La revoluci?n de las necesidades vitales. Marx en la era de la crisis ecol?gica

Las nuevas lecturas de Marx y la renovaci?n de la tradici?n marxista a menudo tienen lugar cuando la humanidad enfrenta nuevos problemas. Hoy, uno de los retos es la defensa del ambiente, que nos lleva de manera directa a la discusi?n de las necesidades humanas. Si el marxismo es una sofisticada teor?a del capitalismo y la crisis ambiental es el resultado de este sistema, est? claro que el marxismo tiene mucho que decir al respecto. Y hay una tradici?n de marxismo ecol?gico sobre la que vale la pena volver.



La revoluci?n de las necesidades vitales
Marx en la era de la crisis ecol?gica

Las nuevas lecturas de Marx y la renovaci?n de la tradici?n marxista a menudo tienen lugar cuando la humanidad enfrenta nuevos problemas. Hoy, uno de los retos es la defensa del ambiente, que nos lleva de manera directa a la discusi?n de las necesidades humanas. Si el marxismo es una sofisticada teor?a del capitalismo y la crisis ambiental es el resultado de este sistema, est? claro que el marxismo tiene mucho que decir al respecto. Y hay una tradici?n de marxismo ecol?gico sobre la que vale la pena volver.

Por Razmig Keucheyan
Nueva Sociedad

Introducci?n: un nuevo tipo de crisis

A lo largo de su historia, el capitalismo ha sufrido muchas crisis. Sin embargo, hoy se enfrenta a una de un nuevo tipo: la crisis ambiental. Esta tiene por lo menos cuatro dimensiones: el cambio clim?tico, es decir, la modificaci?n de patrones o par?metros clim?ticos a largo plazo; el agotamiento de los recursos y, especialmente, el de los recursos que son cruciales para el funcionamiento de las sociedades modernas, como el petr?leo y el agua; formas de contaminaci?n siempre nuevas, y la destrucci?n de la biodiversidad, lo que a veces se denomina la ?sexta extinci?n?. Estas cuatro dimensiones est?n conectadas entre s?. Sin embargo, se refieren a procesos naturales separados, y la crisis ambiental es el resultado de su combinaci?n.

Todos estos patrones son causados por la actividad humana, son ?antr?picos?. ?Antropoceno? es un concepto utilizado en los debates actuales sobre la crisis ambiental para referirse a la era en que la humanidad se convirti? en una fuerza geol?gica. Antes del siglo xix y durante toda la historia de la humanidad, las sociedades han da?ado su medio ambiente, por ejemplo, agotando los recursos naturales. Pero estas crisis ambientales ?locales? difieren de la crisis global actual. Resulta fundamental entender que no es la actividad humana per se la que causa estos procesos. Es el capitalismo, y especialmente el capitalismo en su forma industrial. La Revoluci?n Industrial no podr?a haber existido sin energ?as f?siles: carb?n, gas y petr?leo. Sin el sistema de energ?a f?sil, no podr?a haber existido industrializaci?n en Gran Breta?a, donde comenz?, ni en ning?n otro de los lugares adonde se propag? en los dos siglos siguientes. Las energ?as f?siles, la l?gica del productivismo y el consumismo a los que dieron lugar son la principal causa de la crisis ambiental. En consecuencia, entender esta crisis implica analizar la din?mica del capitalismo industrial y, especialmente, su globalizaci?n.

Marxismo ecol?gico

?Qu? tiene que ver esto con Karl Marx y el marxismo? Se podr?a argumentar que las nuevas lecturas de Marx y la renovaci?n de la tradici?n marxista tienen lugar cuando la humanidad enfrenta nuevos problemas. Esto ha sido cierto desde la muerte de Marx y sigue si?ndolo hoy en d?a. Por lo tanto, la crisis ambiental ha llevado a un grupo de pensadores marxistas, principalmente del mundo angloamericano pero tambi?n de Am?rica Latina y Europa, a elaborar lo que ellos llaman ?marxismo ecol?gico?.

El marxismo ecol?gico se puede definir como el uso de las categor?as e ideas de Marx y otros marxistas para tratar de comprender la crisis ambiental. El marxismo es una teor?a del capitalismo, la m?s sofisticada que tenemos a nuestra disposici?n. Si la crisis ambiental es el resultado de este sistema, est? claro que el marxismo tiene mucho que decir al respecto. Autores como James O?Connor, Ted Benton, Elmar Altvater, Andriana Vlachou, Paul Burkett, Jason Moore y Andreas Malm, entre otros, pertenecen a este grupo. En mi opini?n, forman una de las corrientes marxistas m?s interesantes en la actualidad.

