M?s all? de la contingencia, el centro y la oficialidad
Marzo feminista en La Juanita
Ignacio Andr?s
Rebeli?n
El 9 de marzo, al d?a siguiente de la hist?rica huelga feminista que tuvo lugar en Chile y el mundo, se realiz? la conmemoraci?n del d?a de la mujer en la Plaza Granada (Conchal?). La jornada cont? con una feria libre y de oficios, una exposici?n gr?fica, presentaciones de danza, comedia en vivo y dos conversatorios. Todo esto en el marco del ?Marzo feminista y Poblacional en la Juanita? [2] , que fue realizado en el Centro Cultural La Juanita (a partir de ahora La Juanita) y organizado por colectivos feministas y compa?eras del sector norte de la capital.
Con la multitudinaria marcha del 8 de marzo culmina una semana de intervenciones y meses de preparativos a lo largo del pa?s. Este suceso confirma una nueva fase para los movimientos sociales en la regi?n y reconoce la madurez del movimiento feminista, nutrido de diversas organizaciones territoriales de mujeres, las que adem?s de ser antisist?micas, describen una larga historia de luchas, pero que al ubicarse en la periferia de la ciudad (como es el caso de La Juanita), les es m?s dif?cil ser visibilizadas dentro de la misma, por m?s relevante que pueda llegar a ser su rol en el sector donde se encuentran. El presente art?culo intenta palear dicho problema, sirviendo asimismo de s?ntesis de los contenidos expuestos en la jornada. Lo anterior fue enriquecido por la informaci?n provista por compa?eras durante la misma.
Ubicado en la Poblaci?n Juanita Aguirre de la comuna de Conchal?, La Juanita se conforma a mediados del 2013, a partir de la ocupaci?n de una vivienda deshabitada que, tras un acuerdo con su due?o, cumple un rol cultural a trav?s de talleres y diversas actividades. Es as? como durante el a?o pasado los talleres, conformados en su mayor?a por mujeres, comienzan a profundizar en el v?nculo y la formaci?n con c?rculos femeninos, espacios gestados para la contenci?n y el afecto antes que para la discusi?n formal. C?rculos que eran compuestos en su mayor parte por mujeres que viv?an cerca del centro cultural y cuyo rango etario abarcaba desde la ni?ez hasta la tercera edad. Por otro lado, para muchas de ellas la experiencia fue algo completamente nuevo, un proceso en donde lograron superponerse colectivamente la violencia sexual y dom?stica que hab?an sufrido o todav?a sobrellevan en sus hogares, logr?ndose adem?s un v?nculo con otras organizaciones de la zona norte de Santiago como es el caso de la Colectiva Con Ellas [3] .
Para Valentina (La Juanita) la instancia supone la manifestaci?n de un marzo feminista y poblacional, en donde no predomine ning?n discurso elitista, academicista, punitivo o de ?qui?n es m?s feminista que la otra?. Para ella el feminismo que se practica en La Juanita es una propuesta pol?tica que busca desarticular las relaciones sociales de poder, no se vi?ndose reducido a solo una reivindicaci?n. El mismo lema de la actividad esclarece donde el colectivo centra su foco de atenci?n: la visibilizaci?n del feminismo en las poblaciones.
Sobre la jornada, esta comenz? con el rap de Winy (Mawiza), quien en sus letras abord? a la lucha feminista, la inmigraci?n y de c?mo esta salpica de color la vida y la resistencia en los barrios, as? como tambi?n del horror que se vive en el Servicio Nacional de Menores, refiri?ndose a casos como el de Lissette Villa [4] , por citar tan solo uno.
Luego tuvo lugar el conversatorio ?Historia y Memorias feministas para un 8 de marzo?, a cargo de Bel?n y Carolina (Somos Minerva [5] ). La primera, profesora de Historia, siguiendo la premisa de que lo personal es pol?tico, relat? c?mo cuando ni?a, determinada ya en ser historiadora, se le ilustr? sobre los diversos l?mites que tendr?a en su profesi?n al ser mujer. Luego en la Universidad de Chile, se enfrent? al machismo all? presente. ?Ojal? no hagas historia sobre las mujeres porque eso ser?a mirarse el ombligo?, le se?alaron alguna vez.
Para Bel?n, revisar la historia de la mujer en nuestro pa?s supone saber c?mo desde 1839 existen iniciativas que buscan el sufragio y la igualdad c?vica de la mujer, reconocer al Movimiento Pro-Emancipaci?n de las Mujeres de Chile (MEMCH) [6] y su reivindicaci?n del aborto desde la d?cada del treinta o c?mo las mujeres abordaron el dilema sobre la crianza durante la Unidad Popular, por citar tan solo algunos hitos. Pero adem?s, considerar el c?mo la colonia, y m?s tarde la aristocracia criolla, se encargaron de tergiversar el lugar de las mujeres en las sociedades ind?genas de la regi?n.
