La autodeterminaci?n y la autonom?a no son una estrategias, una utop?a ni una promesa, sino un ejercicio de los pueblos

Exhortamos a los pueblos y a las organizaciones que caminan con ellos, a no caer en el juego de los poderes f?cticos al promover ?la adecuada? participaci?n en instrumentos que legitiman el despojo y el desplazamiento forzado. Participar en consultas o pedirlas es un error de fondo.
Los pueblos tienen y tenemos condiciones reales para decidir qu? queremos para nosotros y para nuestros territorios y esta decisi?n la ejercemos en nuestros espacios pol?ticos y cotidianos como las asambleas agrarias y ciudadanas.



Consultas a los pueblos, ?herramienta pol?tica pintada como democr?tica”

REMA
Desinform?monos
2 abril 2019 0

Ciudad de M?xico | Desinform?monos. Las consultas ?bien hechas o a modo? a los pueblos ind?genas sobre los megaproyectos en sus territorios son una ??nueva? herramienta pol?tica pintada como democr?tica, aunque en realidad profundiza y legitima las acciones relacionadas al despojo y al desplazamiento forzado?, asegur? la Red Mexicana de Afectados por la Miner?a (REMA).

?Las consultas son instrumentos impuestos contra los pueblos, sin importar si est?n mal o bien hechas o han sido hechas a modo?, destac? la Red, la cual explic? que los procesos de consulta plantean la institucionalizaci?n y cooptaci?n del territorio y los bienes naturales ?para continuar abasteciendo la pol?tica neoliberal de ?progreso y desarrollo??.

De acuerdo con la Organizaci?n Internacional del Trabajo (OIT), las consultas a los pueblos deben ser previas, libres, informadas, culturalmente adecuadas y de buena fe, sin embargo, REMA indic? que ?las consultas no son previas, sino pre-elaboradas?, pues se hacen sobre un proyecto ya dise?ado y con empresas y financiamientos definidos, adem?s de que tampoco son libres, ?sino forzadas?, ?manipuladas?, ?racistas, neocoloniales, intervencionistas? y ?vinculantes cuando les conviene?.

A continuaci?n el comunicado completo:

LAS CONSULTAS ?BUENAS? NO EXISTEN

?BASTA DE ENGA?AR A LOS PUEBLOS?1

Se ha creado un falso debate sobre las consultas alrededor de aquellas que se consideran ?bien hechas? o las otras hechas ?a modo?. Frente a esto, en REMA decimos NO A LAS CONSULTAS REGLAMENTADAS Y TAMBI?N A AQUELLAS ?HECHAS A MODO?, porque ambas parten de no reconocer, menos respetar el deber ser de los derechos de los pueblos que se sustentan en la libre determinaci?n, la autonom?a y la autogesti?n de su territorio, de sus bienes naturales y de sus estructuras de gobernanza. Ambas consultas?bien hechas o a modo?, son utilizadas claramente como una ?nueva? herramienta pol?tica pintada como democr?tica, aunque en realidad profundiza y legitima las acciones relacionadas al despojo y al desplazamiento forzado, las cuales son consecuencias por la imposici?n de megaproyectos relacionados al Modelo Extractivo.

En afirmaciones cargadas de eufemismo, se presume que las consultas son un ejercicio que busca la ?inclusi?n de los pueblos ind?genas y de ciudadanas y ciudadanos en la toma de decisiones?. Para lograrlo, hace a?os que el Banco Mundial, a trav?s de la ONU y con la legitimaci?n de organismos relacionados a los derechos humanos, apuestan por crear consultas buenas, por lo tanto, seg?n ellos, deben estar sujetas a los m?s altos est?ndares internacionales y, en consecuencia, ello debe y puede ser reglamentado. Sin embargo, ning?n caso refrenda medianamente siquiera los principios y criterios que han sido establecidos en la declaratoria de las Naciones Unidas o de acuerdo con lo especificado en el Convenio 169 de la Organizaci?n Internacional del Trabajo (OIT), cuando se trata de pueblos originarios o tribales. Todos abonan a ensalzar la consulta o el consentimiento previo, libre e informado e incluso, no pocas veces se incorpora ?lo culturalmente adecuado?. Sin embargo, en el fondo cada uno de ellos se aplica con la ambig?edad y displicencia de quien ostenta el poder.

