¡A despatriarcalizar!

“Mujer que se organiza no plancha más camisas”. Empuñando un pincel o un aerosol María Galindo, referente imprescindible de los feminismos latinoamericanos no ha parado de escribir sobre las paredes, las calles y el pavimento boliviano. Grafitis que mucho tienen de exigencia y nada de lamento. Cofundadora de la organización lésbica “Mujeres creando” ha hecho del ingenio artístico un arma cargada de lucha presente.



¡A despatriarcalizar!

Paula Jiménez
Página12
03/08/2019

Entrevista con María Galindo, militante lesbiana y feminista boliviana. “Tú me quieres virgen, tú me quieres blanca, tú me tienes harta”…

“Mujer que se organiza no plancha más camisas”. Empuñando un pincel o un aerosol María Galindo, referente imprescindible de los feminismos latinoamericanos no ha parado de escribir sobre las paredes, las calles y el pavimento boliviano. Grafitis que mucho tienen de exigencia y nada de lamento. Cofundadora de la organización lésbica “Mujeres creando” ha hecho del ingenio artístico un arma cargada de lucha presente y no ha parado hasta dañar sus ligamentos.

María Galindo es altamente punki, puede llevar como prendedor una inmensa araña de patas largas, o lucir un piloto azul bajo el cual una remera de tul negro transparente esboza el gótico inquietante; la mitad de su pelo fue rapado, pero no desde ahora, sino desde la época del brushing. Los ojos celestes se le hunden en el fondo de un pozo delineado con una sombra negra como los labios y un puñado de grandísimos anillos le gesticula en los dedos. “La verdad es que no es una estrategia ni nada por el estilo-dice-. Es una diversión, una forma de soberanía. Juega exactamente el mismo papel que tu imagen para tu vida. Supongo que eres dueña de tu imagen. Supongo que decides como vestirte o peinarte. Lo que pasa es que yo soy un personaje público, eso supone que enfrento espacios mediáticos, que son muy agotadores. He sustituido mi rostro por mis manos, que además yo quiero darles ese lugar porque trabajo desde el concepto del arte manual. No haces con la mente, sino con las manos”.

RESISTIENDO AL PATRIARCADO JUDICIAL

El 17 de diciembre de 2015, esta activista boliviana, artista y performer, psicóloga y conductora de radio fue llamada a declarar en La Paz, acusada de “destrucción o deterioro de bienes del Estado y la riqueza nacional”. El delito: una intervención callejera firmada por “Mujeres creando”, organización lésbica que fundó junto a Julieta Paredes. El grafiti denunciado decía “El feminicidio es un crimen del Estado patriarcal” y aludía al asesinato de Andrea Aramayo Álvarez ocurrido en agosto del mismo año. El día de la cita, María se presentó en la fiscalía con una balanza desnivelada que pendía de su mano izquierda y sobre el pecho un collar de muñecas destrozadas, símbolo de los ultrajes sobre los cuales la justicia no tiene, ni en Bolivia ni en ningún lado, sustancial injerencia. Vestida enteramente de rojo y negro, con un enorme frigio en el cual se apoyaba un cartel abierto como un abanico que decía “Fiscalía rima con porquería”, María subió los tres pisos por escaleras a los gritos hasta llegar a la sala a prestar declaración. Aunque quienes la han visto una vez, la recuerdan siempre, cuando a Galindo se le pregunta por su performatividad cotidiana y sobre el uso de su propia imagen como herramienta de lucha, ella responde haberla construido como cualquiera haría con la suya, como si simplemente se tratara de una señora de pelo atado y trajecito sastre. No.

Pese a que afirma que no hay ningún misterio, es obvia la voluntad de decir puesta en ese cuerpo. “Acabo de mandarte un autorretrato mío con un vulva en la frente – dice en un whatsapp. Lo que pasa es que estaba pasando por un taller de efectos para cine de terror, que a mí el terror no me gusta para nada, pero lo daba un gran profesor brasilero que nos enseñaba a hacer protuberancias de siliconas, que a mí me van a servir mucho para una próxima producción audiovisual. Estaba experimentando conmigo mismo, nada más”.

