M?xico: funeral sin cad?ver

Se decret? el funeral del neoliberalismo, pero no sabemos cu?l cad?ver enterrar?n.



Funeral sin cad?ver
Gustavo Esteva
La Jornada

Se decret? el funeral del neoliberalismo, pero no sabemos cu?l cad?ver enterrar?n.

El presidente L?pez Obrador mostr? una vez m?s su deseo de liquidar la era neoliberal a la que atribuye con raz?n buena parte de los males que abruman al pa?s. Su convicci?n es clara. Pero su definici?n personal del enemigo pone en peligro sus intenciones.

L?pez Obrador parece convencido de que bastar? recuperar la rector?a del Estado para salir del mundo neoliberal. Es cierto que renunciar a funciones b?sicas del Estado para entregarlas a las corporaciones privadas, en forma tan corrupta como incompetente, es uno de los errores m?s graves de los gobiernos mexicanos desde 1982. Pero antes de celebrar la recuperaci?n necesitamos saber su sentido. Parece que cambia todo? para que nada cambie. Se usa esa rector?a para entregar a las propias corporaciones los programas p?blicos y adaptarse al rumbo que ellas marcan.

Uno de los ejemplos m?s claros es el del Istmo de Tehuantepec. Se pregona a los cuatro vientos que el nuevo plan se ocupa del inter?s nacional y del bienestar de los pueblos de la regi?n. Sin embargo, hasta el an?lisis m?s superficial de su contenido muestra que es un dispositivo que inserta m?s profundamente al pa?s en una l?gica que no es la suya, sino la de los intereses privados. Constituye una amenaza muy real para los pueblos de la regi?n, pues pone en peligro sus modos de vida, sus tradiciones, sus esperanzas?

Cuando Porfirio D?az concibi? por primera vez la idea parec?a viable que M?xico usara estrat?gicamente el proyecto que despert? enorme inter?s en los estadunidenses. En alg?n momento de tensi?n con Estados Unidos, D?az Ordaz descubri? que enormes porciones del Istmo estaban en manos extranjeras y organiz? un reparto masivo de tierras ejidales y comunales como pretexto para la expropiaci?n. Era demasiado riesgoso para M?xico que tales tierras no fueran nuestras.

Cuando L?pez Portillo pens? que le tocaba administrar la abundancia hizo preparar el proyecto para invertir en ?l las ganancias petroleras. Estaba muy avanzado cuando descubrieron que se les hab?a acabado el dinero y que implicaba muchos riesgos. Hoy, bajo condiciones enteramente distintas, se busca reordenar la actividad en el Istmo para enchufarla a una operaci?n que s?lo podr?n asumir las grandes corporaciones y cancela un camino aut?nomo.

El protocolo para el proceso de consulta libre, previa e informada a los pueblos y comunidades ind?genas del Istmo de Tehuantepec de los estados de Oaxaca y Veracruz, respecto del Programa de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec es un documento que merece cuidadosa consideraci?n. Es un caso ejemplar de las formas del estado de excepci?n cuando se usa la ley para violarla, para torcerla. Cita las disposiciones legales pertinentes y se explaya en el valor jur?dico de la buena fe, para en seguida describir la manera en que se les traicionar? tanto en esp?ritu como en la letra.

La consulta que se realiza precipitadamente y terminar? el 31 de marzo no es siquiera previa. El gobierno ya tom? la decisi?n de llevar a cabo el programa. Sus acciones no llegan a?n a las comunidades involucradas, pero se han tomado ya decisiones que las afectar?n. Todos los d?as se anuncian contratos y compromisos. Al gobierno le urge procesar la inversi?n de 5 mil millones de d?lares que le prometi? Trump para la zona.

Tampoco ser? una consulta libre. Se realiza en los tiempos y condiciones definidos por las autoridades federales, no por los pueblos, cuyos usos y costumbres se est?n ajustando r?pidamente a las exigencias del proceso. No ser? un ejercicio informado. La presentaci?n tiene claro sello burocr?tico, con t?rminos incomprensibles para la gente com?n y formatos propios de un folleto promocional. En las reuniones, las exposiciones se acompa?an de sugerencias clientelistas para que se incorporen algunos de los proyectos que las comunidades han solicitado hace tiempo, lo que facilitar? su respuesta positiva.

Lo m?s grave de esta consulta es que s?lo informa del programa del gobierno para que los pueblos lo tomen o lo dejen sin presentar opciones. Lo que ser?a la ?nica manera de dar validez a la consulta es permitir que la gente escoja realmente lo que quiere.

Los operadores del mecanismo de participaci?n ciudadana le rendir?n buenas cuentas al Presidente al terminar el mes. Habr?a ganado otra. Afirmar?n con todo cinismo y desconocimiento que el programa se realiza con participaci?n ciudadana y ajustado al principio de mandar obedeciendo. El resultado se usar? como prueba de que los pueblos s?lo quieren acceder a las formas del capitalismo que prevalecen en el norte, saliendo de su atraso, como sostienen algunos de los intelectuales org?nicos del nuevo gobierno.

Viene ahora la respuesta de los pueblos. La anunciaron ya en Guelatao, cuando los acarreados de AMLO hicieron a un lado a los locales para honrar a Benito Ju?rez. No se har? esperar.

gustavoesteva@gmail.com