La izquierda latinoamericana y sus sue?os de grandeza en el poder

En este ensayo pondremos en el centro de nuestra reflexi?n, el analisis de un movimiento popular que, desde abajo y a trav?s de la acci?n directa, supo cambiar la correlaci?n de fuerzas en conflicto en la regi?n. Y con ello, abrir nuevos espacios pol?ticos que prepararon el terreno para el arribo al poder de lo que se dio en llamar: la Nueva Izquierda Regional en el Poder (NIRP).



19-04-2019
La izquierda latinoamericana y sus sue?os de grandeza en el poder

Mauricio R. Alfaro
Rebeli?n

Introducci?n

En este ensayo pondremos en el centro de nuestra reflexi?n, el analisis de un movimiento popular que, desde abajo y a trav?s de la acci?n directa, supo cambiar la correlaci?n de fuerzas en conflicto en la regi?n. Y con ello, abrir nuevos espacios pol?ticos que prepararon el terreno para el arribo al poder de lo que se dio en llamar: la Nueva Izquierda Regional en el Poder (NIRP).

Planteadas as? las cosas, veamos entonces en un primer momento c?mo y de qu? manera el movimiento popular con sus luchas llevo al poder a la NIRP. Y en un segundo momento, veamos c?mo y de qu? manera, en una mutaci?n de las cosas, toda una tendencia de izquierda, al fin, har?a realidad: Sus sue?os de grandeza en el poder.

Los pueblos en lucha y su alianza con la nueva izquierda regional

Hubo un tiempo en que las derrotas sucesivas de la izquierda mundial y regional, no tardaron en suscitar toda una tendencia anal?tica que vio, en ellas, la prueba que las utop?as de izquierda hab?an sido, una a una, por la historia misma, desarmadas (1). Hechos que esos ide?logos, sin tardar, celebraron como el comienzo de una nueva era democr?tica; que, progresivamente, a los pueblos, les abrir?a nuevos senderos de libertad y prosperidad.

Y con el fin de poner a la regi?n latinoamericana en sinton?a con las nuevas din?micas mundiales, unos te?ricos de esa tendencia idearon promover: Las Transiciones democr?ticas en Am?rica latina (2); que, en principio, a la regi?n, en un movimiento ascendente, la har?a transitar ordenadamente, pac?ficamente, de las dictaduras militares a la democracia. Pero un problema mayor se les planteaba puesto que, en una regi?n tan conflictiva como la latinoamericana, ese tr?nsito de un estado a otro: ?C?mo concretizarlo?

Seg?n los promotores de las transiciones democr?ticas, el tr?nsito de un estado dictatorial a la democracia, sobre todo, pasaba por fijar las reglas del debate pol?tico al interior de los pactos pol?ticos regionales. Algo que, fundamentalmente, exig?a que las fuerzas en conflicto evitaran temas que, de una forma u otra, pod?an obstaculizar los buenos acuerdos. Y en sinton?a con esta premisa, los ide?logos de esa tendencia, a la izquierda regional de tipo tradicional, le aconsejaban que dejara atr?s sus dogmas, sus radicalismos, para as? bien pensante, es decir: sin emociones fuertes y sin sus interminables tentaciones del todo o nada, adaptarse de buena forma a los procesos democr?ticos en curso, en esta parte del mundo.

Pero un hecho se volv?a, cada vez, m?s intolerable. Puesto que bajo el velo discursivo de la tolerancia, del dialogo y la negociaci?n y todas las promesas democr?ticas juntas, en una sucesi?n de las cosas, un modelo ?nico de contenido neoliberal se implantaba, sin oposici?n real alguna, a lo largo y ancho de la regi?n. El impacto inmediato de ese triunfo neoliberal ser?a que toda reforma; que toda aspiraci?n para mejorar, en t?rminos reales, las condiciones existenciales de los pueblos, ser?an, una a una, radicalmente, excluidas de la agenda pol?tica regional.

Toda din?mica de cambio ten?a entonces que forjarse, necesariamente, desde el exterior de las estructuras dominantes. Misi?n que, con mucho hero?smo, el movimiento popular latinoamericano habr?a de asumir. Puesto que fue ?l el que, en su momento, desde abajo y a trav?s de la acci?n directa, al neoliberalismo triunfante le habr?a asestado sus primeras grandes derrotas.

