El consenso global de los commodities como trasfondo de la fallida consulta indígena en Chile

Columna de uno de los representantes de la Alianza Territorial Mapuche ATM, Miguel Melín Pehuén, sobre el fracaso gubernamental de la consulta indígena en Chile y su trasfondo mercantil.



El consenso global de los commodities como trasfondo de la fallida consulta indígena en Chile

Miguel Melin Pehuen /
El Desconcierto
30.06.2019

La “Consulta Indígena” para definir el futuro de las actuales tierras mapuche, no tiene que ver tan sólo con una medida legal o administrativa que evidentemente nos afectará; sino justamente con esa idea de “pavimentar” el camino al interior de nuestras comunidades mapuche para sacar las mercancías o “productos” –frutílocas especialmente- para la exportación y así satisfacer la creciente demanda de los mercados internacionales, especialmente China.

Así como Bolsonaro dijera que “pavimentaría” el Amazonas y que los indígenas no podían seguir viviendo recluidos como “animales” en sus reservas; bueno, el trasfondo de la Consulta Indígena que se desarrolla hoy en Chile tiene un trasfondo similar respecto de su finalidad, sólo que con una vuelta más larga. Esto quiere decir que, para entender el significado de fondo del problema es preciso estudiar y conocer lo que significa por ejemplo “el consenso de los commodities”, el proyecto IRSA, la propia tramitación del TTP-11, incluso la realización de la COP25 en diciembre próximo en Chile[1]. Es decir, todo responde a un modelo global que no tiene que ver con progresismo ni conservadurismo o liberalismo o algún sistema político (con mayor o menor presencia estatal en la administración, regulación o distribución) sino con el consenso de las élites basado en el extractivismo, en exprimir la tierra y lo que llaman “recursos” y en proveer de mercancías al mundo capitalista “desarrollado” a cambio de divisasen muchos casos “a futuro”.

Así, esto de la “Consulta Indígena” para definir el futuro de las actuales tierras mapuche, no tiene que ver tan sólo con una medida legal o administrativa que evidentemente nos afectará; sino justamente con esa idea de “pavimentar” el camino al interior de nuestras comunidades mapuche para sacar las mercancías o “productos” –frutílocas especialmente- para la exportación y así satisfacer la creciente demanda de los mercados internacionales, especialmente China. Misma necesidad de Bolsonaro respecto del Amazonas, Bolivia respecto de la carretera en el Tipnis, AMLO y su “tren del progreso” (tren Maya) o Venezuela y su “arco minero del Orinoco” donde los pueblos indígenas siguen esperando la famosa “demarcación” ofrecida por el poder, por dar sólo algunos ejemplos. Ni hablar de los miles de asesinatos que el mentado consenso del poder global se sigue cobrando hacia los pueblos indígenas y activistas medioambientales en toda Latinoamérica, como Berta Cáceres en Honduras, quien fuera galardonada con el Premio Goldman o Nóbel ambiental en el año 2015, y asesinada un año después por su lucha contra las mineras y centrales hidroeléctricas en su territorio.

Para el caso del territorio mapuche, buena parte de esa “pavimentación” muy en sintonía con el modelo global, lo constituye hoy la fructífera (para algunos) herencia de la dictadura militar, con el impulso y expansión del negocio forestal, llegando a instalarse hoy con sus derivados en el tercer lugar de las exportaciones chilenas, siendo superado solo por el cobre y el sucio y contaminante negocio del salmón. Así, luego de la aceitada maquinaria forestal en marcha afianzada bajo los gobiernos anteriores a Piñera, viene una nueva presión (del mercado) hacia las tierras mapuche que ya no proviene tan sólo de uno de los gremios más poderosos como la Cámara Chilena de la Construcción (y virtuales patrones de la política habitacional e infraestructuras en chile) con su eterno lobby por expandir las ciudades sobre las actuales tierras mapuche en wallmapu. La presión actual viene y va por abrir esas tierras al mercado especialmente para la producción extensiva de frutales, cuya demanda en los gigantes (china y Asia, la unión europea y norteamérica) se acrecienta tanto como el litio, el coltam, el silicon o las tierras raras.

