Agroecolog?a y ecofeminismo para descolonizar y despatriarcalizar la alimentaci?n globalizada

La alimentaci?n es una actividad cotidiana imprescindible para
LAVIDAYCARGADADESIGNIlCADOSQUEREmEJAYREPRODUCELASRELACIONESSOcioecon?micas y pol?ticas de una sociedad. La materialidad de la alimentaci?n actual en la globalizaci?n se construye en el imaginario colectivo dominante a partir de tres sesgos fundamentales de la mirada occidental:
el antropocentrismo, el etnocentrismo y androcentrismo propios de la patriarcalidad/colonialidad del poder/saber/ser. Este trabajo pretende establecer un di?logo cr?tico entre la agroecolog?a, los feminismos y la teor?a decolonial aplicado al an?lisis del imaginario alimentario hegem?nico con el objetivo de pensar, desde una perspectiva cr?tica-fronteriza, premisas culturales alternativas que contribuyan a la construcci?n de propuestas alimentarias sostenibles y justas que superen los tres sesgos fundamentales de la mirada occidental (pre)dominante.



AGROECOLOG?A Y ECOFEMINISMO PARA DESCOLONIZAR Y DESPATRIARCALIZAR LA ALIMENTACI?N GLOBALIZADA
AGROECOLOGY AND ECOFEMINISM TO DECOLONIZE AND DEPATRIARCHALIZE GLOBAL FOOD

P?rez Neira, David
Universidad Pablo de Olavide
[dpernei@upo.es]

Palabras clave: Ecofeminismo, Agroecolog?a, recampesinizaci?n ecofeminista, alimentaci?n sostenible, pensamiento decolonial.
Keywords: Ecofeminism, agroecology, repeasantization, sustainable feeding/food, decolonial thinking.
Resumen: La alimentaci?n es una actividad cotidiana imprescindible para
LAVIDAYCARGADADESIGNIlCADOSQUEREmEJAYREPRODUCELASRELACIONESSOcioecon?micas y pol?ticas de una sociedad. La materialidad de la alimentaci?n actual en la globalizaci?n se construye en el imaginario colectivo
dominante a partir de tres sesgos fundamentales de la mirada occidental:
el antropocentrismo, el etnocentrismo y androcentrismo propios de la patriarcalidad/colonialidad del poder/saber/ser. Este trabajo pretende establecer un di?logo cr?tico entre la agroecolog?a, los feminismos y la teor?a
decolonial aplicado al an?lisis del imaginario alimentario hegem?nico con
el objetivo de pensar, desde una perspectiva cr?tica-fronteriza, premisas
culturales alternativas que contribuyan a la construcci?n de propuestas alimentarias sostenibles y justas que superen los tres sesgos fundamentales
de la mirada occidental (pre)dominante.

Abstract: Eating is a daily activity that is both essential to life and loaded
WITHMEANINGSTHATREmECTANDREPRODUCETHESOCIOECONOMICANDPOLITICAL
relations within a society. The materiality of food in the globalised world is
built, in the dominant collective imagery, on three fundamental biases of
the Western view: the anthropocentrism, ethnocentrism and androcentrism
constitutive of the patriarchality/coloniality of power/knowledge/being.
This work aims at establishing a critical dialogue between agroecology,
the feminisms perspective and the decolonial theory on the analysis of
hegemonic food imagery with the purpose of thinking, from a critical and
borderland teory, alternative cultural premises that cancontribute to the
construction of sustainable and fair food proposals capable of overcoming the three fundamental biases of the (pre)dominating Western view.
Recibido: octubre de 2013
Aceptado: diciembre de 2013
Soler Montiel, Marta
Universidad de Sevilla
[msoler@us.es]
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
96
1. Alimentaci?n, crisis global
y pensamiento decolonial:
la necesidad de alternativas
epistemol?gicas
La crisis alimentaria es una m?s de las
m?ltiples manifestaciones de la crisis
global actual. Asistimos al fracaso de los
mecanismos de organizaci?n social para
atender las necesidades b?sicas humanas
de los pa?ses industrializados occidentales basados en la din?mica competitiva de
los mercados. La crisis econ?mica se une
a la social y medioambiental poniendo
DEMANIlESTO QUE ASISTIMOS A UNA CRISIS
civilizatoria de escala planetaria (Toledo,
1992). Las interpretaciones y propuestas
de alternativas son m?ltiples, pero en su
mayor?a se realizan desde las premisas
epistemol?gicas y culturales dominantes
en el mundo occidental. El pensamiento
decolonial y depatriarcal centra el an?lisis
en las cuestiones epistemol?gicas y las
cosmovisiones que sustentan las materialidades y las hacen posibles. Desde este
paradigma-otro se apunta la incapacidad
que tiene el pensamiento moderno/occidental de entender la complejidad de esta
crisis planetaria que est? estrechamente
relacionada con la miop?a estructural de
los paradigmas y saberes (pre)dominantes construidos alrededor del pensamienTO CIENT?lCO CONVENCIONAL1
. Entender la
1. La idea de lo ?(pre)dominante? estar? presente
a lo largo del texto en un doble sentido. Por un
lado, partimos de la premisa que la hegemon?a de
las l?gicas y los conceptos nunca es dominante
en t?rminos absolutos, siempre existen multipliFLGDGGHVLJQL?FDGRVUHVLVWHQFLDVFRQYLYHQFLDV
\UHVLJQL?FDFLRQHVPXWXDVHQWUHGLIHUHQWHVSRVLciones. Por otro, no se trata de buscar la ?verdad?
GHOVLJQL?FDGRGHORVFRQFHSWRV\ODVOyJLFDVHQVt
mismas, m?s bien, se trata de entender desde una
dimensi?n epistemol?gica de la crisis y la
crisis de la epistemolog?a moderna resulta
fundamental para comprender las causas
hist?ricas de la presente situaci?n, pero
sobre todo, constituye una necesidad de
futuro de los pueblos, las culturas y las
personas.
Es posible diferenciar al menos tres aspectos fundamentales de la crisis epistemol?gica occidental. El primer aspecto
interno hace referencia a los propios principios b?sicos de organizaci?n conocimiento moderno en un sentido paradigm?tico, es decir, la crisis de percepci?n
(Capra, 1986 y Morin, 1981). El segundo
ASPECTOEXTERNOSE RElEREALOST?RMINOS
en los que se establece el di?logo entre
el conocimiento moderno y el resto de
los conocimientos existentes, es decir,
la violencia epist?mica que subyace a la
cosmovisi?n occidental (Spivak, 2011).
El tercer aspecto es la interrelaci?n entre
los dos aspectos anteriores que abre la
puerta a explorar las relaciones entre el
poder y el saber en la construcci?n de las
realidades, las subjetividades, las emocionalidades, las creencias (Foucault, 1976
Y7ASHETAL ENDElNITIVA LASCOSmovisiones que movilizan el mundo humano.
En la pr?ctica y en la teor?a, la mirada
occidental moderna se ha construido en
base a tres sesgos fundamentales del
poder/dominaci?n/subjetivaci?n que impregnan nuestras cosmovisiones y creencias m?s profundas: el antropocentrismo,
el etnocentrismo y el androcentrismo. En
concreto, la articulaci?n de estos tres sesgos en torno a lo agroalimentario roba a
los territorios y los pueblos su soberan?a
perspectiva compleja cuales han sido los discurVRV\ODVSUiFWLFDVTXHVHKDQHVFRQGLGRMXVWL?FDdo tras esas l?gicas y esos conceptos desechando
GH?QLFLRQHVVXVWDQFLDOLVWDV\DKLVWyWLFDV
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
97
alimentaria, tejiendo sutiles cadenas de
subordinaci?n tanto en lo material como
en lo simb?lico que van desde los platos
de comida cotidiana, a los espacios de
trabajo y de vida, en el campo o la ciudad.
$E ESTA FORMA SE CONlGURAN Y LEGITIMAN
unas premisas culturales inconscientes
QUE CONlGURAN COMOSEPIENSA SEDElNE SE CLASIlCAYSEDEBESENTIR ELMUNdo conforme a un patr?n de poder global
articulado en torno a la patriarcalidad/
colonialidad del poder/saber/ser (Quijano,
2000 y Lugones, 2011).
