El PKK, el partido que está transformando a toda una región
Elena Jiménez
https://elordenmundial.com/pkk-partido-transformando-una-region/
8 septiembre, 2019
La llamada cuestión kurda ha sido un foco de problemas en Oriente Próximo desde la disolución del Imperio otomano. En Turquía, el PKK ha sido el actor protagonista de esta lucha y sus reivindicaciones no afectan solo a la estabilidad interna del país, sino al sistema de alianzas de toda la región. Mitad partido político y mitad guerrilla, el PKK ha sufrido una evolución ideológica y táctica clave para entender su historia.
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Los kurdos son hoy considerados el mayor grupo étnico del mundo sin un Estado propio. Se estima que hay en torno a unos 40 millones repartidos entre Irán, Irak, Siria y Turquía, así como entre países europeos —especialmente Alemania—, EE. UU. y otros de Oriente Próximo como Libia. La discriminación y las duras condiciones de vida a las que han sido sometidos en sus países de origen les han llevado a protagonizar una larga historia de revoluciones y conflictos armados.
En Turquía —país que alberga la mayor cantidad de kurdos—, la guerra entre el Estado y parte de la comunidad kurda —organizada bajo el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK por sus siglas en kurdo)— lleva activa 35 años y ha causado 40.000 muertos y cientos de miles de desplazados. No obstante, las consecuencias más relevantes de este conflicto no recaen solo en Turquía, sino que se extienden a lo largo de sus fronteras y se han convertido en un factor transversal de su política exterior.
Hoy, los kurdos turcos han dejado de reivindicar un Estado propio y el nombre del PKK se ha diluido entre las múltiples siglas que operan en Siria, Irán e Irak para conseguir un modelo social en el que la etnicidad kurda deje de ser incompatible con los derechos humanos. Pero para comprender cómo se ha llegado hasta aquí y por qué los kurdos pueden cambiar el equilibrio de poder en Oriente Próximo se pretende analizar cuál ha sido el origen y evolución del Partido de los Trabajadores Kurdos y cómo sus ideas han traspasado las fronteras de la República de Turquía.
Para ampliar: “Definiendo el Kurdistán”, Gemma Roquet en El Orden Mundial, 2017
La Turquía moderna, enemiga de los kurdos
Tras la Primera Guerra Mundial y la derrota de los otomanos, el Imperio se preparaba para disolverse. En un primer tratado firmado en Sèvres, Francia, en 1920, se preveía la creación de un Estado kurdo independiente en Anatolia Oriental: Kurdistán. Contra este acuerdo se levantaron los nacionalistas turcos liderados por Mustafá Kemal. En este contexto, el Tratado de Sèvres nunca fue ratificado y tres años más tarde, en 1923, fue sustituido por el Tratado de Lausana, con el que los kurdos fueron divididos entre los cuatro Estados antes mencionados —Turquía, Siria, Irak e Irán—. Turquía se convierte entonces en el país con mayor cantidad de kurdos, con aproximadamente 15 millones, lo que supone el 20% de su población.
Presencia de kurdos en Oriente Próximo, zonas que controlan en la actualidad, y propuestas de Kurdistán independiente según el Tratado de Sèvres y las reivindicaciones kurdas de 1919 y 1945.
En la Turquía de Kemal, laica y tremendamente intolerante con las minorías étnicas, no había cabida para la identidad kurda. En 1924 se prohíbe el uso de su lengua, lo que aviva el hasta entonces dormido nacionalismo kurdo y lo expande hacia las clases populares, ya que en un principio fue una lucha asociada a los intelectuales. Como consecuencia de ello, en los años 20 y 30 del siglo XX se dan diversas revueltas kurdas. Las más significativas fueron la del jeque Saïd (1925), la del monte Ararat (1927-1931), y la de Dersim (1936-1938). Todas ellas dieron lugar a una brutal respuesta del Gobierno turco, que aplicó durante esos años unas duras políticas represivas contra los kurdos. Las regiones orientales fueron militarizadas y se modificó su estructura demográfica forzando el desplazamiento de kurdos a otros lugares del país y repoblándolas con turcos. En la región de Dersim —la última en rebelarse— la política de la tierra quemada acabó con el movimiento nacionalista, que solo resurgiría a partir de los 70 de la mano de los kurdos iraquíes.
