Experto francés: “Los chalecos amarillos pueden volver a resurgir, el movimiento se calmó pero puede ser retomado”
Valentina Jofré
La Tercera
MAR 18 JUN 2019 12:28 PM
En conversación con La Tercera el politólogo francés Rémi Lefebvre analiza la situación del Presidente Macron, quien a nivel europeo busca “revivir” Europa y en materia local suma una creciente amenaza de la ultraderechista Marine Le Pen. El experto participará hoy de un foro en la Universidad Diego Portales.
Si bien Macron ha logrado estabilizar el movimiento de los “chalecos amarillos” al anunciar una serie de reformas que respondían a sus reivindicaciones, como la reforma de las pensiones y un aumento al salario mínimo, el principal problema de la pobreza en Francia aún no ha sido atacado, según sostiene en esta entrevista con La Tercera, Rémi Lefebvre, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Lille. El experto galo está de visita en Chile para asistir a una charla hoy de la Universidad Diego Portales sobre las mutaciones y reinvenciones de los partidos políticos en democracia.
Según Lefebvre, la crisis de los partidos tradicionales se basa en que éstos cada vez están menos anclados en la sociedad y que se convirtieron en partidos de profesionales políticos, máquinas electorales y no organizaciones inmersas en la sociedad. Además, sostiene que ya no son un lugar de reflexión, puesto que el debate público se hace por fuera de los partidos, en los medios de comunicación, redes sociales y think tanks. “En resumen, los partidos políticos no producen más ideas y perdieron su sustancia intelectual”, adelanta Lefebvre.
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Pero en este escenario algunos salen ganando. Y uno de ellos podría ser el Presidente francés, Emmanuel Macron. “Él se percibe como una alternativa a los partidos ‘viejos’ que son ineficaces en la lucha contra el desempleo”, sostiene Lefebvre.
¿En qué se basa la idea de que los partidos políticos han mutado en favor de otras formas de representación política?
La crisis de los partidos tradicionales y los partidos políticos clásicos tiene tres funciones principales en el sistema político. La primera función es la de movilización, de socialización y de representación de la sociedad. Cada vez están menos anclados en la sociedad y tienen cada vez menos militantes políticos. La segunda función es una función ideológica y de estructuración de la opinión. Los partidos políticos profesionales no juegan más esa función, ya no son un lugar de reflexión, los intelectuales dejaron los partidos políticos y el debate público se hace por fuera de los partidos, se hace en los medios, en las redes sociales y en los think tanks. En resumen, los partidos políticos no producen más ideas y perdieron su sustancia intelectual. La tercera función de los partidos políticos es una función electoral, es decir, son los que designan a los candidatos, que organizan las campañas, son ellos los que seleccionan y producen élites.
¿Qué rol juegan los partidos populistas en este declive de los partidos tradicionales?
La fuerza de los partidos populistas prospera sobre el declive de los partidos tradicionales, es decir que los partidos populistas tienen ideas claras y comprensibles y juzgan las contradicciones de los partidos establecidos.
¿Considera que Macron está amenazado actualmente por la extrema derecha francesa y los partidos populistas?
Sí y no. Sí, porque el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, se ha consolidado y es su principal adversario. No, porque Agrupación Nacional permanece aislado, sin un socio para una alianza que podría permitirle ganar poder. Con el sistema presidencial de una segunda vuelta electoral, si Macron y Le Pen se enfrentan, es casi seguro que Macron sería elegido. Ella todavía está aislada y no puede tener mayorías, por el momento. No se sabe lo que va a pasar más adelante.
Después de las elecciones al Parlamento Europeo, ¿cuál es el liderazgo de Macron en la Unión Europea?
Eso es complicado porque el paisaje político a nivel europeo está muy explotado. En resumen, los dos grandes partidos políticos, el Partido Popular Europeo y la Socialdemocracia, ya no pueden dirigir por sí solos. Y entonces, Macron quiere sacar provecho de esa situación y ser inevitable para construir una coalición en la que puede imponer sus ideas. Pero él no tiene liderazgo, es un liderazgo frágil, no es dominante, no tiene más que 30 diputados de 700, y quienes integran su grupo no están todos de acuerdo con él. A nivel continental, quiere construir un equilibrio de poder con Alemania y revivir Europa. Está muy apegado a Europa, pero todavía está bastante aislado y Alemania es poderosa.
Donald Trump y Macron se reunieron recientemente y ambos quisieron demostrar que mantienen buenas relaciones. ¿Cree que la relación entre los dos mandatarios se han deteriorado debido a divisiones en temas como el cambio climático y las relaciones con Irán?
Las relaciones de los dos Presidentes han fluctuado desde su elección. Varían según la situación internacional. Macron quiere salvar al aliado estadounidense, pero también hacer un balance de poder con un Presidente cuyo estilo no le gusta, desaprueba su rechazo a la ecología y sus métodos, y que quiere debilitar a Europa.
FOTO: AFP
En materia local, ¿considera que Macron ha logrado recuperarse de la polémica crisis de los “chalecos amarillos”?
Primero, los chalecos amarillos lograron resultados frente a Macron porque él cedió a algunas de sus reivindicaciones, en parte eso es un éxito para los “chalecos amarillos”. El problema de los “chalecos amarillos” es que no han sabido organizarse y no tuvieron éxito al presentar una lista para las elecciones europeas. Se puede decir también que la violencia que ha caracterizado a las manifestaciones de los “chalecos amarillos” en Francia y la represión del Estado hace que la gente apoye a Macron por miedo al desorden.
¿Pero cree que el hecho de que Macron anunciara en dos ocasiones medidas para responder a esta crisis, ayudó a calmar la situación?
Esas medidas ayudaron a calmar un poco la situación, pero el problema de la pobreza no ha sido resuelto. Y hay otro enorme problema en Francia que es la desigualdad territorial entre las ciudades ricas y el mundo rural y los pequeños poblados que son pobres y donde no hay servicios públicos. Esa cuestión no ha sido resuelta y por eso los “chalecos amarillos” pueden volver a resurgir. El movimiento se calmó, pero puede ser retomado.
La gestión de Macron se ha enfocado en intentar agradar a una buena parte de la centroderecha. ¿Por qué ha tenido ese giro en el espectro político?
Lo que es extraordinario de Macron es que en 2017 fue elegido gracias a los electores de la izquierda, y ahora el centro de gravedad de su base electoral ha evolucionado a la derecha, y por ende su política también, porque se ha vuelto cada vez más liberal. Por eso, Macron es pragmático, es decir se adapta a la situación y por eso ha perdido el apoyo de la izquierda, pero ha ganado el de la derecha. Para poder llevar a cabo su política liberal, necesita a los electores de derecha y los ha sabido conquistar deliberadamente y estratégicamente.
¿Cuál es la estrategia que Macron desarrollaría para el Acto II de su mandato de cinco años, en asuntos nacionales y extranjeros?
Macron quiere encontrar una nueva vida después de la crisis de los “chalecos amarillos”, que ha debilitado su autoridad. Quiere parecer más ecológico porque parte de su electorado ecologista es atraído por el Partido Ecologista. A nivel internacional, desea sobre todo revivir a Europa, pero se enfrenta a la ausencia de aliados y a Alemania.