Asimismo, seg?n la historiadora y desde una revisi?n de Julieta Kirkwood [7] , podemos entender la participaci?n pol?tica de las mujeres en Chile en tres fases. Una primera en que se concibe a las mujeres como sujetas pensantes, ?incluy?ndosele? en las organizaciones pol?ticas a la mujer, pero en calidad de apoyo. Una segunda, como sostenedoras de una jerarqu?a, en donde su participaci?n no puede exceder el rol que se les ha otorgado. Una tercera en donde las mujeres realizan la pol?tica de forma aut?noma, a trav?s del estallido social. Lo anterior en movimientos ?no pol?ticos?, seg?n la perspectiva de ciertos historiadores, toda vez que no son parte de un partido pol?tico o cuya organizaci?n no se expresa en lo electoral. En cualquier caso, a pesar de que la obtenci?n del sufragio, supuso a su vez la cooptaci?n y el declive de las movilizaciones, las mujeres se siguen organizando en torno a su particularidad, form?ndose en resistencia debido a las dificultades que supone ser mujer en nuestra sociedad, y vincul?ndose entre s? desde la empat?a.
Sobre el origen de la conmemoraci?n del 8 de marzo, la expositora ve una estrecha relaci?n con el incendio en Guatemala del 2017 [8] , a trav?s de un modus operandi que parece no haber sido abandonado.
Para Carolina, profesora de ciencias y segunda expositora, el feminismo es una situaci?n de crisis, de autorreflexi?n y autocr?tica. Una constante lucha por saber qu? lugar quieren habitar las mujeres y c?mo desean hacerlo.
Desde la disciplina de la ciencia, reconoci? las diferencias de g?nero en el laboratorio: o eres buena madre o eres cient?fica. Pareciese pues, que las mujeres no son buenas para ciertas ?reas, profesiones u oficios, algo que las mismas mujeres parecen haber interiorizado.
Lo anterior es refutado por casos como el de Marie Curie, Rosalind Franklin o Dian Fossey, mujeres que no suelen aparecer en libros, o si lo hacen, no de forma proporcional a lo que sus aportes sugieren. Esto quiz?s se deba, sugiere Carolina, al hecho de que si las ni?as leen a autoras como las anteriormente mencionadas, pueden tomar conciencia de lo lejos que pueden llegar.
Las dos expositoras reconocen haber sufrido del machismo mientras cursaron sus estudios. En el caso de Bel?n, En el caso de Carolina qui?n estudi? en un primer momento en el Pedag?gico, sufri? acoso sexual en su primer a?o, cuando ni siquiera hab?an protocolos para casos como estos, algo que le llev? a dejar la carrera, pues la cofrad?a acad?mica se puso del lado del acosador.
Asimismo, en su calidad de profesionales, ambas coincidieron en la necesidad de valorarse a s? mismas y a otras mujeres por antes que los t?tulos de carrera, para no olvidar las mujeres que se esfuerzan para sostener a sus familias, (muchas veces por cuenta propia), aquellas referentes fundamentales e insoslayables: nuestras madres.
Posteriormente el taller de danza [9] present? una muestra en donde se honr? a las awalim, las que como se indic?, fueron bailarinas de Egipto que eran respetadas porque adem?s de bailar (con vestimentas gitanas) recitaban, caracteriz?ndose por otorgarle espiritualidad a la est?tica de su baile. En el intertanto la comedia estuvo a cargo de B?rbara Calder?n. La segunda muestra fue la danza del zaar (o danza del trance), que seg?n se recalc?, es un ritual estrictamente femenino que se atribuye a la sanaci?n de malestares, limpiando el alma y alejando a los malos esp?ritus de esta. Asimismo, las mujeres que practican esta danza incursionan en nuevos estados de consciencia, buscando liberar sus emociones.
Por ?ltimo tuvo lugar el conversatorio ?Feminismo y urbanismo: una relaci?n violenta?. Presentado por Jer?nima (que tambi?n forma parte del Movimiento Solidario Vivienda Digna), quien se refiri? a c?mo el patriarcado no s?lo opera en nuestras relaciones sociales sino que tambi?n se opera en nuestras viviendas, desde que estas son ubicadas en sitios espec?ficos de la ciudad, con acceso limitado a servicios tales como la salud, educaci?n o el transporte, entre otros aspectos, que determinan un habitar precarizado. Esto bajo un modelo econ?mico que concibe el espacio urbano como una selva: competitivo, violento y cruel. En este sentido, para Jer?nima las poblaciones se construyen en funci?n de hombres igualmente violentos, y no para mujeres y ni?os.