El objetivo de este trabajo es realizar
UNA REmEXI?N EPISTEMOL?GICA CR?TICA SObre como los tres sesgos antes apuntaDOS CONlGURAN LA ALIMENTACI?N MODERNA
dominante en la globalizaci?n, as? como
apuntar premisas epistemol?gicas alternativas para la construcci?n de una alimentaci?n sostenible y justa a partir de los
aportes te?ricos de la agroecolog?a, los feminismos, en especial el ecofeminismo2
,
y la teor?a decolonial. Se pretende hacer
una contribuci?n a seguir pensando la
intersecci?n de las m?ltiples heterarqu?as
de poder/dominaci?n/resistencia que
atraviesan los discursos y que a su vez alimentan las pr?cticas (y viceversa) como
premisa para avanzar en la construcci?n
de modelos agroalimentarios alternativos
como requisito indispensable para esos
?otros mundos posibles? que pongan la
vida de las personas y la naturaleza en el
centro de inter?s (Puleo, 2011) a favor de
esos paradigmas en construcci?n en tor2. Dentro del propio ecofeminismo existe una gran
diversidad de posicionamientos y ?corrientes?:
desde los ecofeminismos m?s ?esencialistas? y
espirituales, a aquellos m?s constructivistas, so -
cialistas o anarquistas. Para profundizar sobre las
corrientes dentro del ecofeminismo y sobre el ecofeminismo en s? mismo consultar Puleo (2011).
no al ?buen vivir? y la sostenibilidad de la
vida (Orozco, 2013).
El texto se estructura en cuatro ep?grafes. En un primer ep?grafe, se exponen
las premisas te?ricas fundamentales del
trabajo que relacionan la noci?n de colonialidad y patriarcalidad del poder/saber/
ser con propuestas feministas y ecologistas. En un segundo ep?grafe, a partir de
las premisas previas, se deconstruyen los
tres sesgos fundamentales de la mirada
occidental predominante en lo alimentarios. En un tercer ep?grafe se apuntan
los fundamentos del pensamiento-otro
para la construcci?n de alternativas que
se relacionar?n con las propuestas de la
agroecolog?a y el ecofeminismo para el
caso de la alimentaci?n en el cuarto y ?ltimo ep?grafe.
2. La propuesta decolonial
y depatriarcal ante la crisis
epist?mica y del poder/saber/
ser como premisa para el
an?lisis de lo alimentario
Los conceptos de crisis epist?mica y crisis
de percepci?n pueden ser considerados
equivalentes en alusi?n al fracaso en las
formas de comprender el mundo que no
son nunca neutras en t?rminos ?tico/pol?ticos (Cembranos et al., 2011). Partimos
de la premisa de que vivimos una crisis
epist?mica en occidente que nos afecta a
nuestra percepci?n del mundo en general
y de lo agroalimentario en concreto. En
un sentido paradigm?tico los principios
organizadores del conocimiento moderno
est?n basados en una inteligencia parcelaria y racional heredera del mecanicismo
y reduccionismo cartesiano que quiebra
la complejidad del mundo, unidimensio-
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
98
nando la multidimensi?n. Este separatismo radical fue el origen de las disciplinas
CIENT?lCASQUEA?SLANLASCUESTIONESSOCIAles, de las econ?micas, de las ecol?gicas;
las ciencias sociales de las naturales; la
propia ciencia del arte, de los sentimientos y de la ?tica y a su vez de la pol?tica?
produciendo compartimentos estancos
de realidad que apenas dialogan entre s? y
niegan su coexistencia (Mor?n, 1981). De
esta forma, cuanto m?s multidimensionales sean los problemas/desigualdades y
las crisis a abordar, mayor ser? la incapacidad de articular la multidimensi?n:
?Incapaz de considerar el contexto y el
complejo planetario, la inteligencia ciega
se convierte en inconsciente y en irresponsable? (Mor?n, 1999).
M?s all? de este problema interno de simPLIlCACI?N Y PARCELACI?N RACIONALISTA LA
crisis epist?mica implica poner de manilESTOQUEEXISTEUNAPLURIVERSIDADDECOSmovisiones para ver/sentir el mundo m?s
all? de la monocultura de los paradigmas
eurocentrados (Castro-G?mez y Grosfoguel, 2007). Las formas de di?logo de la
ciencia ?moderna? con el resto de formas
de conocimiento ha seguido un modelo
de negaci?n/apropiaci?n. Es decir, a lo
largo de la historia el pensamiento cient?lCOSEHACONSTRUIDOENPARALELOALAINVIsibilizaci?n, minusvaloraci?n y desprecio
DETODOSLOSCONOCIMIENTOS SABERES lLOsof?as y cosmovisiones que no est?n moldeados y producidos por los patrones de
la ciencia y los discursos expertos (Walsh,
2007), a la par que se ha apropiado de
aquellos que han servido a sus propios
intereses3
.
Desde una perspectiva del an?lisis que
complejiza las relaciones existentes entre
3. Uno de los casos m?s evidentes es la biopirater?a (Shiva, 2001).
el poder y el saber, la teor?a de la colonialidad del poder introducida por An?bal
Quijano es una propuesta epistemol?gica
que invita a pensar la modernidad como
un sistema de dominaci?n global capitaLISTADONDELACLASIlCACI?NRACIALY?TNICA
de la poblaci?n operan a diferentes niveles y escalas. La colonialidad del poder y
sus efectos no son una mera desviaci?n
de la modernidad sino algo constitutivo
al proyecto de modernidad/colonialidad
que se articula en un espacio de relacioNES DE EXPLOTACI?N
DOMINACI?N
CONmICTO
a escala mundial. Este sistema global ha
provocado la racializaci?n jerarquizada de
ciertos grupos y personas y la disputa por
el control de los cinco ?mbitos b?sicos de
existencia humana (Quijano, 2000): (1) el
sexo; (2) el trabajo; (3) la subjetividad/intersubjetividad; (4) la autoridad colectiva
y (5) las relaciones con las dem?s formas
de vida (universo/naturaleza), tanto en
t?rminos de recursos como de productos
mediante la articulaci?n geopol?tica de los
TERRITORIOSYLAESTRATIlCACI?NENCLASESSOciales diferenciadas/racializadas distribuidas a lo largo del sistema-mundo/colonial.
La colonialidad del poder se articula con
la colonialidad del saber y del ser en las
que se enfatizan la dimensi?n epistemol?gica y ontol?gica de la colonialidad (Lander 2000 y Maldonado Torres, 2007). En
la l?nea apuntada anteriormente, la colonialidad del saber hace referencia a la folclorizaci?n de los patrones de expresi?n,
CONOCIMIENTO LENGUAJESYSIGNIlCADOSDE
las poblaciones dominadas. Esta colonialidad supone una arrogancia epist?mica
de la ciencia moderna hacia otras formas
de ver el mundo bajo el discurso de la uniVERSALIDADYNEUTRALIDADCIENT?lCA YOBVIA
interesadamente4
, que cualquier conoci4. Enti?ndase en el sentido del ?inter?s por el
desinter?s? elaborado por Bourdieu (1997).
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
99
miento est? irremediablemente geo y corpopol?ticamente situado en las relaciones
de poder (Haraway, 1995 y Grosfoguel,
2006). La colonialidad del Ser resalta el
control y la producci?n de la subjetividad,
la sexualidad, las identidades? jerarquizando y deshumanizando las experiencias vividas de determinadas poblaciones
donde las europeas se sit?an en la posici?n de superiores/dominantes y los noeuropeos en la posici?n de inferiores/dominados (Maldonado Torres, 2007). Este
giro en la forma de analizar las relaciones
entre el saber y el poder/dominaci?n/subjetivaci?n ofrece un marco privilegiado en
el an?lisis de la producci?n de las formas
de control y dominaci?n simb?lica y epistemol?gica5 en torno a las categor?as de
raza y racismo como algo inherente en
los procesos de expansi?n del capitalismo
global y construcci?n de la modernidad/
colonialidad (Mignolo, 2003).
Sin embargo, y siguiendo a Curriel (2007),
a pesar de que en el propio enfoque decolonial se destaca el cuerpo y el sexo como
espacios donde se ejerce la dominaci?n
FUNDIDAENCLASIlCACIONESRACIALES DICHAS
ELABORACIONESRESULTANSERAPRIORIINSUlcientes. Mendoza (2010) se pregunta en
qu? medida las nuevas propuestas epistemol?gicas en torno a la colonialidad incorporan los planteamientos/reivindicaciones
feministas y la cuesti?n de los g?neros y
qu? lugar ocupan las mujeres en la cons5. La violencia simb?lica es aquella que arranca
sumisiones que ni siquiera son conceptualizadas
como tales por las personas que las sufren, y
tampoco por aquellas que la ejercen, ya que est?n
basadas en experiencias colectivas y creencias
inculcadas compartidas. Mediante dominaci?n
simb?lica las relaciones de sumisi?n se pueden
convertir en relaciones afectivas en las cuales se
puede llegar a amar y querer aquello que te subordina e inferioriza como condici?n de existencia (Bourdieu, 1997).
trucci?n de las epistemolog?as decoloniales. Es necesario por tanto, problematizar
y complejizar el propio concepto de colonialidad del poder/saber/ser desde posiciones feministas. La colonialidad de la
raza debe ser pensada de forma interseccional con la colonialidad del g?nero y la
sexualidad (y la clase) siendo estas categor?as que no operan de forma universal,
estable y descontextualizada (Lugones
2008). Si partimos de diferentes reg?menes de patriarcado que coexisten con el
colonialismo, y que el colonialismo es en
s? mismo un producto patriarcal, resulta
evidente la necesidad de una despatriarcalizaci?n del pensamiento, la epistemolog?a, la econom?a y la pol?tica (Chavez et
al., 2011). Como apunta Mar?a Galindo
(2011) ?no se puede descolonizar sin
despatriarcalizar?.
