La movilizaci?n en Colombia: Seguimos caminando la palabra y tejiendo la minga social del suroccidente colombiano

La minga es un mandato ancestral de nuestros mayores, autoridades y comunidades de las diferentes zonas, en ese marco estamos dando cumplimiento a lo mandatado. En la historia del Consejo Regional Ind?gena de Cauca CRIC, desde tiempos atr?s se ido tejiendo procesos a trav?s de las movilizaciones, las conquistas, los logros o avances en las diferentes ?reas de trabajo, los derechos fundamentales se han logrado construir gracias a las movilizaciones.
La minga no es un tema novedoso para el caminar del proceso, al contrario, es un proceso que cada vez se va perfeccionando, esta vez comentarles amigos, compa?eros y sociedad civil que la minga est? proyectada desde el suroccidente con la participaci?n de otras regionales como es el consejo Regional Ind?gena del Huila- CRIHU, el Consejo Regional Ind?gena de Caldas CRIDEC y las diferentes representaciones de organizaciones sociales y procesos populares que fortalecen la lucha para recomponer el tejido social.



Seguimos caminando la palabra y tejiendo la minga social del suroccidente colombiano

Cric
25 marzo, 2019 174

La minga es un mandato ancestral de nuestros mayores, autoridades y comunidades de las diferentes zonas, en ese marco estamos dando cumplimiento a lo mandatado. En la historia del Consejo Regional Ind?gena de Cauca CRIC, desde tiempos atr?s se ido tejiendo procesos a trav?s de las movilizaciones, las conquistas, los logros o avances en las diferentes ?reas de trabajo, los derechos fundamentales se han logrado construir gracias a las movilizaciones.

La minga no es un tema novedoso para el caminar del proceso, al contrario, es un proceso que cada vez se va perfeccionando, esta vez comentarles amigos, compa?eros y sociedad civil que la minga est? proyectada desde el suroccidente con la participaci?n de otras regionales como es el consejo Regional Ind?gena del Huila- CRIHU, el Consejo Regional Ind?gena de Caldas CRIDEC y las diferentes representaciones de organizaciones sociales y procesos populares que fortalecen la lucha para recomponer el tejido social.

Seguimos caminando la palabra y tejiendo la minga social del suroccidente con positivismo y esperanza, articulando trabajo, conversaciones de an?lisis frente las situaciones que se han presentado alrededor de la minga, eso ha dado fuerza a los mingueros para seguir en resistencia.

Estamos convencidos que lo que hagamos bajo la orientaci?n de los sabios espirituales tenemos poco riesgo de equivocarnos, por eso valoramos este ejercicio y seguimos acompa?ando, convoc?ndonos alrededor de la tulpa que tambi?n ha sido un espacio muy importante para potencializar la recuperaci?n de nuestra propia identidad y fortalecer la ritualidad de nuestros pueblos ind?genas el cual est? y estar? abierto a compartir con otros procesos sociales y populares ya que es un mismo prop?sito de lucha para defender la vida y el territorio.

Uno de los mayores que acompa?a en la minga manifest? ?hemos tenido muchas experiencias de movilizaci?n y cada vez nos sentimos m?s fortalecidos con la energ?a y el anim? de la juventud, eso nos da esperanza y motivaci?n. En esta lucha caminamos trayendo la memoria de los hermanos ca?dos por defender los derechos de los pueblos. Desafortunadamente en cada movilizaci?n hemos tenido que ofrendar a compa?eros, podemos decir que de alguna manera nos da m?s fuerza y esperanzas para seguir exigiendo nuestros derechos?.

A esta minga se han ido sumando universitarios y trabajadores, gente que tambi?n resiste a este modelo de opresi?n, a las pol?ticas del muerte y despojo que cada vez se vienen intensificando.

Un caso reciente fue la masacre de Dagua Valle del d?a 21 de marzo 2019 en donde ocho compa?eros de la ORIVAC perdieron la vida, quienes ten?a adelantando trabajos para sumarse a la minga nacional del suroccidente. Como pueblos hermanos nos duele y una de las exigencias frente a este hecho es que se esclarezca realmente lo que ocurri?, para que los responsables que provocaron este incidente tr?gico paguen.

Seguimos haciendo el llamado a los pueblos y sectores sociales que todav?a no han podido llegar a la minga, agradecemos a los que ya se han ido vinculando, hemos tenido el respaldo importante a nivel nacional e internacional sobre esta lucha que se est? dando, seguiremos en esta din?mica, ojal? no tengamos que colocar m?s v?ctimas y que el presidente Iv?n Duque atienda a este llamado que se le est? haciendo por la v?a del derecho.

