En Grecia, Tsipras ha matado la esperanza

Es interesante ver como en general las izquierdas, como Podemos en España, levantan la esperanza y luego la matan, como hicieron los progresistas en nuestro continente Abya Yala, pavimentando el camino a las derechas en todo el mundo. A pesar de ellos la autonomía y el protagonismo social siguen creciendo por abajo en todas partes.



Entrevista a Stathis Kouvelakis

En Grecia, Tsipras ha matado la esperanza
Mathieu Dejean
https://www.lesinrocks.com/2019/07/08/actualite/politique/en-grece-tsipras-a-tue-lespoir/

¿Cómo explicas la derrota estrepitosa de Syriza en estas elecciones?

La explicación es muy simple: Syriza accedió al poder prometiendo ser el partido que rompería con las políticas de austeridad; trato de resistir durante los seis primeros meses en el gobierno, pero luego capituló y puso en práctica las políticas de austeridad que previamente había criticado. Estas políticas han provocado los resultados previsibles en términos de estragos sociales y económicos. Syriza ha pagado por ello, al igual que todos los partidos de izquierda que cuando llegan al poder hacen lo contrario de lo que habían prometido hacer. De ese modo abrió la vía al retorno de una derecha que estaba particularmente desacreditada en Grecia.

¿Qué balance haces del los cuatro años en el ejercicio del poder de Estado por un partido que era tildado de izquierda radical y que generó una esperanza en Europa para ese campo político?

La única palabra adecuada es la de desastre. Syriza dio continuidad a la política de los gobiernos precedentes, con diferencias marginales que no cambiaban lo fundamental. Las estadísticas hablan de una pequña recuperación económica, pero la realidad es que el país ha perdido un cuarto de sus riquezas desde el inicio de la crisis, que el paro se sitúa en casi el 20% y que Grecia se sitúa el 3º en el ranking de los países [europeos] cuya población está más expuesta a la pobreza: sólo Rumanía y Bulgaria están peor. En Grecia, cerca de medio millón de personas (en su gran mayoría gente joven muy formada) ha abandonado el país desde el inicio de la crisis, y el ritmo se acelera, lo que, por otra parte, explica la pequeña reducción del paro.

¿Le reconoces algún éxito a Tsipras, como la naturalización de los hijos e hijas de las personas inmigradas, el incremento del salario mínimo, el acceso a la seguridad social?

Tsipras adoptó algunas medidas populares antes de las elecciones. El restablecimiento del acceso universal a los cuidados es una medida del tipo “red de seguridad” preconizada por las instituciones internacionales que ejercen la tutela sobre Grecia. Estos regalos electorales no han engañado a nadie: la política aplicada hasta entonces redujo drásticamente los presupuestos sociales, sobre todo en la sanidad y en la educación. A ello hay que añadir que en el momento en que a medida que vencían los memorándums con los acreedores, en el verano de 2018, Tsipras firmó un acuerdo de salida [de los memorándum] que comprometía a Grecia con políticas de austeridad –excedente presupuestario del 3,5% hasta el 2022 y del 2,5% después- hasta el año 2060. Todo ello para pagar una deuda que jamás se podrá pagar. Ha puesto a Grecia bajo el yugo austeritario para los próximos años. La derecha que recupera el poder tiene un bulevar abierto para aplicar las medidas que pregona.

Antes de enero de 2015, pensabas que una victoria electoral de Syriza serviría de locomotora a la izquierda radical en Europa. ¿Dónde está ahora la izquierda radical europea?

