No confundir la firme oposici?n a la intervenci?n actual de los Estados Unidos con el apoyo incondicional al gobierno de Maduro

El soci?logo Edgardo Lander reflexiona sobre la crisis en Venezuela y pide a la izquierda internacional que reconozca la complejidad de la situaci?n y no para que confunda la necesidad de una firme oposici?n a la intervenci?n actual de los Estados Unidos con el apoyo incondicional al gobierno de Maduro.



Entrevista al sociologo Edgardo Lander: Prevenci?n de la guerra civil y la intervenci?n estadounidense en Venezuela.
Revista ROAR
Domingo, 17/03/2019 02:47 PM

En esta entrevista, el soci?logo Edgardo Lander reflexiona sobre la crisis en Venezuela y pide a la izquierda internacional que reconozca la complejidad de la situaci?n.

17 de marzo de 2019.-

Durante casi dos meses, Venezuela se ha visto atrapada en un tenso enfrentamiento entre el gobierno titular de Nicol?s Maduro y el l?der de la oposici?n de derecha apoyado por Estados Unidos, Juan Guaid?, quien se proclam? presidente en enero y que desde entonces ha tratado de forzar Maduro de la Presidencia con el apoyo activo de la administraci?n Trump y varios l?deres regionales de derecha. Durante las pr?ximas semanas, ROAR publicar? una serie de entrevistas con activistas e intelectuales venezolanos para ayudar a compartir las perspectivas locales sobre los or?genes de la crisis actual, los riesgos de una escalada en el conflicto y las posibles formas de salir de las fuerzas democr?ticas radicales.

La primera entrevista, publicada a continuaci?n, es con el soci?logo e intelectual de izquierda Edgardo Lander, profesor em?rito de la Universidad Central de Venezuela y miembro del Instituto Transnacional (TNI). Lander fue un partidario cr?ticamente constructivo del ex presidente Hugo Ch?vez y se desempe?? como asesor de la comisi?n venezolana que negocia el ?rea de Libre Comercio de las Am?ricas. Fue uno de los organizadores del Foro Social Mundial 2006, y actualmente participa en el programa de Nueva Pol?tica de TNI. En esta entrevista, hace un llamado a la izquierda internacional para que reconozca la complejidad de la situaci?n y no para que confunda la necesidad de una firme oposici?n a la intervenci?n actual de los Estados Unidos con el apoyo incondicional al gobierno de Maduro.

Como notar? el perceptivo lector, la posici?n de Lander difiere en varios aspectos importantes de la lectura ofrecida por el soci?logo y ex ministro de gobierno venezolano Reinaldo Iturriza en nuestra segunda entrevista, publicada aqu?. Ofrecemos estas diferentes perspectivas en el supuesto de que el lector cr?tico e inteligente ser? capaz de decidir qu? lectura les resulta m?s persuasiva y con qu? posici?n se sienten m?s c?modos para alinearse. Actualmente estamos preparando dos entrevistas m?s con activistas venezolanos que esperamos publicar en las pr?ximas semanas. Consideramos que estas perspectivas de base son particularmente importantes en el contexto actual, dada la falta de atenci?n sistem?tica de los medios internacionales a (y la marginaci?n activa de) las voces de los venezolanos comunes.

En el proceso, esperamos transmitir parte de la complejidad de la situaci?n actual en el terreno, mientras que al mismo tiempo insistimos en la importancia de los principios clave del antimilitarismo, la no intervenci?n, la autodeterminaci?n y la democracia radical. , y la solidaridad con los marginados y oprimidos.

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Profesor Lander, gracias por aceptar esta entrevista: ?Podr?a por favor contarnos un poco sobre la vida cotidiana en Venezuela en este momento? ?C?mo es la situaci?n en las calles y c?mo las personas experimentan la crisis actual?

La situaci?n es extremadamente tensa. La vida cotidiana es cada vez m?s dif?cil, m?s y m?s complicada. La inflaci?n del a?o pasado super? el mill?n por ciento. Solo en este enero se estim? en m?s del 200 por ciento. Los salarios de las personas se han disuelto absolutamente. No hay forma de que las personas puedan comprar las necesidades b?sicas. La producci?n de petr?leo, la fuente del 96 por ciento del valor de las exportaciones del pa?s es solo un tercio de lo que era hace seis a?os. Los servicios p?blicos se han deteriorado gravemente.