En ese contexto, no hay espacio ni para la supuesta participaci?n, ni para la democracia, menos a?n para la incorporaci?n de los derechos humanos y colectivos incluyendo el derecho de la naturaleza. Las consultas actuales ?buenas y malas?, son un ejercicio que violenta de facto por lo menos esos cuatro preceptos.

La experiencia en Am?rica Latina nos dice que las consultas buenas y malas, con est?ndares altos o bajos, en aquellas en donde los reglamentos han sido elaborados con participaci?n social o no, aquellas realizadas a partir de mandatos judiciales o las chabacanas que implementa actualmente el gobierno federal en M?xico, no han servido para frenar el modelo neoliberal y sus megaproyectos y, en cambio, s? funcionan como un instrumento para legitimaci?n del estado y los poderes econ?micos, y en consecuencia, legitiman tambi?n la violaci?n de los derechos de los pueblos amenazados o aquellos confrontados contra la visi?n de progreso y desarrollo que, desde afuera, siempre imponen sobre el pueblo, el territorio y los bienes naturales.

En Latinoam?rica y en M?xico, las consultas se caracterizan por llevarse a cabo en un contexto definido bajo una gran asimetr?a de poder y, en consecuencia, persiste desigualdad y desequilibrio entre las partes(comunidades y el Estado y las empresas promoventes), estandariza y regula desde una visi?n ajena a las propias definiciones que por usos y costumbres le corresponde a los pueblos respecto a su toma de decisiones, y se aplican sin considerar que en esa visi?n comunitaria, intr?nsecamente se encuentran los bienes comunes, el territorio y la cosmovisi?n, por mencionar algunos de sus componentes m?s importantes, los cuales simple y llanamente refieren en s? mismos la integralidad de la diversidad, cosa que el modelo econ?mico neoliberal y autoritario desde hace a?os no pretende incorporar de ninguna manera.

Las consultas son instrumentos impuestos contra los pueblos, sin importar si est?n mal o bien hechas o han sido hechas a modo. De fondo, las consultas plantean la institucionalizaci?n y cooptaci?n del territorio y los bienes naturales para continuar abasteciendo la pol?tica neoliberal de ?progreso y desarrollo? que desde hace varias d?cadas se ha definido con el fomento de la globalizaci?n. Sin territorio los pueblos literalmente desestructuran su pleno ejercicio a la libre determinaci?n y a la autonom?a.

Un listado que argumenta a?n m?s nuestra postura:

Las consultas no son previas, sino pre elaboradas
Esta claro que las consultas no son previas, se hacen sobre un proyecto ya dise?ado, y con empresas y financiamientos definidos, en donde tambi?n ya van determinadas las preguntas que, por supuesto no son de fondo, porque no se incorporan desde lo que los pueblos quieren para sus territorios y modos de vida. Es una farsa decir que es un proceso basado en la democracia cuando se pregunta sobre una propuesta ya elaborada, la cual se esgrime bajo la idea del ?inter?s y la utilidad p?blica?.

Las consultas no son libres, sino forzadas
La lucha por el territorio la hacemos comunidades, mujeres y hombres que defendemos el territorio en condiciones profundamente desiguales frente a los poderes que enfrentamos. En ese contexto, las consultas suponen construir un contexto para el ejercicio libre de la opini?n de la poblaci?n, cuesti?n que no puede estar m?s lejana a la realidad. No hay posibilidad de di?logo, porque es un ?di?logo? cerrado basado en dos falsas premisas que dirimen un presente, pero sobre todo un futuro; un s? o un no.

Son ejercicios llenos de violaciones que se sustentan en la coacci?n; promesas de compensaciones econ?micas, beneficios inmediatos condicionando la voluntad frente a las necesidades de pobreza econ?mica y subjetiva en la que vivimos en las comunidades, ofrecen apoyos para proyectos de infraestructura, etc. Agreguemos a ello la creaci?n de ambientes sociales de hostilidad, de amenazas y de agresi?n f?sica para quienes las cuestionan. Por ello, el reciente asesinato de Samir Flores, en Morelos, ser? una carga llena de verg?enza para quien encabeza la 4T.