Otro de los minguero expres? que ?es mejor perder unos d?as de trabajo a no perder todo un derecho a vivir con dignidad por muchos a?os, de modo que esto tendr? que retribuirse en los resultados que se logren concretar ya que hemos vivido muchas luchas y no hemos concretado todo, pero hemos avanzado, en esta oportunidad seguramente tambi?n, debemos tener la claridad que este gobierno no va resolver todo lo que se exige, pero que queden ah? plasmadas los derechos fundamentales que no queremos que sean violentados y negados estando dentro de la constituci?n y armando proyectos de ley que vayan en contrav?a de lo que ya hemos conquistado. Seguiremos en pie de lucha y resistencia hasta ser escuchados.

Por. Programa de Comunicaciones-CRIC

Estudiantes de Comunicaci?n Propia Intercultural UAIIN
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Boletines de prensa Consejo Regional Ind?gena del Cauca
Bolet?n No 32. Comunidades campesinas encuentran granada cerca del lugar de concentraci?n en Parraga municipio de Rosas, Cauca
25 marzo, 2019

Comisi?n de Garant?as y Derechos Humanos Minga Social por la Defensa de la Vida, el Territorio, la Democracia, la Justicia y la Paz.

Comunidades campesinas articuladas al Coordinador Nacional Agrario CNA-Cauca que se encuentran concentradas en la cabecera corregimental de P?rraga del municipio de Rosas, denuncian el siguiente hecho:

Aproximadamente hacia las 7 de la ma?ana, cuando la guardia campesina realizaba un recorrido alrededor de la zona de concentraci?n, se encuentran una granada frente al polideportivo a 100 mts. del lugar donde est? la concentraci?n de movilizados. El ej?rcito acude al sitio, manifestando que es una ?granada lacrim?gena? y en presencia del presidente de la Junta de Acci?n Comunal y de l?deres de la Minga Social en P?rraga, el Sargento D?az del ej?rcito recoge la granada.

Se solicita a las autoridades competentes, se investigue e informe la presencia y pertenencia de dicho objeto muy cerca al sitio de concentraci?n. Situaci?n que genera alerta tanto para los habitantes de la zona como a las comunidades movilizadas, que se encuentran participando de la Minga Social en el marco del derecho a la Protesta Social.

Exigimos al Gobierno colombiano y a las Fuerzas Armadas que cumplan con las garant?as para las comunidades campesinas, ind?genas y sociales que se movilizan en la Minga Social bajo el derecho fundamental a la Protesta Social.

Comunicaciones CRIC

Tejido Defensa de la Vida y los DDHH de ACIN Chxab Wala Kiwe

Programa Defensa de la Vida y Los Derechos Humanos Consejo Regional Ind?gena del Cauca ? CRIC

Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca.

Red de Derechos Humanos ?Francisco Isa?as Cifuentes?

Comisi?n de Garant?as y Derechos Humanos Minga Social por la Defensa de la Vida, el Territorio, la Democracia, la Justicia y la Paz.

#MingaSocialSuroccidente2019
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A la panamericana
25 marzo, 2019

Por: Jarvi Leo Ulchur ? Pueblo Totoroez

Y apenas se invit? al presidente con una carta formal para que se reuniera con las Comunidades ind?genas del Cauca, no demoro la respuesta tambi?n con una carta escueta en donde invito a los dirigentes del CRIC a un almuerzo al palacio de Nari?o, para los que desconocen c?mo funciona la din?mica ind?gena mencionaron, ?brutos, deber?an haber aceptado, es el presidente y toda v?a a un almuerzo con el primer mandatario??

Sin embargo, las directivas del CRIC s?lo son eso, directivas que deben obedecer a las comunidades y a las decisiones de 126 gobernadores ind?genas, la respuesta de las autoridades fue rotunda ?No, que venga al Pital, tambi?n a un almuerzo? y nuevamente se le envi? una nueva carta al se?or presidente, y nuevamente su respuesta negativa, luego envi? una comisi?n al Pital el d?a martes 12 de marzo encabezada por la ministra del interior, su viceministro y el ministro de agricultura donde se esperaba una respuesta del presidente, se necesitaba saber d?a y hora de su llegada, la delegaci?n manifest? hacer consultas al respecto, y reunidos durante casi 2 horas, la asamblea se desespera porque hab?an anunciado 10 minutos de consulta con el presidente, comenzaron a solicitar la presencia de la ministra con razones positivas.