LESBIANA RIMA CON SOBERANA

En el centro de La Paz, la marca despatriarcalizadora de las Mujeres Creando, está escrita en una cursiva escolar que es una patada en la faz del patriarca. Esta vez, la forma que adoptará el activismo en su visita inminente a la Argentina es la de un curso intensivo de feminismo que elige al verbo “despatriarcalizar” como línea directriz para la selección de contenidos. La teoría será acompañada, precisamente, de un módulo práctico sobre las intervenciones callejeras como estrategia política. De la batería de textos que compartirá se encarga de aclararme que nada tiene de académica.

De tu libro has dicho que es antiacadémico, en el sentido de que “no recoge esa lenta y pesada discusión, que poco o nada está ofreciendo como respuesta a la realidad política del continente”. Te quería pedir que desarrolles un poco esto, porque desde la teoría también hay aportes valiosos en este momento…

No se debe confundir teoría con academia. Mi libro No se puede descolonizar sin despatriarcalizar, es un aporte teórico, pero no desde la academia. En ningún caso yo hago un repudio a la teoría, ni cosas por el estilo. Justamente lo que reivindico es que el movimiento social, su práctica política, puede ser un lugar de construcción de teoría. La construcción de teoría no es monopolio de la academia. Para que un movimiento pueda ser un lugar de construcción de teoría, de construcción de utopías y categorías de análisis, necesitamos espacios horizontales de discusión sin la intermediación jerárquica que siempre propone la academia.

¿Y qué relación mantuvo y mantiene la academia con los movimientos sociales?

Ha tenido una relación de extractivismo político. Nos han convertido en objetos de estudio, lo hemos vivido esto muchísimas veces. Este es un punto que hay que cuestionarse. Hay cualquier cantidad de categorías, de formas, de propuestas que nacen desde el movimiento. Aparte de esto, te puedo decir que la academia entendida como universidad, como universalidad del pensamiento, está en una profunda crisis porque tiene una estructura profundamente patriarcal, una estructura de pensamiento epistemológicamente construida desde parámetros androcéntricos, eurocéntricos y patriarcales. Con el ingreso de los famosos estudios de género, la academia no ha entrado en crisis, no se ha discutido lo que supone el androcentrismo, el positivismo del pensamiento patriarcal.

Pero lo que más me interesa es la capacidad de los movimientos desde su práctica de generar pensamientos, de generar imaginarios de discusión política. Que existen algunas académicas desadaptadas para bien, que pueden transitar espacios de discusión horizontal, es posible. Pero otra cosa más te digo, tú dices que desde la academia están saliendo pensamientos interesantes y yo me reservo el derecho de la duda de que sea así.

Leyendo una entrevista tuya me encuentro con esta afirmación: nos vienen robando el feminismo, nos pueden robar los términos, pero no las prácticas políticas…

Te puedo poner un ejemplo que sufrí en carne propia: yo soy la autora en Bolivia de la tesis de la despatriarcalizacion. Nosotras desde Mujeres creando lanzamos la propuesta de que no se puede despatriarcalizar sin descolonizar y rápidamente el gobierno capturó el término despatriarcalizar, distorsionándolo. Le dio un contenido en realidad liberal, de derechos de las mujeres, cuando no tiene nada que ver con esto, y jamás reconocieron mi autoría. Hay miles de ejemplos que tenemos de luchas sociales, no sólo las feministas, donde se capturan términos que han servido para organizarnos, para ser utilizados como ejercicios de dominación.

Hoy que el feminismo está de moda tú puedes encontrar empresas explotadoras y depredadoras, incluso que han hecho culto de la tiranía específica que hoy optan por cuerpos reales y por la idea de una mujer emancipada. Grandes industrias como Hollywood, industrias de la cosificación y la belleza han ido capturando los ideales del feminismo, no por un cambio de paradigma sino por un proceso de cooptación. Hoy en día cuando se dice feminismo, probablemente no se quiere decir nada, o cosas muy dispares que el término no necesariamente nos sirve para entender de qué tipo de lucha estamos hablando.

¿Pero entonces cuál es tu mirada sobre la potente ola verde que sobre todo parecen llevar adelante las nuevas generaciones?

Pues debo decirte que me genera mucho respeto y alegría de antemano. Y no creo que sea un fenómeno, sino un fenómeno dentro del cual habitan múltiples, muy diversas y muy complejas formas de movilización y organización. Yo conozco los feminismos argentinos hace muchas décadas, la filigrana que está por debajo, entonces creo que hay muchas cosas que discutir al respecto. Una cosa es la imagen montada desde el punto de vista mediático y otra muy distinta el tejido al interior que está posibilitando esa movida.

