Venezuela: A la juventud Militar

Recordad que a lo largo de la historia, siempre Ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo, han parecido invencibles. Pero siempre han acabado cayendo. Siempre.
-Mahatma Gandhi-



A la Juventud Militar
Mayor General (r) Cl?ver Antonio Alcal? Cordones
Martes, 12/02/2019 10:36 PM

Recordad que a lo largo de la historia, siempre Ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo, han parecido invencibles. Pero siempre han acabado cayendo. Siempre.
-Mahatma Gandhi-

La juventud militar venezolana no ha estado ajena a ninguno de los acontecimientos importantes de nuestra vida republicana. Desde principios del siglo XIX hasta el presente, su incidencia ha sido determinante para los cambios necesarios. Obs?rvese que no me estoy refiriendo a rangos, habida cuenta que un Primer Teniente puede tener una decrepitud censurable, y un General puede tener el arrojo y la sabidur?a de un joven que es capaz de asumir riesgos hasta perder la vida, por la tierra que jur? custodiar.

Los episodios de febrero de 1814 en las llanuras de Aragua son un buen ejemplo del sacrificio hasta el martirio, de los j?venes del seminario de Caracas que ofrendaron sus vidas en la batalla de La Victoria, con Jos? Felix Rivas al frente. El Siglo XX fue testigo de la iniciativa de la juventud militar cuando se sublev? para derrocar la tiran?a de Marcos P?rez J?m?nez y sus esbirros de la Seguridad Nacional. En efecto, rondaban la frontera de los treinta a?os, m?s o menos, cuando Hugo Trejo, Gilmon B?ez, Basalo D Andrea, Parada, P?rez M?ndez, Testamark, Ely Mendoza, Navarro Torres, Luis E Sucre, y otros importantes oficiales, sub-oficiales, clases y soldados, adoptaron la decisi?n de derrocar una dictadura.

Hoy, el mejor homenaje al 12 febrero, es seguir el ejemplo de los hombres que los antecedieron, y dar los impulsos convenientes para que la Rep?blica alcance mayores y mejores estadios de vida. No es aceptable en ninguna circunstancia, estar pasivos ante una realidad que clama al cielo. El profesor Uzc?tegui nos presenta un retrato del pa?s que es escalofriante:

“La pobreza en Venezuela para 2018, seg?n las tres principales universidades del pa?s, alcanza el 48% de los hogares. La inflaci?n del a?o 2018 alcanz? el 1.299.724 % y, seg?n las proyecciones, pudiera alcanzar los 10 millones % en 2019. Una familia necesita 60 salarios m?nimos para adquirir lo indispensable para vivir. El 64% de los venezolano/as en 2017 perdi? aproximadamente 11 kg de peso y 33% de los ni?os entre 0 y 2 a?os sufre de retardo de crecimiento. En un estudio realizado por Caritas, 53% de los hogares venezolano/as ha tenido que recurrir a estrategias de supervivencia como la mendicidad o buscar comida en basureros.”

La juventud militar tiene que pronunciarse. Decir basta. No es posible que la situaci?n ruinosa siga su paso de pasi?n y muerte. No podemos estar pasivos al saber que compatriotas salen por millones buscando una felicidad que el pa?s le ha negado. No puede haber indiferencia, cuando se sabe que este gobierno ha roto de modo inmisericorde el tejido social entre los venezolanos, y ha embestido sin piedad contra la moral de las Fuerzas Armadas. Muchos son los hombres de uniforme que est?n presos en las mazmorras de las polic?as del r?gimen, o en el exilio. La desmoralizaci?n y la desconfianza cunde en los diferentes componentes.

Ha llegado el momento de que los venezolanos nos afirmemos como Rep?blica y remilitaricemos la Fuerza Armada que escogimos para dar la vida con, y por ella. Todo parece indicar que estamos en un momento de encrucijada. O la Fuerza Armada respalda a este elenco de traficantes que administra el estado, o lo desplaza para que se abran los caminos y se despeje un futuro promisor para todos los venezolanos. Hoy la apuesta es por la felicidad o el abatimiento, por el d?a o por la noche, por un pasado que se extingue o por un futuro que reivindique las palabras del Padre Libertador exaltando la moralizaci?n de la Rep?blica, guiada por las luces de la educaci?n.

En las actuales circunstancias que vive la Rep?blica, la indiferencia es tan imperdonable como imperdonable es estar a contrav?a de la historia. En cambio, los hombres y mujeres que emprendan las acciones que correspondan para crear las condiciones que le permitan a los ciudadanos del pa?s alcanzar medios dignos de vida, tendr?n ganada la gloria.

Cliver Alcal? Cordones

Mayor General