El PIB de Venezuela es hoy solo el 50 por ciento de lo que era hace cinco a?os. El PIB per c?pita es m?s bajo que durante d?cadas. Hay una profunda crisis de salud. La desnutrici?n infantil grave tendr? un impacto a largo plazo en el futuro del pa?s. Seg?n la Cruz Roja Internacional, los dos pa?ses en el mundo que m?s los preocupan hoy en t?rminos de sus respectivas crisis sociales son Yemen y Venezuela.

Existe un nivel tan alto de descontento y desesperaci?n entre la poblaci?n y las amenazas a su bienestar que enfrentan son tan graves que todo esto podr?a llevar a un resultado extremadamente negativo. Sabemos por la historia que la desesperaci?n es un caldo de cultivo para el fascismo. Las personas que est?n realmente desesperadas est?n dispuestas a aceptar cualquier alternativa al estado actual de las cosas. Una invasi?n militar de los Estados Unidos y / o una guerra civil son hoy posibilidades reales. Mucha gente est? tan harta y tan desesperada que est? dispuesta a aceptar b?sicamente cualquier cosa, lo que lo convierte en una situaci?n extremadamente peligrosa.

La sociedad venezolana actual no solo est? extremadamente dividida: la gente parece vivir en dos realidades completamente diferentes. Existe una amplia desconfianza y temor hacia el “otro”. En este contexto, las personas est?n dispuestas a creer cualquier cosa que diga “su parte”.

?C?mo lleg? la situaci?n a este punto?

El gobierno parece decidido a tratar de mantenerse en el poder por cualquier medio necesario. Y esto solo ha sido posible, hasta ahora, debido al respaldo de los militares, que hasta este momento no han mostrado signos de fragmentaci?n, divisiones o dudas sobre su apoyo al gobierno. Pero esto es algo que podr?a cambiar a medida que aumenta la presi?n externa.

Por otro lado, como lo ha demostrado la pol?tica de los Estados Unidos en los casos de Irak, Libia y Siria, la cantidad de personas que sufren o mueren como consecuencia de las sanciones econ?micas o la intervenci?n militar no son motivo de gran preocupaci?n para los halcones como John Bolton, Elliot Abrams, Mike Pence, quienes, junto con Donald Trump, est?n hoy a cargo de la pol?tica exterior de los Estados Unidos. El nuevo nivel de sanciones econ?micas est? llevando a una situaci?n a?n m?s catastr?fica.

En una pol?tica caracterizada por un cinismo extremo, el gobierno de los Estados Unidos est? empeorando simult?neamente una situaci?n ya grave para la poblaci?n al estrangular a la econom?a venezolana, con un costo de decenas de miles de millones de d?lares, y ofrecer unos pocos millones de d?lares en “ayuda humanitaria” para aliviar la crisis socioecon?mica a la que contribuye activamente.

Estas dos fuerzas opuestas, el gobierno de Maduro con el respaldo de las fuerzas armadas y la Asamblea Nacional con el respaldo de los Estados Unidos, incluida la amenaza de intervenci?n armada, est?n moviendo lentamente al pa?s hacia el borde de la guerra.

El 8 de febrero de 2018, Guaid? declar? que pedir?a una intervenci?n militar de EE.UU. “Si fuera necesario”. Tambi?n anunci? que organizar?a “voluntarios” para abrir un “corredor humanitario”. Esto podr?a haber conducido f?cilmente a una confrontaci?n con los militares venezolanos que controlan la frontera entre Venezuela y Colombia. Despu?s del intento fallido de traer ayuda estadounidense al pa?s el 23 de febrero, “pase lo que pase”, ha estado pidiendo activamente al gobierno de los Estados Unidos que “use la fuerza” para expulsar al gobierno de Maduro.