Por ?ltimo, se?alar que la patriarcalidad/
colonialidad del poder/saber no se articula como patr?n de dominaci?n global
de las personas, sino que tambi?n se extiende al resto de especies no humanas
y a la naturaleza en su conjunto6
. La patriarcalidad/colonialidad de la naturaleza
constituye una dimensi?n fundamental
a la hora de entender las relaciones de
dominaci?n/explotaci?n en lo local y en
lo global desde una perspectiva compleja y de pluriversidad epist?mica. La idea
de control de lo ?no humano? constituye
un mandato fuertemente arraigado en el
pensamiento/saber moderno y tiene un
calado extremadamente profundo en la
construcci?n de la idea de ?modernidad?.
Seg?n, Max Neef (1984, 43) este mandato se encuentra en la propia ?esencia? de
la cultura occidental/cristiana y se expresa a trav?s del ?mito originario? recogido
6. Sin olvidar que la propia noci?n de ?naturaleza? constituye as? mismo un concepto colonizado
y patriarcalizado.
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
100
en el Libro del G?nesis de la Biblia en el
cual, Dios, despu?s de crear al hombre y
la mujer (?blancos?) los bendijo diciendo:
?Creced y multiplicaos, llenad la tierra y
dominadla?.
Partimos pues de considerar la cosmovisi?n occidental como una entre otras
m?ltiples cosmovisiones existentes y posibles, aunque (pre)dominante respecto
a las otras subordinadas y negadas. La
cosmovisi?n occidental coloniza las mentes y las formas de sentir, comprender y
construir los mundos. La crisis global es
muestra de que la cosmovisi?n occidental
es una cosmovisi?n en crisis que necesita
ser deconstruida, problematizada y reformulada en sus distintas manifestaciones
y dimensiones, a la par que es necesario
el di?logo y la convivencia igualitaria en la
pluriversidad epist?mica.
3. La visi?n patriarcal/colonial
de la alimentaci?n
La alimentaci?n es una actividad cotidiana imprescindible para la vida, cargada
DESIGNIlCADOSQUEREmEJAYREPRODUCELAS
relaciones socioecon?micas y pol?ticas de
una sociedad concreta. Est?, como toda
actividad social en el mundo occidental,
producida y organizada por la patriarcalidad/colonialidad del poder/saber/ser. Esta
l?gica (pre)dominante piensa y organiza
el mundo en t?rminos duales en base a
categor?as homog?neas, separables, contrapuestas y ordenadas jer?rquicamente
en t?rminos de valor (Lugones, 2011).
Entender los mecanismos de l?gica ?categorial? es fundamental para comprender
como la mirada occidental construye las
intersecciones entre la etnicidad, sexog?nero, clases sociales, y las relaciones
entre los seres humanos y la naturaleza.
Analizamos a continuaci?n como los tres
sesgos fundamentales de la mirada occidental afectan al mundo agroalimentario.
El antropocentrismo se basa en el dualismo cultura/naturaleza; mientras que etnocentrismo parte de los pares moderno/
no moderno, desarrollo/atraso, humano/
no humano (o sub-humano) y el androcentrismo de los dualismos asociados a
lo masculino/femenino, p?blico/privado
y raz?n/emoci?n entre otros. Todos estos
dualismos son constitutivos entre s? y (re)
producen una compleja matriz de relaciones de poder/dominaci?n/resistencia que
naturaliza y normaliza los privilegios de las
personas favorecidas tambi?n en lo m?s
concreto y cotidiano de la vida humana
como es la alimentaci?n en su dimensi?n
simb?lica y material.
3.a. El etnocentrismo en lo
agroalimentario
El etnocentrismo occidental construye las
dem?s culturas y pueblos como inferiores
(Sousa Santos, 2009). Los seres humanos
necesitamos pertenecer a un grupo sociocultural de referencia. La identidad, como
condici?n existencial del sujeto, requiere
de la construcci?n de un ?otro? u ?otra?
bajo un doble principio de inclusi?n y exclusi?n. El sesgo etnoc?ntrico occidental
y la capacidad de imposici?n de cosmoVISIONES IDENTIlCA EL GRUPO DEdiferentes
como desiguales. El ?otro? u ?otra? construido culturalmente como inferior es susceptible de ser dominado y utilizado para
SERVIRAlNESAJENOS
En el mundo occidental el sesgo etnoc?ntrico se articula generando simult?neamente una otredad/constitutiva ?exterior?
y una otredad ?interior? que, aunque occidental, no responde al modelo sociocul-
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
101
tural dominante fuertemente marcado por
una componente de estatus (clase). Las y
los ?otros? no occidentales, son percibidos y construidos como ?salvajes? o como
no desarrollados, como no-modernos, asimilados a la naturaleza7
y ubicados en la
?zona del no ser?, en contraposici?n a
un ?nosotros? desarrollados y modernos
situados en la ?zona del ser? (Fanon,
2010). Simult?neamente, la construcci?n
de las y los ?otros interiores?8
implica una
jerarquizaci?n sociocultural interna que
se construye asumiendo una centralidad cultural, un ?nosotros?, interiorizado
como superior que se proyecta como modelo de decencia y deseabilidad, como referente ?tico y material de modo de vida.
Esta centralidad cultural occidental, el ?yo
imperial? (Grosfoguel, 2011), se construye en torno al mundo urbano del empleo
y el estatus de clase burgu?s, y que se
complejiza con las jerarqu?as sociales de
raza (blanca), orientaci?n sexual (heterosexual), de opci?n religiosa (cristina) y
de sexo-g?nero (por supuesto var?n/hombre).
El etnocentrismo occidental impregna
nuestra concepci?n de lo agroalimentario
tanto en el espacio de lo rural donde se
generan los alimentos como en el espacio del consumo, habitualmente urbano.
Cultivar y elaborar los propios alimentos, as? como cocinarlos para alimentar,
son concebidas desde la mirada (pre)
7. As? el sesgo antropoc?ntrico ha servido hist?ricamente como legitimaci?n cultural para consolidar el sesgo etnoc?ntrico que a menudo es
ocultado y negado, no as? el primero.
8. Las otras y los otros internos son todas las personas que escapan a la normatividad occidental
dominante: las clases trabajadoras populares, las
y los inmigrantes, las y los campesinos, as? como
toda persona que se ?desv?a? de la normatividad
sexual impuesta por el heteropatriarcado.
dominante como actividades sin valor y
despreciables econ?mica y socialmente,
preferiblemente realizadas por otros y
otras categorizadas como inferiores. Esta
concepci?n es parte fundamental del sustrato cultural que acompa?a y refuerza el
cambio hacia la industrializaci?n agroganadera en el mundo rural y hacia la industrializaci?n dom?stica en las cocinas
de los hogares, es decir, que invita a la
?modernizaci?n? frente al ?atraso?. La alimentaci?n se industrializa y mercantiliza
en todas sus fases a medida que el qu?
se come, d?nde se come y con quien se
come se consolidan como signos de distinci?n en nuestras sociedades opulentas
(Bourdieu, 1988).
El campesinado es construido como un
?otro interno? del mundo occidental9
que
hist?ricamente ha sido responsable de
alimentar a las sociedades con una organizaci?n sociocultural y econ?mica propia
(Chayanov, 1974). La ret?rica del desarroLLO IDENTIlCA EL MODO DE VIDA OCCIDENTAL
como modelo cultural y material no s?lo
deseable si no superior, donde la mayor
parte de la poblaci?n mundial es mirada
como subdesarrollada y, por tanto, sus
formas de vidas como inadecuadas (Sachs, 1996), rozando la no-humanidad. El
discurso del desarrollo entendido como
parte de la colonialidad/patriarcalidad del
poder/saber/ser en las zonas rurales sigue
impulsando la industrializaci?n agroganadera contra las formas campesinas ba9. As? mismo, el campesinado tambi?n es construido como ?otro externo? situado en la ?zona
del no ser? siendo sus formas de opresi?n cuantitativa y cualitativamente diferentes en grado e
intensidad que en la ?zona del ser? debido a las
diferencias patriarcales/coloniales de los sujetos
y colectivos implicados. Entender estas diferencias patriarcales/coloniales implica entender que
las estrategias de lucha y transformaci?n deben
ser tambi?n diferenciales (Grosfoguel, 2012).