He intentado hacer un aporte al marxismo ecol?gico con mi libro La naturaleza es un campo de batalla. Ensayo de ecolog?a pol?tica1. En este ensayo, muestro que la financiarizaci?n y la militarizaci?n de la naturaleza son las dos respuestas principales al cambio clim?tico que han lanzado las clases capitalistas globales. Lo que me gustar?a hacer en este art?culo es continuar con este esfuerzo de desarrollar un marxismo ecol?gico. Sin embargo, lo har? explorando un problema que los marxistas ecol?gicos no han abordado hasta el d?a de hoy, que es el de la satisfacci?n de ?necesidades? durante la transici?n ecol?gica. Este es el problema, expuesto de forma general: en el contexto de la transici?n ecol?gica que tendr? lugar en los pr?ximos a?os y d?cadas, las sociedades no podr?n satisfacer todas sus necesidades. La raz?n de esto es que durante los ?ltimos dos siglos el capitalismo ha provocado una proliferaci?n de necesidades, reales o artificiales. Sin embargo, una parte importante de estas necesidades no es sostenible desde el punto de vista ambiental.

Solo para citar una observaci?n bien conocida: en 2016, Global Footprint Network calcul? que se necesitar?an 4,8 planetas si todos los ciudadanos del mundo vivieran con la misma huella ecol?gica que los ciudadanos de Estados Unidos. Se necesitar?an dos planetas si cada ciudadano del mundo viviera como un ciudadano chino. Por lo tanto, necesariamente tendr? lugar alg?n tipo de cambio, deliberado o forzado. Este cambio ?algunos de nosotros lo llamamos revoluci?n? ser? ca?tico o planeado. Cuando esto suceda, cada sociedad se enfrentar? con una simple pregunta: ?qu? necesidades debemos seguir satisfaciendo y cu?les deber?amos dejar de satisfacer? Por otra parte, ?qui?n decide? ?El Estado, los ciudadanos mismos, las ciudades, las organizaciones internacionales?

Mi argumento en este art?culo es que no se pueden responder estas preguntas sin una teor?a de las necesidades, de cu?les son las necesidades humanas en su diversidad y complejidad. Y me parece que Marx y el marxismo son un buen punto de partida para elaborar esa teor?a de las necesidades. No responden todas las preguntas, obviamente, pero ofrecen un marco general para reflexionar sobre ellas. Otra vez, se hacen nuevas lecturas de Marx y de la tradici?n marxista cuando la humanidad se enfrenta a nuevos problemas. Uno de esos problemas es precisamente el de las necesidades en la transici?n ecol?gica. El propio Marx desarroll? un concepto de necesidad en numerosos textos: los Manuscritos econ?mico-filos?ficos de 1844, la Cr?tica de la filosof?a del derecho de Hegel, La ideolog?a alemana, los Elementos fundamentales para la cr?tica de la econom?a pol?tica (Grundrisse) y El capital. De hecho, el concepto de necesidad es omnipresente en Marx. Solo por citar una famosa definici?n de mercanc?a en el comienzo de El capital:La mercanc?a es, en primer t?rmino, un objeto externo, una cosa apta para satisfacer necesidades humanas; de cualquier clase que ellas sean. El car?cter de estas necesidades, el que broten por ejemplo del est?mago o de la fantas?a, no interesa en lo m?s m?nimo para estos efectos. Ni interesa tampoco, desde este punto de vista, c?mo ese objeto satisface las necesidades humanas, si directamente, como medio de vida, es decir como objeto de disfrute, o indirectamente, como medio de producci?n.2

En la tradici?n marxista, las ideas de Marx han sido desarrolladas durante las d?cadas de 1960 y 1970 por dos autores: Andr? Gorz y ?gnes Heller. Marx, Gorz y Heller forman la columna vertebral de lo que llamar? la ? teor?a marxista de las necesidades?. Podemos aprender mucho de esta teor?a, para comenzar a responder nuestra pregunta: ?qu? necesidades deber?amos satisfacer durante la transici?n ecol?gica y qu? necesidades deber?amos abandonar? En este art?culo, me concentrar? en la teor?a de las necesidades de Gorz y Heller. No est?n de acuerdo en todo, pero a los fines del ensayo, fusionar? sus enfoques. Tambi?n me referir? durante mi presentaci?n a aspectos esenciales de la propia teor?a de las necesidades de Marx. Concluir? con algunas reflexiones sobre la pr?ctica de la teor?a marxista de las necesidades para nuestra coyuntura pol?tica actual.