De cualquier modo, Chile no es el mismo que hace diez a?os. Actualmente se promueve la solidaridad entre mujeres, la confianza y la conformaci?n de redes entre ellas. Ya que, hoy las mujeres no solo temen ser asaltadas, abusadas o agredidas, sino que se suma el riesgo de que puedan ser drogadas a la fuerza y secuestradas.
Jer?nima se?ala que el feminismo poblacional es reciente y complejo de realizar, debido a como se articula la vida en las poblaciones, adem?s de estar limitado por el territorio, ya que ?stas en su mayor?a se encuentran en periferias. ?C?mo ayudar a una compa?era violentada si ella misma, sus familiares y vecinos consienten la violencia? En un barrio organizado en cambio, la cuesti?n ser?a completamente distinta.
Seg?n fue relatado en el conversatorio, lo ?ltimo es dificultado debido a que las juntas de vecinos [10] suelen ofrecer escasos recursos pero por sobre todo, porque ?stas se encuentras cooptadas por partidos que relentecen la movilizaci?n. Ha sido la necesidad de una vivienda lo que en muchos casos ha roto la apat?a en las poblaciones, pues el tenor del problema exige a pobladoras y pobladores organizarse a como d? lugar para obtener una soluci?n. Pero aqu? surge una peculiaridad. A pesar de que los movimientos sociales por la vivienda est?n compuestos en su mayor?a por mujeres, quienes conducen los mismos suelen ser com?nmente hombres. De este modo, la calidad del barrio respecto a lo anterior planteado, no se plantea como una problem?tica ni tampoco se cuestiona a pesar de que no invite a solucionar necesidades concretas para un hogar digno, tales como iluminarias y ?reas verdes, espacios transitados e incentivo del comercio local, algo que s? reconocen las mujeres en su calidad de sostenedoras del hogar, asegura Jer?nima, para quien las organizaciones feministas no tienen comparaci?n a la hora de organizar la vida cotidiana, es decir, problematizar el espacio urbano.
Sin embargo, a partir de la experiencia de las mujeres presentes, qued? de manifiesto c?mo en primera instancia el feminismo suele ser un concepto extra?o o brusco, si no es que rechazado por las mujeres pobladoras, ya que, cuando se habla de feminismo se asume el feminismo hegem?nico con luchas que no representan a las mujeres en sus respectivos territorios. Es menester por tanto, transformar lo anterior para que as? las mujeres accedan libremente a espacios donde se autoconozcan, se sanen y relacionen sororamente. Al decir de Jer?nima, la sororidad, como concepto nuevo, tiene relaci?n con la reciprocidad antes que un intercambio equivalente en la econom?a, en donde el valor del acto de una mujer por otra, se distingue cualitativamente entre s? y se adec?a a la necesidad de cada una de ellas.
De todo lo anterior, se desprende que, como se?ala Ra?l Zibechi, hace tiempo que no podemos poner en duda el papel central de las mujeres en los movimientos sociales, como sostenedoras de la organizaci?n y la vida colectiva. ?l mismo observa tres aspectos importantes en el movimiento feminista.
En primer lugar, que las multitudinarias manifestaciones de Ni Una Menos, as? como la masividad del 30? Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata [11] y del 31? en Rosario [12] dan cuenta de la envergadura y madurez del movimiento de mujeres en la regi?n, y que en nuestro caso consideramos una antesala del hito que marc? la ?ltima marcha.
En segundo lugar, que el rol que las mujeres han decidido ocupar en las comunidades y movimientos sociales ata?e a las actividades relacionadas con la alimentaci?n y la salud, en donde suelen desenvolverse de manera colectiva y sin buscar de cargos de alta visibilidad, a diferencia de los varones. De modo tal que, siguiendo a Raquel Guti?rrez, el pensador sostiene que las mujeres ?han politizado la reproducci?n al sacarla del hogar y, al hacer visible esa sociedad dom?stica, comenzaron a construir una pol?tica propia, comunitaria, anclada en los trabajos colectivos y en la defensa de los bienes comunes, que podemos denominar tambi?n pol?tica en femenino ya que es el ?mbito de las mujeres y varones no violentos? [13] .
En tercer lugar, reconoce que el recorrido que el feminismo ha realizado en la ?ltima d?cada le ha diversificado y enriquecido a tal punto que hoy podemos observar el desarrollo de feminismos comunitarios, negros, indios, anticoloniales, ecol?gicos, as? como muchos otros feminismos sin categor?a, a los que cabe sumar el feminismo poblacional que sostiene La Juanita y otras organizaciones.