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
102
sadas en el manejo de la biodiversidad.
Las comunidades campesinas, desarticuladas, se han ido convirtiendo/empujando paulatinamente en abastecedoras de
materia prima para la industria de transformaci?n y en un mercado para las industrias de insumos, desempe?ando un
papel subordinado imprescindible para
lNANCIARELPROCESODECRECIMIENTOURBAno e industrial. Simult?neamente la ret?rica del desarrollo impulsa cambios en las
dietas y pautas de consumo alimentario,
en el campo y la ciudad. Se abandonan
las dietas mayoritariamente vegetarianas
adaptadas a la temporalidad y los alimentos de producci?n local para pasar a
dietas crecientemente dependientes de
la prote?na animal, con abundancia de
carne, l?cteos y huevos, as? como de alimentos industriales que profundizan en
la colonizaci?n de la naturaleza articulando y subordinando territorios a intereses
capitalistas y patriarcales.
3.b. El androcentrismo en lo
agroalimentario
Hist?ricamente se ha impuesto desde
occidente una organizaci?n sociocultural y pol?tico-econ?mica orientada por las
vivencias y necesidades de los varones
heterosexuales de las clases dominantes
forzadamente universalizadas. Los paralelismos simb?licos femenino-naturalezaemoci?n y masculino-cultura-raz?n legitiman la apropiaci?n y explotaci?n de lo
socialmente construido como femenino,
ocult?ndose el androcentrismo tras el
ampliamente aceptado antropocentrismo
occidental (Mellor, 2000).
El sesgo androc?ntrico desprecia e invisiBILIZA LOSTRABAJOS DOM?STICOS IDENTIlCAdos como femeninos y realizados mayoritariamente por mujeres10. Cocinar, hacer
la compra, elegir las comidas cuidando la
diversidad de la dieta y el equilibrio nutricional, alimentar? son tareas ?femeninas? fundamentales para el sostenimiento de la vida, despreciadas por la mirada
occidental. En la divisi?n generizada del
trabajo patriarcal, s?lo el trabajo remunerado en el mercado se concibe como realmente ?productivo? y se adscribe prioritariamente a los hombres que pueden tener
acceso al mismo mientras las mujeres se
hacen responsables mayoritariamente de
los trabajos invisibilizados, considerados
?improductivos?. Se desvaloriza el mundo
dom?stico en tanto que femenino pese a
que en ?l se desarrollan actividades fundamentales e indispensables para la sostenibilidad de la vida (Carrasco, 1999).
Este sesgo androc?ntrico se ha traducido
en presiones culturales y materiales para
abandonar e industrializar la alimentaci?n dom?stica. En contextos modernos,
la falta de reparto del trabajo en el espacio de lo dom?stico y cuidado, ha exigido
que las mujeres dediquen menos tiempo
a las tareas de alimentaci?n, en lugar de
socializarlo equitativamente. Esto ha sido
posible gracias a la incorporaci?n de electrodom?sticos y del cambio en la propia
alimentaci?n hacia una comida congelada, prefabricada, instant?nea e industrializada. Es m?s, la externalizaci?n de
este tipo de trabajos y responsabilidades
constituye, cada vez m?s en nuestras sociedades, un s?mbolo de prestigio, como
es por ejemplo el tener servicio dom?stico o el comer fuera de casa en restaurantes. Esta externalizaci?n de trabajos,
y responsabilidades en torno al cuidado,
10. La no asunci?n equitativa de estos trabajos y
cuidados por parte de los varones es una de las
formas de privilegio y violencia estructural m?s
?disculpada? por nuestra cultura occidental.
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
103
est? generando lo que desde la econom?a
feminista se ha denominado las cadenas
globales de cuidados, entendidas ?stas
como ?cadenas de dimensiones transnacionales que se conforman con el objetivo
de sostener cotidianamente la vida, y en
LASQUELOSHOGARESSETRANSlERENTRABAJOS
de cuidados de unos a otros en base a
ejes de poder, entre los que cabe destacar
el g?nero, la etnia, la clase social y el lugar
de procedencia? (Orozco, 2007, 4).
En la medida que las comunidades campesinas orientan su actividad prioritariamente a la estabilidad y reproducci?n
social, siendo central la atenci?n de necesidades b?sicas, y limitando la dependencia del mercado, la mirada occidental las
infravalora por una asimilaci?n ?inconsciente? con lo femenino. As?, de forma
indirecta, el desprecio por lo campesino
tambi?n se refuerza por el sesgo androc?ntrico. Del mismo modo, dentro de la
categor?a del ?campesinado? el androcentrismo y el etnocentrismo occidental
refuerzan su poder opresivo negando la
visibilizaci?n, la legitimidad, la autoridad
y la voz de aquellas personas categorizadas como mujeres (Bidaseca y V?zquez,
2010).
3.c. El antropocentrismo en lo
agroalimentario
Con el advenimiento de la modernidad,
las sociedades occidentalizadas empezaron a perder su concepci?n organicista
del mundo para avanzar hacia una cosmovisi?n que las coloca en el centro con
capacidad y legitimidad para dominar la
naturaleza (Naredo, 2003). El sesgo antropoc?ntrico crea un ?otro? o una ?otra
ecol?gica? al concebir ontol?gicamente la
naturaleza como separada, ajena e inferior y, por tanto, como algo a dominar y
explotar partiendo del dualismo naturaleza/cultura. Hemos perdido la capacidad
psicoemocional de empat?a, simpat?a y
compasi?n con los otros y las otras no
humanas, rompi?ndose as? los l?mites ?ticos para la destrucci?n de la naturaleza
y los animales no humanos (Riechmann,
2004).
La utilizaci?n instrumentalizada y ?sacralizada? de la ciencia al servicio de una
mirada que ignora los l?mites biof?sicos
permite la generalizaci?n de una din?mica econ?mica basada en el crecimiento
que requiere la extracci?n creciente de
energ?a y materiales y la generaci?n de reSIDUOSALSERVICIODELOSBENElCIOSMONEtarios en el mercado. As? mismo, hemos
desarrollado una concepci?n puramente
utilitarista e instrumental de la naturaleza
y de los animales no humanos, como si su
?nico sentido de existencia fuese el servir
a nuestros deseos y caprichos.
La industrializaci?n agroalimentaria, tanto
la generalizaci?n de la revoluci?n verde
en el campo como la mercantilizaci?n industrial en masa de los alimentos, es facilitada por esta l?gica antropoc?ntrica del
crecimiento econ?mico. Alimentarse es
cada vez m?s una actividad dependiente
del mercado a costa de la destrucci?n de
los agroecosistemas y sobreexplotaci?n de
los animales. Agricultores/as y ganaderos/
as dependen de la compra de insumos
industriales a empresas multinacionales e
incorporan l?gicas y manejos productivistas que agreden el medio natural (Toledo, 1993). Para alimentarnos acudimos a
supermercados y restaurantes donde se
consumen alimentos ex?ticos, enlatados,
congelados, precocinados… que han recorrido largas distancias y de los que se
ignora qui?n, d?nde y c?mo han sido producidos y elaborados. A su vez, comer es
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
104
cada vez m?s un acto ostentoso vinculado
tanto a las dietas basadas en prote?na animal como a las dietas ?gourmet? de acceso privilegiado s?mbolo de estatus social.
Y donde la colonialdad/patriarcalidad de
la naturaleza pone a disposici?n de una
minor?a, pa?ses enriquecidos y ?lites de
los pa?ses empobrecidos la mayor?a de
los recursos naturales y ecosistemas11 a
costa de la desestructuraci?n de los territorios y los pueblos que en ellos conviven.
4. Epistemolog?as desde los
m?rgenes y paradigmasotros para la construcci?n de
alternativas a la crisis global
Las propuestas en torno a la idea del giro
decolonial/patriarcal dan cuenta del car?cter trans-fronterizo de los proyectos
pol?tico/epist?micos que pretenden (re)
construir y avanzar hacia otras formas de
saber/ser movidos por una ?tica radical
de liberaci?n (Dussel, 1998), y por lo tanto, de ?hacer-vida? m?s all? del modelo
hegem?nico de la modernidad/colonialidad/patriarcalidad. Las l?gicas opresivas
inherentes a este modelo jerarquizan
personas, culturas, pr?cticas y saberes.