Pero un hecho se repet?a, una y otra vez: el movimiento popular -a pesar de sus protestas, huelgas y sus insurrecciones- no lograba articular, concretizar una alternativa de poder. Hasta que, en un movimiento ascendente, un Ch?vez, un Evo, un Correa iban despuntando en el horizonte pol?tico regional. Los cuales reflejando las aspiraciones populares que exig?an cambios no s?lo de forma sino que de contenido, el primero forj? la propuesta de la Revoluci?n Bolivariana; el segundo ide? la propuesta de la Revoluci?n Democr?tica Cultural; y el tercero impuls? la propuesta de la Revoluci?n Ciudadana.

Y as?, de Revoluci?n en Revoluci?n todo hac?a creer que, esta vez, las circunstancias hist?ricas hab?an preparado las condiciones para forjar, en Am?rica latina, un nuevo Contrato Social fundado en una amplia alianza entre el movimiento popular y sus dirigentes. El optimismo se daba cita en la regi?n entera. Puesto que los pueblos cre?an que, esta vez, ellos marchaban, victoriosamente, hacia nuevos horizontes de igualdad, fraternidad y progreso social.

?En Am?rica latina, con la izquierda en el poder, es que los pueblos realmente marchaban hacia nuevos horizontes de progreso o, al contrario de lo esperado, ellos, progresivamente, ir?an descubriendo toda una tendencia de izquierda en el poder, que, con sus acciones, no har?a otra cosa que fabricar: una nueva desilusi?n? Dir?amos que la tendencia dominante ser?a la segunda. Algo que tratamos de explicar, como sigue.

La izquierda regional y sus sue?os de grandeza en el poder

Dir?amos entonces que fue en Am?rica latina que la dominaci?n neoliberal de alcance mundial hab?a experimentado sus primeras grandes derrotas. El todo gracias a un esfuerzo colectivo que, en el calor mismo de la lucha, forjar?a todo un amplio movimiento que, cambiando el rumbo de las cosas, har?a, al fin girar, casi a la regi?n entera, hacia a la izquierda. Hecho hist?rico que, para concretizarse, al movimiento popular le exigi? toda una movilizaci?n permanente con la cual esos pueblos, militantemente, impon?an nuevas constituyentes; ellos se opon?an y hac?an fracasar golpes de Estado; etc.

Pero ocurrir?a que, en el movimiento mismo de las cosas, un cambio muy significativo se iba a operar. Puesto que a la din?mica que iba de abajo hacia arriba otra, que, esta vez, ir?a de arriba hacia abajo la sustituir?a. Tendr?amos as? que, en el calor mismo de las luchas, los procesos pol?ticos pasar?an del movimiento popular-Ch?vez a un Ch?vez y el chavismo; del movimiento popular-Evo a un Evo y el evismo; y las otras mutaciones m?s.

Valoramos que el impacto inmediato de esas mutaciones ser?a que, los pueblos en lucha, pr?cticamente, deven?an la extensi?n -pasiva- del L?der carism?tico. O sea, de lo que se dio en llamar: el Chavismo, el Evismo y las otras mutaciones que cobraban vigencia en la regi?n. Lo cual se repercutir?a en el hecho que los cambios en curso perder?an su aura de contenido popular. Para pasar a verse, a sentirse c?mo en algo dado desde las alturas del poder. C?mo en algo dado gracias a la buena voluntad; gracias al amor del L?der por sus pueblos. Hechos que, en otros t?rminos, Ra?l Zibechi (3) los confirma en la forma siguiente:

?Los dirigentes son importantes… Pero los cambios, la historia, plantea Zibechi, los hacen los pueblos. Por eso resulta un retroceso en el pensamiento cr?tico que se oculte la acci?n popular y se ensalce exclusivamente el papel de los l?deres. D?as despu?s de la derrota de la re-relecci?n en el referendo, el vicepresidente de Bolivia dijo: Si se va, ?qui?n va a protegernos?, ?qui?n va a cuidarnos? Vamos a quedar como hu?rfanos si se va Evo. Sin padre, sin madre, as? vamos a quedar si se va Evo (P?gina Siete, 28/2/16).

