Haftar: la sombra del “peque?o Gaddafi” se hace grande en Libia

Sus fuerzas controlan ya m?s del 80 por ciento del territorio de Libia, y se baten a la conquista de Tr?poli. Si vencen, poco podr? hacerse para impedir que Haftar se convierta en el pr?ximo hombre fuerte.



EL MARISCAL HAFTAR CONTROLA EL 80% DE LIBIA
Haftar: la sombra del ‘peque?o Gaddafi’ se hace grande en Libia
Sus fuerzas controlan ya m?s del 80 por ciento del territorio de Libia, y se baten a la conquista de Tr?poli. Si vencen, poco podr? hacerse para impedir que Haftar se convierta en el pr?ximo hombre fuerte

11/05/2019 05:00

?Antes solo hab?a un Gaddafi, ahora tenemos que lidiar con un mont?n de peque?os Gaddafis?, dec?a hace no mucho un diplom?tico europeo, frustrado por tener que lidiar con la mir?ada de se?ores de la guerra y reinos de taifas que proliferaban en la posguerra de Libia. Probablemente hoy su evaluaci?n ser?a distinta: el panorama se simplifica a medida que uno de los bandos, el del mariscal Jalifa Haftar, se consolida.

Sus fuerzas controlan ya m?s del 80 por ciento del territorio de Libia, y desde hace un mes se baten a la conquista de Tr?poli. Si vencen, poco podr? hacerse para impedir que Haftar se convierta en el pr?ximo hombre fuerte del pa?s.

?Algunas ciudades y tribus se han aliado con Haftar por pura desesperaci?n ante la impotencia del Gobierno de Acuerdo Nacional de Tr?poli. Otras lo han hecho para obtener influencia contra sus rivales locales. Ese es sin duda el caso en el sur desierto, donde el crimen y la miseria econ?mica crearon vac?o que las fuerzas de Haftar han llenado con efectivo y suministros, incluso al precio de agitar las tensiones comunitarias al favorecer a unas tribus sobre otras?, afirma Frederic Wehrey, analista del Fondo Carnegie para la Paz Internacional y autor del libro ?Las orillas ardientes?.

?En el oeste de Libia, las ciudades est?n divididas, con algunos grupos armados aliados con sus fuerzas incluso aunque nominalmente sigan bajo la autoridad de su rival, el Gobierno de Tr?poli?, se?ala Wehrey. A d?a de hoy es pronto para pronosticar una victoria total de Haftar, pero sin duda es una figura a la que conviene ir prestando atenci?n.

Tanque del ej?rcito de Haftar. (Reuters)
Tanque del ej?rcito de Haftar. (Reuters)
El “hijo” olvidado de Gaddafi
Jalifa Haftar naci? en Ajdabiya, a unos 160 kil?metros al sur de Bengasi, en el seno de una destacada tribu,que le encamin? hacia la carrera de las armas. Fue compa?ero de estudios de un jovenc?simo Muammar Al Gaddafi en la Real Academia Militar de Bengasi, y posteriormente recibi? adiestramiento adicional en Egipto y la Uni?n Sovi?tica. En 1969, cuando Gaddafi encabez? el golpe de Estado que acab? con la monarqu?a del Rey Idris, Haftar fue uno de los oficiales que le respaldaba en la asonada. El l?der libio sol?a llamarle ?mi hijo?, pese a que la diferencia de edad entre ambos era de apenas un a?o.

A esa confianza se sumaba su pericia militar: en 1973, cuando Gaddafi decidi? enviar tropas en apoyo de Egipto en la guerra del Yom Kippur, puso a Haftar al frente del contingente. En 1986 le nombr? comandante de las fuerzas libias en la guerra del vecino Chad, una decisi?n que acabar?a por sellar el destino de ambos.