La minga euf?rica gritaba, l?deres hablaron que era un irrespeto con las comunidades, hasta que sali? la ministra y habl? que el presidente manifestaba ir trabajando sobre 1811, cosas que se hab?an trabajado en Popay?n, adem?s de preguntar sobre que era la minga, los l?deres le respondieron que eso lo sab?a el gobierno y que no deber?a dilatar m?s la situaci?n, solo que respondiera la pregunta, ?viene o no vine el presidente? la respuesta fue que por ocupaciones no pod?a, la gente grito, ?como a Venezuela va? , de inmediato la voces al un?sono, ?a la panamericana??

El sitio lleno de cientos de personas y desbordadas salieron directo a la v?a, la ministra con cara de desconcierto y un poco de susto, sali? con su comitiva, las camionetas de escoltas cuadradas para salir, tambi?n asustados al ver esa multitud de gente gritando y molesta? a la panamericana? El gobierno Sali? sin obst?culo, nadie los retuvo, puesto que despu?s dijeren que los secuestraron? Y as? de forma general sucedi? ese d?a 12 marzo, d?a que inici? el taponamiento de la v?a panamericana, no sin antes agotar las v?as formales de invitaci?n al presidente con antelaci?n, si el presidente atendiera los llamados e incluso de mandatarios del Cauca no se habr?a presentado lo que todos hasta el momento conocen y desconocen por malas informaciones de los medios. Arrogancia del mandatario que con poco de humildad hubiese podido venir o enviar un equipo de avanzada para preparar su venida, y la gente hubiese esperado ese d?a, pero tambi?n sus equipos de asesores un poco cerrados con tal de dar soluciones?

A esto se le sum? las declaraciones del gobernador del Cauca que direccionaba entrar con toda la fuerza p?blica y militar para desbloquear en dos horas la v?a, ya han pasado 16 d?as de minga desde el inicio y 14 d?as de cerrada la panamericana que supuestamente despejar?an en dos horas, sumado a esto heridos de parte y parte, muertos de parte y parte, pobres igual que nosotros que buscan un mejor bienestar para sus familias, cuestiones que se pod?an haber evitado si el presidente se hubiese bajado del pedestal?
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Aprop?sito de la minga, lo que duque debe saber del Cauca
25 marzo, 2019

Por Jaime Soto Palma ? Periodista de Enlace Regional

Si o si en alg?n momento Duque tendr? que venir, pero no a ning?n club, ni al parque Caldas, a un resguardo muy posiblemente y se sentar? con ?esos indios? a hablar de t? a t? de derechos. Si, de eso, y conocer? el Cauca, y entonces se dar? cuenta ?chamo? que el Cauca no queda en Venezuela, ni en C?cuta, ni en Chile, sino aqu?, donde las trochas rurales hacen las veces de v?as y donde en la capital, Popay?n, hay desabastecimiento cuando esos vagos que cultivan la tierra entran en paro.

Si, este Cauca alborotado, rebelde e insubordinado traer? a Duque, obligado, y le recordar? que el 60% del agua que consume el pa?s nace en territorios ind?genas y que es pura, pur?sima, porque la cuidan. Qu? en estos mismos territorios hay todav?a bosque andino que se conserva y, lagos y p?ramos que ayudan a regular el clima por lo que a?n hay en el pa?s, desde la Guajira hasta la Amazon?a, abundancia de comida. Tambi?n se le recordar? que en plena ?poca de las redes sociales, de la Econom?a Naranja y, de la neurociencia y de la nanotecnolog?a, todav?a hoy se cohabita en este territorio con los esp?ritus de la naturaleza, con el andar del sol y la luna y que, por todo lo que nos ofrece se le rinde tributo a la madre tierra. Qu? no se permitir? el fracking porque la hiere ni la presencia de compa??as mineras.

Tambi?n, a Duque se le recordar? que si olvida traer su guitarra, aqu? encontrar? una chirim?a. Qu? si necesita un acetaminof?n, aqu? se le tratar? con medicina tradicional. Qu? si su anhelo es volver trizas los acuerdos de paz, aqu? se le puede controlar con un refrescamiento. Qu? si tiene miedo de venir, aqu? hay una guardia ind?gena esper?ndolo y, que si viene a enga?ar, aqu? de nuevo se le suavizar? con otro bloqueo.