La frase, continua Zibechi, fue pronunciada en una peque?a localidad del departamento de Oruro, durante la entrega de viviendas a pobladores aymaras. Podr?a haber dicho que fue gracias a la lucha hist?rica de los ind?genas que se pudieron construir viviendas dignas y que Evo forma parte de esa tradici?n de resistencia y lucha. Lo que hizo fue lo contrario: presentar a los pueblos como ni?os hu?rfanos, objetos sin otra capacidad que seguir al sujeto/l?der. Desde el punto de vista de la emancipaci?n, un verdadero desatino?.

Y pasando del sur al centro de la regi?n, Jos? Mar?a Tojeira (4) ex-rector de la Universidad Centroamericana de El Salvador (UCA), observa y plantea lo siguiente:

?(En El Salvador, observa el analista), el nombre de (los) verdaderos h?roes de la paz, junto con el recuerdo de las v?ctimas que les dieron fuerza y el impulso, suele aparecer silenciado en los aniversarios de paz. El culto a los firmantes, a sus dificultades, buenos sentimientos, capacidad de dialogo, sustituye con frecuencia esa historia de lucha por la paz durante los once a?os de guerra que es una aut?ntica epopeya de los sentimientos m?s llenos de humanidad y confianza en lo humano.

Los firmantes representan la nueva situaci?n de paz?Pero en la medida en que asuman el papel de los nuevos vencedores y l?deres de la historia? tergiversan y ocultan una historia mucho m?s rica que la que se puede visualizar en sus personas?

Como firmantes de la paz, el autor hace referencia a la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y al Frente Farabundo Mart? para la Liberaci?n Nacional (FMLN). En donde el FMLN institucionalizado, lejos ya de la etapa heroica revolucionaria del movimiento popular, no tard? en caer bajo el control de una ?lite de izquierda que, ahora, junto a la ?lite de derecha se ven, se celebran, se descubren, seg?n el autor citado, como los ?nuevos vencedores y l?deres de la historia?.

Creemos que para pensar de una mejor forma lo que entendemos como el Cambio de direcci?n al interior de los procesos pol?ticos en Am?rica latina, los autores citados nos dan una buena idea general. Din?mica que dir?amos claramente muestra c?mo y en qu? forma la parte activa de la historia pasar?a de los pueblos en lucha al L?der o a los l?deres.

Y es cuando el movimiento de las cosas las visualizamos en esa perspectiva que realizamos que con el Ch?vez y el chavismo; que con el Evo y el evismo; que con el Lula y el lulismo; y las otras mutaciones m?s, los pueblos en lucha en lugar de orientarse hacia nuevos escenarios des alienantes de la acci?n pol?tica, no tardaron en caer, una vez m?s, en un nuevo estado de dependencia-alienaci?n. Estado en donde el L?der o los l?deres, a los pueblos, desde la altura de su poder, con sus palabras, con sus gestos, les se?alar?an el camino a seguir para as? llegar: A la tierra prometida.

Pero entonces: ?C?mo se explica que esos l?deres (o sea, los amigos del pueblo) que, antes, con tanto ardor militante, daban lecciones de autonom?a, de liberaci?n de los pueblos, de democracia participativa despu?s, sin inmutarse, sin ruborizarse, acepten, como algo tan natural, ser elevados al rango de: Los ungidos por el poder pol?tico?

Nos parece que ese antes y ese despu?s ejemplifican muy bien las dos fases del movimiento popular regional del cual nos ocupamos en este ensayo. En donde la primera har?a referencia a la fase horizontal de los pueblos en lucha. Momento crucial caracterizado por un movimiento de movimientos que fundados en la acci?n directa, desde abajo, en oleadas sucesivas le asestar?a, como m?s arriba lo planteamos, sus primeras grandes derrotas al neoliberalismo triunfante en la regi?n.

En esa din?mica de las cosas, la segunda fase, por su parte, har?a referencia a aquel momento en que el movimiento popular habr?a mutado de la fase horizontal a la fase vertical. Fase vertical que fundar?a su poder en algo que creemos podr?amos llamar: La burocracia-estratificada del poder; que se estructurar?a alrededor de la figura del L?der o de los l?deres (como en el caso salvadore?o). Ante este hecho nos preguntamos: ?Para los pueblos en lucha, esta nueva reconfiguraci?n del poder representa un progreso o, al contrario, todo un proceso regresivo?