Andr? Gorz y ?gnes Heller en contexto

Como dije, Andr? Gorz (1927-2007) y ?gnes Heller (nacida en 1929) desarrollaron su teor?a de las necesidades en las d?cadas de 1960 y 1970. Pero lo hicieron en dos tipos diferentes de sociedad. Gorz era franc?s, colaborador durante muchos a?os de Les Temps Modernes, la revista de Jean-Paul Sartre, recibi? influencias del existencialismo. M?s adelante, tambi?n estuvo en estrecho contacto con algunos miembros del opera?smo italiano, especialmente Antonio Negri, quien estuvo exiliado en Francia en la d?cada de 1980. Gorz fue uno de los principales representantes en Francia de una izquierda antiautoritaria y antiestalinista y tambi?n fue pionero de la ecolog?a pol?tica. Desarroll? su teor?a de las necesidades en varios escritos, entre ellos, Estrategia obrera y neocapitalismo (1965).

El contexto hist?rico en el que Gorz elabora su teor?a de las necesidades es el auge econ?mico de la posguerra en Europa occidental y eeuu. Con el surgimiento de la ?sociedad de consumo?, el capitalismo pone constantemente en el mercado nuevas mercanc?as que deben ser consumidas. Al hacerlo, crea nuevas necesidades, materiales o simb?licas. El auge econ?mico de la posguerra puso de manifiesto el capitalismo m?s productivista y consumista, y esta proliferaci?n de mercanc?as plante? la cuesti?n de la legitimidad de las necesidades subyacentes. ?Son reales las necesidades satisfechas por estas nuevas mercanc?as? ?Son necesidades falsas, necesidades alienadas? Por lo tanto, el punto de partida para la teor?a de las necesidades de Gorz es el auge de la sociedad de consumo y sus efectos sobre la subjetividad.

?gnes Heller es h?ngara. Escribi? en el contexto de un pa?s autoproclamado comunista. En una econom?a planificada, una burocracia decide qu? y cu?nto producir. En otras palabras, decide qu? necesidades satisfacer. Esto plantea dos preguntas. En primer lugar, ?c?mo sabe esta burocracia qu? necesidades satisfacer? ?C?mo viaja la informaci?n desde los ciudadanos hasta las oficinas de planificaci?n central? La respuesta es que a menudo no lo hace. Dicho de otro modo: la planificaci?n es principalmente desde arriba hacia abajo, y no desde abajo hacia arriba. Un problema crucial que las econom?as planificadas no lograron resolver durante el siglo xx ?o solo lograron resolver parcialmente? es c?mo recopilar y centralizar la informaci?n para satisfacer las necesidades de la poblaci?n.

De ah? la segunda pregunta: ?cu?l es la legitimidad de la burocracia para decidir qu? necesidades satisfacer? Y nuevamente, la respuesta es: su legitimidad es tradicionalmente d?bil. En resumen, en las econom?as planificadas, la informaci?n econ?mica a menudo es imperfecta y la legitimidad es d?bil. La decisi?n de satisfacer una necesidad, o no, no la toma el individuo. La toman las instituciones econ?micas. En consecuencia, por razones diferentes de las de Gorz, Heller estaba interesada en la cuesti?n de definir las necesidades, de definir qu? es una necesidad leg?tima, como oposici?n a una necesidad artificial. En 1976, public? Teor?a de las necesidades en Marx, en mi opini?n uno de los mejores libros marxistas escritos en ese periodo.

Un aspecto com?n al trabajo de Gorz y Heller es su inter?s por el Marx joven. Durante las d?cadas de 1960 y 1970, muchos autores marxistas, tanto en Occidente como en Oriente, volvieron al concepto de alienaci?n. Es el caso de Henri Lefebvre, Guy Debord, Jacques Ellul y Jean Baudrillard, por citar solo algunos nombres del campo intelectual franc?s, el que mejor conozco. Estos pensadores fueron influenciados por los Manuscritos econ?mico-filos?ficos de 1844 de Marx, y tambi?n por Historia y conciencia de clase, de Georg Luk?cs (1923).

La alienaci?n se convirti? en un tema te?rico y pol?tico importante en las d?cadas de 1960 y 1970, porque el capitalismo produc?a bienestar material con tasas de crecimiento impresionantes, pero sin el correspondiente bienestar espiritual o intelectual. La alienaci?n designa la brecha, cada vez m?s experimentada durante las d?cadas mencionadas, entre el bienestar material y el mental. Gorz y Heller fueron parte de este grupo de pensadores marxistas que escribieron sobre la alienaci?n. Sin embargo, su originalidad est? en que pensar en la alienaci?n los llev? progresivamente al tema de las necesidades. ?Cu?l es el v?nculo entre la alienaci?n y las necesidades? La alienaci?n se puede evaluar o medir en relaci?n con las necesidades ?aut?nticas?. Uno est? alienado de un estado inicial no alienado. La lucha contra la alienaci?n sirve para encontrar el camino de regreso a ese estado o para llegar a ?l por primera vez. La creaci?n por parte del capitalismo de necesidades siempre m?s artificiales es precisamente el resultado de la alienaci?n. Por lo tanto, la cr?tica de la alienaci?n se basa, expl?cita o impl?citamente, en un concepto de necesidades ?aut?nticas?, es decir, de necesidades no alienadas. Lo interesante en el tema de las necesidades es que nos permite combinar una cr?tica de la alienaci?n con una cr?tica de los da?os que el capitalismo hace al medio ambiente. Detr?s de ambas cr?ticas est? la cuesti?n de las necesidades aut?nticas versus las artificiales.