El respaldo militar hace que Maduro crea que no tiene necesidad de negociar. El respaldo de Estados Unidos hace que la oposici?n presente en la Asamblea Nacional piense que es solo cuesti?n de tiempo antes de que puedan derrocar a Maduro. El riesgo es de m?s violencia: en febrero unas 40 personas murieron, seg?n la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y esto aumenta cada d?a. En este momento, ambos lados est?n jugando un juego de suma cero en el que quieren aniquilar al otro. Se necesita urgentemente alg?n tipo de negociaci?n o acuerdo para detener esta escalada de violencia.

El gobierno de Maduro todav?a tiene alg?n apoyo popular. No es cierto que el apoyo al gobierno entre los sectores populares de la sociedad venezolana haya desaparecido por completo. Pero es m?s peque?o de lo que sol?a ser hace dos, o incluso hace un a?o, y ciertamente mucho, mucho m?s peque?o de lo que sol?a ser durante los a?os de Ch?vez. La crisis humanitaria, las dificultades en la vida cotidiana, as? como las pol?ticas autoritarias y represivas del gobierno contin?an erosionando el apoyo popular.

Seg?n fuentes de la ONU, 3,4 millones de personas han huido del pa?s en los ?ltimos cinco a?os, lo que representa m?s del 10 por ciento de la poblaci?n total. Una gran proporci?n de las familias venezolanas tienen parientes cercanos (sus hijos, sus hermanos y hermanas, as? como sus queridos amigos) que han abandonado el pa?s. Esta fragmentaci?n familiar es una fuente de dolor generalizado.

?C?mo legitima Guaid? su reclamo a la presidencia?

Es realmente importante destacar que el resto de la coalici?n de la oposici?n no estaba realmente consciente del hecho de que Guaid? estaba planeando declararse presidente en el mitin del 23 de enero. Sin embargo, los Estados Unidos estaban absolutamente conscientes de lo que iba a ocurrir. Unos minutos, literalmente menos de diez minutos, despu?s de que Guaid? se declarara a s? mismo presidente, hubo una declaraci?n p?blica oficial emitida por el gobierno de Trump que reconoc?a a Guaid? como el presidente leg?timo de Venezuela. As? que est? claro que todo esto ha sido un gui?n altamente coordinado, escrito en estrecha colaboraci?n con el gobierno de los Estados Unidos.

Es imposible imaginar que el gobierno de los Estados Unidos podr?a haber emitido una declaraci?n oficial, no solo un tweet de Trump, sino una declaraci?n oficial por escrito, solo unos minutos despu?s de que Guaid? se declarara a s? mismo presidente, si esto no se hab?a coordinado de antemano con los Estados Unidos. Estaban plenamente consciente de lo que iba a suceder. Esto fue absolutamente preparado: la bandera m?s grande en el podio del autoproclamado mitin del presidente Juan Guaid? el 2 de febrero en Carac?s fue la bandera estadounidense. Lo sab?an porque estaban involucrados en escribir el gui?n. No tengo ninguna duda en mi mente de que todo esto fue dise?ado en Washington.

Hay varias cuestiones constitucionales y legales con respecto a si Guaid? tuvo o no el derecho de declararse presidente. Y eso tiene que ver con si Maduro es un presidente leg?timo o no, o si hubo un “vac?o de poder”, la principal justificaci?n utilizada por esta oposici?n.

Estos son temas complicados. Por un lado no ha habido vac?o de poder. Ya sea que te guste o no, Maduro encabeza el gobierno y controla las fuerzas armadas. En mayo del a?o pasado, tuvimos elecciones presidenciales. Se supon?a que las elecciones se realizar?an siete meses despu?s, en diciembre, pero el gobierno decidi? que deber?an celebrarse en mayo. Pr?cticamente todos los principales partidos de la oposici?n hab?an sido prohibidos por el gobierno, porque Maduro ten?a la llamada Asamblea Constitucional aprobada por una ley retroactiva arbitraria, seg?n la cual los partidos pol?ticos que no hab?an participado en las elecciones (municipales) anteriores, que se hab?an celebrado algunas meses antes, ya no se reconoc?an como partidos pol?ticos legales que pod?an participar en las elecciones. Esto implicaba que, para ser reconocidos como partidos pol?ticos legales, tendr?an que pasar por un proceso largo y complicado para, una vez m?s, reunir firmas en todo el pa?s. Fue en este contexto que el Consejo Electoral convoc? estas elecciones siete meses antes de su vencimiento.