Es claro que siguiendo la l?nea de desarrollo expuesta en este ensayo, nuestra respuesta, la situar?amos en la segunda perspectiva. A saber, que, para nosotros, la reestructuraci?n del poder alrededor de la figura de L?der o de los l?deres representa m?s bien un retroceso que un avance para los pueblos en lucha. Hecho que, seg?n nuestro analisis, se habria activado cuando los dirigentes y sus allegados fueron elevados o se auto-elevaron a un rango elitista de los procesos pol?ticos regionales. Lo que, como planteado igualmente m?s arriba, habr?a dado lugar al hecho que la parte activa de la historia no ser?an m?s los pueblos en lucha sino que los l?deres.

Creemos que, en sus comienzos, los pueblos ten?an plena confianza en esa `mutaci?n de las cosas. Puesto que era la izquierda en el poder, es decir, su representante. Y, por lo tanto, la llamada a hacer la Otra Pol?tica por la cual ellos y ellas hab?an tanto luchado. Pero sin tardar, en una eterna repetici?n de las cosas, lo que, en realidad, iba ocurriendo era que la NIRP, jugando ya su propio juego de realizar cambios en la continuidad, se daba la tarea de insertarse al mercado mundial, con un modelo econ?mico fundado en el siglo XIX! (5)

En concreto dir?amos entonces que s? el contenido de los tan esperados cambios estructurales de los procesos en curso se perd?a en la bruma de la Historia. La forma se manten?a muy vivaz. Puesto que los discursos anti-imperialistas, anti-neocoloniales, anti-olig?rquicos se pon?an, con nuevos brillos, en boga. Lo que muchos intelectuales y militantes de izquierda no tardaron en celebrar como la prueba que, con la NIRP, la Am?rica latina estaba, pr?cticamente, dirigi?ndose hacia su segunda independencia (6).

Pero la contradicci?n entre la forma y el contenido no solo iba dejando ver claramente que, a nivel econ?mico, nada esencial estaba ocurriendo sino que tambi?n, en su propio movimiento, ella ir?a mostrando otro de sus lados oscuros. Hecho que se revelar?a cuando unos militantes, en su propia din?mica, ir?an revelando no ser otra cosa que la negaci?n misma de la etapa heroica del movimiento popular latinoamericano.

Y es Frei Betto (7), quien nos da unas pistas para valorar c?mo y en qu? forma ese tipo de izquierdista enterraba un pasado memorable de la izquierda regional, para pasar a ser un pol?tico m?s en el espacio pol?tico regional. Lo que sigue lo confirma:

?El izquierdista? (anota Frei Betto) se llena la boca con dogmas y venera a un l?der? adora las categor?as acad?micas de la izquierda, pero? no soporta el tufo del pueblo. Para ?l, pueblo? s?lo le parece concreto a la hora de acumular votos?. Pasadas las elecciones, adi?s que te vi y ?hasta la contienda siguiente! Despu?s el izquierdista cambia de amistades y de caprichos?Si lo busca un compa?ero de los viejos tiempos, despista, no atiende? Ahora todos sus pasos se mueven, con quir?rgica precisi?n, por la senda hacia el poder.

Me acord? de esta caracterizaci?n (comenta el autor) porque, hace unos d?as, encontr? en una reuni?n a un antiguo compa?ero de los movimientos populares, c?mplice en la lucha contra la dictadura? Me dieron ganas de re?r delante de dicho compa?ero que, antes, hubiera hecho al Che Guevara sentirse un peque?o burgu?s, de tan grande como era su fervor revolucionario. Me contuve para no ser indelicado con dicho rid?culo personaje, de cabellos engominados, traje fino, zapatos como para calzar ?ngeles?.

Tenemos as? que, mientras los pueblos, de manera desigual, luchaban heroicamente por parar golpes de Estado; luchaban para instituir Nuevas Constituyentes y otras tantas luchas m?s, simult?neamente, casi sin tardar, en el horizonte pol?tico regional iba descollando ese edulcorado izquierdista ?de cabellos engominados, traje fino, zapatos como para calzar ?ngeles?. O sea, un tipo de izquierdista que, sin transici?n alguna, ya en el poder, pasando del militantismo al oportunismo, opt? simplemente por vivir en el ?mejor de los mundos?. Personaje, en fin, que, seg?n nuestra visi?n de las cosas, muestra c?mo y en qu? forma la historia de los pueblos, puede, f?cilmente, pasar de la tragedia a una, humillante, comedia.

