Venezuela: ?c?mo hemos llegado hasta aqu??

Pa?s caribe?o de nueve letras donde se mezcla una gigantesca crisis econ?mica, un Gobierno deslegitimado e ineficiente, una oposici?n tambi?n deslegitimada que busca una intervenci?n militar con una gran potencia que ans?a las principales reservas de petr?leo del mundo.



Venezuela: ?c?mo hemos llegado hasta aqu??

Pa?s caribe?o de nueve letras donde se mezcla una gigantesca crisis econ?mica, un Gobierno deslegitimado e ineficiente, una oposici?n tambi?n deslegitimada que busca una intervenci?n militar con una gran potencia que ans?a las principales reservas de petr?leo del mundo. ?Alguna idea?

OCIEL AL? L?PEZ
SOCI?LOGO, ANALISTA POL?TICO Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
2019-03-02 06:00:00
El Salto

Se alinearon los planetas hacia Venezuela. La muerte de Ch?vez, la crisis econ?mica, la incapacidad de Nicol?s Maduro, la incompetencia de la oposici?n para asistir a las presidenciales, el advenimiento de la nueva derecha en Am?rica Latina y de Trump en Estados Unidos, la ca?da de los precios del petr?leo y el desmantelamiento de la estatal petrolera. Todo ello exagerado por el cl?max de la campa?a medi?tica internacional. As? que no queda ?planeta? que no gire hacia Venezuela, prefigurando un escenario explosivo en puertas.

EL GOBIERNO DE MADURO
Muerto Ch?vez, la direcci?n de la Revoluci?n bolivariana recay? en Maduro y Diosdado Cabello. Al primero le tocar?a gobernar, al segundo mantener las fuerzas pol?ticas y militares aceitadas. Pero muy pronto sobrevino una severa crisis econ?mica que en poco tiempo se volvi? moral debido a innumerables esc?ndalos de corrupci?n; y social, en cuanto el Estado omnipotente no pudo seguir asistiendo como lo hac?a con las millonarias pol?ticas sociales.

Una crisis que tambi?n se convirti? en pol?tica, puesto que la oposici?n arras? en las legislativas de 2015 y mostr? que el chavismo tendr?a que conformarse con ser una minor?a social y ya no el otrora movimiento mayoritario. Todo esto acompa?ado de dos levantamientos violentos en 2014 y 2017 que contribuyeron a destruir la econom?a y la paz social.

A Maduro se le ocurri? ?reestructurar? a la estatal petrolera PDVSA, fuente de la mayor?a de las riquezas nacionales, lo que culmin? en el desmantelamiento de la industria y la merma de dos tercios de su producci?n, seg?n la OPEP.

Todo ello en medio de una escalada hiperinflacionaria ?a la que Maduro no supo enfrentar?, y mecanismos de distribuci?n de un ?d?lar barato? que sirvi? para generalizar la corrupci?n y desmoralizar a la poblaci?n. ?Alguien recuerda las oleadas de venezolanos que sal?an como turistas por el mundo en 2012 y hasta 2014 repletos de d?lares subsidiados?

Durante el primer Gobierno de Maduro, los venezolanos pasaron de ser turistas a ser emigrantes. De tener el sueldo m?nimo m?s elevado de la regi?n al m?s bajo, incluso inferior al de Hait?.

El Estado venezolano se fue volviendo m?s lerdo en la medida que crec?an los problemas sociales. Los discursos oficiales se vaciaron de contenido y se aislaron de los problemas de la gente, lo que era el principal motor de la pol?tica chavista. La oposici?n y el Gobierno se convirtieron en dos minor?as agresivas y autoritarias cuyos intereses pasaron por encima de la situaci?n nacional.
La mayor?a de los procesos revolucionarios han sido proclives hist?ricamente hacia la burocratizaci?n; el proceso bolivariano, incluso antes de Maduro, llev? esa tendencia ayudado por el grandilocuente poder econ?mico con que contaba el Estado y la consecuente sobrevaloraci?n de la moneda que invitaba a aumentar las importaciones y debilitar la producci?n interna.
EL CONTINENTE SE DERECHIZA
Antes de la muerte de Ch?vez, Am?rica Latina viv?a un movimiento de unidad regional. Hasta los gobiernos de derecha se plegaron a la tendencia unionista y solidaria. Los principales pa?ses de la regi?n eran gobernados por movimientos progresistas y de izquierda.

Pero a la izquierda no le fue muy bien gobernando y el p?ndulo gir? inusitadamente hacia la derecha, despertando el recelo contra el modelo bolivariano que se ven?a expandiendo y hab?a logrado desterrar el neoliberalismo y frenar la estrategia econ?mica estadounidense para la regi?n. Venezuela comenz? a estar en la mira y sus aliados pasaron a ser agresores.

Hoy, el Brasil de Jair Bolsonaro y la Colombia de Iv?n Duque representan vecinos con un claro discurso favorable a la intervenci?n estadounidense sobre Venezuela. En el lado oriental, Guyana ha aprovechado la situaci?n para abrir un viejo conflicto sobre el Esequibo, un territorio en disputa, apadrinada por Exxon Mobile, que ha descubierto petr?leo en la zona.

