A d?nde va M?xico
Pablo Gonz?lez Casanova
La Jornada
Estas no son afirmaciones que se puedan calificar de centro, derecha o izquierda o con mescolanzas de esas posiciones. Las tesis que se sostienen son de un conocimiento riguroso. Su car?cter cient?fico, cr?tico del sistema en que vivimos, puede dar pie a descalificaciones que se basen en mitos, ideolog?as e intereses con que los aludidos se nieguen a conocer la verdad sobre lo que hacen y de que por su parte son responsables en tanto sometan la l?gica de sus esperanzas a la l?gica del sistema.
Una de las formas de dominaci?n del imperialismo neoliberal y neoconservador es la privatizaci?n del sector p?blico de los estados metropolitanos y perif?ricos en procesos que al realizarse incrementan la corrupci?n y la criminalidad organizada, con ?sta bajo la sombra de corporaciones y estados, o contratada, en caso necesario, para actos criminales contra pueblos, comunidades o personas, en acciones destinadas a despojarlos de sus propiedades, de su libertad o de su cuerpo.
Con el propio acto de privatizaci?n, el neoliberalismo ha hecho de los funcionarios p?blicos agentes de ventas de las propiedades nacionales y sociales o c?mplices pasivos de la corrupci?n y la represi?n de que a menudo se sirven para incrementar su personal patrimonio y poder.
Neoliberalismo y corrupci?n est?n a la orden del d?a, tanto en la periferia econ?mica del mundo, y en no pocos pa?ses del centro, en los que tienen como antecedente el famoso gangsterismo de Chicago y las mafias de Italia. En cuanto a los pa?ses de origen colonial o semicoloniales y perif?ricos, son actores de permanente uso los grupos de matones al servicio de sus amos y caciques o de las compa??as trasnacionales, como la Compa??a de Indias inglesa o la Mamita Yunai, estadunidense.
Esos integrantes del crimen organizado se articulan hoy en sistemas globales dominados por las corporaciones financieras y sirven o se asocian con funcionarios que se han vuelto tambi?n empresarios, que si ayer dec?an estar al servicio de la evangelizaci?n, de la civilizaci?n, del progreso o del desarrollo, hoy hacen de la funci?n p?blica una actividad en que el funcionario se pone al servicio de la empresa privada, mediante la coima (mordida), motor del sistema y por la que los funcionarios se vuelven socios no pocas veces mayoritarios.
En las nuevas circunstancias, como los antiguos y nuevos ricos, el crimen organizado combina sus conocimientos pol?ticos con los econ?micos, y todos con los criminales y tecnol?gicos. Participa as? en la dominaci?n de un mundo en que se exige la pr?ctica de la normativa moral en los tratos interpares de accionistas y de grandes propietarios, en que al mismo tiempo se urden medidas de especulaci?n y depredaci?n, que estructuran en el propio siglo XXI nuevas formas de acumulaci?n primitiva, despojo, as? como, de esclavismo, de servidumbre, de tributaci?n y de salarios o ingresos de hambre que en gran parte del mundo pesan sobre la inmensa mayor?a de una poblaci?n a la que habiendo despojado de sus tierras y territorios, dejan en plena miseria, sin asomo de trabajo y sin los m?s elementales recursos para vivir, para comer, beber, curarse o enterrar a su muertos. De tales hechos ?dif?ciles de contar y de escuchar? proviene el ?xodo m?s impresionante de la historia humana, un ?xodo global en que muchos son los que mueren al atravesar selvas, desiertos y mares? Entre las varias formas de descubrir a los verdaderos responsables de esos hechos y el dolor de que son beneficiarios, se encuentran los fabricantes de armas y los comerciantes en grande de narc?ticos, quienes con las corporaciones y la gran banca act?an en un sistema cuyo atractor principal es la maximizaci?n de poder, riquezas y utilidades, en el que dominan con gobernantes y funcionarios, con legisladores y jueces que se asocian a sus proyectos entre mediaciones y represiones, que se apoyan en la cooptaci?n o sometimiento de los propios l?deres de los pueblos y se apoyan cada vez que es necesario en las fuerzas militares y paramilitares, con los que practican la supuesta persecuci?n del crimen organizado en el que de vez en cuando sacrifican a algunos chivos expiatorios, y con el que empresarios, militares, polic?as y judiciales est?n profundamente articulados.
La comedia tr?gica llega al extremo de ajusticiar y desaparecer a los defensores de los pueblos en una pol?tica en que reinan la mentira y la confusi?n con la inmoralidad como pr?ctica cosificadora. Un indicador de tal comportamiento del sistema es que hasta hace poco el comercio de armas ocupaba el primer lugar y que ahora lo suplanta el narcotr?fico.
