A Fidel, miliciano zapatista que en Agosto de 1994 creyó en los adolescentes que se atrevieron a luchar…
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) celebra diez años de su levantamiento político contra el gobierno de corte gerencial, diez años de lucha por la autodeterminación de los pueblos indígenas y diez años de insubordinación rural y urbana contra el neoliberalismo, impulso de otras luchas dentro y fuera del país.
Durante los dos últimos lustros, los gobiernos de Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox han encabezado una guerra permanente -de choque y pavor- contra la población mexicana, aplicando políticas privatizadoras de desajuste estructural de los derechos sociales con efectos desastrosos: decenas de miles de pobres, generaciones endeudadas sin futuro previsible y una regresión antisocial del sálvese quien pueda.
La cancelación de los derechos de posesión a las tierras comunales y al ejido; el cercenamiento del derecho a la educación pública y gratuita, la privatización de áreas estratégicas nacionales como la petroquímica, la banca y las telecomunicaciones; la conversión de la deuda privada en deuda social vía el Fobaproa; la sobreideologización de una cultura primermundista, integradora y de “¡grandes valores individuales!”, la creciente militarización y la aplicación de la guerra de contrainsurgencia en todo el país sobre quienes manifiesten formas de disidencia no habituales (organizaciones político-militares, movimientos sociales independientes, luchas agrarias y de defensa de la tierra, etc.); son algunas de las causas de la miseria social en nuestro país.
Ante la estocada de los gobiernos gerencistas, durante estos diez años el EZLN ha ido aportando elementos sustantivos de una alternativa palpable, que recoge la experiencia de luchas anteriores (actuales también) y desarrolla una política de rescate de la comunidad, como idea y como práctica, diametralmente opuesta a la moral privada del individuo aislado, triunfalista y secularizado.
Además de la oposición abierta al neoliberalismo, al postmodernismo como ideología y a las políticas impuestas por el eje Salinas-Zedillo-Fox, el zapatismo perfila la antítesis : una construcción del poder de los de abajo con nuevas formas de organización y toma de decisiones colectivas que aún con las dificultades presentes y visibles, la alternativa va adquiriendo un rostro en Juntas de Buen Gobierno con nuevas formas de organización económica, política y jurídica.
Frente a la privatización generalizada de los bienes nacionales; la socialización del usufructo del trabajo colectivo de los pueblos campesinos. Frente a la cultura política predominantemente asistencialista, demagógica, chantajista y tecnocrática; la política del mandar obedeciendo, es decir, del gobierno del pueblo, democrático, justo, solidario y orientado al bien colectivo, basado en sentimientos y valores comunitarios. Frente a la injusticia en la aplicación de las leyes; la justicia popular, con base en el derecho social, impartida por jueces honestos que en su praxis niegan el derecho positivo, proyectando el derecho pleno de la humanidad:
una sociedad futura de iguales, pero respetando la diferencia.
Estas contraposiciones al sistema hegemónico representan avances de las luchas de los pueblos indios en resistencia, tal vez insuficientes para enfrentar todo el poder de los amos del país, empresarios acaudalados, terratenientes, agiotistas, políticos de la administración privada, etc., y tal vez con limitaciones para abarcar todos los cambios que necesita la nación entera; pero es innegable su aportación a las luchas y cambios profundos que sí se necesitan con urgencia, y que ellos ya han comenzado a construir. Las comunidades indígenas, bajo sus propias formas de organización, han sido los actores fundamentales en el ciclo de resistencias inaugurado por el EZLN en 1994.
En este sentido, los pueblos originarios de México luchan por hacer efectiva su autonomía y a ejercer la autodeterminación, condiciones necesarias para la transformación de nuestra sociedad. Sabemos que son elementales para allanar el camino de la justicia social, pero son limitadas sin la participación de otros sectores sociales para hacerlas efectivas. Aquí tendrán que aparecer otros actores que como ellos, peleen (y lo hagan juntos) por mejores condiciones de existencia humana. Esto representa la base de una alternativa mayor que como dijo el subcomandante Marcos en los trabajos de la conformación de la Convención Nacional Democrática (CND) en 1994, “dé vuelta a esta página de vergüenza en la historia nacional”, refiriéndose a la catástrofe que hundía (y hunde) al país en la miseria y la desesperanza.
Este renacer de un espacio comunitario, libre en cuanto al hacer efectivo el ejercicio de la democracia participativa, está en desarrollo -con altibajos y con cierto margen acotado- pero con un potencial de referencias y proyecciones para los sujetos sociales que anhelan cambios radicales en México y el mundo.