Desde el ?yo imperial? (masculino, blanco, burgu?s, heterosexual, joven, urbano,
racional?)12 SE DElNE AL OTRO O LA OTRA
11. El an?lisis de la Huella Ecol?gica de las NaFLRQHVSRQHGHPDQL?HVWRTXHVLWRGRHOPXQGR
tuviese la misma capacidad de apropiarse de suSHU?FLHHFROyJLFDPHQWHSURGXFWLYDPHGLGDDWUDv?s del indicador de la Huella Ecol?gica har?an
falta 4,5 planetas. Para el caso del Estado espa?ol
ser?an ?tan solo? 3. V?ase: http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GFN/
12. Es importante avanzar hacia un conocimiento
que comprenda la interseccionalidad de las difecomo diferente/inferior y a s? mismo como
modelo de universalidad y sin?nimo a lo
deseable13. De esta forma, ?qu? opciones
le quedan a una persona y sus formas de
vida que ha sido heterodesignada como
?otra inferior??
A la pregunta anteriormente planteada,
-IGNOLO  AlRMA QUE LAS PERSONAS
categorizadas como inferiores tienen pocas salidas. O bien aceptan su inferioridad, o bien deben esforzarse para alcanzar y demostrar que son ?seres humanos?
iguales al ?yo imperial?. Esta segunda
opci?n implica un proceso de lucha y
asimilaci?n a la norma establecida. En
ambas opciones se trata de ?aceptar la
humillaci?n de ser inferior a quienes decid?an que deb?as, o bien mantenerte como
inferior, o bien asimilarte. Y asimilarte sigNIlCA ACEPTARTUINFERIORIDADY RESIGNARTE
a jugar un juego que no es tuyo, sino que
te ha sido impuesto. La tercera opci?n es
el pensamiento y la epistemolog?a fronterizos? (ib., p.2).
El pensamiento fronterizo aborda la cuesti?n del di?logo/traducci?n de saberes
desde posiciones subalternas generadas
desde otras geopol?ticas y corpopol?ticas
del conocimiento. El pensamiento fronterizo cr?tico es una apuesta ?tica y pol?tica
(Mignolo 2003). Una apuesta que implica ?interculturalizar cr?ticamente a partir
rentes relaciones de poder en torno a la raza, el
sexo, el g?nero, la clase… (Crenshaw, 1991).
13. No es casualidad que las teorizaciones sobre
el ?yo imperial? sean muy similares a aquellas
realizadas en torno a la masculinidad hegem?nica (pre)dominante. As?, Kimmel (1997) dice que
la masculinidad hegem?nica hace referencia a
?un hombre con poder, de poder y en el poder?
y que se construye como categor?a en base a la
oposici?n a todas las mujeres y a los ?menos?
hombres (minor?as ?tnicas, viejos, ni?os, enfermos, pobres, disidentes sexuales?).
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
105
de la relaci?n de varios modos de pensar,
incluyendo entre pensamientos-otros (en
SU PLURALIDAD UNA RELACI?N CONmICTIVA
y de lucha en, entre y alrededor de conocimientos no simplemente al nivel de
teor?a, sino dentro de contextos vividos de
sujetos cuya agencia necesariamente est?
enraizada en una red compleja de relaciones del poder? (Walsh 2005, p. 30). No
se trata de solamente de descentralizar
el lugar de la enunciaci?n, sino de cambiar los t?rminos de la conversaci?n en s?
misma (ibid)14. Se trata de la construcci?n
de paradigmas-otros que superen los tres
sesgos de la mirada occidental y avancen
hacia la despatriarcalizaci?n/descolonizaci?n del conocimiento.
Como resulta obvio, esta tarea no es
sencilla en s? misma. La patriarcalidad/
colonialidad del poder no solamente ha
producido e impregnado la mayor?a de
las formas de saber y comprensi?n de
la realidad, sino que adem?s, existe un
problema a?adido de ?racismo/machismo? epistemol?gico. Los conocimientos
y experiencias vividas en la ?zona del no
ser? son considerados a priori inferiores a
aquellos producidos en la ?zona del ser?.
En el caso particular de la alimentaci?n
esta realidad resulta muy evidente. Las
formas de producci?n campesinas han
SIDOCALIlCADASPORELPENSAMIENTOPRE
dominante como atrasadas e inservibles,
casi como indignas. Como apunta Grosfoguel (2011), el pensamiento cr?tico de la
zona del ser no ha sido capaz de pensar
hist?ricamente los problemas sociales ni
14. As? por ejemplo, en el caso de los problemas
ambientales asociados a la producci?n industrial,
no se trata de sustituir los insumos ?qu?micos?
contaminantes por otros ?ecol?gicos? supuestamente m?s inocuos. Esto provocar?a una sustituci?n de insumos al servicio de la misma l?gica.
Es necesario ir m?s all?.
las particularidades patriarcales/coloniales de la zona del no-ser, y si lo ha hecho,
ha sido desde su experiencia hist?rico
social. As?, ?La teor?a cr?tica de izquierda
producida desde la geopol?tica del conocimiento y la corpopol?tica del conocimiento de la experiencia hist?rico-social
del ?otro? dentro de la zona del ser no es
SUlCIENTEPARAENTENDERLOSPROBLEMASVIvidos ni la manera como se articulan los
procesos de violencia y apropiaci?n de la
dominaci?n y explotaci?n de la zona del
no-ser. Cuando los sujetos coloniales que
habitan en la zona del no-ser adoptan de
manera acr?tica y exclusiva la teor?a social
producida desde la experiencia del ?otro?
en la zona del ser sin tomar en serio la
teor?a cr?tica producida desde la experiencia del ?no-ser-otro? en la zona del no-ser,
se somete a una colonizaci?n mental subordinada a la izquierda occidentalizada?
(ib., p. 102).
El di?logo y la traducci?n de saberes es
fundamental para construir alianzas y
coaliciones pol?ticas entre los sujetos/colectivos oprimidos desde una perspectiva
depatriarcal y decolonizadora. Esta perspectiva implica el desarrollo de metodolog?as que faciliten la conversaci?n, la inteligibilidad entre las partes y la articulaci?n
de perspectivas, problem?ticas y l?gicas
diversas: ?sin traducci?n no es posible interpretar ni entender las diferencias. No
se trata de que haya conmensurabilidad
absoluta en los procesos de traducci?n.
Existen muchas cosas intraducibles por
ser inconmensurables. Sin embargo, esto
no descarta espacios de traducci?n, negociaci?n y respecto que permitan actuar
pol?ticamente juntos desde la diferencia de situaciones y proyectos pol?ticos?
(Grosfoguel, 2011, p. 106). En concreto
necesitamos procesos encaminados al
di?logo/traducci?n de tres grandes grupos
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
106
de l?gicas alternativas15: las ecol?gicas,
las decoloniales, con especial atenci?n
en las l?gicas campesinas, y las feministas (eco-feministas).
De esta forma, los tres sesgos de la mirada occidental deben ser pensados de
manera interseccional y compleja. De
no ser as?, la patriarcalidad/colonialidad
del saber seguir? generando ausencias
fundamentales ya que lo que ?no existe?
es producido como ?no existente? tanto
por las relaciones de poder como por las
ciencias sociales modernas (Sousa Santos, 2006). Estas ausencias provocan una
contracci?n del presente y una p?rdida
de las experiencias y saberes disponibles
invisibilizando las alternativas ya existentes16. Adem?s, cualquier proyecto eman15. Cabr?a advertir que estas l?gicas se expresan
dial?gicamente en t?rminos de racionalidades/
emocionalidades. Resultar?a preocupante que
dichas l?gicas al calor de los feminismos, la
ecolog?a pol?tica, el interculturalismo y los movimientos campesinos/ind?genas partieran del
reduccionismo racionalista abstracto y que volviera a enterrar los v?nculos emocionales y las
proyecciones personales/colectivas que conviven con la raz?n (y viceversa) y que dan sentido
a los procesos de transformaci?n social. En este
sentido, resulta fundamental la superaci?n del
dualismos raz?n/emoci?n, que da supremac?a
al supuesto ?logos masculino occidental?, como
principio activo y v?lido del conocimiento, frente
a la pasividad corp?rea de la emocionalidad femenina y de los saberes irracionales/primitivos.
Raz?n y emoci?n como partes constituyentes de
la misma realidad est?n condenadas, no solo a
dialogar, sino a entenderse mutuamente.
16. La sociolog?a de las ausencias busca expandir el presente con el objetivo de visibilizar las
experiencias vitales que han sido invisibilizadas
por la colonialidad/patriarcalidad del saber mediante 5 modos de invisibilizaci?n relacionados
con: la monocultura del saber y el rigor, la monocultura del tiempo lineal, la monocultura de la
naturalizaci?n de las diferencias, la monocultura
de la escala dominante (universalismo y globalicipatorio, correr? el riesgo de convertirse
en meras reivindicaciones encaminadas
a mejorar la situaci?n de una parte del
mundo a costa, nuevamente, de la gran
mayor?a (Grosfoguel, 2013) y de las generaciones futuras.