Es en ese mundo en el que vive hoy la Rep?blica Mexicana, donde tras la victoria electoral m?s impresionante de la historia, de ?ste y muchos otros pa?ses, la ciudadan?a ha puesto a la cabeza del Estado a un presidente que no s?lo aparece en la escena pol?tica como famoso por su honradez, sino por su valent?a y habilidad pol?tica, innegables.
A la euforia causada por semejante triunfo electoral se ha a?adido otra, con el entusiasmo que ha despertado la firme tesis del elegido de que en su gobierno va a emprender la Cuarta Transformaci?n de M?xico, siendo que las tres primeras fueron la Independencia de M?xico, encabezada por el cura Hidalgo; la Reforma, que con Ju?rez cre? el Estado laico y republicano, y la Revoluci?n Mexicana, que culmin? con el gobierno agrarista, obrerista y popular que nacionaliz? el Petr?leo y reparti? el mayor n?mero de tierras entre los campesinos beneficiados como comuneros, ejidatarios y peque?os propietarios.
En nuestros d?as, a tan democr?ticos, justicieros y revolucionarios hechos de la Tercera Transformaci?n, se a?adi? un sabor de alivio al pensar que ya no iban a estar al frente del gobierno una serie de pol?ticos que desde los dos principales partidos ?PRI y PAN? hab?an hecho del gobierno una fuente de enriquecimiento personal de sus jefes, que lleg? a alcanzar proporciones escandalosas con los sucesivos presidentes y gobiernos para los que se volvi? norma inteligente de saber y gobierno aquella frase que sali? del decadente Atlacomulco, de que un pol?tico pobre es un pobre pol?tico, y con la que el presidente saliente Pe?a Nieto revisti? orgulloso su enriquecimiento y el de la inmensa mayor?a de sus colaboradores.
El triunfo colosal de L?pez Obrador con 53 por ciento de los votos, gener? un entusiasmo nacional poco com?n, que se hizo extensivo a buena parte de la izquierda mexicana, incluso a la que proviene del extinto Partido Comunista. Y aunque no dej? de preocupar a buena parte de los ricos y poderosos, pronto varios de los m?s acaudalados y famosos se integraron a un nuevo Consejo Asesor Empresarial del Presidente.
La historia de las contradicciones que en el nuevo gobierno surgieron se hizo inevitable, y si en la izquierda gubernamental se arguy? con la l?gica de que no se pod?a ir m?s lejos, en la banca y las corporaciones por su parte se acentuaron medidas de presi?n tanto con los valores financieros, como con la moneda, y con la gasolina y el petr?leo, que parecieron retar al nuevo gobernante, a confirmar su firmeza, o a negociar lo no negociable.
La primera respuesta del Presidente pareci? que los actos de gobierno confirmaban su firmeza al anular un proyecto de aeropuerto en Texcoco, lugar pr?ximo a la Ciudad de M?xico, que no s?lo hab?a sido considerado inviable por diferentes expertos, sino al que se hab?an opuesto, una y otra vez, los pueblos aleda?os, con tenacidad y valent?a impresionantes.
La cr?tica de la derecha a la liquidaci?n de la obra no se hizo esperar, lo que le vali? al Presidente todo tipo de ataques por cuanto medio pudieron lanzar los inversionistas afectados y sus c?mplices, quienes tacharon de irresponsable al Presidente al no tomar en cuenta que ya se hab?an invertido cientos de millones de pesos que ?l tiraba por la borda como si todav?a estuviera en la campa?a electoral y no se diera cuenta de su responsabilidad de gobernar.
Fue as? como empez? a darse abiertamente ?en las palabras y las decisiones? la lucha por definir al nuevo gobierno. En ella pareci? ir triunfando el verdadero poder de la derecha, no sin escollos oficiales que frente a crecientes presiones el Presidente luch? por vencer. La destreza con que enfrent? a ese y otros problemas planteados pareci? advertirse en las concesiones que hizo a uno y otro embates, entre cr?ticas y asentimientos con que fue respondiendo a los ricos y poderosos y a la izquierda que lo acompa?a.
Del conjunto de sus actos derivaron nuevas cr?ticas a los ex presidentes neoliberales del PRIAN y a la corrupci?n que los caracterizaba, y cr?ticas no menos firmes a la izquierda que no lo apoyaba acus?ndola, en forma visceral, de hacerle el juego a los conservadores.