Las consultas no son informadas, sino manipuladas
El desequilibrio en la relaci?n de poder inicia con el control de informaci?n. Los pueblos se enfrentan a un aparato gubernamental medi?tico y con mucha capacidad de influir y penetrar sus mensajes a favor del proyecto; pero no tienen las mismas condiciones quienes se oponen o quienes quieren ofrecer otro punto de vista. El cerco medi?tico institucional genera un linchamiento social de cara a presionar a los opositores del proyecto, est? generando divisiones y violencia en donde no las hab?a y, adem?s, la informaci?n que llega a las comunidades es insuficiente, ininteligible y sin valor de uso para que las comunidades puedan tomar buenas decisiones a partir de ello.

Las consultas son vinculantes cuando les conviene
Sea cual fuera la decisi?n que resulte de una consulta, no es obligaci?n del Estado ni de la empresa responder en consecuencia. Las consultas no incluyen el ?consentimiento vinculante?. La decisi?n de la comunidad no determina el futuro del proyecto, porque la consulta es un requisito administrativo que requiere su ejercicio para proyectos que ya se encuentran en etapas muy avanzadas en la generaci?n de intereses. Actualmente varios pa?ses ya disponen de reglamentaciones sobre consultas que permiten ?anular la obligatoriedad? del resultado de la consulta si ?sta no resulta a favor de las empresas, tal como sucede, por ejemplo, en la iniciativa de ley peruana que ilegaliza las auto consultas desde los pueblos y que determina que la decisi?n final sobre la medida administrativa o legislativa corresponde al Estado.

Eso determina que, si no hay consentimiento de los pueblos, el Estado debe garantizar las medidas de mitigaci?n del conflicto y da?os a sufrir, tal como existe en M?xico para proyectos de hidrocarburos con la servidumbre legal derivada de la reforma energ?tica.

Las consultas son racistas, neocoloniales e intervencionistas
Quienes tratan de proponer ?nuevos criterios y formas de consultas reglamentadas? como se est? haciendo en varios pa?ses de Am?rica Latina, tambi?n est?n legitimando este ejercicio desmedido que ya tiene planteado el poder. La ingenuidad de creer en el Banco Mundial, en la ONU, en los gobernantes que son capaces de modificar la constituci?n para que se imponga una nueva ley de coacci?n ?como ocurri? con la creaci?n de la guardia nacional-, no puede seguir siendo considerado un espacio de participaci?n real.

Los pueblos y las comunidades tienen vida colectiva, por lo tanto, tienen decisiones y definiciones que se realizan en asamblea, luego entonces ya ejercen su derecho a la libre determinaci?n para tomar decisiones sobre su presente y su destino a futuro. Quienes participan en legitimar la inclusi?n de mecanismos que incorporen los m?s altos est?ndares internacionales, legitiman tambi?n el despojo porque de facto no reconocen y desconocen que los pueblos ya tienen sus propios procesos legales para la toma de decisiones que, por supuesto el estado no les respeta, pero a cambio el estado si quiere se respeten otras consultas no reconocidas legalmente. As? se perpetua la colonizaci?n y el racismo porque se sigue apostando a que, la salvaguarda de los derechos y la incidencia en pol?ticas puede realizarse a trav?s de contribuir a las leyes desde lo alto, desde arriba y con la abierta participaci?n del Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario Internacional (FMI) o distintas agencias de desarrollo de los pa?ses del Norte tales como; el USAID (agencia de desarrollo estadounidense) o el GIZ (agencia de cooperaci?n alemana), por mencionar algunas que tienen una clara injerencia en las pol?ticas neoliberales y el modelo extractivo.

Exhortamos a los pueblos y a las organizaciones que caminan con ellos, a no caer en el juego de los poderes f?cticos al promover ?la adecuada? participaci?n en instrumentos que legitiman el despojo y el desplazamiento forzado. Participar en consultas o pedirlas es un error de fondo.

Los pueblos tienen y tenemos condiciones reales para decidir qu? queremos para nosotros y para nuestros territorios y esta decisi?n la ejercemos en nuestros espacios pol?ticos y cotidianos como las asambleas agrarias y ciudadanas.

MIENTRAS NO RESPETEN NUESTRAS DECISIONES, SUS CONSULTAS

SER?N UNA FARSA SEUDODEMOCR?TICA

LA AUTODETERMINACI?N Y LA AUTONOM?A ES UN EJERCICIO

DE LOS PUEBLOS

?NO A LAS CONSULTAS!

RED MEXICANA DE AFECTADAS/OS POR LA MINER?A