Rodeados y bajo amenaza de disgregaci?n, los venezolanos vivimos entre dos opciones: o vemos c?mo se atornillaba perpetuamente Maduro y los militares en el poder o vemos tropas invasoras acabando literalmente con el pa?s y robando nuestras riquezas. Quiz? est? all? la causa de todo: Venezuela es el pa?s con las reservas petroleras m?s grandes del mundo. Adem?s es rica en oro, colt?n, gas y agua. EE UU necesita esos recursos para competir con China y Rusia y para retomar la influencia en la regi?n, su hist?rico patio trasero.
LA ERA TRUMP
El Gobierno de Trump ha sido clave en el asedio internacional a Venezuela. Ya Barack Obama hab?a firmado un decreto ejecutivo que declaraba el pa?s una ?amenaza inusual y extraordinaria? para EE UU. Pero ha sido en el mandato de Trump cuando comenzaron a imponerse sanciones unilaterales. Al principio solo a funcionarios. Luego a los activos del pa?s y a sus negocios del petr?leo, el oro y las criptomonedas. Todo esto ha llevado a obstaculizar la compra de alimentos y medicinas del pa?s.

Ya a partir del segundo mandato de Maduro, en enero de 2019, el Gobierno de EE UU comenz? a plantear la posibilidad de una intervenci?n militar y decret? un embargo petrolero a PDVSA, una medida que podr?a paralizar la producci?n de gasolina ?afectando dram?ticamente la distribuci?n de alimentos? y la venta de petr?leo, que terminar?a dejando sin liquidez a un pa?s adicto a las importaciones.
OTRA CALAMIDAD: LA OPOSICI?N
Aunque el cuadro parezca dantesco, todav?a no est? culminado. Las alternativas posibles, como una elecci?n o refer?ndum, son rechazadas por la propia oposici?n.

Las divisiones en la oposici?n han impedido producir una alternativa confiable para sustituir a Maduro. El adelanto de las presidenciales de diciembre a mayo de 2018 sorprendi? a la oposici?n atomizada y muy dependiente de los designios de los poderosos sectores que la dirigen desde Miami y que no quieren una salida democr?tica. Este escenario todav?a dejar?a muy fortalecido al chavismo, quien controla las fuerzas armadas, la polic?a, la mayor?a de gobernaciones y alcald?as, importantes territorios populares y empresas del Estado como PDVSA. Al parecer prefieren una opci?n ?digamos? m?s autom?tica que aniquile de cuajo al chavismo.

As? que el grueso de la oposici?n termin? declar?ndose abstencionista y dej? el camino abierto para la reelecci?n de Maduro, y el triunfo del oficialismo en 20 de las 24 gobernaciones y 310 de las 335 alcald?as.

Las matem?ticas no fallan, pero no hacen pol?tica. En las legislativas de 2015, cuando la crisis no hab?a llegado a su cl?max, la oposici?n sac? 7,7 millones de votos. Maduro fue reelecto en 2018 con 6,2 millones. La victoria opositora era inminente. Pero prefirieron jugar con la carta de la intervenci?n de los halcones.

La oposici?n, despu?s de intentar innumerables golpes de Estado y levantamientos, ya ni pelea, todos sus actos se relacionan con pedir una intervenci?n militar, al costo que sea. Perdieron el escenario electoral, el pol?tico y la calle, y sus l?deres est?n deslegitimados.

Su derrota o su victoria se basa ?nica y exclusivamente en lo que decida Trump. Si invade, creer?n que ganaron, as? destruya al pa?s. Si no invade, habr?n perdido todo, porque no cuentan con otro escenario.

LA CAMPA?A INTERNACIONAL
Ha sido brutal y despiadada la campa?a medi?tica mundial contra Venezuela. Repleta de medias verdades. Us?ndola como antimodelo del neoliberalismo en auge.

Las im?genes de venezolanos peleando por comprar comida no hablan que el subsidio a los alimentos en Venezuela es incomparable al de cualquier otro lugar en Am?rica Latina. Las im?genes de conflictos y represi?n no hablan de que antes del chavismo en las calles asesinaron a miles de hombres y mujeres en el llamado Caracazo de 1989, y ning?n pa?s pidi? intervenci?n o sanciones. Las im?genes de venezolanos caminando hacia Colombia ?huyendo?, no explican que en Venezuela hay m?s de cinco millones de inmigrantes que ante una mala situaci?n econ?mica desear?n l?gicamente volver a su pa?s.

Hoy d?a, esta campa?a se concentra en una ?ayuda humanitaria? rid?cula e inefectiva en su cantidad, y que obviamente tiene otras razones que no han sido develadas. Pero que adem?s llega muy tarde o muy temprano. Nos explicamos.

La migraci?n y las crecientes remesas han estabilizado los ingresos de millones de familias. La situaci?n actual no es la explosiva de 2016 y 2017. El Gobierno ha logrado, en los ?ltimos dos a?os, pol?ticas de distribuci?n de alimentos (CLAP) que han sido masivas y exitosas.

Esas im?genes que viajaron por el mundo, hace algunos a?os, de venezolanos peleando por comprar comida, de gente comiendo basura, o de saqueos, han bajado notablemente su impacto. Muchas veces eran im?genes de otros pa?ses, muchas veces exageradas y otras eran reales. Dichas im?genes hoy no se dejan ver con aquella crudeza, porque la situaci?n no llega a ese nivel de alarma. La nociva situaci?n del sistema p?blico de salud es comparable a la de muchos pa?ses de la regi?n que nadie quiere invadir.

As? que la ayuda humanitaria llega o muy tarde, o muy temprano: habr? que ver c?mo las nuevas sanciones de Estados Unidos a la estatal petrolera afectan la cuesti?n social. Las medidas pueden generar incapacidad para producir gasolina lo que trae problemas b?sicos en la distribuci?n de alimentos y enseres, sumado a la falta de liquidez del Estado, esencial para la importaci?n de bienes b?sicos, de la que tanto depende Venezuela.

Solo que ahora el Gobierno de Maduro tiene m?s poder en su argumento central: el responsable directo es Estados Unidos y la oposici?n que avala sus actos.