El zapatismo: lo propio y lo ajeno

La respuesta aut?noma como resistencia en defensa a lo propio frente a imposici?n, ante la agresi?n, ante la dominaci?n ajena.
Ante amenazas de despojos, nada augura la paz.



El zapatismo: lo propio y lo ajeno
Magdalena G?mez
La Jornada

Dentro de las m?s diversas antinomias que se viven en el pa?s, entre el nuevo gobierno federal y los pueblos ind?genas que se oponen a megaproyectos y defienden su autonom?a y territorios, encontramos que el 10 de abril, al cumplirse 100 a?os del asesinato de Emiliano Zapata, se mostraron con claridad elementos que permiten preguntarse si de parte oficial hay en efecto ruptura con la trayectoria de apropiaci?n de liderazgos hist?ricos cuya ra?z corresponde a los pueblos y cuyas demandas han heredado y reivindican en los tiempos actuales.

No es casual el nombre del Ej?rcito Zapatista de Liberaci?n Nacional (EZLN), como no lo es la reiterada consigna, para nada ret?rica, de Zapata vive, vive, la lucha sigue y sigue. Emiliano Zapata permanece en v?nculo estrecho y simb?lico con las luchas y demandas de los pueblos de Morelos y otras regiones del pa?s.

En el poco tiempo que lleva frente al nuevo gobierno, el presidente Andr?s Manuel L?pez Obrador ha marcado una distancia insalvable con sus decisiones ante el Proyecto Integral Morelos (PIM), en abierta contradicci?n con el respaldo que hab?a ofrecido a los pueblos opositores al mismo, en sus tiempos de aspirante. Como sabemos, ya investido de poder, el pasado 10 de febrero acus? en Cuautla a sus l?deres de radicales conservadores y anunci? para los d?as 23 y 24 de febrero una llamada consulta ciudadana para intentar validar la operaci?n de la termoel?ctrica Huexca. Muy significativo fue que la reafirm? sin considerar siquiera la necesidad de cancelarla, ante la noticia del asesinato en Amilcingo, tres d?as antes, de Samir Flores, l?der y vocero de los opositores al PIM. Al contrario, su primera reacci?n fue confirmarla e insinuar que ese crimen buscaba la suspensi?n. Qui?nes y por qu? lo eliminaron sigue sin esclarecerse.

Ah? se encuentran las razones para el masivo rechazo a su presencia en Chinameca en el referido aniversario. La lideresa de Huexca Teresa Castellanos afirm? categ?rica: Estamos contra L?pez Obrador porque ?l est? en contra de nosotros, pero nosotros no venimos a hacerle la guerra; ?l vino a hacernos la guerra. Ante tal evidencia, el Presidente traslad? la conmemoraci?n a la Plaza de Armas de Cuernavaca, donde destac? los ideales del h?roe revolucionario, en compa??a de parte de su gabinete, el gobernador de Morelos y legisladores. Fue muy contrastante con la conmemoraci?n popular, en Chinameca, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala; la Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos; el Congreso Nacional Ind?gena; el Concejo Ind?gena de Gobierno y las redes de apoyo al CIG. Ah? se refrend? la ruptura con el nuevo gobierno federal, la oposici?n a la termoel?ctrica de Huexca y al gasoducto que la acompa?ar?a, as? como la exigencia de justicia para Samir Flores. En ese acto, Marichuy, quien fue propuesta para aparecer en la boleta electoral de 2018 como candidata a la Presidencia, ley? un pronunciamiento del EZLN, firmado por el subcomandante Mois?s, quien denunci? que en su territorio se ha incrementado la presencia militar igual que se hac?a en sexenios pasados, y se?al? que el actual gobierno federal quiere secuestrar la imagen de Emiliano Zapata Salazar para que, con su muerte, muera tambi?n la defensa de la tierra, que es como nosotros, los pueblos originarios, llamamos a la vida. Ante tal postura compartida por amplios sectores ind?genas y campesinos que realizaron sus propios homenajes en otras regiones del pa?s, muy p?lido aparece el decreto presidencial que declar? 2019 el a?o de Zapata. Esta dispu?ta es no s?lo por la historia, sus liderazgos y reinterpretaciones, sino por la vida misma de los pueblos, me evoc? al texto cl?sico de Guillermo Bonfil sobre el control cultural que analiz? lo propio y lo ajeno, y que bien podemos trasladarlo al control pol?tico cuando refiere que aunque los elementos culturales, e hist?rico-pol?ticos, agrego, siguen siendo propios, la decisi?n sobre ellos es expropiada. El bosque es de la comunidad, pero lo tala una compa??a maderera de acuerdo con sus intereses, con sus obreros y sus m?quinas. Bonfil anot? procesos b?sicos: la respuesta aut?noma como resistencia en defensa a lo propio frente a imposici?n, ante la agresi?n, ante la dominaci?n ajena. Tambi?n dio cuenta de lo que llam? presi?n desproporcionada, que para el caso, se est? expresando en los planes gubernamentales de imposici?n de megaproyectos aparte del PIM, el Tren Maya, el Corredor Trans?stmico, confiados en el respaldo al Presidente, electo con 30 millones de votos. Finalmente, poco juarista est? resultando el actual gobierno con aquello de que el respeto al derecho ajeno es la paz. El de los pueblos no es propio del Estado. Ante amenazas de despojos, nada augura la paz.