5. Agroecolog?a como
?paradigma-otro?: por una
soberan?a alimentaria ecofeminista
Desde la agroecolog?a se viene denunciando la insustentabilidad social y ambiental del modelo de producci?n de
alimentos industrial desde la d?cada de
1970. En un primer momento, esta cr?tica se centr? tanto en el an?lisis y en la
visibilizaci?n de las consecuencias devastadoras de la revoluci?n verde en las
zonas rurales como en realizar propuestas de dise?o y manejo sustentable de los
agroecosistemas a trav?s de formas de
acci?n social colectivas y propuestas de
desarrollo participativo (Sevilla Guzm?n,
2006). En un segundo momento, en el
contexto de la globalizaci?n y la creciente
presi?n de los mercados agroalimentarios, la perspectiva de an?lisis se ha ido
ampliando paulatinamente desde la proDUCCI?N EN lNCA AL SISTEMA AGROALIMENtario en su conjunto (Gliessman, 2007).
Y es que, en este nuevo r?gimen agroalimentario, la producci?n de alimentos se
ha desterritorializado a la vez que se han
complejizado las relaciones entre actores
zaci?n) y la monocultura del productivismo capitalista. As? mismo, Sousa Santos (2006) propone
una sociolog?a de las emergencias para contraer
el futuro con el objetivo de encontrar alternativas
al presente en forma de ?experiencias disponibles?.
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
107
e instituciones implicadas en el proceso
(McMichael, 2009).
De forma paralela los esfuerzos agroecol?gicos se han ido centrando en la construcci?n, recuperaci?n y resistencia de
alternativas posibles al modelo de producci?n/consumo (pre)dominante. En los ?ltimos a?os, estos proyectos ?tico/pol?ticos
se han ido articulando en gran medida en
torno a la propuesta pol?tica de la Soberan?a Alimentaria lanzada por la V?a Campesina en 1996 como alternativa de recampesinizaci?n del sistema agroalimentario y
DElNIDACOMOELDERECHODELOSPUEBLOS
a controlar sus alimentos y sus sistemas
ALIMENTARIOS DElNIENDO SUS FORMAS DE
producci?n, uso e intercambio para garantizar a toda la poblaci?n el acceso a
alimentos de calidad, adecuados, accesibles, nutritivos y culturalmente apropiados (V?a Campesina, 2013). Desde esta
perspectiva, el movimiento agroecol?gico
por la soberan?a alimentaria estar?a integrado tanto por las luchas decoloniales,
campesinas e ind?genas por recuperar
sus modos de subsistencia y disfrute de
la vida (materiales, simb?licos y epist?micos) como procesos de transformaci?n
social de la realidad agroalimentaria desde lo cotidiano y en resistencia al modelo
neoliberal.
As? mismo, en otros contextos, las propuestas agroecol?gicas est?n siendo articuladas en torno a una diversidad inherente de proyectos que van desde el
autoempleo, la producci?n ecol?gica de
cercan?a, hasta las cooperativas, grupos
de consumo agroecol?gico y proyectos
de consumo social. Existen numerosas
iniciativas agroalimentarias alternativas
impulsadas mayoritariamente por la ciudadan?a tanto en los pa?ses m?s enriquecidos como en pa?ses empobrecidos. Es
el caso de las numerosas iniciativas de
agricultura apoyada por la comunidad o
?community supported agriculture? en ingl?s, el movimiento de ?farmer?s markets?
o mercados de agricultures/as en Estados
Unidos, Inglaterra, Irlanda o Escocia, las
cooperativas de consumo en todo el mundo, las experiencias organizadas en base
a la venta directa ?direct-to-consumer?,
las experiencias colectivas de organizaci?n de huertas urbanas y los cinturones
periurbananos en Argentina y Cuba, las
Ferias o Mercados ecol?gicos en Brasil, Colombia, Costa Rica, Per? o M?xico o los proyectos de consumo social, el
movimiento jornalero y las cooperativas
agroecol?gicas desarrolladas en el Estado
espa?ol, entre otras muchas (Escalona,
2009).
En este sentido, la agroecol?gica parte
de una propuesta de recampesinizaci?n
de la alimentaci?n, la lucha por la tierra
y recursos17, recuperando valores hist?ricos de las comunidades campesinas para
la construcci?n de sistemas agroalimentarios alternativos. Desde la agroecolog?a
se rescata la importancia de la dimensi?n
local ?como portadora de un potencial
end?geno, que, a trav?s del conocimiento campesino (local o ind?gena, all? donde pueda a?n existir), permita la potenciaci?n de la biodiversidad ecol?gica y
sociocultural y el dise?o de sistemas de
agricultura sostenible? (Sevilla Guzm?n,
2006, p. 223) trabajando de forma expl?cita el antropocentrismo y etnocentrismo
imperante en la alimentaci?n desde una
?tica biocentrista y decolonial. Sin embargo, y a pesar que en la tradici?n agroecol?gica existen miradas y potencialidades
inherentes para plantear una cr?tica con17. Donde el acceso y el control de la tierra y los
recursos por parte de las mujeres campesinas sigue siendo una gran asignatura pendiente (Le?n,
2011).
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
108
junta depatriarcal (Garc?a y Soler, 2010),
?sta ha estado exenta hist?ricamente de
LAS REmEXIONES AN?LISIS Y PROPUESTAS EN
torno a las desigualdades sociales tejidas
en relaci?n al sexo/g?nero y sexualidad
debido al androcentrismo imperante y
sus consecuencias en la praxis. As?, los
conceptos te?ricos fundamentales de la
AGROECOLOG?ACOMOSONECOSISTEMA lNCA
campesinado se presentan como asexuados y las relaciones sociales de g?nero no
suelen problematizarse al centrarse frecuentemente el an?lisis en las pr?cticas
campesinas sin tomar en consideraci?n
las estructuras patriarcales que se reproducen en distintos ?mbitos tanto en las
?familias tradicionales? campesinas como
en los grupos dom?sticos donde sigue teniendo lugar la mayor parte de la alimentaci?n humana. Por tanto, en la pr?ctica,
el riesgo de invisibilizar el trabajo de las
mujeres y priorizar los trabajos masculinos y los espacios p?blicos es considerable (Siliprandi, 2012).
Por tanto, las propuestas de la agroecolog?a necesitan dialogar con las propuestas feministas, en especial las ecofeministas, para simult?neamente superar el
sesgo androc?ntrico de la alimentaci?n.
Este cambio de perspectiva implica tanto un giro hacia dentro y fuera, un an?lisis en t?rminos de micropol?tica y sus
consecuencias te?rico/pr?cticas, como
UNA RESIGNIlCACI?N NO ANDROC?NTRICA DE
la alimentaci?n en un contexto de globalizaci?n y colonialidad. Es necesario
problematizar las relaciones de g?nero y
sexualidad en el mundo campesino y en
el urbano (Curriel, 2008): necesitamos
deconstruir/problematizar tanto las masculinidades como las feminidades convencionales para romper la adscripci?n
estereotipada y esencialista de roles y
valores como prerrequisito para construir
relaciones plenas en libertad. As? mismo,
ser?a necesario colocar de nuevo la alimentaci?n en el centro de las culturas, las
sociedades, las econom?as y los territorios
como actividad cotidiana fundamental
para la sostenibilidad de la vida. Es decir,
entender la alimentaci?n como satisfactor m?ltiple de necesidades (Max-Neef,
1994) que implica muy diversos trabajos,
cuidados y espacios m?s all? del mercado, muchos de los cuales son realizados
por mujeres en los hogares impregnados
de las relaciones de poder tejidas en torno
a la patriarcalidad/colonialdad del poder/
saber/ser.
Por tanto, desde una mirada feminista,
ecol?gica y decolonial, la organizaci?n
sociocultural y la reproducci?n social deber?a estar orientada al sostenimiento y
cuidado de la vida como cuestiones fundamentales (Puleo, 2011; Mies y Shiva,
1997). Ello implicar?a volver a situar lo
agroalimentario como una de las actividades de mayor val?a y reconocimiento
sociocultural, econ?mico y pol?tico. Sin
duda, este proceso de revalorizaci?n y
(re)construcci?n pasa por la superaci?n
DE LOS DUALISMOS OPRESIVOS QUE CONlGUran nuestros imaginarios (pre)dominantes
para que las personas, trabajos, espacios, culturas y territorios invisibilizados
en los hogares y en el campo comiencen
a valorarse colectivamente en vez de ser
explotados/subordinados. As? mismo, la
apuesta feminista de la agroecolog?a y la
soberan?a alimentaria implica avanzar hacia una ?feminizaci?n? de la vida en su
conjunto donde lo emocional, afectivo y
corp?reo dejen de considerarse dimensiones inferiores y despreciables, casi indignas, de la humanidad, adscritas de forma
?natural? y exclusiva a las mujeres y a las
otras culturas inferiorizadas.
