Carta a Abdullah ?calan

Conf?o en que el esfuerzo desplegado en estos momentos por tantas mujeres y hombres, dirigentes como usted del pueblo kurdo, militantes de la vida y de los derechos de todo pueblo a su dignidad y su autodeterminaci?n, no caiga en saco roto.



ADOLFO P?REZ ESQUIVEL
PREMIO NOBEL DE LA PAZ
CARTA A ABDULLAH ?CALAN

Gara

Gracias al compromiso de vida de Leyla G?ven y tantos otros compatriotas suyos, muchos de ellos presos como usted, el mundo est? ahora m?s atento a la necesidad de una reacci?n de parte del Gobierno de Turqu?a
Estimado hermano, compa?ero. Reciba en primer lugar mi caluroso saludo y los mejores deseos. ?No sucede todos los d?as que uno cumpla 70 a?os!

No he tenido el privilegio de conocerle personalmente, todav?a, pero hubiera gustado mucho compartir este momento con usted. Un momento propicio para celebrar juntos las alegr?as y las esperanzas de esta vida, en un mundo cada vez m?s convulsionado y necesitado de transformaciones. Un momento para reflexionar juntos, en torno a la Ruta de Paz que usted ha delineado y todo lo que junto a nuestros pueblos hemos podido vivir, lograr y aprender, para seguir fortalecidos en el camino.

De todas maneras, espero tener pronto ese encuentro. Conf?o en que el esfuerzo desplegado en estos momentos por tantas mujeres y hombres, dirigentes como usted del pueblo kurdo, militantes de la vida y de los derechos de todo pueblo a su dignidad y su autodeterminaci?n, no caiga en saco roto. Es una manifestaci?n tan genuina del amor y de la confianza en su persona y su liderazgo, y del poder del pueblo movilizado para conquistar sus demandas y sus derechos, para no surtir los resultados buscados.

En ese esp?ritu, aprovecho esta fecha tan especial para pedir nuevamente al presidente y dem?s autoridades de Turqu?a que pongan fin al aislamiento ya. No hay justificaci?n posible para semejante trato a ning?n ser humano, a ninguna persona detenida. Fue tambi?n un 4 de abril, all? por el a?o 1977, que fui detenido en Argentina por la dictadura. S? lo que es ser detenido arbitrariamente, sufrir la tortura y la prisi?n, rozar la muerte en esas condiciones de ilegalidad y desamparo. Pero s? tambi?n lo que es ser un sobreviviente, por la fuerza de la solidaridad desplegada.

Gracias al compromiso de vida de Leyla G?ven y tantos otros compatriotas suyos, mujeres y hombres muchos de ellos presos como usted, el mundo est? ahora m?s atento a la necesidad de una reacci?n, un cambio urgente, de parte del Gobierno de Turqu?a. Surgen nuevas voces todos los d?as, reclamando fin a su aislamiento. La demanda solidaria es urgente pero sencilla: que el Gobierno turco cumpla con sus propias leyes y obligaciones de acuerdo a la normativa humanitaria europea e internacional vigente. Nada m?s y nada menos. Confio que se cumplan estos prop?sitos sin m?s demora, para poder avanzar en el camino de la paz y la dignidad, el camino de la libertad, que tanto anhela su pueblo y los pueblos del mundo.

Le env?o un fraterno abrazo de Paz y Bien, a la espera de nuestro encuentro.