El reparto de los cargos de gobierno en Italia entre la antipolítica y la socialdemocracia

El reparto de ministros entre PD y M5S es paritario, pero la cartera de Economía recaerá en el eurodiputado socialdemócrata Roberto Gualtieri.



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El reparto de ministros entre PD y M5S es paritario, pero la cartera de Economía recaerá en el eurodiputado socialdemócrata Roberto Gualtieri

El País
Roma 4 SEP 2019 - 23:06 CEST

El primer ministro en funciones de Italia, Giuseppe Conte, presentó ayer el equipo de ministros que formarán su segundo Gobierno. El nuevo Ejecutivo, a diferencia del surgido de las negociaciones hace 14 meses con la Liga, contiene varios guiños a la Unión Europea y ha sido aceptado sin ningún problema por el jefe del Estado. El Movimiento 5 Estrellas (M5S) y el PD se reparten de forma casi simétrica los ministerios (9 para los socialdemócratas y 10 para los grillinos). El nuevo Consejo de Ministros y el propio Conte jurarán hoy el cargo y luego se someterán a la votación de las Cámaras.
gobierno de italia
El primer ministro, Giuseppe Conte, a su llegada al Palacio del Quirinal. Gregorio Borgia AP

Los Gobiernos cambian y permanece el espíritu democristiano. El manual Cencelli, por Massimiliano Cencelli, el político de la Democracia Cristiana que inventó la fórmula para el reparto de poder entre las distintas corrientes internas de los partidos (un ministro equivale a dos secretarios de Estado, señalaba), sigue siendo útil en la denominada Tercera República. Los dos nuevos socios de gobierno se han asignado las carteras de forma equilibrada (por la influencia política y el peso electoral que tienen) y de manera casi paritaria (10 para M5S y 9 para el PD). En las últimas elecciones los grillinos lograron un 33% de los votos y 235 diputados, frente al 18,7% del PD y sus 107 diputados. Pero la tónica general, más allá de la simetría que impone el cambio de tornas tras las elecciones europeas, ha sido la de intentar satisfacer al presidente de la República, crucial en este proceso, y calmar los ánimos en Europa y en los mercados (la prima de riesgo, de hecho, bajó hasta un mínimo de 149 puntos).

Economía, Roberto Gualtieri (PD). Al frente del delicadísimo Ministerio de Economía estará Roberto Gualtieri, actual presidente de la Comisión para Asuntos Económicos del Parlamento Europeo. Historiador y eurodiputado del PD desde 2009, es un hombre apreciado en Bruselas con un perfil marcadamente político —no es economista— que puede ayudar a reconstruir los puentes entre Italia y Europa. La negociación para la nueva ley de presupuestos en octubre será la primera prueba.
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Interior, Luciana Lamorgese (independiente). La cartera ostentada hasta ahora por Matteo Salvini era una incógnita para entender el carácter que tendrá el nuevo Gobierno y las tensiones que pueden generarse con la UE. La nueva titular será Luciana Lamorgese, delegada del Gobierno en Milán hasta el pasado octubre. Fue también jefa de Gabinete de los predecesores de Salvini: Marco Minniti (PD) y Angelino Alfano (Alternativa Popolare). Apreciada por los cuerpos policiales y con una larga experiencia en la fontanería de Interior, tendrá que descoser parte de la nueva normativa aprobada por Salvini contra las ONG que rescatan a migrantes en el mar, pero manteniendo un perfil duro que contenga las críticas de la ultraderecha y contente a ambos electorados.

Exteriores, Luigi Di Maio (M5S). Una de las figuras que más incomodidad generaban en el nuevo organigrama era la del jefe político del Movimiento 5 Estrellas, Luigi di Maio. Ministro de Desarrollo Económico y Trabajo y vice primer ministro en el anterior Ejecutivo, será ahora titular de Exteriores. Hasta el último momento, según fuentes de la negociación, se resistió a aceptarlo. Su inexperiencia en foros internacionales y episodios como su reciente euroescepticismo o la desastrosa aproximación a los chalecos amarillos franceses, plantea dudas sobre su idoneidad.