Primera paradoja

?En qu? consiste la teor?a de las necesidades de Gorz y Heller? Su punto de partida es una clase espec?fica de necesidades. Estas necesidades no son una condici?n para la supervivencia, no son necesidades absolutas o vitales, como comer o protegerse del fr?o. Sin embargo, a pesar de no ser necesidades absolutas, las necesidades a las que Gorz y Heller se refieren son necesidades ?esenciales?, en el sentido de que participan en la definici?n de lo que la mayor?a de la gente llamar?a una buena vida, una vida plena. Ejemplos de estas necesidades significativas son: amar y ser amado, ser aut?nomo, creativo y libre, participar en la vida social y pol?tica, relacionarse con la naturaleza circundante…Un ser humano probablemente podr?a sobrevivir sin satisfacer la mayor?a de estas necesidades. Pero ser?a supervivencia, no vida. Gorz llama a estas necesidades ?cualitativas?. Heller las llama necesidades ?radicales?. La noci?n de ?necesidad radical? ya est? presente en Marx. En su Cr?tica de la filosof?a del derecho de Hegel (1843-1844), Marx dice: ?Una revoluci?n radical solo puede ser la revoluci?n de necesidades radicales?. Marx vio claramente que las necesidades en general, y las necesidades radicales en particular, no son solo personales. Tienen una dimensi?n pol?tica, incluso revolucionaria. En lo que sigue, me referir? a las necesidades cualitativas y radicales como sin?nimos.

Las necesidades cualitativas o radicales se basan en dos paradojas. Aqu? est? la primera. El capitalismo es un sistema explotador que propaga la miseria y el dolor. Pero tambi?n genera cierto bienestar material a largo plazo para partes significativas de la poblaci?n. Las desigualdades son omnipresentes, pero esto no significa que el capitalismo sea incapaz de sacar a la gente de las formas extremas de pobreza. Tal como lo ha demostrado el economista Branko Milanović con su famosa ?curva del elefante?3, desde 1988, los ingresos del 2% de los m?s pobres de la tierra, que viven principalmente en el Sur global, experimentaron un aumento de 20%, y los ingresos del 30% m?s pobre experimentaron un aumento de entre 20% y 50% (hay muchas diferencias dentro de cada uno de estos grupos). Las clases medias chinas e indias, en particular, se hicieron m?s ricas. Durante el periodo 1988-2008, el pib per c?pita se multiplic? por 5,6 en China y por 2,3 en la India. Por supuesto, esto no ha impedido que el 1% de las personas m?s ricas del mundo se haya vuelto 70% m?s rico durante el mismo periodo. Para que surjan las necesidades cualitativas, se debe generar un excedente econ?mico que permita pensar en satisfacer otras necesidades no materiales. El capitalismo libera a partes significativas de la poblaci?n de la obligaci?n de luchar diariamente por su supervivencia. En consecuencia, las necesidades cualitativas se vuelven cada vez m?s importantes a medida que se desarrolla la historia.

Sin embargo, a medida que surgen estas nuevas necesidades cualitativas, el capitalismo impide su plena realizaci?n. No es capaz de cumplir la promesa de una vida verdadera y mejor que las necesidades cualitativas representan. ?Por qu?? La divisi?n del trabajo confina a los trabajadores a desarrollar funciones y habilidades cada vez m?s limitadas, lo que les impide desenvolver todo el espectro de capacidades humanas. Las necesidades creadas artificialmente por el consumismo capitalista ocupan m?s y m?s espacio en la vida de las personas, que tienen cada vez menos tiempo y energ?a para dedicar a necesidades m?s ?aut?nticas?. Aunque pueden experimentar una satisfacci?n temporal, a largo plazo esto da?a sus subjetividades, causa insatisfacci?n y diversas patolog?as. Estas necesidades cualitativas o radicales son una parte constitutiva de nuestro yo moderno. Participan en la definici?n de lo que la mayor?a de nosotros considerar?a una buena vida. Pero incluso si el desarrollo capitalista es la condici?n para su surgimiento, no puede satisfacerlas por completo. De hecho, impide que se hagan realidad.