Estaba claro que los principales partidos de la oposici?n no tendr?an tiempo para volver a registrarse como partidos oficialmente reconocidos para participar en esas elecciones o celebrar elecciones primarias para seleccionar un solo candidato de la oposici?n como lo hab?an hecho en elecciones anteriores. As? que estas no fueron, por ning?n motivo de la imaginaci?n, elecciones libres. Las condiciones fueron altamente controladas para asegurar que Maduro fuera reelegido. Todo el proceso fue un fraude. No puedes tener elecciones democr?ticas libres si el gobierno decide cu?ndo se convocan, independientemente de lo que dicte la Constituci?n y la ley electoral, y adem?s decide qu? partidos y qu? candidatos pueden participar y cu?les no. Desde que el gobierno perdi? las elecciones para la Asamblea Nacional en diciembre de 2015, el gobierno ha tomado una ruta cada vez m?s anticonstitucional.

En esas elecciones parlamentarias del 2015, los partidos de oposici?n ganaron dos tercios de la Asamblea Nacional, lo que les dio una tremenda cantidad de poder estatal. Seg?n la Constituci?n, ten?an suficientes votos para seleccionar a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia y para decidir la composici?n del Consejo Nacional Electoral. En ese momento, Maduro y su gobierno se enfrentaron a un dilema crucial. ?Deber?an reconocer los resultados de las elecciones, la voluntad de la gente y respetar la Constituci?n, o decidir permanecer en completo control del poder del estado, sin importar qu?? Ellos claramente optaron por la segunda opci?n.

Desde principios de 2016, Maduro ha gobernado por medio de sucesivos decretos del Estado de excepci?n y emergencia econ?mica. Esto significa que se atribuy? poderes a s? mismo para decidir pr?cticamente cualquier cosa que quisiera. De acuerdo con la Constituci?n, el presidente puede decidir sobre un estado de emergencia econ?mica de sesenta d?as, que puede extenderse por otros sesenta d?as si as? lo aprueba la Asamblea Nacional. Actualmente, el estado de emergencia se encuentra en su tercer a?o.

?C?mo ha afectado esto al pa?s y c?mo ha respondido el pueblo de Venezuela a esto?

Este gobierno permanente por decreto ha tenido severas consecuencias. Una consecuencia negativa particular con efectos a largo plazo potencialmente desastrosos fue la decisi?n de crear el Arco Minero del Orinoco, que abre m?s de 120.000 kil?metros cuadrados,12 por ciento del territorio nacional, aproximadamente del tama?o de Cuba, a transnacionales y corporaciones mineras. Esta es una parte muy cr?tica del pa?s. Incluye los territorios de varios pueblos ind?genas, es la parte con mayor biodiversidad del pa?s, la fuente m?s importante de agua e hidroelectricidad. Es parte de la cuenca del Amazonas, con su papel global absolutamente cr?tico en la limitaci?n del cambio clim?tico.

Como consecuencia de este decreto, ahora hay decenas de miles de mineros que est?n llevando a cabo r?pidamente un proceso acelerado de devastaci?n socioambiental a gran escala. Esta es probablemente la crisis socioambiental m?s grave en toda Am?rica Latina en la actualidad. Todo esto es el resultado de un decreto emitido por Maduro, sin debate p?blico, sin participaci?n del parlamento y en violaci?n directa de la Constituci?n del pa?s y sus leyes ambientales, de pueblos ind?genas y laborales.

Desde 2016 el gobierno se ha vuelto cada vez m?s autoritario. Ha cerrado completamente la puerta a la posibilidad de elecciones libres y de confianza, donde la poblaci?n puede decidir sobre el presente y el futuro del pa?s. Al mismo tiempo se ha vuelto cada vez m?s represivo.