El PKK, nacimiento y evolución a través de la lucha contra el Estado
A pesar de que el independentismo estuvo relativamente dormido durante más de 20 años entre los kurdos turcos, no pasó lo mismo con los del resto de la región. En 1946, los kurdos iraníes fundaron la República de Mahabad gracias al apoyo soviético, aunque solo gozó de un año de independencia. En 1961, el Partido Demócrata del Kurdistán (PDK o KDP por sus siglas en inglés) se enfrenta al Estado iraquí en una guerra de guerrillas que dura hasta 1970 y que culmina con la consecución de una relativa autonomía para el norte de Irak de mayoría kurda. Estos pequeños logros, a pesar de la dura represión a la que estaba sometido el pueblo kurdo en Turquía, sirvieron de inspiración para la creación, en 1978, del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El PKK estuvo, desde el comienzo, liderado por Abdullah Öcalan y fundamentado en los principios del marxismo-leninismo. Su propósito era el de enfrentarse al Estado turco a través de la guerra de guerrillas para la construcción de un Kurdistán unificado, socialista e independiente, con lo cual no solo estaba dirigido a los kurdos turcos sino a los de toda la región. Tras el golpe de Estado de 1980 en Turquía, Öcalan y numerosos miembros del PKK se exilian al valle de Bekaa —tradicionalmente libanés pero entonces ocupado por Siria—, donde se entrenan con el visto bueno del Gobierno sirio y se preparan para iniciar la guerra contra el Estado turco.
La lucha armada contra el Estado comienza oficialmente en 1984, cuando el brazo armado del PKK ataca dos puestos de vigilancia en las provincias de Siirt y Hakkari, al sudeste de Turquía. En esos primeros años de constantes atentados, el PKK afianza su poder y engrosa sus filas, pero también se crean las Guardias Rurales o Guardias de Villas (GKK por sus siglas en turco), grupos paramilitares al servicio del Estado para la persecución de los simpatizantes del PKK. En los 90, la extrema violencia ejercida por Öcalan y los suyos —así como sus vinculaciones con el crimen organizado— empezó a generar la oposición de los civiles. Además, la acción del GKK y la caída de la URSS —que había sido un considerable apoyo para los kurdos— fue desviando la balanza hacia un posible triunfo del Estado turco.
Es de hecho en el 90 cuando la estrategia del partido cambia y este decide abandonar los ataques contra civiles para centrarse en el ataque contra los principales pilares del Estado. De este modo, sus objetivos empiezan a ser, sobre todo, personalidades influyentes del régimen turco. Asimismo, el movimiento comienza a trabajar para la construcción de un partido político. No obstante, el debilitamiento del PKK en la guerra contra el Estado es inevitable y en 1995 Öcalan se ve obligado a anunciar un alto al fuego, lo que terminó de confirmar la fragilidad de la guerrilla.
La guerra de guerrillas entre el Estado turco y el PKK se prolonga ya durante más de 30 años.
Durante la guerra contra el Estado turco, el apoyo internacional fue de vital importancia para la supervivencia del PKK. Siria, como ya se ha mencionado, fue el primero en ofrecer asilo a su líder y a sus militantes. ¿El motivo? Probablemente la eterna disputa abierta con Turquía por el territorio de Hatay y la distribución de las aguas de los ríos Tigris y Éufrates. No obstante, a partir de 1992 empiezan los acercamientos entre Turquía y Siria para poner fin a la presencia del PKK en el valle de Bekaa. En 1998, el Acuerdo de Adana confirmó la alianza turco-siria en la lucha contra el terrorismo y a Öcalan no le quedó más remedio que salir del país. El líder del PKK buscaría refugio en Rusia, Grecia e Italia, hasta llegar a Kenia, donde fue detenido en febrero de 1999. Desde entonces, Abdullah Öcalan ha permanecido detenido y condenado a cadena perpetua en una prisión de alta seguridad en la pequeña isla turca de İmralı, situada en el mar de Mármara y relativamente cercana a Estambul.