Esta es la raz?n por la cual las necesidades cualitativas o radicales son la base de muchos movimientos sociales y pol?ticos. Las necesidades contienen las semillas de la revoluci?n, dice Gorz en Estrategia obrera y neocapitalismo4. La b?squeda de la satisfacci?n de estas necesidades cualitativas lleva tarde o temprano a la gente a criticar el sistema capitalista, que impide su realizaci?n. La historia de los movimientos sociales y pol?ticos modernos puede verse como la historia de las luchas que han tenido como objetivo satisfacer las necesidades insatisfechas o solo parcialmente satisfechas. Para definir su concepto de ?necesidad radical?, Heller escribe: ?La conciencia de la alienaci?n, en otras palabras, las necesidades radicales (…)?. Las necesidades radicales son la ?conciencia de la alienaci?n?5. Su argumento es el siguiente: cuando est?s alienado, no sabes qui?n eres; en esto consiste precisamente estar alienado. Vives ignorando la alienaci?n de la que eres v?ctima. Sin embargo, dadas ciertas circunstancias, una persona o un grupo de personas se vuelven conscientes de su condici?n alienada, o se dan cuenta completamente de lo que solo hab?an percibido de manera confusa. Esta conciencia no elimina la alienaci?n de inmediato. La alienaci?n no es solo una cuesti?n de ?conciencia?, es esencialmente una cuesti?n de estructuras sociales alienantes. Sin embargo, esta conciencia conduce a luchas sociales y pol?ticas que, en un plazo m?s o menos largo, transformar?n estas estructuras y, en consecuencia, pondr?n fin a la alienaci?n. Tambi?n conducir?n a la ampliaci?n del grupo de aquellos que son conscientes de su condici?n alienada y que tomar?n parte en la lucha. Las necesidades radicales son el ?operador? que subyace a este proceso. Son la ?conciencia de la alienaci?n?, en el sentido de que desencadenan luchas sociales y pol?ticas. Su advenimiento ha sido posible gracias al capitalismo, pero no pueden ser satisfechas por este sistema. Es necesario el surgimiento de otro sistema, el poscapitalista, para que se hagan realidad.

Entre la naturaleza y la historia

Seg?n la teor?a marxista de las necesidades, estas se encuentran en la intersecci?n de la naturaleza con la historia. Este es uno de los aspectos m?s interesantes de esta teor?a. Comer o respirar son obviamente acciones enraizadas en alguna forma de necesidad natural humana. Sin embargo, estas funciones tambi?n est?n conectadas de manera directa con los procesos hist?ricos. Hay una cita famosa de Marx tomada de los Grundrisse: ?El hambre es hambre, pero el hambre que se satisface con carne cocida comida con cuchillo y tenedor es un hambre muy distinta de la que devora carne cruda con ayuda de manos, u?as y dientes?6.

En este pasaje, Marx reconoce la existencia de necesidades biol?gicas absolutas, es decir, necesidades cuya satisfacci?n es una condici?n para la supervivencia. El hambre es hambre, sea cual fuere el periodo hist?rico o la regi?n considerada. Pero adem?s de ser biol?gica, esta necesidad ha evolucionado durante la historia. En las sociedades antiguas, se satisfac?a con carne cruda que se com?a con las manos. Seg?n Marx, este no es el mismo hambre, es decir, no es la misma necesidad que la que se satisfar?a, m?s adelante en la historia de la humanidad, con carne cocida comida con cuchillo y tenedor. Marx puede estar exagerando un poco al expresar su punto de vista. Pero el argumento es bastante simple: las necesidades tienen una historia, son al mismo tiempo biol?gicas e hist?ricas. El pensamiento tradicional opone la naturaleza a la historia, mientras que Marx intenta combinarlas. Esto lo lleva a elaborar sus propias e innovadoras definiciones de naturaleza e historia. Pero ?en qu? consiste esta historia de las necesidades humanas? El objeto consumido modifica, al menos en parte, la necesidad subyacente. Seg?n Marx, las necesidades tienen una historia, no son solo las formas en que son satisfechas lo que cambia hist?ricamente. De ah? la idea de que el hambre se refiera a dos tipos diferentes de necesidades, seg?n la forma en que se satisfaga. Aqu? est? el punto importante: como el objeto consumido primero tiene que producirse, en ?ltima instancia es la producci?n, es decir la producci?n capitalista, lo que determina las necesidades. El objeto externo (la mercanc?a) determina la necesidad, la producci?n determina el objeto y, por lo tanto, la producci?n determina la necesidad. La cita de los Grundrisse antes mencionada contin?a de la siguiente manera: ?No es solamente el objeto del consumo, sino tambi?n el modo de consumo, lo que la producci?n produce no solo objetiva sino tambi?n subjetivamente. La producci?n crea, pues, al consumidor. La producci?n no solamente provee un material a la necesidad sino tambi?n una necesidad al material?7.