?Qui?n lucha contra qui?n y por qu? en Libia?
JAVIER MART?N. TR?POLI (EFE)
La que podr?a ser la ?ltima gran batalla se libra entre los dos grandes n?cleos de poder tras el fracasado plan de paz del antiguo enviado especial de la ONU, Bernardino Le?n
Un a?o despu?s, el ej?rcito libio se vio castigado por una potente ofensiva chadiana con apoyo de la aviaci?n francesa. Pese a la precaria situaci?n b?lica en la que se encontraba, Gaddafi orden? al cuerpo expedicionario resistir a toda costa, una decisi?n absurda desde el punto de vista militar. Haftar perdi? a 2.000 hombres en esos combates antes de rendirse en Wadi Doum. Algunos observadores llamaron a esta derrota ?el Dien Bien Phu libio?, en referencia al desastre b?lico de Francia que sell? el final de sus colonias en Indochina. Y mientras Haftar languidec?a en una prisi?n chadiana, el dictador reneg? de ?l y le culp? de la debacle b?lica. El resentimiento hizo mella en ?l. Desde entonces se convertir?a en un fiero enemigo del r?gimen.

Gaddafi intent? que los chadianos se lo entregasen, pero, con la ayuda de la CIA, Haftar protagoniz? una rocambolesca huida por media ?frica hasta recabar en el Zaire de Mobutu Sese Seko, que odiaba al mandatario. Posteriormente los estadounidenses le otorgaron protecci?n, asilo e incluso un pasaporte. Durante m?s de dos d?cadas vivi? exiliado en la ciudad estadounidense de Viena, en Virginia, haciendo gala de unos ingresos que nadie sab?a muy bien de d?nde proced?an, y participando en conspiraciones que nunca tuvieron la m?s m?nima oportunidad de derrocar al tirano libio.

El largo regreso a casa
Cuando la revuelta contra Gaddafi estall? en 2011, Haftar hizo apresuradamente las maletas y regres? a Libia. Al aeropuerto le llev? otro compatriota exiliado, un islamista al que la oposici?n com?n al dictador hab?a convertido en compa?ero m?s o menos forzoso. Dada su experiencia militar, Haftar pretend?a ponerse al frente de las fuerzas rebeldes, pero al principio no tuvo demasiado ?xito.

Pero la estrategia de Haftar ha sido gradual. Primero defendi? su Ajdabiya natal de las fuerzas gadafistas, y consigui? que el Consejo Nacional de Transici?n rebelde le nombrase jefe del Estado Mayor. Pero tras la ca?da del dictador, las nuevas autoridades revolucionarias le dejaron de lado, por lo que volvi? a EEUU mientras la nueva Libia se deshac?a en enfrentamientos sectarios y se convert?a en un terreno f?rtil para la causa yihadista.

No estuvo inactivo mucho tiempo: en 2014, vestido con su uniforme de general, declar? ileg?timas a las autoridades de Tr?poli e inst? a la expulsi?n de los Hermanos Musulmanes -muy influyentes en el pa?s debido al apoyo que recib?an de Qatar y Turqu?a, entre otros- de las instituciones. Pronto demostr? que hablaba en serio: en primavera lanz? la llamada Operaci?n Dignidad contra los grupos islamistas en el este de Libia; poco despu?s sali? ileso de un atentado con coche bomba contra su vivienda. Su antiguo compa?ero de exilio, dicen, se cuenta hoy entre sus peores enemigos.

Cerco al petr?leo y choque Roma-Par?s: los efectos para Europa de la guerra en Libia
IRENE SAVIO. ROMA
Haftar, el hombre fuerte de Libia, podr?a cerrar yacimientos para presionar a la comunidad internacional. Habr? aumento de precios. Italia, preocupada por la escalada militar, mueve ficha
En aquel momento la ofensiva no tuvo demasiado ?xito, pero a base de tejer alianzas locales y hacerse con el control de recursos petrol?feros importantes, las tropas de Haftar se han convertido en una fuerza b?lica cada vez m?s s?lida, que a su vez le han granjeado crecientes apoyos extranjeros: el de Egipto y los Emiratos ?rabes Unidos, pero tambi?n el de Jordania, Rusia y Francia ?que ha jugado un doble juego, apoyando nominalmente al llamado Gobierno de Acuerdo Nacional respaldado por la ONU en Tr?poli mientras enviaba a las fuerzas especiales a luchar junto a Haftar-.

