, lo que lo convierte en la instituci?n con poderes de mayor extensi?n territorial y al mando de la burocracia interna. Los oficiales tambi?n se reservan el control parcial o total del poder legislativo y ejecutivo en caso de emergencia nacional. A estas prerrogativas se suman el gran poder econ?mico y comercial acumulado por el Tatmadaw, que controla desde la industria pesada hasta el turismo. Por si fuera poco, los oficiales quedan impunes por todos los abusos cometidos en el pasado y sus miembros solamente pueden ser procesados por tribunales militares.

En 2010 se celebraron las primeras elecciones en el pa?s desde 1990. Miles de ciudadanos pertenecientes a minor?as ?tnicas y prisioneros pol?ticos no pudieron emitir su voto y el promilitar Partido para la Uni?n, la Solidaridad y el Desarrollo obtuvo una victoria abrumadora. El partido de Suu Kyi boicote? la votaci?n, que fue condenada por el resto de los partidos como una farsa y por Naciones Unidas como ?insuficientemente inclusivo y transparente?. Una semana despu?s de las elecciones, Suu Kyi fue liberada tras casi dos d?cadas de retenciones y, desde 2015, el Gobierno est? en manos de su partido, la Liga Nacional para la Democracia. La ic?nica l?der ocupa el puesto de consejera de Estado, un cargo creado ex profeso debido al precepto constitucional, claramente dirigido a Suu Kyi, que impide acceder a la presidencia a aquellos que tengan lazos familiares con personas de otra nacionalidad.

Resultados de las tres ?ltimas elecciones en Myanmar. Las elecciones de 2012 tuvieron que celebrarse para ocupar 48 esca?os vacantes. Fuente: The Economist
Aunque la l?der prodemocr?tica ha sido objeto de cr?ticas a escala mundial por su falta de actuaci?n ante los abusos militares contra rohiny?s en Rak?in y sus evasivas no han cumplido con las expectativas de una nobel de la Paz., la realidad es que incluso ella act?a con un margen de maniobra muy reducido. Por otro lado, su injerencia en los intereses del Tatmadaw debe ser cautelosa, sutil y progresiva: aparte de que los militares rechazaron y boicotearon su nombramiento, el Tatmadaw tiene capacidad para dar marcha atr?s a las pocas reformas liberalizadoras que se han aprobado si su autoridad o sus privilegios se ven amenazados. A todo esto, tampoco debe olvidarse el racismo end?mico de su electorado ?fundamentalmente bamar? hacia la etnia rohiny?.

Es innegable que ha habido cierto aperturismo pol?tico en Myanmar. Las presiones externas y la insostenibilidad a largo plazo del Gobierno militar forzaron a introducir alg?n tipo de cambio. El Tatmadaw ha suavizado sus relaciones con el poder civil y se ha retirado del control directo del pa?s, pero el hecho de que hayan sido los propios militares quienes han encabezado el proceso de democratizaci?n pone l?mites al alcance de las reformas. Estas limitaciones se recogen claramente por escrito en la Constituci?n de 2008. Los militares no solo siguen siendo los garantes de la unidad y la estabilidad del Estado, sino que el propio sistema les permite darle la vuelta al proceso democr?tico. Igualmente, las prerrogativas formales e informales del Tatmadaw imposibilitan el funcionamiento del Estado de derecho y la posibilidad de que la democracia arraigue. La falta de mecanismos internos de control y equilibrio, junto con los factores hist?ricos e ideol?gicos del Tatmadaw, hacen que las reformas democr?ticas en Myanmar sean ?nicamente superficiales hasta la fecha.

Una transici?n sin final
Una visi?n retrospectiva de las relaciones civiles-militares en Myanmar ayuda a comprender algunas de las cuestiones que se plantean en el pa?s actualmente, incluyendo las atrocidades cometidas contra los rohiny?s y la aparente indiferencia de Suu Kyi. La fragilidad del poder civil y la falta de paz que marcaron los primeros a?os de vida del Estado tuvieron una gran influencia en el desarrollo de su Historia. Asimismo, la transici?n ha sido liderada por los mismos que llevan m?s de medio siglo gobernando con mano de hierro el pa?s, lo cual ha arruinado la validez democr?tica de cualquier cambio.

A la transici?n le queda a?n un largo camino por recorrer en Myanmar. Los privilegios y la cultura militares, la inestabilidad ?tnica y la ausencia de un proceso de reparaci?n de los abusos causados por los militares son algunas de las cuestiones que deben resolverse para garantizar el control y la estabilidad de un Gobierno civil. Sus l?deres deber?n aumentar el di?logo con el Tatmadaw para conseguir gradualmente m?s confianza y un sistema pol?tico libre de interferencia militar, especialmente en lo que se refiere a la reconciliaci?n ?tnica y a la seguridad.

Fuente: https://elordenmundial.com/myanmar-la-transicion-incompleta/