A semejantes luchas verbales, el Presidente a?adi?, por un lado, la decisi?n de seguir construyendo dos termoel?ctricas, un acueducto y un gasoducto. Aqu?llas iban a operar en zonas de por s? carentes de agua y a las que las empresas les quitar?an gran cantidad de aguas vivas para devolv?rselas como aguas muertas imbebibles e in?tiles para el riego de sus campos y el mantenimiento de su vida? En cuanto al gasoducto le confirmaron tambi?n lo que a las poblaciones y al propio gasoducto da?ar?a, pues el gasoducto hab?a sido trazado para pasar por tierras volc?nicas y estar?a expuesto a violentas rupturas y explosiones de que har?a v?ctimas tambi?n a sus vecinos.
Si contra el informe de los especialistas y contra el sentir de los pueblos, el Presidente opt? por apoyar a los voraces empresarios, a esa lamentable decisi?n a?adi? una curiosa forma de pedir a la oposici?n que no fuera a politizar la muerte (as? dijo) de quien hab?a sido asesinado a balazos: el dirigente Samir Flores, respetad?simo l?der de los pueblos que encabezaban la oposici?n al proyecto, y que no muri?, como dijo el Presidente, sino al que a tiros mataron y de ese modo acallaron, buscando intimidar de paso a los sobrevivientes.
Tal vez esa decisi?n y esa forma de eludir la palabra exacta, marcan la posici?n que, en los hechos, ir?a tomando el nuevo Presidente. Juntos, actos y expresiones verbales ir?an defini?ndolo m?s que los meros calificativos. La sola enunciaci?n de los mismos revel? que el gobierno del nuevo Presidente estaba o est? en las ant?podas de una Cuarta Transformaci?n liberadora.
Del poco esperado y verdadero caminar se dar?an en la campa?a electoral varios ofrecimientos que no cumpli?, como el Proyecto Integral Morelos ya se?alado, y la falta de una verdadera reforma educativa que sustituya a la mal llamada reforma educativa del r?gimen anterior, que en realidad busca reformar la educaci?n a modo de los empresarios y controlar a los profesores con ex?menes que se les aplican con base en algoritmos de una educaci?n y un profesorado al servicio de las empresas y corporaciones, y frente a la cual puso como secretario de educaci?n a quien siendo secretario de Gobernaci?n con el presidente Zedilllo, que entre otras medidas autoritarias y represivas se neg? a firmar los acuerdos de San Andr?s, ya aprobados y firmados por sus representantes, y por todos los partidos pol?ticos institucionales, as? como por los rebeldes del EZLN que luchaban en busca de que los derechos de los pueblos indios para que fueran parte de la Constituci?n real y formal de la Rep?blica, y que siguen luchando por que se respeten sus derechos a organizarse como comunidades realmente aut?nomas que practiquen la distribuci?n del poder y el genuino respeto de la libertad y la democracia de las comunidades y redes de comunidades.
A la definici?n del actual gobierno con decisiones contrarias a los ofrecimientos de campa?a al sentir, pensar y actuar de los pueblos y los trabajadores intelectuales con ?stos que son los maestros urbanos y rurales atacados por la derecha desde los cristeros, se a?adieron proyectos en que no fueron atendidas las experiencias hist?ricas, ni los informes de los expertos, ni quienes ven en ellos amenazas para los pueblos comprobadas en la historia de M?xico, de Am?rica Latina, e incluso de EEUU.
Para la aprobaci?n de varios de esos y otros proyectos que son objeto de diferencias se realiz? una consulta legalmente obligatoria, pero simulada con encuestas de individuos que no representan el sentir ni la voluntad de las comunidades, ni su costumbre de tomar acuerdo. Los s?miles de consultas en realidad se llevan a cabo con muestras aleatorias de individuos, seleccionados en formas que carecen de todo rigor t?cnico y cient?fico, y que en t?rminos de los especialistas en la materia no son ni confiables ni v?lidas.
Se trata de proyectos como el Tren Maya y el Corredor Interoce?nico que corresponden a una larga historia de nuestro continente, particularmente dolorosa. El proyecto del Tren Maya nos hace recordar que ?como es bien conocido? el desarrollo de los ferrocarriles en EEUU est? estrechamente vinculado a la geograf?a de la desaparici?n de los pueblos indios?.
En cuanto al Corredor Interoce?nico, sin duda antecedente de un canal acu?tico que dados los costos mucho menores de transporte, es perfectamente previsible en un futuro inmediato. El proyecto, nos recuerda que su predecesor ?el Canal de Panam?? fue causa determinante para arrebatar un inmenso territorio a la Rep?blica de Colombia con la que se fund? la Rep?blica de Panam?. Las pol?ticas de balcanizaci?n han sido preferentes en la pol?tica expansionista estadunidense, con Vietnam del Sur y del Norte, Corea del Sur y del Norte, o con los pa?ses centroamericanos que se desprendieron de la antigua capitan?a de Guatemala, o la destrucci?n de Yugoslavia y su transformaci?n en un conjunto de republiquetas. A semejantes desastres se a?ade el de los two M?xicos que el historiador y antrop?logo Lesley Byrd Simpson distingui? hace mucho tiempo en su libro titulado Many Mexicos… Su previsi?n ha sido confirmada recientemente por la titular de la Secretar?a de Gobernaci?n, que en su pl?tica en Miami con la secretaria de Seguridad Interior de EEUU, Kirstjen Nielsen, le hizo ver, que ahora EEUU va a contar con dos fronteras para la contenci?n de las bandas de tr?fico de seres humanos desplazados de los pa?ses centroamericanos y el Caribe?
