El Salvador: Bukele vence pero no convence

Bukele logr? captar el descontento de la poblaci?n frente a los 10 a?os de gobierno de la izquierda y los 20 de la derecha. Bukele arras? en primera vuelta, pero sin convencer. La participaci?n alcanz? 51,3%, una de las m?s bajas de las ?ltimas d?cadas. Ha sido un triunfo de la desesperanza y el resentimiento de una poblaci?n cansada de los partidos tradicionales, m?s que un triunfo de una oferta pol?tica clara.



Nayib Bukele vence en El Salvador pero no convence

Por Mar?a Rodr?guez
AlNav?o
Lunes 04 de febrero de 2019, 16:51h

Mar?a Rodr?guez (ALN).- Nayib Bukele logr? captar el descontento de la poblaci?n frente a los 10 a?os de gobierno de la izquierda y los 20 de la derecha. Bukele arras? en primera vuelta, pero sin convencer. La participaci?n alcanz? 51,3%, una de las m?s bajas de las ?ltimas d?cadas. ?Ha sido un triunfo de la desesperanza y el resentimiento de una poblaci?n cansada de los partidos tradicionales, m?s que un triunfo de una oferta pol?tica clara?, opina un experto al diario ALnav?o.

?Hemos pasado la p?gina de la posguerra y ahora podemos empezar a ver hacia el futuro?, dijo Nayib Bukele tras conocerse su victoria en las elecciones presidenciales de este domingo en El Salvador. El pa?s pone fin a 30 a?os de bipartidismo. 20 de derecha, con el partido Arena al frente (Alianza Republicana Nacionalista), y los 10 ?ltimos de izquierda, bajo el FMLN (Frente Farabundo Mart? para la Liberaci?n Nacional). Este domingo Bukele consigui? 53% de los votos. Arras?, s?, pero con matices. La participaci?n alcanz? 51,3%, una de las m?s bajas de las ?ltimas dos d?cadas.

?Ha sido un triunfo de la desesperanza y el resentimiento de una poblaci?n cansada de los partidos tradicionales, m?s que un triunfo de una oferta pol?tica clara?. As? opina Mario Zetino Duarte, director de la Universidad Centroamericana Jos? Sime?n Ca?as, en declaraciones al diario ALnav?o.

Zetino recuerda que este resultado es una prolongaci?n del ?voto castigo? que a inicios del 2017 ya anunciaban las encuestas. ?M?s de 60% de la poblaci?n se?alaba que no quer?a que el FMLN continuara en el poder. Tampoco quer?an que Arena regresara?, puntualiza Zetino.

En este sentido, ?la campa?a de Bukele nunca se fund? en propuestas claras que fijen un rumbo y que se diferencien de las otras; m?s bien cay? en el populismo sin ofrecer nada concreto. Sus mensajes se limitaron a captar el descontento. Se plante? como un salvador para los desencantados de la derecha y m?s, de los de la izquierda?, recalca Zetino.

En esta l?nea se pronuncia Karen Estrada, miembro de la Red de Polit?logas y estudiante de Doctorado en la Universidad Centroamericana Jos? Sime?n Ca?as. ?Esta campa?a por las presidenciales evidenci? el descontento de la poblaci?n hacia los dos partidos mayoritarios, que est?n en medio de se?alamientos de casos de corrupci?n, provocando un desgaste interno y ante sus correligionarios?, destaca Estrada.

A esto se suma una cuesti?n b?sica que pes? entre los salvadore?os que votaron. ?La poblaci?n no percibe que sus problemas y necesidades b?sicas hayan sido resueltos por ninguno de los gobiernos, ni de derecha, ni de izquierda; lo que ha sido clave para que Bukele encabezara las encuestas desde un principio encontrando una ventana de oportunidad que supo encaminar de manera eficaz?, declara Estrada a este diario.

Un presidente antiestablishment
Bukele se present? a la Presidencia apoyado en una coalici?n (GANA, Gran Alianza por la Unidad), calificada de centro derecha. Se trata de una escisi?n del partido Arena. Pero Bukele tambi?n tuvo v?nculos con el FMLN. En 2012, una coalici?n que ten?a al frente a este partido lo impuls? a la Alcald?a de Nuevo Cuscatl?n. En 2015, y con el mismo apoyo, lleg? a la Alcald?a de San Salvador. De ah? que, aunque se vendiese como un pol?tico nuevo, alejado del establishment, puede que no lo sea tanto. Al menos no logr? que m?s salvadore?os participaran en estos comicios. Muchos prefirieron abstenerse y castigar as? al bipartidismo.

Este ausentismo tambi?n ?da cuenta de que sectores cercanos a los partidos tradicionales no salieron a votar?, subraya Flavia Freidenberg, investigadora titular del Instituto de Investigaciones Jur?dicas de la UNAM (Universidad Nacional Aut?noma de M?xico) y miembro de la Red de Polit?logas.

?Como la campa?a electoral dej? ver, esta elecci?n se iba a convertir en cr?tica dado que por primera vez desde la transici?n -pactada- a la democracia, un tercer partido (en coalici?n) ten?a opciones claras de ganar?, explica la investigadora. ?De esta manera, un l?der antiestablishment (pero que proviene del establishment) se impuso a los partidos tradicionales?, apunta Freidenberg.

?Y ahora? ?A partir de ahora estos partidos tradicionales deber?n entrar en un proceso de renovaci?n interna para recuperar la conexi?n con un electorado desencantado con la manera de hacer pol?tica, harto de la corrupci?n, agotado con la sensaci?n de que la clase pol?tica no resuelve sus problemas y en medio de una profunda crisis de inseguridad ciudadana?, recalca la investigadora.

Problemas para Bukele
Los analistas consultados destacan que Bukele deber? hacer frente a numerosos retos. ?Los problemas de gobernabilidad son enormes. Adem?s, se enfrenta a una situaci?n econ?mica desastrosa, sin crecimiento y desarrollo econ?mico, problemas fiscales; problemas sociales grandes: desigualdad, inseguridad, etc?, resume Zetino.

Con respecto al gobierno, la situaci?n es compleja. ?El partido GANA con el que se ali? no es fuerte en la Asamblea, ni junto con el FMLN tiene los votos suficientes para la aprobaci?n de leyes. Adem?s, ya se han mostrado fisuras entre Bukele y GANA. El partido le exigir? cuota de poder y veremos qu? tan dispuesto est? Bukele a concederla?, dice Zetino.

Por otro lado, ?Bukele no tiene la experiencia de un estadista y tendr? que construirla y demostrar su talento y la capacidad de crear alianzas con aquellos a los que ha atacado y con quienes dice estar dispuesto a romper. Ahora comienza su verdadero reto. En las elecciones legislativas de 2021 o antes, la poblaci?n le pasar? la cuenta?, concluye Zetino.