El viraje ideológico del PKK: del marxismo al confederalismo democrático
Ya desde el alto al fuego de 1995, el PKK se enfrascó en un proceso de revisionismo y autocrítica donde no solo se cuestionaba sus métodos, sino sus propias bases ideológicas, hasta entonces apoyadas en el marxismo ortodoxo. La detención de Öcalan fue, lejos del fin del partido, el principio de una nueva etapa. La primera respuesta fue la movilización masiva del pueblo kurdo dentro y fuera de Turquía, lo que permitió una internacionalización sin precedentes de la causa kurda. De hecho, en un primer momento, Öcalan fue condenado a muerte, pero las presiones de la Unión Europea para que Turquía eliminara la pena de muerte como parte del proceso de adhesión llevó a que esta fuera conmutada por la cadena perpetua.
Durante sus primeros años en prisión, Öcalan se centró en la redacción de varios textos cuyo objetivo principal era dejar por escrito las nuevas líneas ideológicas del partido, que ya se venía intuyendo desde 1995 y que se sumarían a sus tesis sobre la libertad de las mujeres. En primer lugar, Öcalan renuncia a la creación de un Estado kurdo y lo elimina de los objetivos del PKK y, por otro lado, propone la línea del confederalismo democrático o “democracia radical” como forma de organización social de los kurdos de Turquía y del resto de la región. De este modo, el cometido del PKK ya no era enfrentarse al Estado para la consecución de la independencia, sino lograr la paz y una cierta autonomía que le permitiera a los kurdos de Turquía, Irak, Irán y Siria tejer redes de cooperación y de organización horizontal.
A la izquierda, la primera bandera del PKK, de 1978. A la derecha, una de las últimas, de 2002. La comparación de ambas evidencia el viraje ideológico del partido, que deja atrás los símbolos marxistas. Fuente: Wikimedia
Aunque la nueva línea ideológica provocó escisiones del partido, fue bien acogida por buena parte de los seguidores de Öcalan, que en 1999 crearon el Congreso Nacional del Kurdistán (CNK), que se localizaría primero en Ámsterdam y luego en Bruselas, y al que serían invitadas las organizaciones kurdas de toda la región. De 1999 en adelante, el PKK trabajaría en un acercamiento con el Gobierno turco por lograr la paz y movería sus bases al Qandil, en Irak, donde trabajaría mano a mano con los kurdos iraquíes y sirios en la construcción de un pequeño paraíso kurdo.
Para ampliar: “Visitando Qandil: el santuario del PKK”, Antonio Ponce en El Orden Mundial, 2015
El PKK, persiguiendo la paz
La captura de Öcalan trajo consigo una considerable disminución de la violencia, resultado de sucesivos ceses al fuego que fueron respetados por ambas partes. El cambio de táctica fue tan visible como el de ideología y la acción política fue ganando cada vez más peso en detrimento de la lucha armada. El BDP (Partido Democrático y por la Paz) y el HDP (Partido Democrático de los Pueblos) se convertirían en los principales defensores de los reclamos kurdos en el Parlamento turco, ya que el PKK, al ser considerado una organización terrorista, no podía optar a representación parlamentaria. El BDP, hoy extinto, conseguiría en 2011 treinta escaños; el HDP, considerado su sucesor, entraría en 2015 en el Parlamento.
La llegada al poder de Erdoğan en 2002 y la intensificación de las negociaciones para entrar en la UE también favorecieron la pacificación del país. Sin embargo, no fue hasta enero de 2013 cuando se hizo público el inicio de las conversaciones entre el Gobierno de Erdoğan y el PKK para lograr la paz en Turquía, lo que se conocería como el proceso de İmralı, en referencia a la isla en la que se sitúa la prisión de Öcalan. Aunque a principio de ese año al proceso le sobrevoló un clima de optimismo basado en el apoyo del propio Öcalan y en algunos avances del Gobierno para despenalizar el uso de la lengua kurda, lo cierto es que la mayoría de los reclamos del pueblo kurdo fueron desoídos, puesto que para el partido de Erdoğan —Justicia y Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco)— la cuestión kurda era demasiado controvertida y podía minar el mantenimiento de la amplia mayoría de la que gozaba en el parlamento.
El devenir de la guerra de Siria, en la que el régimen turco y el pueblo kurdo tienen un rol fundamental, repercutió muy negativamente en el proceso de pacificación interna, sobre todo a partir de 2014, cuando el PKK acusó a Ankara de favorecer a Dáesh al cerrar sus fronteras frente al asedio de Kobane —ciudad al norte de Siria considerada uno de los principales símbolos de la resistencia kurda frente al Dáesh—, lo que impedía el paso de las milicias kurdas para luchar contra el Dáesh. No era nada nuevo que Turquía se negara a prestar su apoyo a la lucha kurda en Siria, a pesar de estar teóricamente “en el mismo bando”, consciente de que si los kurdos sirios triunfaban en su proyecto de autogestión política, esos reclamos corrían el riesgo de traspasar la frontera turca.