Finalmente, preservar la pr?ctica feminista, nutrirla de nuevas experiencias y visibilizarla en el territorio, son solo algunos de los desaf?os que el colectivo de Conchal? lleva afrontando desde hace tiempo, mientras se desarrolla aut?nomamente y lucha por un mundo nuevo. El marzo feminista y poblacional acaba, pero La Juanita apostando a por que las mujeres rebeldes se reconozcan, re?nan y multipliquen por todos los territorios.
Agradezco enormemente a Paula (Rufi?n Revista), Valentina y Jer?nima por haberme corregido y orientado tan bien en el desarrollo del presente art?culo.
[2] El concepto ?poblacional? proviene de poblaci?n, denominaci?n que se da en Chile a los asentamientos informales y tomas de terrenos que se sucedieron a lo largo del siglo XX y que m?s tarde devinieron en conjuntos de viviendas formales, muchas de las cuales mantuvieron tal denominaci?n al ser bautizadas. Se ubican generalmente en la periferia de las ciudades, asemej?ndose en cuanto a historia y composici?n a las villas en Argentina, los cantegriles en Uruguay o las favelas en Brasil. Las poblaciones son asimismo, sin?nimo de organizaci?n comunitaria con una identidad fuertemente arraigada en el territorio, como tambi?n en las ?ltimas d?cadas, de sectores en donde prolifera la delincuencia y narcotr?fico. Tales problem?ticas, a las que cabe sumar la destrucci?n del tejido social, fueron fomentados en dictadura y actualmente son dilemas ineludibles para los movimientos sociales que se desenvuelven en las poblaciones.
[3] Seg?n Jer?nima, quien forma parte de la colectiva, ?sta surge en la comuna de Quilicura a partir de un grupo de amigas que compart?an feminismo y que, tras analizar su realidad, deciden apostar por un rol pr?ctico en el sector. La organizaci?n cuenta hasta el momento con dos generaciones m?s o menos marcadas. Una primera que se enfoc? en el acompa?amiento, primero en casos aborto y de violencia dom?stica, y m?s tarde ante situaciones de prostituci?n y consumo de drogas. Esto ?ltimo les llev? a conformar una casa de resguardo, labor de la que debieron desistir tras algunos meses. Este proceso de acompa?amiento signific? un enorme desgaste f?sico y emocional, adem?s de una constante exposici?n a la violencia por parte de varones al momento de rescatar a mujeres. El acompa?amiento es para Ger?nima, no solo algo crucial en las poblaciones, sino que adem?s una experiencia sobre la que hace falta teorizar. Una segunda generaci?n apost? por impartir talleres al principio para luego desarrollar c?rculos de sororidad en el territorio, labor que mantienen hasta el d?a de hoy.
[4] https://www.eldesconcierto.cl/2016/12/19/informe-revela-que-lissette-villa-fallecio-por-asfixia-y-fiscalia-se-querella-por-torturas-contra-funcionarias-del-sename/
[5] Organizaci?n sociopol?tica que fomenta, promueve y defiende la educaci?n sexual y placer, bajo el marco de los derechos sexuales. Fuente: https://www.instagram.com/somosminervaong/
[6] http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3611.html
[7] Julieta Kirkwood es una soci?loga y cientista pol?tica chilena, referente ineludible del feminismo en el pa?s. En el portal Memoria Chilena podemos encontrar algunos documentos de su autor?a: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3494.html#documentos
[8] https://www.eldesconcierto.cl/2017/03/09/guatemala-20-ninas-muertas-incendio-protestaban-abusos-sexuales-hogar-menores/
[9] El grupo de danza ?rabe del centro cultural la Juanita se ha ido conformando desde el mes de octubre del 2018, hoy las representaciones que han preparado hacen alusi?n a las primeras danzas del medio oriente. Danzas que han sido prohibidas pero jam?s pudieron ser erradicadas y se mantuvieron en secreto (informaci?n cedida por La Juanita).
[10] En Chile las juntas de vecinos son el espacio de organizaci?n comunitaria m?s b?sico. Poseen personalidad jur?dica propia, y suelen colaborar con las municipalidades y el Estado.
Las juntas de vecinos se constituyen y desarrollan sus funciones en una unidad vecinal, que corresponde al territorio, determinado en conformidad con la ley, en que se subdividen las comunas, para efectos de descentralizar asuntos comunales y promover la participaci?n ciudadana y la gesti?n comunitaria.
[11] http://mujeresurbanas.com.ar/30-encuentro-nacional-de-mujeres-en-mar-del-plata-cuando-el-mar-fue-de-mujeres/
[12] https://actualidad.rt.com/actualidad/220811-encuentro-nacional-mujeres-argentina-evento
[13] Zibechi, Ra?l. El ?mundo otro? en movimiento. Movimientos sociales en Am?rica Latina. (1?. Ed.). Santiago de Chile: Quimant?.