¿Y con respecto a las generaciones más jóvenes?

Yo no estaría tan completa y rotundamente de acuerdo con que lo lleven adelante las generaciones más jóvenes. Creo que este movimiento tuvo la capacidad de irradiar y recoger desde otros puntos generacionales también. Y otro de los puntos importantes es los que yo llamo el fenómeno de abajo hacia arriba, porque no es necesariamente un fenómeno que sale desde el feminismo académico, desde las intelectuales, que puede que sean muy válidas o menos, ya sea Rita Segato o cualquier otra, sino que es un fenómeno básicamente popular. En Bolivia hay otro proceso de características muy distintas, pero muy importante, al que yo llamo feminismo intuitivo, que es una adscripción desde una visión feminista desde una lectura de la realidad, desde una política del cuerpo, del contexto, no necesariamente desde un proceso de discusión académica o ideológica.

¿Y qué lugar tiene la lucha de las lesbianas dentro de ese feminismo que llamás intuitivo?

Podríamos hacernos esa pregunta sobre las lesbianas, también para las mujeres llamadas, entre comillas, indígenas (muchas no se llaman a sí mismas indígenas), podríamos hacernos esa pregunta para las amas de casa o para las mujeres trans. Yo no trabajo desde las identidades, yo cuestiono mucho la idea del grupo identitario. Creo que el grupo identitario puede convertirse en un lugar políticamente repetitivo que responda a un mero discurso de derechos. Lo que te puedo decir es que el feminismo intuitivo, está despertando soberanías muy importantes en todas las direcciones.

¿Como cuáles?

Desde soberanía básicas como es: me visto cómo se me da la gana, o tan importantes como: voy a estudiar aunque tú no quieras. Soberanías que tienen que ver con formas de desobediencia que instalan las mujeres en sus vidas cotidianas atravesadas por otras soberanías que tienen que ver con la sexualidad y el placer y el deseo erótico. Cuando destapas soberanías en esos campos te encuentras con formas de desobediencias muy importantes que atraviesan el lesbianismo, la experimentación sexual, el cambio de pareja, etcétera. Entonces no es tanto la pregunta sobre cuál es el lugar de las lesbianas, porque además si estamos hablando de un feminismo intuitivo estamos hablando de un despertar de rebeldías caóticas en desorden, que es hermoso porque es así.

LOS AÑOS DEL POLLO

Mujeres creando funciona en el espacio bilocado “La Virgen de los deseos”, con doble sede en La Paz y en Santa Cruz de la Sierra. Temidos centros de operaciones para el machirulismo boliviano, estas trincheras de gran influencia en la vida de la mariconada deseante, gracias a su empuje constante a la descolonización, han servido, según Galindo, como expresión concreta del movimiento. “Es un espacio de política que concretamos en lo cotidiano a pesar de los patriarcados y a pesar del Estado; es un laboratorio de experimentación educativa y también es simplemente una hermosa casa reacondicionada por nosotras. Cuando invitamos a Silvia Federici a Bolivia, ella entró y me dijo: ¿María, qué es esto? Y yo le respondí: esto es una fábrica de justicia. “La virgen de los deseos” es un espacio autogestionario, una disputa del imaginario de justicia que le hacemos al estado boliviano, día por día y mujer por mujer.

Y también es, entre otras cosas, un medio de comunicación de gran alcance…

Sí, compañera, se llama Radio Deseo. Yo estoy con un programa ahorita dedicado a las elecciones que se llama Votar rima con vomitar. Hay más de veinte productores y productoras de programas independientes que salen en nuestra radio, uno de ellos muy lindo, tiene un título hermoso, se llama Las intransigentes y es producido por tres mujeres trans. Estamos a punto de inaugurar una agencia de empleos también en La virgen de los deseos, porque el desempleo es uno de los problemas principales de las mujeres. Queremos vender servicios que tienen que ver con los cuidados, pero a precios justos para las mujeres, negociándoles contratos. Esta agencia se llama Sin patrón ni patrona.

¿Qué políticas se instalan en Bolivia junto con la intervención de las ONGs?

Lo que se ha afincado en las ONGs fundamentalmente desde los 80, ha sido lo que nosotros llamamos la tecnocracia de género: un conjunto de funcionarios que manejan la categoría de género para adecuarla y funcionalizarla al modelo neoliberal y al papel que tienen que cumplir las mujeres dentro de ese modelo, que básicamente es de amortiguadoras de la crisis económica. Las ONGs crean mecanismos ficticios de resolución del conflicto estructural en el que estamos las mujeres frente al patriarcado. En ese sentido responden a las lógicas coloniales.