El Kurdistán está en una zona de influencias disputadas entre Turquía e Irán, pero también Irak y Siria; los cuatro países tienen en sus fronteras una numerosa población kurda.
Con la liberación de Kobane por parte de las milicias kurdas y el espíritu pacifista alentado por Öcalan, el 2015 comienza con un optimismo que en nada se parece al clima de tensiones con el que finaliza. La guerra de Siria y las elecciones de julio terminan de enturbiar el panorama turco: el HDP consigue entrar en el Parlamento y acaba con la mayoría absoluta del AKP, con lo que Erdoğan empieza a sospechar que el apaciguamiento del PKK no está jugando a su favor en las urnas. El 21 de julio hay un atentado contra un centro kurdo en Suruç que el Gobierno trata de atribuir al Dáesh. El 25, el PKK declara el fin del alto al fuego y el 26 comete su primer atentado desde 2013. La guerra vuelve a estar activa en el interior de Turquía y no iba a dejar indiferente al resto de la región.
El sueño de Öcalan, ¿una realidad fuera de Turquía?
Si por algo se ha caracterizado la guerra turco-kurda desde 2015 es por haberse librado más intensamente fuera de las fronteras de Turquía que dentro. El enemigo ya no solo es el PKK ni el resto de los kurdos que habitan en Turquía, sino también los que, alrededor de la región y muy especialmente en Siria, están aprovechando el vacío de poder de la guerra para poner en marcha el ideal de comunidad horizontal, interétnica y feminista que promulgaba el confederalismo democrático de Öcalan.
El perfecto ejemplo es la revolución de Rojava, un proceso por el cual los kurdos sirios —con el apoyo de otros kurdos de la región y minorías étnicas de la zona— implementaron en el norte del territorio sirio un sistema político autónomo, basado en la democracia directa, la política asamblearia y la activa participación de las mujeres. Si bien esta revolución da comienzo en 2012, llega a su punto álgido a partir de 2014, cuando EE. UU. empieza a considerar a las Unidades de Protección Popular (YPG) y a su facción femenina (YPJ) como el mejor aliado en la lucha contra el Dáesh. En octubre de 2015 EE.UU. impulsa la creación de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en las que las facciones kurdas pasan a tener un enorme protagonismo y con las que la atención mediática sobre Rojava crece incansablemente. Hoy, la lucha de los kurdos en la guerra de Siria es conocida internacionalmente y su modelo sociopolítico es considerado un referente para la izquierda mundial.
Para ampliar: “Rojava, la revolución anarquista de Oriente Próximo”, Daniel Roselló en El Orden Mundial, 2019
La clásica alianza turco-estadounidense no ha impedido que el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, haya manifestado en varias ocasiones su desaprobación hacia el apoyo estadounidense de la causa kurda. Para Erdoğan, el YPG es una extensión del PKK y no lo quiere campando a sus anchas tan cerca de sus fronteras, consciente de que Rojava puede convertirse en un segundo valle de Bekaa y ser un campo de entrenamiento de los —aún considerados— terroristas del PKK. De ahí que Turquía haya puesto en peligro tantas veces su alianza con EE. UU., especialmente con el bombardeo de Afrín en 2018 y la operación turco-iraní contra el PKK en marzo de 2019.
Hoy cabe preguntarse si la evolución táctica e ideológica del PKK ha sido una estrategia para conseguir la paz o si en realidad era solo una forma de ganar legitimidad y avanzar así en la guerra. De lo que no hay ninguna duda es de que el lavado de imagen de una organización que ya no se presenta como un grupo terrorista, sino como un movimiento social internacionalizado, ha puesto al régimen turco en el punto de mira de la izquierda más progresista y se ha ganado las simpatías de otros movimientos sociales transnacionales como el feminista.
