Dimite Primer Ministro italiano y peligra deseo del fascista Savini de nuevas elecciones

El Movimiento 5 Estrellas y el Partido Demócrata se pueden poner de acuerdo para evitar unas elecciones inmediatas en las que el ultra Matteo Salvini parte con ventaja en las encuestas.



La dimisión de Conte pone en peligro el deseo de Salvini de un proceso electoral inmediato

El Movimiento 5 Estrellas y el Partido Demócrata se pueden poner de acuerdo para evitar unas elecciones inmediatas en las que el ultra Matteo Salvini parte con ventaja en las encuestas.

Pablo Elorduy
El Salto
2019-08-20 18:25

Duro como puede serlo un catedrático de derecho, en un discurso de apenas una hora, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha presentado su dimisión y acusado al hasta ahora su socio de Gobierno, Matteo Salvini, de deslealtad, ha insinuado que sus vínculos con Rusia son materia delicada para la acción de Gobierno y le ha criticado por su mal cristianismo. “No necesitamos personas y hombres con plenos poderes, sino que tengan cultura institucional y sentido de la responsabilidad”, ha dicho Conte, que con este discurso ha puesto fin —momentáneamente— a la crisis institucional que vive Italia y comenzado un movimiento de contraataque con el que su partido, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) pretende evitar el ascenso vertiginoso de la ultraderechista Lega de Salvini.

El Parlamento discutía hoy las consecuencias de la moción de censura planteada por Salvini y frenada por la mayoría de la cámara. Un plan, más que explícito desde las elecciones de mayo en las que la Lega fue la fuerza más votada en todo el continente, que pasaba por desmantelar el pacto con sus socios de Cinco Estrellas para auparse como primer ministro en unas elecciones tras las que Salvini aspiraba a alcanzar el 40% —porcentaje que permite formar gobierno— con el apoyo de los fascistas Hermanos de Italia y, si fuera necesario, con Forza Italia, el partido del exprimer ministro Silvio Berlusconi.

Con el paso dado hoy por Conte, la táctica de Salvini puede sufrir un revés. Y es que un tercer partido entra en escena. El Partido Demócrata de Matteo Renzi, gran derrotado de las elecciones de 2018, aparece como tabla de salvación para el M5S, en un posible acuerdo que aún está verde, pero que puede alterar la apoteosis de Salvini hacia la jefatura de Gobierno. “Salvini intentó la moción de censura y le salió mal. No esperaba la alianza entre M5S y el Partido Demócrata”, explica a El Salto el periodista italiano Giusseppe Botazzi.

Y es que la seña de identidad de los cinco estelle, y el punto de encuentro con la Lega, ha sido la crítica al exprimer ministro Renzi, a través de campañas en redes sociales, coqueteando con las fake news y poniendo en marcha ejércitos de bots para difundir memes en contra del Partido Demócrata.

Renzi, “un hombre de los bancos”, en la retórica de los partidos hasta ahora socios de Gobierno, es la clave para un hipotético pacto entre Cinco Estrellas y el PD. La figura del exprimer ministro es polémica también entre sus propias filas. El PD es un partido híbrido, formado por rescoldos de la Democracia Cristiana y el viejo Partido Comunista Italiano. La camisa blanca de Renzi —que ha sido comparado con Emmanuel Macron— puede ser el precio a cobrar por Cinco Estrellas. Sin Renzi el pacto parece mucho más sencillo, pero su caída haría peligrar aún más el fino equilibrio que mantiene con vida al Partido Demócrata.

Entre las filas de los Cinco Estrellas tampoco se concita la unanimidad de la que disfruta Salvini en su partido. Roberto Fico, presidente de la cámara de diputados, representa al ala izquierda del M5S, que se vanagloria de haber puesto en marcha la renta de ciudadanía que ha lanzado el gobierno en coalición con la Liga. Luigi di Maio, ministro de Desarrollo Económico, es el alma liberal. Y el humorista Beppe Grillo, fundador del movimiento, es quien tiene la última palabra. Grillo ha sido especialmente crítico estos días con Salvini y, como recuerda Botazzi, su impulso a lo que posteriormente fue el Movimiento 5 Estrellas fue intentar presentarse a las primarias del Partido Demócrata. Diez años después del nacimiento del movimiento, los vaivenes políticos pueden devolver a los estelle a la búsqueda de un acuerdo con el centro-izquierda.

De momento, en lo inmediato, la dimisión de Conte sitúa en el despacho del presidente de la República, Sergio Mattarella, una buena cantidad de competencias y la decisión de convocar rondas de consultas para zanjar la crisis de Gobierno. Si se produce el acuerdo entre los hasta ahora irreconciliables M5S y PD, los dos partidos pueden estirar su pacto hasta el año 2022, cuando el Gobierno debe proponer al nuevo presidente de la República. La situación económica del país —y la posibilidad de que el presupuesto, que se debe aprobar en otoño, incluya más recortes— puede desincentivar un acuerdo y precipitar la convocatoria de elecciones. La tercera posibilidad, si se encuentran los cinco estrellas y el PD, es la conformación de un llamado “Gobierno institucional” con vigencia de un año.

Mientras, la Lega —que podría intentar alcanzar una mayoría de Gobierno con los 265 diputados que atesora la Coalición que encabeza— aspira a que Mattarella ordene la disolución de las cortes y que unos próximos comicios supongan la victoria clara de Salvini y la apertura de un ciclo dominado por la extrema derecha.
Hegemonía racista

La crisis, anunciada y perseguida por Salvini, ha estallado cuando los sondeos sitúan a la Lega como fuerza más votada y cuando la espectacularización de la retórica anti-migratoria de Salvini se ha convertido en el argumento principal de la política italiana. “Salvini hizo un intento tímido de plantear la cuestión monetaria y el pacto fiscal, pero claramente sus aliados de clase dentro y fuera de Italia dejaron claro que por ahí no”, recuerda a El Salto el militante de la Fundación de los Comunes, Raúl Sánchez Cedillo.

El polémico líder de ultraderecha tampoco está apoyado por los sectores tradicionales del Estado italiano: sus vínculos con Rusia y la supuesta financiación por parte del Kremlin mantienen en alerta a sectores del Ejército y los servicios secretos, además de a la burocracia estatal y sectores de la Iglesia católica, especialmente de parte de una base vinculada históricamente a la solidaridad. Sin embargo, ese cuestionamiento es utilizado por Salvini en su retórica de “hombre del pueblo” enfrentado con los poderes.

Con una izquierda —a la izquierda de los demócratas— irrelevante en términos partidistas y dos partidos como M5S y PD en crisis de identidad y de proyecto político, la dimisión de Conte abre un compás de espera para la apertura de una serie de pactos de palacio que puedan frenar lo que hace unas semanas parecía inevitable. La apuesta neofascista de Salvini, explícita en su llamamiento a la creación de Gobierno con “plenos poderes” ha sufrido hoy una derrota menor, pero no se vislumbra ninguna alternativa que desmonte esa retórica y plantee un discurso de ruptura con la hegemonía del discurso racista y ultra del líder de la Lega.