A semejantes proyectos de p?rdida de la soberan?a, en M?xico se a?ade el de un incremento de las zonas econ?micas especiales, cuya geograf?a, hasta ahora, es la que conviene al comercio internacional de puerto a puerto entre el Pac?fico y el Golfo, y que puede crecer y articularse en forma de nodos que dominen algo m?s que la industria y el comercio y desde luego un mercado hasta hoy nacional en el que van a instalar redes fabriles y comerciales de corporaciones de EEUU a los que la Ley Federal de Zonas Econ?micas Especiales, publicada el 1? de junio de 2016, otorga derechos y privilegios de que gozar?n los sectores privado y p?blico y en que sus delegados ejercer?n su autoridad soberana.
Hechos y medidas no menos importantes son los que se presentan a la ciudadan?a como muestra del valor f?sico y c?vico del presidente L?pez Obrador y su decisi?n de no quedarse en el poder aunque muchos lo censuren. Es el caso, por un lado, de dar t?rmino al Estado Mayor Presidencial con el mensaje de que ?l es un Presidente que se cuida solo o a quien lo cuida el pueblo y, por otro, de que propone una reforma legislativa que d? el derecho a la ciudadan?a para la remoci?n del mandato y el mandatario cuando as? lo juzgue el pueblo, medidas admirablemente democr?ticas, pero que dejan mucho que desear en t?rminos de la estabilidad del pa?s y de una facilidad creciente con que podr? derrocarse al jefe de Estado. A esas medidas y otras con que parece legitimarse el presidente L?pez Obrador, y que en lo concreto afectan la estabilidad del Estado mexicano, se a?aden otras, como la creaci?n de una Guardia Nacional, cuyo proyecto original del Ejecutivo era del todo militarista y que s?lo dej? en parte de serlo por una inmensa corriente en contrario de la opini?n p?blica.
El Estado Mexicano era un Estado antigolpe, y si desde Guadalupe Victoria el Presidente dispon?a de una Guardia Presidencial, que m?s tarde se convirti? en Estado Mayor Presidencial bajo las ?rdenes directas del Presidente, en tiempos del general ?vila Camacho, el Estado Mayor Presidencial lleg? a tener la misma capacidad de fuego que el Ej?rcito nacional. La estabilidad del gobierno no s?lo depend?a de la lealtad de las fuerzas armadas sino, tambi?n, de la estructuraci?n para el control de sus fuerzas. Ahora y en el futuro s?lo depender? de la lealtad de los militares, como en todos los estados de Am?rica del Sur, lo que por la experiencia hist?rica hasta hoy da a la pol?tica del imperio mucho mayor posibilidad de intervenci?n abierta o encubierta.
Es el caso que, para sorpresa de muchos, la restructuraci?n del poder como su ejercicio, cuando se les analiza en su conjunto y en sus partes, tienen m?s que ver con el neoliberalismo populista en sus explicaciones y en sus reformas o proyectos de reforma institucional, y que no es exagerado afirmar que estas reformas son neoliberales tanto cuando dan m?s importancia a la corrupci?n que al capitalismo como causa de la inmensa desigualdad, criminalidad y amenazas de ecocidio con sus proyectos de muerte tanto aislados como sumados que se atribuyen a la corrupci?n y no al modo de dominaci?n y acumulaci?n movido por la maximizaci?n de poder y riquezas del capitalismo, y en la inmensa mayor?a de las medidas que el Ejecutivo toma para un desarrollo con pol?ticas de muerte que de lo micro a lo macro que est?n llevando al t?rmino de la vida en la Tierra.
Por peque?a que parezca hoy, tarde o temprano, el EZLN, el Congreso Nacional Ind?gena y la Red de Redes Nacional de Pueblos y Comunidades ser?n quienes logren la Cuarta Transformaci?n, con la democracia basada en el poder distribuido entre pueblos y trabajadores formales e informales, quienes como quiso la izquierda de la Revoluci?n Francesa asuman la soberan?a para el logro concreto de la independencia, la libertad y el socialismo que en M?xico quisieron y quieren los antiguos y nuevos descendientes de Zapata.