En esta situaci?n cada vez m?s desesperada, no es sorprendente que la poblaci?n est? abierta a soluciones que antes hubieran sido completamente impensables. Incluso la presencia de tropas estadounidenses es vista por muchos como una posibilidad aceptable porque no ven otra salida de la crisis. Esto no es solo un fen?meno de la clase media; muestra cu?n profundamente ha cambiado el pa?s. Ahora, desafortunadamente, parte de la poblaci?n ya no est? particularmente escandalizada por esta posibilidad, simplemente porque no ven otra salida.

?Cu?les son las implicaciones de esto para el futuro del chavismo y la revoluci?n bolivariana?

El futuro inmediato es abierto, pero extremadamente peligroso. Hay altos grados de incertidumbre. Mientras Maduro permanezca en el poder, la destrucci?n de la econom?a del pa?s continuar?, las condiciones de vida continuar?n deterior?ndose y la represi?n aumentar?. Como dije antes, todav?a hay un apoyo incondicional significativo, aunque muy reducido para Maduro y su gobierno. Muchos parecen estar dispuestos a tomar las armas si es necesario para defender a su gobierno y su pa?s.

El m?ximo organismo de las fuerzas armadas hasta el momento no ha mostrado signos de divisi?n y ha reafirmado repetidamente su respaldo al gobierno. Los niveles superiores del gobierno y los militares tienen mucho que perder si tienen que renunciar al poder, por lo que no se rendir?n sin luchar. El discurso del gobierno se ha vuelto m?s militarista cada d?a. Est?n dispuestos a participar en las negociaciones siempre y cuando no cambie mucho, es decir, mientras Maduro siga siendo presidente.

Para el ala de extrema derecha de la oposici?n, y esto obviamente involucra al gobierno de EE. UU., la “soluci?n” o la salida no consiste solo en deshacerse de Maduro, sino en aplastar la experiencia bolivariana. Para la extrema derecha, la llamada “transici?n a la democracia” no es solo tener una elecci?n y tener otro presidente. Quieren destruir completamente el experimento bolivariano. El objetivo es ense?ar una lecci?n al movimiento popular chavista: no se puede enfrentar al capitalismo ni tratar de imaginar una alternativa. Los costos colectivos y personales son simplemente demasiado altos.

En esta tensa situaci?n, en la que ninguna de las partes parece estar dispuesta a ceder, el espacio para conversaciones y negociaciones se ha reducido considerablemente. A diferencia de la pol?tica intervencionista del gobierno de los EE. UU., como dije anteriormente, recibimos con benepl?cito los ofrecimientos del Secretario General de la ONU, as? como los de los presidentes de Uruguay y M?xico, de mediar para una alternativa pac?fica, constitucional y electoral a la violencia, la intervenci?n militar y la guerra civil.

?Qu? tan probable es la posibilidad de una invasi?n real de los Estados Unidos en este momento?

La amenaza de una intervenci?n militar de los Estados Unidos es m?s que una simple paranoia. El gobierno de los Estados Unidos ha declarado una y otra vez que todas las opciones est?n sobre la mesa, y el presidente Donald Trump ha declarado expl?citamente, y repetido casi a diario, que una de ellas es una intervenci?n militar. La experiencia reciente de Irak, Libia y Siria indicar?a que esto no es una posibilidad descabellada.

Para los objetivos de la pol?tica estadounidense (cambio de r?gimen), una intervenci?n militar directa podr?a no ser necesaria si, como consecuencia de las sanciones y bloqueos econ?micos, se produce un colapso total de la econom?a. Adem?s, la presencia de tropas no es un requisito necesario para las intervenciones militares de vanguardia. Los misiles y los drones pod?an hacer el trabajo, como lo hicieron en Libia.

El bloqueo econ?mico que recientemente fue intensificado por el gobierno de los Estados Unidos sin duda tendr? implicaciones muy serias, no solo para el gobierno de Maduro, sino tambi?n para la poblaci?n venezolana que ya enfrenta una grave crisis humanitaria. Esta es la realidad a la que nos enfrentamos hoy, y podr?a llevar a un colapso total del pa?s. Adem?s de un estricto bloqueo financiero, todo el comercio relacionado con el petr?leo ha sido prohibido. CITGO, la filial venezolana de la compa??a petrolera nacional (PDVSA), pr?cticamente ha sido asumida por el gobierno de los Estados Unidos.