De otro lado, Duque adem?s debe saber, si es que no lo sabe, que en el Cauca coexisten cuatro razas; la negra, la ind?gena y la mestiza, y la supremacista mestiza; racista, de sangre azul, aria, superior y pura que no desciende del blanco espa?ol ni de ninguna otra. Que son pobres diablos en su mayor?a que conciben la de los otros, la de ?esos negros? y ?esos indios?, y especialmente la de ?esos indios? inferior y despreciable cuando se levantan a reclamar derechos.

Duque viene obligado, si, y tiene que entender que, en las manos de ?esos indios? y de esos campesinos, hoy en minga, est? la riqueza ambiental que este pa?s y el mundo necesitan, y que su azad?n, y sus luchas, alimentan y mueven este departamento las veces que quieran.

Fuente:
Enlace Regional
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La minga en el Cauca: la v?a, el derecho y el hecho
25 marzo, 2019
Por: Daniel Campo Palacios

Imag?nese esto: usted va caminando sobre lo que pensaba era tierra firme, pero result? ser en realidad un pantano profundo en el cual se est? hundiendo r?pidamente. Usted se desespera y empieza a forcejear, a intentar salir del atolladero. Desde la orilla un hombre de traje y corbata lo ve a usted untado de barro hasta las cejas e intentando salir a como d? lugar. Sin moverse un dedo le susurra: ?venga, ac?rquese a la orilla y yo lo ayudo a salir?. Usted, como tiene todas las piernas bajo el barro, no tiene otra opci?n que creerle al tipo del traje y empieza a sacudirse, a corcovear, a pelear. De pronto escucha otra vez al del traje que ya no susurra, sino que grita: ??No haga tanto desorden, por favor! ?Salga ordenadamente!? Usted entonces intenta moverse con cautela, pelear m?s por debajo del barro que por encima; pero con el tiempo se impacienta y empieza a sudar, a rechinar los dientes, a gritar. En ese momento vuelve a escuchar al impecable hombre de la orilla: ??As? tampoco, sin gritar! ?No es necesario gritar! ?Deje la gritadera que as? no se puede!? Pero a esta altura a usted ya le importa poco lo que tenga para decir el otro y comienza a hacer todo lo posible por escapar del pantano. Se agarra de palos, de piedras, de ra?ces, de todo lo que se encuentre en su camino para llegar de nuevo a la orilla. Y es en el momento en que las piernas parecen liberarse y parece que usted alcanza de nuevo la tierra firme, que se da cuenta que el tipo del traje es en realidad el due?o del pantano y lo est? esperando en la orilla no para ayudarlo, sino para empujarlo con violencia de nuevo al centro, exigi?ndole comportarse seg?n ?l se lo ordene, sin agarrarse de las ra?ces, sin gritar, sin patalear y sin untarse.

Ahora piense en la minga de resistencia, ac? en el Cauca, que es una manifestaci?n, entre muchas, de aquellos quienes nos encontramos luchando en el pantano de las leyes y el enga?o de traje y corbata que se esconde tras el reconocimiento de la Constituci?n. El gobierno nacional, o sea, el grupo de administradores de turno, no ha parado de repetir el mismo sonsonete: ?no a las v?as de hecho?. Sectores de la ?alta? sociedad que nunca han tenido que luchar por nada en sus vidas (que la mayor de las veces son los mismos que los primeros), se quejan de las protestas que ?afectan los derechos de los dem?s?. Los opinadores profesionales replican en los medios: ?protesta s?, pero no as??. Todos hacen una voz que sanciona y reclama el privilegio sobre el derecho, explic?ndonos que todo el asunto pol?tico de protestar se resume en un ?s?, pero no?. Entre la met?dica estigmatizaci?n p?blica y el c?digo de polic?a, se ha buscado reducir la protesta a un vac?o apol?tico, algo lleno de nada.

Sorprende aunque no asombre c?mo insisten en desconocer el car?cter pol?tico de la protesta y, m?s a?n, imponen como condici?n de di?logo la eliminaci?n de ?lo pol?tico? del vocabulario. Cuando la minga dice ?debate pol?tico?, el gobierno dice ?conversaci?n sobre asuntos que nos preocupan?. Con esto han buscado invalidar las exigencias, desconocer a los actores movilizados y desestimar la protesta como expresi?n pol?tica. En otras palabras, el escenario que se pretende instalar de parte del gobierno como sentido com?n y verdad ?ltima es el siguiente: escena uno: respetamos el derecho a la protesta pac?fica ?pac?fica queriendo decir sin ruido, sin tumulto, sin colores ni olores. Escena dos: puesto que persisten ?las v?as de hecho?, afectando los derechos del resto de la humanidad, no dialogamos ni escuchamos; primero dejen de moverse y luego hablamos. Escena tres: se nos acab? la paciencia con las intransigencias de quienes protestan, por lo tanto, procedemos a utilizar la violencia que tenemos derecho a ejercer como representantes leg?timos del poder estatal.