Justicia, Alfonso Bonafede (M5S). El Ministerio de Justicia seguirá estando dirigido por el miembro del M5S Alfonso Bonafede. Militante grillino desde el primer minuto, fue quien introdujo al actual primer ministro, Giuseppe Conte, en los círculos del Cinco Estrellas. La reforma de la justicia que se propuso llevar a cabo en el anterior Ejecutivo no se produjo y Bonafede pasó sin especial brillo por el Ministerio, pero su gran sintonía con Di Maio y el peso que tiene en el partido le han ayudado a conservar la cartera. Repite también el ministro de Medioambiente, Sergio Costa, exgeneral de los carabinieri altamente apreciado por su lucha contra la contaminación en la región de Campania provocada por los residuos tóxicos vertidos por la camorra.

Trabajo, Nunzia Catalfo (M5S). El Ministerio de Trabajo, en manos hasta ahora de Di Maio y encargado de gestionar la renta ciudadana, la propuesta estrella del M5S en el anterior mandato, seguirá en manos de un miembro este partido. En esta ocasión, de Nunzia Catalfo. Sucederá lo mismo con el área de Desarrollo Económico, que mantienen los grillinos y dirigirá Stefano Patuanelli. Ambas carteras representan un motor electoral para el Movimiento 5 Estrellas en el sur de Italia.

Transportes, Paola de Micheli (PD). El secretario general del PD no ha querido entrar en el nuevo Ejecutivo. Pero Paola de Micheli, su mano derecha, será la titular de Infraestructuras y Transportes. Un área complicada ya que, además de una parte de la competencia sobre los puertos, deberá afrontar temas como la concesión de las autopistas (los grillinos pretenden revocársela a Atlantia, a quien acusan de la caída el año pasado del puente Morandi de Génova, en la que murieron 43 personas) y la línea de alta velocidad entre Turín y Lyon, caballo de batalla del M5S.

Sanidad, Roberto Speranza. (LeU). Libres e iguales, formación a la izquierda del PD que se escindió antes de las últimas elecciones, también ha tenido recompensa. Con apenas 15 diputados, logran un ministerio de peso que permite una gran exposición y gestiona unos 115.000 millones de euros. La tutela pública y atento cuidado de este servicio quedan completamente garantizada en manos de Roberto Speranza, símbolo de la corriente socialdemócrata más sensible a mantener esta área en manos del Estado.

Cultura y turismo, Dario Franceschini (PD). El último ministro de Cultura del Gobierno del PD vuelve a repetir en el cargo. Autor de una importante reforma del sector cultural público, será recibido con los brazos abiertos por el gremio. Pero Franceschini tiene también un marcado carácter político y ha sido uno los altos cargos del PD que siempre mantuvo la puerta abierta a una alianza con el M5S y ejerció de puente cuando la situación lo requería.
Conte diseña un Palacio Chigi a su medida

Giuseppe Conte ya no es el que era hace pocos meses. El primer ministro ha crecido enormemente en las últimas semanas y ha impuesto su voluntad de no contar con ningún vice primer ministro que controle sus movimientos en el Palacio Chigi, sede de la Presidencia del Consejo de Ministros. Su territorio ha quedado despejado y Conte asume todo el poder. Junto a él estarán solo su potente aparato de comunicación, liderado por Rocco Casalino (gran artífice del ascenso del primer ministro), y el nuevo subsecretario de Presidencia, Riccardo Fraccaro (nombrado también por los grillinos), y de 38 años.

La figura del subsecretario de presidencia, que hasta ahora ocupaba un miembro de la Liga, varía con cada Gobierno. En tiempos de Silvio Berlusconi, Gianni Letta asumió un enorme poder y se convirtió en el cerebro de toda la maquinaria política del Cavaliere. Pero su influencia bascula en función del estilo de cada primer ministro. Fraccaro, aparentemente, no tendrá el peso de muchos de sus predecesores, pero su nombramiento cierra el paso al despacho del primer ministro a los socialdemócratas y permite al Cinco Estrellas construir un búnker en el Palacio Chigi.

El Partido Democrático ha acaparado carteras importantes, probablemente más de las que le corresponderían atendiendo a su actual presencia parlamentaria. Fraccaro, un grillino cercano a Di Maio, es la contrapartida pagada. La única duda ahora, con un Cinco Estrellas algo dividido, es si el nuevo subsecretario ejercerá como aliado de Conte o como el contrapeso que exige el ala más cercana a Di Maio para que el primer ministro no acabe tomando también el mando del partido.