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
109
Como dir?a Lugones (2011, p. 106) ?la
producci?n de lo cotidiano dentro del
cual una existe produce el s?-misma de
una medida que suministra vestido, alimentos, econom?as y ecolog?as, gestos,
ritmos, h?bitats y sentidos de espacio y
TIEMPOPARTICULARES SIGNIlCATIVOSvDONDE
estos modos de hacer no son importantes
simplemente porque son diferentes sino
PORQUESOBRETODOhINCLUYENLAAlRMACI?N
de la vida por encima de la ganancia, el
comunalismo por encima del individualismo, el ?estar? por encima de la empresa,
seres en relaci?n en vez de divisiones dicot?micas una y otra vez en fragmentos
organizados jer?rquica y violentamente?.
De esta forma, en los pueblos y ciudades, est?n surgiendo alternativas que se
comprometen a alimentarse directamente de lo producido agroecol?gicamente
por gente del campo. Se construyen as?,
desde el d?a a d?a del comer, alianzas en
nuevos canales cortos de comercializaci?n que politizan la vida cotidiana. Darle
centralidad en nuestras vidas a qu? comemos, problematizando como ha sido
cultivado, transportado y elaborado nuestra comida es una estrategia de recampesinizaci?n ecofeminista para la Soberan?a
Alimentaria.
6. Recapitulando, a modo de
conclusiones
,AS REmEXIONES QUE HEMOS REALIZADO EN
este trabajo parten de entender la patriarcalidad/colonialidad del poder/saber/
ser como un fen?meno hist?rico que se
articula a trav?s de complejas matrices de
poder que operan a trav?s de la naturalizaci?n y jerarquizaci?n de conocimientos, de territorios, de g?neros, sexos y
sexualidades, de pr?cticas (econ?micas),
de subjetividades? posibilitando de esta
manera la re-producci?n de las relaciones
DE DOMINACI?NEXPLOTACI?NCONmICTO %Stas relaciones de dominaci?n no solo garantizan la apropiaci?n/destrucci?n de la
naturaleza y la explotaci?n de unos seres
humanos por otros, sino tambi?n generan
las condiciones materiales, institucionales
y simb?licas para la creaci?n de culturas,
grupos, experiencias, subjetividades y formas de vida subalternizadas como condici?n necesaria para la construcci?n de
la modernidad y el desarrollo (patriarcal
y capitalista) (Restrepo y Rojas, 2006).
Desde una perspectiva epistemol?gica,
la patriarcalidad/colonialidad se articula a
trav?s de los tres sesgos fundamentales
del pensamiento occidental (el antropocentrismo, el etnocentrismo y el androcentrismo) a trav?s de los cuales se entiende/vive/siente la realidad.
La construcci?n de alternativas alimentarias sostenibles y justas, tal y como persigue la agroecolog?a, requiere de nuevos/
viejos principios que gu?en la reorganizaci?n de la base material/subjetiva alimentaria de la vida humana. Necesitamos una
nueva ?tica ecol?gica biocentrista (moderada) que tenga en consideraci?n la existencia la cuesti?n de los l?mites biof?sicos
y ecosist?micos, as? como la existencia
de otras especies no humanas, y por lo
tanto, que sustituya el actual antropocentrismo occidental, as? como una mirada
no etnoc?ntrica que ponga en igualdad
la diversidad cultural en todas sus manifestaciones, y en concreto, las comunidades campesinas. As? mismo, necesitamos
avanzar hacia modos de alimentarnos no
androc?ntricos que no reproduzcan las
relaciones de dominaci?n/explotaci?n/
CONmICTO EN TORNO A LA DIVISI?N GENERIZAda del trabajo y los espacios a partir de
unas nuevas subjetividades y reparto de
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
110
las responsabilidades sociales. En este
PROCESO EL ALIMENTARNOS SE REDElNIR?A Y
RECONlGURAR?APARAOCUPARUNLUGARCENtral en una sociedad orientada a la sostenibilidad y el cuidado de la vida partiendo
de las premisas de la interdependencia y
ecodependencia. Unir las luchas de las
cocinas a las luchas del campo por la tierra y por unas condiciones dignas de vida
para todas, especialmente para quienes
trabajan la tierra, es una propuesta ecofeminista y agroecol?gica para avanzar
hacia la Soberan?a Alimentaria desde una
perspectiva decolonial.
Bibliograf?a
Bourdieu, P., La distinci?n: criterios y bases sociales del gusto, Editorial Taurus,
Madrid, 1988
Bourdieu, P., Razones Pr?cticas. Sobre la
Teor?a de la Acci?n, en Ediciones Anagrama, Barcelona, 1997.
Bidaseca, K. y V?zquez, V., ?Feminismos
y (des)colonialidad. Las voces de las mujeres ind?genas del sur?, art?culo publicado dentro del marco del proyecto Ubacyt
Mujeres interpeladas en su diversidad,
Feminismos contrahegem?nicos del Tercer Mundo, 2010.
Capra, F., O ponto de muta??o, Editoral
Cultrix, Sa? Paulo, 1986.
Carrasco, C., Mujeres y Econom?a, Icaria
Ediciones, Barcelona, 1999.
Castro-G?mez, S. y Grosfoguel, R., El Giro
$ECOLONIAL 2EmEXIONES POR UNA DIVERSIdad epist?mica m?s all? del capitalismo
global, Siglo del Hombre Editores, Universidad Central, Instituto de Estudios SociaLES#ONTEMPOR?NEOSY0ONTIlCIA5NIVERSIdad Javeriana, Instituto Pensar, 2007.
Cembranos, F., Herrero, Y., y Pascual, M.
(coord.), Cambiar las gafas para mirar el
mundo. Una nueva cultura de la sustentabilidad, Libros en Acci?n, colecci?n Cartograf?as del vivir, 2011.
Chayanov, A. V., La organizaci?n de la
unidad econ?mica campesina, Editorial
Nueva Visi?n, Madrid, 1974.
Ch?vez, P., Quiroa, T., Mokranis, D. y Lugones, M., Despatriarcalizar para descolonizar la gesti?n p?blica, Vicepresidencia
del Estado Plurinacional de Bolivia, Direcci?n de Participaci?n Ciudadana, 2011.
Crenshaw, K., ?Mapping the margins:
intersectionality, identity politics, and violence against women of color?, Stanford
Law Review, n? 43, 1991, pp. 1241 ?
1279.
Curiel, O., ?Cr?tica poscolonial desde las
pr?cticas pol?ticas del feminismo antirracista?, Revista N?madas, n? 26, 2007, pp.
92-101.
Dussel, E., ?tica de la Liberaci?n en la
edad de la Globalizaci?n y la exclusi?n,
Editorial Trotta, Madrid, 1998.
Entrepueblos, ?Campesinas. Semillas de
Cambio?, Material de apoyo, 2007, disponible en red: http://fundacionluciernaga.
ORGlLESBDCFDEF
28d599.pdf, (consultado el 10 de Diciembre del 2013).
Escalona Aguilar, M. A., Los Tianguis y
Mercados locales de Alimentos en M?xico: su papel en el consumo, la producci?n y la conservaci?n de la biodiversidad
y cultura, Tesis Doctoral, Universidad de
C?rdoba, 2009.
Fanon, F., Piel negra, m?scaras blancas,
Akal, Madrid, 2010.
Foucault, M., Historia de la Sexualidad I.
La voluntad del saber, Siglo XXI, Madrid,
1977.
Galindo, M., No se puede descolonizar
sin despatriarcaliar. Teor?a y propuesta de
la despatriarcalizaci?n, Mujeres Creando,
2011.
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
111
Garc?a Roces, I. y M. Soler Montiel., ?Mujeres, agroecolog?a y soberan?a alimentaria en la comunidad Moreno Maia del
Estado de Acre. Brasil?, Investigaciones
Feministas, n? 1, 2010, pp. 43-65.
Gliessman, S., Agroecology: The ecology
of Sustainable Food System, Boca Rat?n
CRC Press, 2007.
Grosfoguel, R., ?La descolonizaci?n de la
econom?a pol?tica y los estudios postcoloniales. Transmodernidad, pensamiento,
fronterizo y colonialidad global?, Tabula
Rasa, n? 4, 2006, p.57.
Grosfoguel, R., ?La descolonizaci?n del
conocimiento: di?logo cr?tico entre la visi?n descolonial de Frantz Fanon y la
Sociolog?a Descolonial de Boaventura de
Sousa Santos?, En FJIDI, Formas-Otras.