Las decisiones de boicotear a la compa??a petrolera tendr?n un impacto grave que aumentar? la ya grave crisis social. Se espera que en no m?s de unas pocas semanas esto pueda llevar a una escasez general de gasolina en el pa?s. Tambi?n habr? escasez de medicamentos y alimentos a niveles incluso m?s altos que los que tenemos ahora, porque el gobierno carecer? de los fondos necesarios para pagar estas importaciones y la mayor?a de sus l?neas de cr?dito est?n cerradas.

En las ?ltimas semanas, ha aumentado la tensi?n en la frontera entre Venezuela y Colombia, cerca de la ciudad de C?cuta. La llamada “ayuda humanitaria” se ha concentrado en la frontera y Maduro ha dicho repetidamente que no se le permitir? ingresar al pa?s. Guaid? ha pedido voluntarios para crear un “corredor humanitario” con el fin de llevar estos paquetes de USAID al pa?s. Esto podr?a f?cilmente conducir a una confrontaci?n armada. Incluso podr?a ser la chispa que inicia una guerra civil.

Cuando, despu?s del intento fallido de introducir la “ayuda humanitaria” de EE. UU. en el pa?s el 23 de febrero, el Grupo de Lima se reuni? en Bogot? con la participaci?n de Guaid? y Pence, el grupo public? una declaraci?n oficial contra la intervenci?n militar en Venezuela. El gobierno de los Estados Unidos declar? r?pidamente que no pertenec?a al Grupo de Lima y, por lo tanto, no estaba obligado por sus decisiones. Eso era algo para que Trump decidiera.

?Qu? propones para salir de la crisis?

Nosotros, como Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constituci?n (Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constituci?n, PCDC), y la nueva coalici?n creada, la Alianza para un Refer?ndum Consultivo Constitucional (Alianza por el Refer?ndum Consultivo ), estamos presionando por una alternativa distinta a este camino que conduce a una escalada de violencia y la posibilidad de una guerra civil o una intervenci?n militar de los Estados Unidos.

El primer paso en este camino pac?fico alternativo ser?a un acuerdo b?sico entre las dos partes para nombrar un nuevo Consejo Nacional Electoral de transici?n para llevar a cabo un Refer?ndum Consultivo para preguntar a la poblaci?n si se deber?an convocar elecciones generales para todos los niveles de gobierno como formula para lograr una soluci?n pac?fica, democr?tica, constitucional y electoral a la crisis actual. Lo m?s importante de este camino es que pondr?a la decisi?n en manos de la gente.

En t?rminos pr?cticos, este es un proceso muy simple con una pregunta: s? o no. El Consejo Nacional Electoral tiene toda la infraestructura requerida. Se podr?a llevar a cabo en menos de un mes, a diferencia de la organizaci?n de elecciones nacionales, que llevar?a al menos seis meses. Esta opci?n negociada es bastante diferente de lo que Guaid? y la llamada “comunidad internacional” tienen como ruta: primero deshacerse de Maduro y luego convocar elecciones. Esto requerir?a la derrota incondicional del gobierno de Maduro, algo que no es probable que ocurra sin una intervenci?n militar extranjera.

Fue en nuestra b?squeda de este camino hacia una soluci?n pac?fica negociada a la crisis que nosotros, como PCDC, tuvimos una reuni?n con Juan Guaid? como Presidente de la Asamblea Nacional, no como presidente de Venezuela, ya que no lo reconocemos como tal. B?sicamente, le dijimos que la ruta de un gobierno paralelo, la creciente confrontaci?n y la amenaza de la intervenci?n militar de los Estados Unidos podr?an llevar a una guerra civil en Venezuela de la que ?l y Maduro ser?an responsables. Para evitar este escenario, se requiere con urgencia una alternativa negociada. Hemos intentado, hasta ahora sin ?xito, organizar una reuni?n con el Presidente Maduro con el mismo prop?sito.

