Por qu? interesa el debate sobre ciencia y tecnolog?a

Porque nos afecta a todos y hay mucho en juego. La disputa es entre los intereses de las megaempresas (trasnacionales y nacionales), que se han beneficiado en grande con la ley y programas actuales, y la necesidad de reformar el sistema de ciencia y tecnolog?a para que sirva a las necesidades de la mayor?a del pueblo mexicano. Son paradigmas opuestos: una ciencia elitista para producir tecnolog?as al servicio del lucro (tecnociencia) o la posibilidad de desarrollar una ciencia digna, comprometida con la sociedad que la sostiene, que reconozca e integre distintas formas de conocimiento, que desarrolle tecnolog?as para el bien com?n, en lugar de venderse al mejor postor.



Por qu? interesa el debate sobre ciencia y tecnolog?a
Silvia Ribeiro *
La Jornada

Porque nos afecta a todos y hay mucho en juego. La disputa es entre los intereses de las megaempresas (trasnacionales y nacionales), que se han beneficiado en grande con la ley y programas actuales, y la necesidad de reformar el sistema de ciencia y tecnolog?a para que sirva a las necesidades de la mayor?a del pueblo mexicano. Son paradigmas opuestos: una ciencia elitista para producir tecnolog?as al servicio del lucro (tecnociencia) o la posibilidad de desarrollar una ciencia digna, comprometida con la sociedad que la sostiene, que reconozca e integre distintas formas de conocimiento, que desarrolle tecnolog?as para el bien com?n, en lugar de venderse al mejor postor.

Como plante? antes (ver ?Ciencia para el lucro o ciencia para la gente?, La Jornada, 30/3/19), esta disputa se agudiz? con una nueva propuesta de ley de humanidades, ciencia y tecnolog?a presentada por la senadora Ana Lilia Rivera. ?sta propone sustituir la norma existente y reformar la Ley de Bioseguridad y Organismos Gen?ticamente Modificados para que la Comisi?n de Bioseguridad (que tramita las solicitudes de liberaci?n de transg?nicos) quede bajo el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnolog?a (Conahcyt).

La propuesta de ley plantea una restructura del sistema nacional de ciencia y tecnolog?a para eliminar duplicidades y devolver al Conacyt su papel rector en el tema, sobre la base de una ciencia y tecnolog?as que observen, entre otros, los principios de previsi?n, prevenci?n y precauci?n, el derecho a consulta previa de los pueblos y comunidades ind?genas y locales, que promueva la investigaci?n de frontera y aquella orientada a la atenci?n de problemas sociales prioritarios, as? como fortalecer la planta productiva nacional para consolidar la independencia tecnol?gica del pa?s.

Propone mantener programas de apoyo a sectores productivos, pero dirigidos al sector social y las micro, peque?as y medias empresas (99 por ciento de las empresas en M?xico, seg?n el Inegi), prefiriendo proyectos que tengan como objeto prioritario contribuir a la protecci?n de la salud, el medio ambiente y la riqueza biocultural del pa?s, el uso racional y la conservaci?n de los recursos naturales, el respeto del territorio, los conocimientos y la cultura de los pueblos y comunidades ind?genas y equiparables. Requiere que los proyectos cuenten con una declaraci?n formal de inter?s en la aplicaci?n de la tecnolog?a expresada por los potenciales usuarios.

Prev? realizar foros de consulta, abiertos a toda la comunidad de ciencia y tecnolog?a, lo cual es un cambio muy positivo. La ley actual restringe la consulta a una sola entidad ?el Foro Consultivo Cient?fico y Tecnol?gico (FCCyT), que integra a grandes asociaciones empresariales, las cuales han marcado su impronta en sus posiciones?, que adem?s es financiado por el Conacyt, con lo cual el erario p?blico paga el cabildeo en favor de las empresas. Muchas cr?ticas al cambio de ley vienen de este foro y sus allegados, que avizoran perder privilegios.

La nueva ley propone abrir la consulta a sectores mucho m?s amplios de la sociedad, apoyando a campesinos e ind?genas para que puedan participar. No obstante, es preciso aclarar en qu? pol?ticas y programas debe existir no s?lo voluntad, sino obligatoriedad de consulta por parte del Conahcyt, con qui?nes, en qu? plazos y c?mo se tomar?n en cuenta los resultados.

Esto adquiere particular importancia, ya que el Conahcyt absorber?a las funciones de la Comisi?n de Bioseguridad (actual Cibiogem).

Hasta ahora, las consultas sobre liberaci?n de transg?nicos de la Cibiogem han sido una burla. Las consultas electr?nicas son de dif?cil acceso para los que ser?n afectados en sus territorios. La Cibiogem ha ignorado sistem?tica y arbitrariamente los aportes cr?ticos en esas consultas. Peor a?n, en consultas directas a pueblos ind?genas, a las que la Cibiogem fue obligada por sentencia judicial a partir de demandas de organizaciones en la pen?nsula de Yucat?n, la Cibiogem y su entonces secretaria ejecutiva, Sol Ortiz, colaboraron con Monsanto y otras empresas, intentando manipular las consultas y dividir a los pueblos.

Pese a este historial ??o gracias a ?l??, el nuevo secretario de Agricultura, V?ctor Villalobos, buen amigo de las trasnacionales de transg?nicos, se llev? a Sol Ortiz a trabajar a la Sader como encargada de cambio clim?tico, tema en el cual no tiene formaci?n ni capacidad. Los que protestaron por otros nombramientos que califican de arbitrarios convenientemente se callaron en este caso.

Esos cr?ticos a modo se?alan tambi?n que las secretar?as de Salud y Medio Ambiente tienen participaci?n en las decisiones de liberaci?n de transg?nicos de la Cibiogem, lo que se perder?a con las reformas a la ley. Por el contrario, al colocar la comisi?n bajo la junta del Conahcyt, esas y otras nueve secretar?as estar?n vigilando las actividades. La Semarnat tendr? que tomar en cuenta los dict?menes de expertos de Inecc, Conabio y Conanp, entes que dictaminaron en repetidos casos que no se debe liberar transg?nicos en ciertas ?reas, algo que la Semarnat y la Cibiogem ignoraron, aprobando igual la liberaci?n de transg?nicos en esas ?reas.

Todo esto debe cambiar. Un primer paso es participar activamente en el debate.

* Investigadora del Grupo ETC