El movimiento kurdo ha sabido ganarse el respeto de los Estados de Oriente Próximo y se ha convertido en un actor imposible de ignorar, hasta el punto de que se ha demostrado capaz de cambiar por completo el equilibrio de fuerzas existentes hasta el momento. Rojava no es otra cosa que la puesta en práctica de lo escrito por Öcalan desde la prisión de İmralı, y su triunfo no solo está minando el liderazgo de Erdoğan dentro de su propio país, como se pudo demostrar en las últimas elecciones municipales en marzo de 2019, sino que está modificando su clásica posición proeuropeísta y proatlántica hacia la búsqueda de apoyos en Teherán y Moscú, lo que terminaría de transformar por completo el mapa de alianzas en Oriente Próximo.
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Definiendo el Kurdistán
Gemma Roquet
@gemmaroquetr
https://elordenmundial.com/definiendo-el-kurdistan/
Con las caídas de imperios y los procesos de descolonización se crearon fronteras sin tener en cuenta las características de sus habitantes ni del territorio. En consecuencia, en Oriente Próximo hay países artificialmente constituidos y antiguas naciones sin Estado, lo que provoca conflictos armados de forma casi permanente. El indefinido Kurdistán es un ejemplo de ello, una nación dividida en cinco Estados: Irak, Turquía, Irán, Siria y Armenia.
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Los historiadores afirman que el Kurdistán existe desde el año 612 a. C.. Durante las invasiones arabomusulmanas, los kurdos acabaron convirtiéndose al islam sin perder su propia identidad, a pesar de estar divididos en distintos principados. El Imperio otomano y el persa se disputaron estos territorios, pero los kurdos acabaron alineándose con los primeros por razones religiosas y a cambio de cierta autonomía, la cual empezó a cuestionarse a principios del siglo XIX. En 1920 y después de la Primera Guerra Mundial, el Kurdistán debía convertirse mediante el tratado de Sevrest —que trazaría las nuevas fronteras en Oriente Próximo— en un Estado. Después de la caída del Imperio otomano, esta era la recompensa al pueblo kurdo por su apoyo a las potencias aliadas durante la guerra. Este tratado nunca se ratificó y en 1923 fue sustituido por el tratado de Lausana, el cual omitía el compromiso de la creación de un Estado llamado Kurdistán, lo que beneficiaba a los antiguos aliados del Reino Unido y Francia. Con este acuerdo, los kurdos fueron divididos entre Turquía, Irak, Irán, Siria y Armenia.
Las fronteras históricas del Kurdistán y la distribución de los kurdos en la región.
Actualmente, los kurdos representan la minoría más numerosa sin un Estado propio, con quince millones de personas en Turquía, ocho millones en Irán, cinco en Irak, un millón en Siria y medio millón entre Armenia y Azerbaiyán, aunque hoy en día sería cuestionable la existencia de una identidad compartida debido a las fronteras que los dividen. Su división en fronteras que no tienen en cuenta las identidades, las persecuciones y la falta de reconocimiento o autonomía en la mayoría de países explican las discrepancias y conflictos que se han prolongado hasta la fecha en un territorio con importantes reservas de recursos naturales y que actualmente está inmerso en una guerra transfronteriza contra Dáesh, grupo que tiene la voluntad de crear un califato que ocuparía, entre otros territorios, gran parte del antiguo Kurdistán.
Este no es un artículo con previsiones ni soluciones. Consiste en un análisis de la situación kurda, los motivos que podrían explicar los acontecimientos que hace casi un siglo determinaron la división del antiguo y poco reconocido Kurdistán y el planteamiento de dos alternativas —el conflicto armado en Turquía o la atribución de autonomía en Irak— para afrontar las demandas de autodeterminación de un pueblo que ha estado perseguido durante años y que a su vez ha respondido con violencia.
La geopolítica lo explica todo
Al comparar las fronteras propuestas por la delegación kurda en la Conferencia de Paz de París de 1919 y en la conferencia de las Naciones Unidas de San Francisco de 1945 con la división prometida por las potencias aliadas en el tratado de Sevres de 1920, llama la atención la reducida extensión de esta última. En 2017 está reconocido parte de su territorio en Irak e Irán, pero representa una parte muy pequeña del territorio habitado por los kurdos y queda muy lejos de la frontera propuesta en 1919. ¿Hay alguna explicación detrás del retroceso en la concesión de autonomía para los kurdos de 1923?