Hemos pedido a los activistas, intelectuales y organizaciones internacionales progresistas, a los gobiernos y a las organizaciones multilaterales que reconozcan la amenaza representada por esta escalada de violencia y contribuyan a poner fin a este descenso a la muerte y la destrucci?n. Celebramos la iniciativa tomada por los gobiernos de Uruguay y M?xico para solicitar una conferencia internacional sobre Venezuela en Montevideo para contribuir a una soluci?n electoral no violenta a la actual crisis que enfrenta el pa?s. Tambi?n valoramos las declaraciones del Secretario General de las Naciones Unidas, quien ha declarado repetidamente que est? dispuesto a contribuir a una soluci?n negociada pac?ficamente.

Una alternativa negociada basada en un referendo consultivo, donde la poblaci?n venezolana puede decidir c?mo salir de esta crisis en elecciones libres y confiables, con un nuevo Consejo Electoral basado en el consenso, es absolutamente fundamental en este momento para evitar un resultado violento.

?Qu? esperas de la izquierda internacional a este respecto?

La experiencia hist?rica ha sido que al menos parte de la izquierda tiende a analizar conflictos, como el actual en Venezuela hoy en d?a, en t?rminos de la Guerra Fr?a (imperialismo contra antiimperialismo) y, por lo tanto, respalda a gobiernos como el de Nicaragua que tienen una influencia radical ret?rica izquierdista y antiimperialista, aunque al mismo tiempo llevan a cabo pol?ticas y se involucran en pr?cticas que no tienen nada que ver con los principios de la izquierda: corrupci?n, represi?n, bloqueo de las expresiones democr?ticas, una apertura neoliberal a las empresas transnacionales.

Esperamos que la izquierda comprenda internacionalmente la complejidad de la situaci?n que enfrentamos en Venezuela, una confrontaci?n entre un gobierno militarista corrupto, cada vez m?s represivo y no democr?tico, por un lado, y la intervenci?n activa de los Estados Unidos por el otro. Un rechazo a la intervenci?n imperialista no puede de ninguna manera justificar un apoyo incondicional para el gobierno de Maduro. El apoyo al gobierno de Maduro desde la izquierda internacional har? un da?o profundo al futuro de las luchas populares, porque, como fue el caso con la Uni?n Sovi?tica, la gente identificar? a este r?gimen represivo como “la izquierda”. Por esta raz?n, la solidaridad incondicional a el gobierno de Maduro puede hacer mucho da?o, tanto a la poblaci?n venezolana como al futuro de las luchas populares anticapitalistas.

Lo que necesitamos hoy no es la solidaridad con Maduro, ni el apoyo a una intervenci?n imperialista, sino la solidaridad con el pueblo venezolano. En este momento esto significa b?sicamente dos cosas. Primero, hacer todo lo posible para prevenir una guerra civil o una invasi?n militar en Venezuela. Esto significa rechazar activamente las sanciones econ?micas y la amenaza de una intervenci?n militar e impulsar una soluci?n negociada con participaci?n multilateral, no una intervenci?n unilateral. Y segundo, reconocer que hay una crisis social extremadamente grave en el pa?s, que se debe hacer un esfuerzo de solidaridad multilateral para ayudar a proporcionar alimentos y medicinas a los venezolanos, como una alternativa a la ayuda estadounidense humanitaria con motivaci?n pol?tica y militar. Eso est? amenazando hoy al pa?s.

Edgardo lander

Edgardo Lander es soci?logo. Es profesor retirado de la Universidad Central de Venezuela (Car?cas) y profesor visitante en la Universidad Andina Sim?n Bol?var (Quito). Tambi?n es miembro del Instituto Transnacional (?msterdam), donde actualmente participa en el Proyecto de Nueva Pol?tica.

Edgardo es parte del Grupo de Trabajo Permanente sobre Alternativas al Desarrollo, as? como del Grupo de Trabajo Global sobre Alternativas al Desarrollo (Fundaci?n Rosa Luxemburg). Como participante activo en el proceso del Foro Social Mundial, ha sido un activista pol?tico de izquierda durante muchas d?cadas. Es miembro de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constituci?n (Car?cas).