Y s? el ritmo de las cosas las planteamos en esos t?rminos generales, es porque todo parece indicar que, ese personaje del cual se ocupa Frei Betto, no es un caso aislado sino que: La parte activa de toda una tendencia de la izquierda en el poder. Algo que, con la ayuda de unas citaciones, corroboraremos como sigue.

Pero antes de ver a esa tendencia de izquierda mutando de piel para as?, al fin, vivir sus tan ansiados sue?os de grandeza en el poder. Deteng?monos, por un instante, ante lo que llamamos: Un momento tr?gico en la historia de los pueblos de la Am?rica latina.

Adi?s muchachos: breve historia del FMLN hist?rico y su tr?gico fin (8)

?A sus 24 a?os, Daniel (recientemente fallecido) no solo vivi? en carne propia la desmovilizaci?n; tambi?n colabor? en 1992 a desmovilizar a casi 500 de sus compa?eros de Nueva Granada, Usulut?n. Dej? de empu?ar su fusil y pas? a extender sus manos para desmovilizar a sus compa?eros y entregarles ?una piocha, una pala, una cama como de medio metro, una cuma y un azad?n? a los que un d?a fueron sus ?compas? en el campo de batalla. ?Es triste cuando dicen: ?la guerra se acab?, v?yase para su casa?. Es triste porque uno no tiene c?mo subsistir?, fueron las palabras que dijo en enero de este a?o en una entrevista a Diario El Mundo?.

Revelaci?n # 1: Una ?lite de izquierda en el poder viviendo su -repugnante- comedia (9)

?Yo digo los que andan manej?ndose en camionetas (el entrevistado hace aqu? referencia a los funcionarios del FMNL en el poder) que, aunque las da la instituci?n, son cosas que la gente no acepta. A nosotros no nos lo admiten; se lo admiten al de derecha o les vale un comino. Tengo compa?eros que me dicen que hay un contraste cuando el presidente de la Rep?blica hace el Festival del Buen Vivir y llegan todos los funcionarios y queda la l?nea de camionetones bonitos. Me dice este amigo que anda ah? entre la gente, y que le toca esperar a que el funcionario que cuida salga del festival, que los comentarios son negativos, que la gente mira una distancia abismal entre ese comportamiento y ellos, sobre todo, muchos compa?eros que son excombatientes que quieren acercarse a saludar y ya no los saludan, ya agarran el celular (toma el celular y se lo pone en la oreja, como emulando una llamada) para alejarse con un poco de respeto (el subrayado es nuestro)?.

Revelaci?n # 2 Una ?lite de izquierda en el poder luciendo su nueva piel (10)

En una entrevista Churi, un periodista uruguayo le plantea a James Petras, lo que sigue:

?Yo quer?a decirte en un an?lisis muy breve que se reduce en una frase, que en 50 a?os de periodismo he venido a aprender que aqu? en Uruguay, los grandes dirigentes de izquierda no eran otra cosa que gentes que quer?an estar un d?a gozando de los privilegios que ten?an los integrantes de los partidos tradicionales que hab?an gobernado hasta entonces. Esa ser?a la s?ntesis que podr?a hacer de mi pa?s en este momento??

Revelaci?n #4 La ?lite de izquierda en el poder en su submundo (11)

?Los funcionarios de izquierda, comenta James Petras, imposibilitados de ascender mediante la participaci?n en los sectores agro-minerales ?cerrados?, controlados por las multinacionales, recurrieron a la corrupci?n del Estado, extrayendo ?comisiones? como intermediarios para las multinacionales, o simplemente fug?ndose con fondos p?blicos asignados para proyectos locales sanitarios, educativos o de infraestructuras.

(Siendo as? como) los l?deres populares, elegidos en repetidas ocasiones, apunta Petras, empezaron a verse implicados, o al menos c?mplices, en la aceptaci?n de sobornos. (Ante esto, el desencanto popular se apodero del electorado, marcando con ello)? el ocaso de los ?dolos. La izquierda perdi? elecciones por toda la regi?n.”