Como de costumbre, el motivo es la geopolítica. En primer lugar, el territorio ocupado por los kurdos es rico en petróleo. En beneficio de sus amistades, Reino Unido quiso otorgarle parte del territorio a Irak, mientras que Francia hizo lo mismo con Siria. A pesar de la división, en Turquía y en Siria los kurdos siguen viviendo en el territorio de donde se extrae la práctica totalidad del petróleo nacional, mientras que en Irán representa el 20%. En el Kurdistán iraquí, con el 74% de las extracciones totales del país, es donde el petróleo genera más disputas. La voluntad del Gobierno iraquí era controlar las exportaciones y repartir sus beneficios entre todas las regiones del país, pero la región autónoma del Kurdistán, que vio en este reparto un perjuicio en los beneficios que podrían obtener, optó por iniciar la exportación directa de petróleo con la construcción de un oleoducto que conduce el crudo hacia el puerto turco de Ceiján y continúa hacia Europa. Esto muestra la diferencia en las relaciones del Gobierno turco con los kurdos dentro de sus fronteras y con los kurdos iraquíes. Las consecuencias de ignorar las órdenes de Bagdad podrían haber sido graves si el Gobierno iraquí no dependiera de las fuerzas armadas kurdas —peshmergas— para contener el avance de Dáesh, ya que esta situación incrementa el temor a las demandas de independencia de la región kurda. Así, el petróleo fue uno de los motivos para evitar la creación de un Estado que podría haber controlado este recurso y hoy sigue determinando las relaciones de poder entre el pueblo kurdo y los países en los que se divide.
Por otro lado, el antiguo Kurdistán se extiende por las cuencas de los ríos Éufrates y Tigris, fuentes altamente preciadas en países donde la escasez de agua es un riesgo. En este caso, hay que fijarse principalmente en la población kurda que habita en Anatolia (Turquía). En esta región de nueve provincias se están desplegando las infraestructuras del Proyecto para el Sureste de Anatolia (GAP por sus siglas en turco). Este es un programa para conseguir el pleno desarrollo económico y social de las provincias del sureste del país mediante el aprovechamiento del potencial hídrico de los ríos Éufrates y Tigris, lo que facilitará el riego, la generación de energía hidroeléctrica y el control de sequías e inundaciones. Si tenemos en cuenta que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK por sus siglas en kurdo) y el pueblo kurdo en general tienen demandas de autodeterminación en Turquía y que justamente son la etnia predominante en el territorio donde el programa GAP debe desarrollarse, el conflicto está servido.
Aun así, las disputas no solo son internas, sino que los países de las cuencas bajas de los dos ríos —Siria e Irak— consideran la construcción de presas en Turquía como una amenaza a su suministro de agua y un claro perjuicio en el control de este recurso. Dáesh y otros grupos terroristas han amenazado con bombardear las infraestructuras después de ver bajar el cabal de los ríos en Siria o Irak. Por lo tanto, el agua y su control se convierten en el segundo motivo que podría explicar la decisión de dividir el Kurdistán mediante el tratado de Lausana de 1923, que hoy en día sigue siendo una de las causas de los conflictos entre el Gobierno turco y el PKK y con los Gobiernos de Irak y Siria.
Para ampliar: “GAP: un gran plan para el desarrollo sostenible”, Aysegul Kibaroglu, 2006
Teniendo en cuenta lo expuesto, se puede afirmar que, durante los años 20, el Kurdistán era un territorio con recursos naturales preciados y las potencias aliadas siguieron la estrategia del “Divide y vencerás” para evitar el control absoluto del petróleo y el agua por parte de los kurdos, en beneficio de sus aliados en Oriente Próximo. De todas formas, en el presente tiene poco sentido hablar de la propuesta fronteriza hecha por la delegación kurda en 1919, ya que la división que se impuso en 1923 es hoy una separación de facto, que se percibe en la ausencia de demandas colectivas, las cuales se han transformado en peticiones particulares para los cuatro países donde habitan los kurdos, relacionadas en muchos casos con la gestión de recursos naturales, además de reivindicaciones de carácter político y de identidad.