¿Cómo aprehender de la lucha zapatista para construir la alternativa en otros escenarios, incluso con mayores dificultades que en los tiempos y espacios de las comunidades indígenas en rebeldía? Esta pregunta sugiere respuestas que los propios actores tendrán que decir y, en su caso, enfrentar con la teoría y la acción. Por lo pronto, las enseñanzas del zapatismo son muchas y ya forman parte de la historia viva de nuestro pueblo:
a) El EZLN ha reivindicado con su praxis el derecho a la rebelión, como fundamento para buscar el cambio de un gobierno que se oponga a los intereses del pueblo.
b) El EZLN ha recogido las experiencias de las luchas insurreccionales de los pueblos campesinos e indígenas de nuestro país y actuó en consecuencia. Desafió al gobierno y potenció la agudización de la crisis al interior del Partido del Estado (PRI), al sistema presidencialista y al corporativismo rural.
c) el EZLN puso en discusión, sobre la palestra nacional, la problemática indígena e impulsó a los pueblos originarios como sujetos claves en las decisiones políticas, económicas, sociales y culturales del país.
d) El EZLN convocó a la organización de los pueblos indios y participó en la creación de una instancia independiente: el Congreso Nacional Indígena.
e) El EZLN ha desarrollado una política de alianzas con los sectores sociales en lucha. Se ha solidarizado con las peleas campesinas, sindicales, estudiantiles, de género, de migrantes, y de sectores marginados, generando un crisol flexible de luchas locales y nacionales.
f) El EZLN ha impulsado encuentros de las diversas fuerzas políticas y sociales que buscan la trasformación en México. Buscó la conformación de instancias como la Convención Nacional Democrática, el Movimiento de Liberación Nacional y el Frente Zapatista de Liberación Nacional, con el fin de confluir las diversas luchas que se desarrollan en varios ámbitos del país.
g) El EZLN ha sido crítico y respetuoso de los movimientos revolucionarios mexicanos y de las organizaciones guerrilleras, con el único fin de fomentar la discusión política y el debate sobre temas de trascendencia nacional.
h) El EZLN redimensionó el lenguaje de nuestros antepasados indígenas, proyectó la lucha política en lucha simbólica, informativa, de imágenes para hablar y expresar de varias formas su rebeldía.
i) El EZLN potenció la discusión académica y cimbró a las instituciones del conocimiento para abrir cauces de análisis y orientación de soluciones a los problemas nacionales que estaban siendo abordados parcialmente detrás de los muros de la rigidez academicista.
j) El EZLN influye en las nuevas generaciones de jóvenes luchadores sociales en México y el mundo. Abrió nuevas perspectivas de la lucha social, hoy llamada altermundista, que se opone a la globalización neoliberal de diversas formas y métodos de acción directa, de lo local a lo global y de lo global a lo local.
k) El EZLN llamó a encuentros mundiales por la humanidad y contra el neoliberalismo, cambiando la correlación de fuerzas en un mundo aparentemente deshumanizado, sin esperanzas y conformista luego de la caída del bloque soviético y tras la cargada ideológica que le siguió, del fin de la historia.
l) El EZLN construyó puentes de las diversas resistencias a nivel mundial y comparte con ellas su experiencia y solidaridad. Del movimiento indígena en los Estados Unidos, hasta la rebelión de los trabajadores desocupados en Argentina; de las movilizaciones de los trabajadores sindicalizados españoles e italianos hasta la resistencia de los inmigrantes marroquíes y turcos; de la Intifada palestina hasta la lucha de los pueblos indios por la defensa del agua en la India; de la perseverancia de los trabajadores coreanos y taiwaneses hasta las resistencia del pueblo iraquí ante la invasión imperialista.
m) El EZLN construye la autonomía desde los núcleos primarios llamados Aguascalientes hasta su transformación en Caracoles con sus respectivas Juntas de Buen Gobierno. Busca desarrollarla e intenta enfrentar el reto ante la negativa gubernamental de reconocer los derechos y cultura de los pueblos indígenas.
n) El EZLN es autocrítico. Analiza sus errores y busca remediarlos. Convoca a una celebración para hacer un análisis de sus avances y retrocesos del cual saldrán lecciones -no cabe la menor duda- para emprender nuevas iniciativas políticas, organizativas, de resistencia.
Estas son algunas de las aportaciones de los zapatistas en los ámbitos nacionales e internacionales. El trecho aún es largo y todavía muchas luchas están por emprenderse.
Ante un nuevo horizonte, ya actúan también otros sujetos, tales como los trabajadores electricistas y petroleros, quienes en las primeras semanas de noviembre recorrieron el país entero para oponerse a las llamadas reformas estructurales del gobierno federal.
En ocho caravanas provenientes del norte, sur y sureste del país, los trabajadores agrupados en diversos frentes y organizaciones como la Asamblea Nacional de Trabajadores, la Promotora de Unidad contra el Neoliberalismo y el Frente Sindical Mexicano organizaron una movilización nacional que desembocó en la manifestación del 27 de noviembre con miles de personas reunidas en el Distrito Federal.
Los efectos fueron positivos: no hubo reforma eléctrica y se detuvo la reforma fiscal, toda vez que el movimiento social agudizó la crisis que campea a los organismos políticos oficiales, a los partidos políticos y a toda la clase política y empresarial mexicanas.
Durante este año de 2004 habrá nuevos vientos de recambio y el EZLN contribuirá sin duda, juntos a otros muchos que pelean, para ver buenos resultados.