Conclusi?n

Ante lo anotado, plantear?amos que los sectores populares llevaron a la nueva izquierda regional al poder para que ella emprendiera una misi?n de alto contenido hist?rico. La cual, seg?n nuestra visi?n de las cosas, idealmente, ten?a que haberse orientado hacia la creaci?n de las estructuras necesarias para, al fin, dignificar, de manera permanente, la vida de los pueblos. Pero, como en este ensayo hemos tratado de demostrarlo, lo que realmente ocurri? fue que al interior de la NIRP se incub? toda una tendencia de izquierda que hizo del poder todo un fetiche. Al cual, postrada ante ?l y dando sus principios e ideales como ofrenda, ella le ped?a poder y m?s poder. Para as?, al fin, vivir, disfrutar sus tan ansiados: Sue?os de grandeza en el poder. Hechos de privilegios de toda clase: viajes, secretarias, coches, chofer, celulares, vivir en zonas selectas y un largo etc. Y todo pagado por el contribuyente, como nos lo recuerda Frei Betto (12).

Dir?amos entonces que detectamos que, una de las causas que destruyeron los sue?os, la moral progresista de los pueblos en lucha de la Am?rica latina, habr?a sido esa tendencia de izquierda enquistada en el poder. Entonces, como extra?arse que, ante el cumulo de desmanes fabricados por ella misma, veamos a algunos de sus miembros cabizbajos, en puntillas yendo por la puerta oscura de la historia. Y en casos extremos, a algunos de ellos, no los vemos saliendo por esa puerta sino que? hacia la c?rcel.

En fin, dir?amos que esa tendencia de izquierda en el poder, al final de un ciclo, no hizo otra cosa que hacer brillar: Toda la grandeza de su miseria existencial. Lo que har?a de ella, de una forma u otra, un eslab?n m?s de todo un dispositivo hist?rico; que, por m?s de cinco siglos, unas ?lites econ?micas, pol?ticas y socio-culturales se encargaron de activar. Hasta hacer caer a la Am?rica latina, desde una perspectiva estructural, en lo que es, es decir: una regi?n dependiente, sub-desarrollada. Y, por lo tanto: Inviable para sus mayor?as empobrecidas.

Referencias

Jorge Casta?eda (1996) (1) L?utopie d?sarm?e : l?Am?rique latine apr?s la guerre froide. Paris : ?ditions B. Grasset

Mauricio R. Alfaro (2007) (2) Crise des transitions d?mocratiques en Am?rique Latine: le cas du Salvador. Les ?ditions du CIDIHCA, Qu?bec, Canada.

Ra?l Zibechi (3), El caudillismo es cultura de derecha http://www.rebelion.org/noticia.php?id=209705

Jos? Mar?a Tojeira (2012) (4), Los Acuerdos de Paz: una revisi?n de sus 20 a?os. Eca, Volumen 67 No 72. Universidad Centro-americana de El Salvador (UCA).

Mauricio R. Alfaro (5), Los cuervos y los buitres de Emir Sader http://www.rebelion.org/noticia.php?id=143265

Mauricio R. Alfaro (6), La izquierda latino-americana en el poder: ?Cu?l izquierda? http://www.rebelion.org/noticia.php?id=102351

Frey Betto (7), C?mo derechizar a un izquierdista http://www.rebelion.org/noticia.php?id=155955

Diario El Mundo, (8) Fallece veterano de guerra del FMLN hist?rico, Daniel Hern?ndez http://elmundo.sv/fallece-veterano-de-guerra-del-fmln-historico-daniel-hernandez/

Gabriel Labrador- Sergio Arauz (9), ?Que Nayib goce de estos niveles de popularidad es responsabilidad nuestra? https://elfaro.net/es/201803/el_salvador/21651/%E2%80%9CQue-Nayib-goce-de-estos-niveles-de-popularidad-es-responsabilidad-nuestra%E2%80%9D.htm

James Petras (10) La postura militarista de EEUU es un peligro para todo el continente https://www.aporrea.org/internacionales/n148164.html

James Petras, (11) El ocaso de los ?dolos: Ascensi?n y ca?da de la izquierda personalista en Latinoam?rica https://www.rebelion.org/noticia.php?id=209784

Frei Betto, (12) La mosca azul https://www.voltairenet.org/article136838.html