Seg?n Marx, bajo el capitalismo, la producci?n es la que manda la mayor parte del tiempo. Si se produce una evoluci?n en la esfera productiva siguiendo, por ejemplo, una innovaci?n tecnol?gica, es probable que conduzca a una nueva ?forma de consumo?. A veces, esta nueva forma se refiere a una necesidad vital, como comer, por ejemplo, cuando la humanidad comenz? a cocinar carne y comerla con cuchillo y tenedor, en lugar de comerla cruda y con las manos. Pero como la producci?n determina el consumo, a menudo pone en el mercado bienes que no corresponden a ninguna necesidad previa, vital o no, y crea as? artificialmente la necesidad. Las necesidades artificiales son una consecuencia del productivismo. Por lo tanto, como dice Marx: ?La producci?n crea al consumidor?. Creo que est? muy claro que esta es la l?gica b?sica del mundo en que vivimos. Los da?os ambientales provocados por esta l?gica y los da?os causados a la subjetividad humana son evidentes.

Segunda paradoja

Las necesidades radicales se basan en una segunda paradoja. En el nivel colectivo, las necesidades evolucionan y se vuelven m?s sofisticadas y diversas a medida que avanza la historia. Pero en el nivel individual, se produce un empobrecimiento de las necesidades y las formas en que son satisfechas. Esto es lo que se verifica especialmente entre las clases populares, pero tambi?n en las dominantes. ?Riqueza de la especie, pobreza del individuo? es la f?rmula que emplea Heller para referirse a esta segunda paradoja de las necesidades radicales. Una forma de definir el progreso es decir que se crean necesidades cada vez m?s sofisticadas a lo largo de la historia. Se produce un proceso de ampliaci?n del espectro de necesidades cualitativas. Seg?n Gorz, ?cuanto m?s rica sea una civilizaci?n, m?s ricas y diversas ser?n las necesidades de los hombres?8. Esta frase se hace eco de un pasaje de los Elementos fundamentales para la cr?tica de la econom?a pol?tica:

el descubrimiento, creaci?n y satisfacci?n de nuevas necesidades procedentes de la sociedad misma; el cultivo de todas las propiedades del hombre social, la producci?n del mismo como un individuo cuyas necesidades se hayan desarrollado lo m?s posible, por tener numerosas cualidades y relaciones; su producci?n como producto social lo m?s pleno y universal que sea posible (pues para aprovecharlo multilateralmente es necesario que sea capaz de disfrute y por tanto cultivado al extremo) constituye asimismo una condici?n de la producci?n fundada en el capital.9

En esta cita, la relaci?n entre el capitalismo y la producci?n del ?ser humano social? ?lo m?s lleno de necesidades que se pueda? es claramente establecida por Marx. Sin embargo ?y aqu? radica la paradoja?, este progreso colectivo, el nivel de la humanidad como tal, va acompa?ado de un empobrecimiento o trivializaci?n de las necesidades individuales. En otras palabras, existe una brecha entre el ?ser humano social? y cada individuo en particular, que Marx analiza a trav?s del concepto de necesidades. ?C?mo vamos a explicar esta paradoja? Tres factores contribuyen a este resultado. En primer lugar, el grado de sofisticaci?n de las necesidades depende del tiempo que tenemos para atenderlas. Cuanto menos tiempo tengamos a nuestra disposici?n, menos sofisticadas ser?n nuestras necesidades. Asimismo, m?s sucumbiremos a las necesidades ?preformateadas? y estandarizadas.

En el capitalismo, el individuo ?especialmente el individuo subalterno? dedica la mayor parte de su tiempo y energ?a al trabajo. Hoy, por ejemplo, en los pa?ses de la Organizaci?n para la Cooperaci?n y el Desarrollo Econ?mico (ocde), un trabajador dedica 40% de su tiempo al trabajo. El resto incluye comer y dormir, es decir, la satisfacci?n de las necesidades vitales b?sicas. Por lo tanto, tiene poco tiempo para sus necesidades cualitativas. El cansancio agrava esta condici?n. Cuando uno regresa cansado del trabajo, no necesariamente tiene la energ?a para atender las necesidades propias. En resumen, desarrollar necesidades sofisticadas requiere tiempo. Esta es la raz?n por la cual, en la teor?a marxista de las necesidades, la reducci?n del tiempo de trabajo es una pol?tica crucial y progresista. Gorz fue uno de los primeros te?ricos de la reducci?n del tiempo de trabajo, y tambi?n del ?ingreso b?sico?10. La reducci?n del tiempo de trabajo no solo permitir? compartir el trabajo, sino que tambi?n, y como consecuencia, reducir? el desempleo. Tambi?n liberar? tiempo para que podamos cuidar de nosotros mismos y encargarnos de nuestras necesidades. Como dice Marx, el tiempo libre se convertir? entonces en la ?medida de la riqueza?, una riqueza emancipada del valor capitalista.