Seg?n algunas informaciones, miembros de compa??as militares privadas rusas operan en Cirenaica en apoyo del mariscal. En 2017 consigui? finalmente expulsar de Bengasi a una coalici?n de fuerzas yihadistas formada ?ad hoc? para oponerse a su dominio. En el este del pa?s es considerado un h?roe de forma casi un?nime.

P?ster de Haftar en Tr?poli. (Reuters)
P?ster de Haftar en Tr?poli. (Reuters)
?Dictador en ciernes?
No lo ven igual en la otra mitad de Libia, donde temen que pueda convertirse en un nuevo dictador y traen a colaci?n las atrocidades cometidas por sus tropas, que le han valido denuncias ante el Tribunal Penal Internacional. Pero mientras en Tr?poli se suced?an de forma caleidosc?pica las coaliciones de Gobierno, en las canciller?as occidentales se iba imponiendo el consenso creciente de que se haga lo que se haga, para conseguir la paz en Libia es necesario contar con Haftar. Esta misma semana, el Secretario de Exteriores brit?nico Jeremy Hunt admit?a que la mejor opci?n es tratar de lograr ?un alto el fuego, conversaciones pol?ticas y un acuerdo pol?tico? con ?l.

No es que hasta ahora Haftar haya demostrado demasiado inter?s en negociar, pese a haber sido invitado a varias conversaciones de alto nivel en Francia, Italia, Rusia y el Golfo. ?La realidad es que la facci?n m?s poderosa, el bando de Libia oriental liderado por el mariscal Haftar, sigue una l?gica militar. Para este l?der fuerte, los foros diplom?ticos son solo un especia donde se pide a los perdedores que acepten su ascenso?, declaraba recientemente el analista especializado en Libia Jalel Harchaoui a la agencia Reuters. Mientras los dem?s hablan, las tropas de Haftar siguen ganando terreno.

La capital de Libia se asoma a un ba?o de sangre
MOHAMAD ABDEL MALEK. TR?POLI (EFE)
El mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia y que controla un 70% del pa?s, intensifica su ofensiva militar sobre Tr?poli. EEUU ordena la retirada de todas las tropas en el pa?s
Espaldarazo de Trump
Tal vez el espaldarazo definitivo le haya venido, de forma bastante inesperada, de parte de Donald Trump, quien a mediados de abril rompi? con ocho a?os de diplomacia estadounidense en Libia al llamar por tel?fono a Haftar, y emitiendo posteriormente un comunicado en el que ?reconoc?a su papel significativo en la lucha contra el terrorismo y para asegurar los recursos petroleros de Libia?. Mientras tanto, un Gobierno central cada vez m?s impotente ha suspendido la actividad de 40 firmas extranjeras ?entre ellas la de la petrolera gala Total-, en un intento de presionar a estos pa?ses para que cesen todo respaldo a su rival.

?No hay duda de que una Libia bajo Haftar estar?a lejos de ser libre. Ha dicho p?blicamente que Libia no est? ?lista? para la democracia y ha calculado su ataque contra Tr?poli para sabotear el Congreso Nacional patrocinado por la ONU que iba a ser el precursor de unas elecciones nacionales?, escrib?a este viernes el primer ministro libio Fayez Serraj en el Wall Street Journal. ?Ahora, en lugar de acomodarse en un nuevo gobierno democr?tico, el Gobierno de Acuerdo Nacional est? luchando contra un aspirante a dictador militar cuyo gobierno rival recibe armas y fondos de actores extranjeros que persiguen sus propios intereses estrechos a expensas de Libia?, asegura Serraj.

La mayor?a de los expertos considera que, hoy por hoy, Haftar no tiene fuerzas suficientes como para conquistar Tr?poli, donde la suma de milicias opuestas a ?l es demasiado fuerte. Pero si algo ha demostrado tener el viejo mariscal es paciencia. Sea cual sea el futuro de Libia, Haftar, si sobrevive a la guerra, tendr? algo que decir al respecto.