De allí la preocupación planteada recientemente desde la cárcel, por el también premio ambiental Goldman para Latinoamérica, el logko Alberto Curamil, en el sentido de que con esta Consulta está en juego sólo la porción de la tierra que nos va quedando, cuando nos expresa que “si tenemos bajo nuestro control menos del 5% (quizás hasta un 7%) de nuestro territorio ¿permitiremos hoy, que sobre esa migaja además nos quieran venir a arrendar o comprar los capitalistas? Este proceso de Consulta y Cambio en la Ley Indígena, no es otra cosa que una nueva invasión, pero ahora del capital privado hacia la tierra que nos va quedando. Para validar ese proceso, el gobierno está utilizando incluso la policía militar” https://www.alianzaterritorialmapuche.com/2019/06/consulta-indigena-en-chile-o-la.html Entonces, a esta discusión, aun no entra el territorio o wallmapu en su conjunto sumando el Gulumapu (lado chileno) y Puelmapu (lado argentino) que es el territorio ancestral del pueblo mapuche.

Por eso, cuando diferentes actores o referentes representativos de la nación mapuche han llamado a manifestarse en Temuco contra el llamado Plan Impulso Araucanía de Piñera en septiembre del año pasado y, a otra masiva movilización el mes pasado contra la Consulta indígena; se hace, porque existe otro tipo de relación con la MAPU, de situarse allí porque muchos nacimos al interior del propio lof y no en un hospital. Pero también se rechaza el proceso porque existe una preocupación por el futuro y una creciente discusión interna obre proyecto y forma de vida colectiva, explorando otras vías, ideas y formas de armonizar con el entorno, y el percibir a la ciudad al borde de su inviabilidad, que es la razón por la cual muchos y muchas sin buscarlo emigraron y/o nacieron allí y, hoy incansablemente se encaminan a volver. Esto no tiene nada que ver –como dijera un ignoto intendente en la región- con algún sector político chileno, ni con el PC o el FA ni con pequeñas “cuotas” ni “escaños” en ningún tablón para sobrevivientes. Tiene que ver con seguir siendo mapuche.

El logko encarcelado junto a muchos otros mapuche al igual que los asesinados, son la expresión más clara de las consecuencias y dificultades de la lucha mapuche contra ese modelo. Un modelo que –al mismo tiempo- juega a quitarse su esencia autopoyetica mostrando cierta permeabilidad a la “voz de los vencidos” mediante grandes puesta en escena y mediáticos show, nutridos “consensos internacionales”, cónclaves y extensas declaraciones, que se valen de múltiples agencias, consultoras, órganos, comisionados, relatores, observadores etc, con cientos de “recomendaciones” abarrotadas en los escritorios de los burócratas y administradores locales. Tienen el valor de la visibilizarían de las vulneraciones y violaciones de los dd.hh sin duda, pero se requiere avanzar en la implementación de los mecanismos, por ejemplo, para devolver el wallmapu a sus legítimos habitantes.

El pueblo mapuche, -hoy- está dando una respuesta concreta y contundente de rechazo a la consulta gubernamental, por la vía de los hechos y basado esencialmente en el Derecho Propio o AzMapu que establece: “igkayayñ taiñ mapu” o que “la tierra mapuche no se arrienda ni se vende”.

Entonces, como desenlace y luego de la contundencia del rechazo, parece imposible avalar ahora “reformulaciones” ingenua e interesadamente solicitadas por algunos que jamás marcaron posición política antes del proceso sino sobre la marcha del abrumador repudio nacional mapuche. De hecho, hasta el propio gobierno acaba de anunciar “suspensión” indefinida de su propio fracaso, en virtud de un histórico triunfo del movimiento mapuche.

Por lo pronto, habrá que seguir de cerca dicha “suspensión” que, debiera ser extensiva a todas las iniciativas coloniales en carpetas gubernamentales por más de 20 años hacia el mundo mapuche.

[1] Cumbre bajo la organización de una Fundación privada (Imagen Chile) que, ya cuenta entre sus donantes a la CORMA, con un margen de hasta 90 millones de dólares para operar bajo la misma figura de donaciones. Otro negocio al alero del cambio climático.

Miguel Melin Pehuen
Profesor Intercultural en contexto mapuche. Licenciado en derechos de los pueblos indígenas, consulta y medio ambiente.