Es en este campo en el que el desastre puede ser mayor, sin minimizar el que ha sufrido el pueblo griego. En el verano de 2015, con la capitulación ante las instituciones europeas una semana después de haber ganado un referéndum en el que el 62% de votantes rechazó un plan de austeridad más leve que el que tuvieron que soportar después, Tsipras vino a indicar que una vez en el poder, la izquierda radical actuaba igual que sus predecesores. Es el daño más grave y duradero: mató la esperanza en el interior del país, pero también envió a escala europea en mensaje de que la izquierda, socialdemócrata o radical, es la misma cosa que los partidos del sistema. Tras ello, a nivel europeo, es la extrema derecha la que aparece como la única alternativa. Ahora bien, hasta el verano de 2015 en Europa la tendencia era favorable a las nuevas formaciones de izquierda radical, tales como Podemos, mientras que tras la capitulación de Tsipras se ha dado una inversión. A partir de ahí, fuera de Grecia, es la extrema derecha la que aparece como la fuerza que capta lo fundamental de la ira popular.

En este caso, en Grecia, el partido neonazi Amanecer Dorado no ha obtenido diputados en estas elecciones. Ha ganado la derecha tradicional. ¿Quién es el nuevo Primer ministro, Kyriakos Mitsotakis? ¿Qué representa?

Efectivamente, la única noticia positivas de estas elecciones es la salida del parlamento de Amanecer Dorado. El juicio por el asesinato de Pavlos Fyssas [rapero y militante antifascita asesinado por un miembro de Amanecer Dorado] jugó un papel pedagógico ante el electorado. Pero en el parlamento ha entrado otro partido de extrema derecha, no neonazi ni violento: Solución griega. Mitsotakis es el heredero de una dinastía política que reinó y gobernó en varias ocasiones en los años 1960 y en los 1990. Representa una derecha neoliberal de choque. Por ejemplo, se enorgullece de haber despedido miles de funcionarios cuando fue ministro de la Función Pública. Tradicionalmente, su clan está asociado a una política atlantista vinculada a Alemania y extremadamente neoliberal. Durante la campaña, Mitsotakis anunció la supresión de cualquier limitación de la jornada laboral, la privatización del sistema de pensiones y de sanidad. Su partido, Nueva Democracia, ha integrado en puestos clave políticos provenientes de la extrema derecha que, sin duda, formarán parte de su nuevo gobierno, como Adonis Georgiadis y Makis Voridis, provenientes de la extrema derecha dura.

Diem, el partido del exministro de finanzas que rompió con Tsipras, Yanis Varoufakis, obtuvo 9 escaños. ¿Significa eso que un sector del electorado creen aún en una solución electoral de iquierda?

Varoufakis ha logrado ocupar parcialmente un espacio electoral estable desde septiembre de 2015, en el que el conjunto de formaciones a la izquierda de Syriza ha venido obteniendo en torno al 10% de los votos. La principal formación de este grupo es el KKE (partido comunista), muy sectario y estalinista, que está estancado en el 5,5% de los votos. El partido de Varoufakis, que no existía en 2015, puede convertirse en el polo en el que converjan pequeñas fuerzas en presencia. Pero quisiera poner el acento en el hecho de que se trata de un partido que sólo existe debido a la personalidad y la presencia mediática de su dirigente. Y que carece de un anclaje real en la sociedad. Se trata de una metapolítca que se juega sobretodo en los media y en las redes sociales. Para la izquierda radical, se entra en un ciclo de reconstrucción larga. Está necesitada de inventar nuevas fórmulas.

¿Existe un movimiento popular que busca alternativas antiliberales en Grecia, o se ha impuesto la derrota?

Estamos ante una sociedad traumatizada y desmoralizada en la que la gente está totalmente absorbida por imperativos de supervivencia individual. Syriza ha obtenidos mejores resultados que los previstos en estas elecciones –más del 30%- porque ha funcionado la lógica del mal menor frente a la perspectiva de la vuelta de una derecha neoliberal. Pero Tsipras ha matado la esperanza. La pasividad de la sociedad ha sido imperante a lo largo de estos cuatro últimos años. Jamás había visto a la sociedad griega en ese estado, tanto en términos de condiciones sociales muy duras como de anestesia cultural y moral.

Stathis Kouvelakis es profesor de filosofía política en el King’s College de Londres y milita en el partido de la izquierda radical griega Unidad Popular (nacido de una escisión de Syriza).

8/7/2019

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