La estandarizaci?n de la producci?n es un segundo factor que explica la trivializaci?n de las necesidades individuales bajo el capitalismo. Productos exactamente iguales se producen en cantidades cada vez mayores. La estandarizaci?n es una tendencia a largo plazo de la producci?n capitalista y responde a la necesidad de reducir los costos de producci?n y realizar econom?as de escala. Es un par?metro central en el surgimiento de la ?sociedad de consumo? desde el siglo xix, y a?n m?s desde el boom econ?mico de la posguerra. La invenci?n del contenedor para transporte mar?timo en la d?cada de 1950, la ?contenedorizaci?n? que hizo posible la globalizaci?n al disminuir los costos de transporte, ha incrementado esta tendencia a?n m?s en la segunda mitad del siglo xx.

La estandarizaci?n tiene una gran influencia en las formas de consumo y, en consecuencia, en la definici?n de las necesidades y los modos en que se satisfacen. El consumidor consume mercanc?as a las que tiene acceso, es decir, mercanc?as estandarizadas, que son las mismas para miles de millones de personas. Pensemos en los tel?fonos inteligentes que todos llevamos en nuestros bolsillos. Existen formas de consumo alternativas, m?s sostenibles, especialmente en las clases medias con un alto ?capital cultural?. Pero siguen siendo marginales. Por lo tanto, los productos estandarizados tienden a estandarizar las necesidades.

Un tercer factor que explica que la riqueza de la especie con respecto a las necesidades conlleve un empobrecimiento del individuo es la divisi?n del trabajo. La divisi?n del trabajo existe en diversas formas en cada sociedad humana, e incluso en algunos grupos de animales. Lo que es espec?fico de la divisi?n capitalista del trabajo es que tiene sus ra?ces en la divisi?n entre trabajo manual e intelectual. El capitalismo confina de forma duradera a ciertos individuos (la mayor?a de la humanidad) del lado del trabajo manual, y a otros individuos (una minor?a) del lado del trabajo intelectual. Por supuesto, el trabajo siempre tiene aspectos manuales e intelectuales, pero en grados muy diferentes. La raz?n por la cual el capitalismo se basa en esta divisi?n es porque se supone que aumenta la productividad, y el aumento constante de la productividad es el combustible de la acumulaci?n capitalista. La informatizaci?n del trabajo, el desarrollo del llamado trabajo digital durante las ?ltimas tres d?cadas, no cambia esta l?gica b?sica. Ha dado lugar a una proliferaci?n de tareas repetitivas, como la captura y gesti?n de datos, que de ninguna manera favorecen la creatividad. El antrop?logo David Graeber llam? a estas nuevas formas de trabajo digital bullshit jobs, ?trabajos de mierda?.

Gorz y Heller son, despu?s de Marx mismo, grandes pensadores de los efectos pol?ticos de la divisi?n del trabajo. Esta confina al individuo a un conjunto limitado de tareas repetitivas durante toda su carrera profesional. Debido a la centralidad del trabajo en las sociedades capitalistas, esto tiene impacto en todos los aspectos de la existencia de una persona. Si el trabajo es embrutecedor, si deja poco tiempo y energ?a para pensar en las necesidades verdaderas y aut?nticas, las consecuencias se har?n sentir, por ejemplo, en la vida amorosa, o en la capacidad para disfrutar del arte, o para ser creativo intelectual o manualmente. Por lo tanto, a la vida le ser?n amputadas algunas de sus potencialidades m?s importantes.

Una transici?n ecol?gica poscapitalista

Se pueden mencionar muchos otros aspectos de la teor?a marxista de las necesidades. Pero quiero concluir volviendo a nuestro interrogante: durante la transici?n ecol?gica, ?qu? necesidades deber?amos satisfacer y cu?les no? Obviamente, la teor?a marxista de las necesidades no es una hoja de ruta detallada para esta transici?n. Para construir tal hoja de ruta tenemos que recurrir a escenarios de transici?n ecol?gica elaborados por economistas e ingenieros ambientales. Pero esta teor?a proporciona una manera de pensar acerca de este problema, o al menos acerca de algunos aspectos de ?l.