Es una situaci?n del cl?sico ?con cara gano y con sello usted pierde?.

Nos encontramos entonces frente a un escenario dif?cil: el gobierno nacional pretende reducir la arena pol?tica a los espacios de representaci?n (piense usted, al Congreso, o sea, el pantano), mientras la minga busca expandir la arena pol?tica m?s all? del pantano, es decir, traer la pol?tica a los lugares donde vivimos, por donde pasamos. Esto significa sacar al gobierno nacional de sus oficinas en altos edificios de la capital, incomodar a los funcionarios, hacerlos asolear, hacerlos mojar. Como nada de esto les gusta, mejor mandan a la fuerza p?blica: primero el Esmad, atrasito el Emcar y al ladito el Ej?rcito. As? tambi?n sucede un m?gico traslado del lenguaje burocr?tico: de la protesta social nos llevan a las ?v?as de hecho?.

?Y qu? es eso? Puede ser muchas cosas, pero es, ante todo, una suposici?n. Supone que el contrato social que todos firmamos en 1991 ha sido honrado por parte de la clase dirigente y que el estado social de derecho ah? suscrito garantiza la vida, los derechos y la pervivencia de todos los sectores de la sociedad colombiana. Y entonces, como el supuesto nos dice que esto ha sido garantizado y que los derechos han alcanzado para todos, no se justifica la protesta como herramienta pol?tica. Pero es un poco m?s complicado. El mismo estado social garantiza el derecho a la protesta, la cu?l considera parte constitutiva de toda democracia (asumiendo por ahora que nuestro sistema pol?tico es democr?tico). No obstante, ha pasado el tiempo y las protestas se multiplican a medida que se va descubriendo en la pr?ctica que las cosas del contrato social no son como las pintaban, se le han ido agregando numerosos ?peros? a este derecho. Entonces la protesta se debe convertir a los ojos del poder en un desfile mon?tono, d?cil y maleable; todo lo dem?s, lo que no quepa en esta casilla, se convierte en ?v?a de hecho?, es decir, lo que no cabe en el derecho. Y lo que no cabe en el derecho debe ser reprimido por las v?as pacificadoras de la violencia de estado encarnada en el Esmad.

De eso se trata el pantano. Pasar de caminar sobre lo que pens?bamos era la tierra firme de la Constituci?n de 1991, a quedar atrapados en un barro espeso de leyes, c?digos y normas ?agravado con la manipulaci?n masiva de la opini?n p?blica-, donde se nos exige (desde la orilla del poder) dejarnos ahogar ordenadamente.

Sin embargo, no nos hemos dejado convencer. Aqu? estamos, en el d?a trece de la minga. La v?a Panamericana permanece cerrada. M?s all? de las reivindicaciones pol?ticas y la exigencia del cumplimiento de acuerdos, nos estamos disputando el alcance de lo pol?tico. No solo no nos encontramos con el lenguaje del gobierno nacional, rico en burocracia y en hablar mucho diciendo poco, sino que nos movemos con ideas profundamente diferentes de hacer pol?tica. Donde nosotros vemos un pantano, ellos ven una autopista, donde vemos dignidad, ellos ven irrespeto a las instituciones. Y este es un argumento particularmente c?mico, pues la pr?ctica hist?rica se ha encargado de demostrarnos que quienes se han turnado la administraci?n de las instituciones estatales han sido diestros en la manipulaci?n y cooptaci?n de ?la institucionalidad? para sus intereses y seg?n su antojo. Cuando piden respeto a las instituciones, en realidad est?n pidiendo respeto para s? mismos.

Por ahora, seguimos caminando sin esperar el derecho. Puede que el desenlace de la minga se parezca al de las anteriores: m?s acuerdos, nuevos decretos, m?s reuniones con el gobierno que se van dilatando, m?s incumplimiento. A los ojos del desprevenido puede parecer que se trata de un eterno retorno. Pero ya sabemos que mientras caminemos camina el espiral, y el espiral, aunque regrese, no va por el mismo camino, va avanzando en todas las direcciones. Con la minga tambi?n se transforma la pol?tica, con la minga podemos encontrar otras salidas del pantano, crear una nueva tierra firme