¿Por que militás por la abolición del matrimonio igualitario?

Claro que sí, compañera. El derecho al matrimonio igualitario lo vienen vendiendo como conquista y como demanda ineludible de los movimientos LGTBI del continente y prácticamente del mundo, lo venden como un proceso emancipatorio, y a mí me parece un error histórico grande. Por supuesto que respeto a cualquiera que quiera casarse, descasarse, anti casarse, que quieran lo que quieran, pero creo que es importante que entendamos que el matrimonio es un contrato de sometimiento, surgido en el proceso de construcción de las jerarquías patriarcales de la sociedad. Si quieren conquistar el matrimonio igualitario conquisten también el divorcio igualitario.

Pero más allá del matrimonio sí o no, creo que es poco creativo repetir las mismas demandas de sociedad en sociedad, demandas que nacen de norte a sur y al mismo tiempo sin ningún tipo de análisis histórico, reduciendo la capacidad de los movimientos a la demanda de algún derecho. Perdemos energía valiosa en demandar un derecho y supuestamente celebrar su conquista, si esa energía la invirtiéramos en procesos políticos más profundos estaríamos cerca de procesos de transformación de la sociedad que son fundamentales.

BOLIVIA: EL CULO DEL CULO

Procesos importantes decís, que pueden estar hechos, pienso, por leyes importantes como la que se acaba de lograr aprobación en La Paz, para la regularización de los locales de prostitución…

Quiero dejar claro que esa ley ha sido redactada en “La virgen de los deseos” por una organización que se llama Organización de Mujeres En Situación de Prostitución (OMESPRO) y Mujeres creando, tomando sopa y matándonos de risa. Cuando la llevamos al gobierno municipal para que la aprueben, primero quiso mezquinarnos, enredarnos en una discusión, pero logramos igual su aprobación porque aprovechamos la perplejidad y la idiotez del Estado frente a nuestra propuesta, discutimos palmo a palmo hasta lograr una ley escrita. Casi casi en su totalidad en nuestros términos.

Dijiste que esa ley es una novedad que si hubiera sucedido en Buenos Aires, Santiago de Chile o Ámsterdam habría ocupado los diarios de todo el mundo…

Digo que hubiera sido una noticia de primera plana si hubiera sido en cualquiera de esas sociedades primero por lo que representa Bolivia: es el culo, no del mundo sino de Sudamérica, o sea que es el culo del culo. Una especie de no lugar del mapa, por eso muchas de las cosas que hacemos que son realmente de una originalidad importante, quedan como en sombras, en el espacio local que a nosotras como feministas nos mezquina a su vez los escenarios de debate. No sólo esta ley sino el conjunto de prácticas que nosotras desarrollamos alrededor del universo de la prostitución, no responden a una posición neutra y resultan ser una propuesta absolutamente diferente. En ese sentido, creo que se podría además implementar a cualquier escala, en cualquier otra ciudad del mundo.

Recibieron amenazas de las mafias de la zona de El Alto en La Paz cuando quisieron llevar allí, ¿verdad?

Cuando logramos la aprobación de esta ley a finales del año pasado, saltamos de alegría y pensamos con optimismo que podría llegar a todos los gobiernos municipales del país porque es una ley que tiene jurisdicción en el territorio y hoy la prostitución es una cuestión urbana, o peri urbana en otros casos. Entonces al primer municipio donde la quisimos lanzar fue en El Alto, donde las mafias proxenetas son muy fuertes. La quisimos lanzar empezando con nuestra campaña de denuncia a esas mafias de las que tenemos muchísimo conocimiento. Cuando fui con otras compañeras a hacer la denuncia fuimos a la policía y no querían tomárnosla. Nos amenazaron de muerte por los teléfonos y tuvimos que exigir que la policía nos saque de la comisaría que estaba rodeada de gente que nos quería atacar. Salimos con escoltas y nunca pudimos concretar nuestras denuncias. Las mafias proxenetas asociadas con la policía, impidiendo que nosotras extendamos esta ley para locales autogestionarios, cooperativas de prostitución entre iguales, sin dueños, sin patrones, sin proxenetas.