Entre los objetivos de la transici?n ecol?gica deber?a estar la satisfacci?n de las necesidades biol?gicas absolutas de todos los seres humanos. Hoy, 800 millones de personas a?n padecen hambre; esto equivale a una persona de cada nueve en el planeta. La manera de lograr este objetivo queda fuera del alcance del presente art?culo. Sin embargo, es cierto que el capitalismo no solo genera un excedente econ?mico que permite que segmentos significativos de la poblaci?n mundial se dediquen a las necesidades cualitativas. Tambi?n induce la pobreza y las desigualdades, que obligan a otros segmentos a concentrarse en sus necesidades materiales inmediatas. La pobreza y las desigualdades no son remanentes del pasado que se desvanecer?n con el paso del tiempo. El capitalismo las reproduce constantemente, son una consecuencia de su l?gica b?sica. Por lo tanto, una cr?tica seria del capitalismo apunta a alcanzar este objetivo.

Las necesidades cualitativas o radicales ser?n una fuerza transformadora durante la transici?n ecol?gica. La raz?n de esto es que plantean la pregunta ??qu? necesidades debemos satisfacer?? desde abajo. La satisfacci?n de las necesidades radicales es m?s una cuesti?n de movimientos sociales y pol?ticos beligerantes que de pol?ticas estatales. M?s precisamente, es la influencia de tales movimientos en el Estado lo que har? que esas necesidades sean satisfechas.

As? es como debe avanzar la transici?n ecol?gica: movilizando a la poblaci?n, sus conocimientos y su know-how, para decidir qu? necesidades satisfacer. Esto requerir? una profundizaci?n de la democracia y tal vez tambi?n la creaci?n de nuevas instituciones democr?ticas ?deliberativas?, en las que tendr? lugar un debate sobre las necesidades leg?timas frente a las ileg?timas. Queda un interrogante a?n sin respuesta: qu? forma podr?an adoptar estas nuevas instituciones democr?ticas. Tal vez los consejos obreros de las revoluciones del siglo xx puedan ser un modelo. Estos consejos, sin embargo, deber?an ampliarse para incluir a todos los ciudadanos, no solo a los trabajadores.

Las necesidades radicales son una falsa promesa hecha por el capitalismo. Pero es una falsa promesa que la gente toma en serio. Esta falsa promesa permite que surjan movimientos sociales y pol?ticos y permite luchar por su cumplimiento. Al hacerlo, necesariamente cuestionan la legitimidad del capitalismo. De forma an?loga, la diversificaci?n del espectro de necesidades humanas durante la historia ?o sea, el progreso? contrasta abiertamente con la creciente incapacidad de los seres humanos para encontrar el tiempo y la energ?a para satisfacer sus necesidades. Esto tambi?n lleva a cuestionar la legitimidad del sistema. Lo que los movimientos beligerantes hacen, en suma, es tomarle la palabra al capitalismo y exigir que las necesidades cualitativas sean satisfechas.

1.
Clave Intelectual, Madrid, 2016.

2.
K. Marx: El capital I, FCE, Ciudad de M?xico, 2001, p. 3 (mi ?nfasis).

3.
B. Milanović: Global Inequality: A New Approach for the Age of Globalization, Harvard up, Cambridge, 2016.

4.
?Bastaba plantear reivindicaciones en nombre de la necesidad de consumo m?s inmediata para que esa reivindicaci?n tuviera un contenido revolucionario inmediatamente consciente: la necesidad de la revoluci?n se confund?a con la de vivir?. A. Gorz: Estrategia obrera y neocapitalismo, Era, Ciudad de M?xico, 1969, p. 80.

5.
?. Heller: Teor?a de las necesidades en Marx, Pen?nsula, Barcelona, 1986.

6.
K. Marx: ?Introducci?n a la cr?tica de la econom?a pol?tica? en Contribuci?n a la cr?tica de la econom?a pol?tica, Siglo Veintiuno, Ciudad de M?xico, 2005, p. 291.

7.
Ib?d., pp. 291-292.

8.
A. Gorz: Historia y enajenaci?n, FCE, Ciudad de M?xico, 1964, p. 270.

9.
K. Marx: Elementos fundamentales para la cr?tica de la econom?a pol?tica (Grundrisse) 1857-1858, Siglo Veintiuno, Ciudad de M?xico, 2007, p. 361 (mi ?nfasis).

10.
El ingreso b?sico es un ingreso otorgado incondicionalmente a cada ciudadano que le permite decidir si trabaja o no, o cu?nto debe trabajar.