Despu?s de la autoamnist?a de Ortega

Nicaragua el resistencia contra el dictador Ortega



Despu?s de la autoamnist?a de Ortega
El reclamo de verdad y justicia, y una Comisi?n Internacional contra la Impunidad y la Corrupci?n, es inseparable de la demanda de elecciones libres

Carlos F. Chamorro
Confidencial
9 de junio 2019

Cuando faltan solamente diez d?as para que venza el plazo de 90 d?as acordado por la dictadura con la Alianza C?vica, la OEA y el Vaticano, para garantizar la liberaci?n definitiva de todos los presos pol?ticos, el presidente Daniel Ortega ha dictado de forma unilateral una Ley de Amnist?a.

Ortega descart? todas las alternativas jur?dicas a su disposici?n para liberar a los presos, como el sobreseimiento definitivo o absolutorio de los juicios pol?ticos, o sentencias absolutorias de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia para los que ya han sido condenados, y decidi? sembrar una trampa pol?tica: una amnist?a que otorga el beneficio de la excarcelaci?n de forma condicionada, mientras pretende mantener el Estado de sitio de facto sin restituir las libertades democr?ticas. Y de forma expresa, establece que no se investigar?n los cr?menes que cometieron los polic?as, paramilitares, y partidarios del r?gimen y sus autores intelectuales.

Con esta autoamnist?a, Ortega admite la responsabilidad de la dictadura en la matanza, pero no puede borrar su propia responsabilidad como Jefe Supremo de la Polic?a y la de los perpetradores de cr?menes de lesa humanidad, porque de acuerdo al derecho internacional estos son imprescriptibles. Se trata, por lo tanto, de una estrategia de protecci?n pol?tica temporal para sus partidarios, mientras se mantenga en el poder un r?gimen que atraviesa por una crisis terminal.

Parad?jicamente, esta ley dise?ada para negar, ocultar, y encubrir, est? iluminando la ruta de salida del tunel de la dictadura, al colocar en primer plano de la agenda nacional la demanda de verdad y justicia que han enarbolado las Madres de Abril. Despu?s de esta amnist?a, el reclamo de justicia sin impunidad es inseparable de la demanda de elecciones libres. Erradicar la impunidad en los cr?menes de la represi?n y la corrupci?n, es una condici?n sine qua non para la sostenibilidad de la democracia, y por primera vez en la historia nacional el rechazo a una amnist?a, ahora puede llegar a formar parte de un consenso nacional fundacional.

La liberaci?n incondicional de todos los rehenes pol?ticos y la restituci?n de las libertades democr?ticas ?libertad de prensa, expresi?n, movilizaci?n, autonom?a universitaria? forman parte de un mismo proceso. Comienza con la liberaci?n de los presos y la reactivaci?n de la protesta c?vica, para negociar ?en caliente? una reforma electoral ?con o sin Ortega y Murillo?, que conduzca a la convocatoria de elecciones anticipadas. Y una vez asegurada esta reforma y la de la ley de partidos pol?ticos, ser? imperativo conformar una Coalici?n Nacional Democr?tica, integrada por la Alianza C?vica, la Unidad Nacional Azul y Blanco, y todas las fuerzas nacionales que est?n comprometidas con una agenda de democracia y justicia sin impunidad.

Para sellar la derrota pol?tica del orteguismo, es imprescindible forjar una coalici?n pol?tica electoral inclusiva, que represente a todo el pueblo autoconvocado, sin divisiones ni sectarismos: Estudiantes universitarios, campesinos, trabajadores, profesionales y sectores medios, mujeres, v?ctimas de la represi?n, movimientos 19 de Abril, partidos pol?ticos democr?ticos y organizaciones de la sociedad civil, junto a los productores y empresarios. Una coalici?n nacional que refleje la diversidad y la unidad nacional, sin el hegemonismo de las ?lites econ?micas o pol?ticas, liderada por candidatos y candidatas escogidos de forma democr?tica para lograr una victoria electoral contundente en la Presidencia de la Rep?blica, en la Asamblea Nacional, y en las alcald?as.

La viabilidad del cambio pol?tico en la Nicaragua pos-Ortega, depender? de la amplitud de la mayor?a pol?tica que respalde al nuevo Gobierno democr?tico, y si esta le otorga mayor?a calificada en el Parlamento y un mandato inequ?voco para hacer cambios constitucionales y desmontar las estructuras dictatoriales de Ortega. Se necesita una alianza nacional para impulsar un programa de desarrollo econ?mico y combate a la pobreza, basado en la promoci?n de la inversi?n privada y p?blica, pero sin misas negras ni amarres corporativistas, y con transparencia, rendici?n de cuentas e institucionalidad democr?tica.

La agenda m?nima de la gobernabilidad democr?tica en la Nicaragua pos-Ortega, demandar? tareas monumentales para la reconstrucci?n del Estado nacional: una nueva Polic?a Nacional, un nuevo Ministerio P?blico, una Fiscal?a Especial, una nueva Contralor?a, una reforma total al sistema de justicia, y tambi?n en el Ej?rcito de Nicaragua. Y mientras se establecen las bases de esta nueva institucionalidad, se requerir? la asistencia extraordinaria de la ONU, la OEA y la Uni?n Europea, para crear una Comisi?n Internacional contra la Impunidad y la Corrupci?n en Nicaragua (CICIN).

Los nicarag?enses debemos aprender de la experiencia durante m?s de una d?cada y las lecciones de la Comisi?n Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG); y de la m?s reciente Misi?n de Apoyo contra la Corrupci?n y la Impunidad en Honduras (MACCIH), para dise?ar una entidad supranacional que ayude a las nacientes instituciones nacionales a desmantelar las estructuras de la dictadura y erradicar los grupos clandestinos e ilegales que est?n incrustados en el Estado. Sin esa ayuda internacional extraordinaria, ning?n l?der democr?tico, aunque tenga las mejores intenciones, podr? desmantelar a las bandas paramilitares, ni combatir la impunidad y la corrupci?n, ni someter ante la justicia a los autores de los cr?menes de lesa humanidad, incluso despu?s de derogar la ley de amnist?a.

La autoamnist?a es solamente el primer aviso de que Ortega ya se est? preparando a fondo para ?gobernar desde abajo?, despu?s de la previsible derrota electoral del orteguismo. Urge, por lo tanto, empezar desde ahora a sentar las bases de la gobernabilidad democr?tica en la Nicaragua pos-Ortega, y consensuar la agenda m?nima de democratizaci?n con justicia, que incluya la creaci?n de la CICIN para erradicar la impunidad.