Saber, nombrar, narrar, hacer, IV Training
Seminario de j?venes investigadores en
Din?micas Interculturales, 2011.
Grosfoguel, R., ?Decolonizar la econom?a
es mirar desde otra geopol?tica?, Periodico Diagonal, 2013; disponible en red:
https://www.diagonalperiodico.net/saberes/decolonizar-la-economia-es-mirardesde-otra-geopolitica.html (consultado
el 15 de Diciembre del 2013).
Haraway, D., ?Conocimientos situados:
LA CUESTI?N CIENT?lCA EN EL FEMINISMO Y
el privilegio de la perspectiva parcial?. En
Haraway, Ciencia, cyborgs y mujeres. La
reinvenci?n de la naturaleza, en C?tedra
Ediciones, Madrid, 1995.
Kimmel, M., ?Homofobia, temor, verg?enza y silencio de la identidad masculina?,
Vald?s, T. y Oliverr?a, J. (ed.), Masculinidades, poder y crisis, ediciones De las
Mujeres, Santiago de Chile, 1997.
Quijano, A., ?Colonialidad del Poder y ClaSIlCACI?N SOCIALv *OURNAL OF 7OULD
3YStem Researche, vol 2, 2000, pp. 342-386.
Lander, E. (ed.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.
Perspectivas latinoamericanas, CLASO,
Buenos Aires, 2000.
Le?n, M., ?La desigualdad de g?nero en
la propiedad de la tierra en Am?rica Latina?, disponible en red: http://graduateinstitute.ch/files/live/sites/iheid/files/sites/
genre/shared/Genre_docs/Actes_2010/
Actes_2010_Leon.pdf, (consultado, 7 de
diciembre 2013).
Lugones, M., ?Colonialidad y G?nero?, T?bula Rasa, n? 9, 2008, pp. 73-101.
Lugones, M., ?Hacia un feminismo descolonial?, La Manzana de la Discordia, Vol 6,
n? 2, 2011, pp. 105 ? 119.
Maldonado-Torres, N., ?Sobre la colonialidad del ser: contribuciones al desarrollo
de un concepto?, Santiago Castro-G?mez
y Ram?n Grosfoguel (eds.), El giro decoLONIAL 2EmEXIONES PARA UNA DIVERSIDAD
epist?mica m?s all? del capitalismo global, Bogot?: Iesco-Pensar-Siglo del Hombre Editores, 2007, pp. 127-167.
Max Neef, M., La Econom?a Descalza. Se?ales desde el Mundo Invisible, Nordan
Comunidad, 1984.
Max-Neef, M., Desarrollo a escala humana. Conceptos, aplicaciones y algunas
REmEXIONES, Editorial Icaria, Barcelona,
1994.
McMichael, P., ?A food regime genealogy?, Journal of Peasant Studies 36, 2009,
pp.139-169.
Mellor, M., Feminismo y ecolog?a, Ed. Siglo XXI, Madrid, 2000.
Mendoza, B., ?La epistemolog?a del sur,
la colonialidad del g?nero y el feminismo latinoamericano?, Espinosa Mi?oso,
I. (coor), Aproximaciones cr?ticas a las
pr?cticas te?rico-pol?ticas del feminismo
latinoamericano, la Frontera, Buenos Aires, 2010.
Mies, M. y Shiva, V., Ecofeminismo. Teor?a, cr?tica y perspectivas, Editorial Icaria,
Barcelona, 1997.
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
112
Mignolo, W., (ISTORIASLOCALESDISE?OSGLObales: colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo, Akal,
Madrid, 2003.
Mignolo, W., ?Geopol?tica de la sensibilidad y del conocimiento. Sobre (de)
colonialidad, pensamiento fronterizo y
desobediencia epist?mica?, European
institute for progressive cultural policies,
2011, disponible en red: http://eipcp.net/
transversal/0112/mignolo/es/#_ftn1 (consultado 10 Diciembre, 2013).
Moreno, I., ?Identidades y rituales?, J.
Prat, U. Mart?nez, J. Contreras e I. Moreno. (eds.), Antropolog?a de los pueblos de
Espa?a, Editorial Taurus, Madrid, 1991.
Mor?n, E., El M?todo I. La naturaleza de
la naturaleza, Editorial C?tedra, Madrid,
1981.
Morin, E., Los Siete Saberes necesarios a
la educaci?n del futuro, Organizaci?n de
las Naciones Unidas para la Educaci?n,
la Ciencia y la Cultura, 1999.
Naredo, J. M., La econom?a en evoluci?n.
Historia y perspectivas de las categor?as
b?sicas del pensamiento econ?mico, Editorial Siglo XXI, Madrid, 2003.
Orozco, A., ?Cadenas Globales de Cuidado?, Serie G?nero, Migraci?n y Desarrollo, INSTRAW (Instituto Internacional
de Investigaci?n y Capacitaci?n de las
Naciones Unidad para la Promoci?n de
la Mujer), 2007.
Orozco, A., La sostenibilidad de la vida en
ELCENTROzYESOQUESIGNIlCA, IV Jornadas de Econom?a Feminista, 2013.
Puleo, A., ?Los dualismos opresivos en
educaci?n Ambiental?, Rev. Isegoria, N?
32, 2005, pp. 201-2014.
Puleo, A., Ecofeminismo. Para otro mundo posible, Ediciones C?tedra, Madrid,
2011.
Riechmann, J., Un mundo vulnerable,
Los Libros de la Catarata, Madrid, 2004.
Restrepo, E. y Rojas, A., ,AINmEXI?NDEcolonial. Fuentes, conceptos y cuestionamientos, Colecci?n Pol?ticas de Alteridad,
Instituto de Estudios Sociales y Culturales
Pensar, Maestr?a en Estudios Culturales,
Universidad Javeriana, Editorial Universidad del Cauca, 2010.
Sachs, W., Diccionario del desarrollo.
Una gu?a del conocimiento como poder,
Cochabamba, CAI Centro de Aprendizaje Intercultural, 2? edici?n en castellano,
1996.
Shiva, V., “IOPIRATER?A%L3AQUEODELA.Aturaleza y el Conocimiento, Icaria Ediciones, 2001.
Sevilla Guzm?n, E., Perspectivas Agroecol?gicas desde el Pensamiento Social Agrario, Instituto de sociolog?a y Estudios Campesinos/Servicio de Publicaciones de la
Universidad de C?rdoba, 2006.
Siliprandi, E., ?Mujeres y agroecolog?a.
Nuevos sujetos pol?ticos en la agricultura
familiar?, Revista de Investigaciones Feministas, Vol 1, 2010, pp. 125-137.
Sousa Santos, B., Renovar la teor?a cr?tica
y reinventar la participaci?n social, CLASO, 2006, disponible en red: http://www.
ceapedi.com.ar/imagenes/biblioteca/libros/185.pdf (consultado 12 Diciembre
2013).
Sousa Santos, B., Una epistemolog?a del
Sur: la reinvenci?n del conocimiento y la
emancipaci?n social, CLASO y Siglo XXI,
Buenos Aires, 2009.
Spivak, G. C., ?Puede hablar el
Subalterno?, Cuadernos de Plata, 2011.
Toledo, V. M., ?Modernidad y ecolog?a: la
nueva crisis planetaria?, Ecolog?a Pol?tica,
n? 3, 1992, pp, 9-22.
Toledo, V. M., ?La racionalidad ecol?gica
de la producci?n campesina?, Sevilla, E. y
Gonz?lez de Molina (eds), Ecolog?a, campesinado e historia, Ediciones La Piqueta,
1993.
Revista inteRnacional de Pensamiento Pol?tico - i ?Poca - vol. 8 - 2013 - [95-113] - issn 1885-589X
113
V?a Campesina, ?La Voz de las Campesinas
y Campesinos del Mundo?, La V?a Campesina, disponible en: http://viacampesina.
org/es/index.php/organizaciainmenu-44/
iquisomos-mainmenu-45/1108-la-vozde-las-campesinas-y-de-los-campesinosdel-mundo, 2013; [consultado el 10 de
Diciembre, 2013].
Walsh, C. (ed), Pensamiento cr?tico y maTRIZDE COLONIAL2EmEXIONES,ATINOAMERIcanas, UASB-Abya Yala, 2005.
Walsh, C., ??Son posibles unas ciencias
SOCIALESCULTURALES OTRAS 2EmEXIONES EN
torno a las epistemolog?as decoloniales?,
N?madas, n? 26, 2007, pp. 102-113.
Walsh, C., Shicwy, F. y Castro-G?mez
(eds.), Interdisciplinar las ciencias sociales. Geopol?ticas del conocimiento y colonialidad del poder. Perspectivas desde
lo andino, Abya-Yala-Universidad Andina
Sim?n Bolivar, 2002.