La autonomía como recompensa en Irak
En 1961 Mustafá Barzani, líder del Partido Democrático Kurdo (PDK), protagonizó una rebelión que duró cinco años, hasta que los kurdos consiguieron constituir una región autónoma. Este acuerdo con el Gobierno iraquí se rompió en 1975, lo que desencadenaría una guerra de más de 15 años. En 1988, cuando las guerrillas kurdas se aliaron con Irán en la guerra irano-iraquí, el ejército estatal persiguió y asesinó a miles de kurdos. El posicionamiento con Estados Unidos en la lucha contra la invasión iraquí de Kuwait en 1991 cambió el curso del pueblo kurdo en el país, pero la rivalidad entre el PDK y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) no cesó. Los primeros contaban con la complicidad del régimen de Sadam Huseín y de Estados Unidos, mientras que el UPK recibió el apoyo de Irán durante la guerra civil iraquí, que se prolongó hasta el año 1997, cuando los líderes kurdos superaron sus diferencias. En 2003, la invasión estadounidense de Irak, que tenía por objetivo derrocar el régimen de Huseín que habían apoyado años atrás, dio paso a la creación de un Gobierno de unidad que respetó las exigencias de Estados Unidos y permitió la creación de una región autónoma para los kurdos con competencias lingüísticas, de enseñanza y de medios de comunicación.
La región autónoma del Kurdistán en Irak, con 6,5 millones de habitantes, es un ejemplo de progreso económico que se consiguió mediante las complicidades con potencias occidentales. Así pues, desde Bagdad no hubo alternativa a la cesión de poderes y, aunque durante los primeros años hubo intentos de retroceso, después del apoyo que están proporcionando los kurdos en la recuperación del territorio ocupado por Dáesh, no debería haber marcha atrás en la concesión de la autonomía. Es más, es posible que, como sucedió después de la guerra del Golfo, las potencias occidentales presionen para dar más poder a los kurdos, los cuales podrían ser unos aliados incondicionales poseedores de reservas petroleras. De hecho, en 2014 Francia cedió armas sofisticadas al ejército kurdo para combatir al autonombrado Estado Islámico o Daésh, lo que demostraba la legitimidad de la región autónoma a nivel internacional. Asimismo, la capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí se está desarrollando económicamente a un ritmo mucho más rápido que el resto de país, pero también lo hacen las desigualdades y la dependencia alimentaria exterior. Erbil se ha convertido en una ciudad de inversiones extranjeras que hay que proteger.
La voluntad de controlar las reservas petrolíferas de la región ha unido la UPK y el PDK, pero también hizo aumentar las discrepancias con Bagdad, que no quería ceder más control kurdo en las exportaciones. Recientemente, las relaciones entre Erbil y Bagdad han mejorado debido al apoyo fundamental que están proporcionando los peshmergas en la ‘reconquista’ de Mosul. Por todo ello, el Kurdistán iraquí podría convertirse en un feudo protegido por las potencias occidentales para garantizar la seguridad de las inversiones y la exportación de petróleo.
Para ampliar: “Poised to profit”, Vicken Cheterian en Le Monde diplomatique, 2013
Heridas abiertas en Turquía
A principios de los años 20, Atatürk, líder de la independencia turca, necesitaba el apoyo de las potencias occidentales y se comprometió a conceder autonomía a los kurdos. Cuando llegó al poder, no cumplió su promesa: prohibió su lengua, les negó su representación política e incluso negó su existencia. Este posicionamiento se ha mantenido hasta la actualidad. Esta vulneración de derechos hizo que el movimiento de liberación kurdo se fortaleciera con el PKK, fundado en 1978 por Abdalá Ocalan. En 1984, el PKK inició en la región de Anatolia, con 10.000 guerrilleros y más de 50.000 militantes activos, una guerra abierta contra el Gobierno turco por la independencia del Kurdistán. El conflicto armado supuso un total de 40.000 muertos y 3.000 pueblos kurdos destruidos hasta el año 1999, cuando Ocalan fue arrestado y los militantes del PKK depusieron las armas. En 2002 parte del PKK anunció el abandono de los ideales marxistas-leninistas con su transformación en el Congreso para la Libertad y la Democracia en Kurdistán —conocido como Kadek— y manifestó su voluntad de dejar atrás la lucha armada. Estos cambios facilitaron su legalización y la autorización por parte del Gobierno turco de la enseñanza de la lengua kurda y su uso en los medios de comunicación, además del levantamiento del estado de excepción impuesto en las provincias del sudeste.
La tregua duró tan solo dos años y en 2004 resurgió la guerrilla del PKK, que anunció un alto al fuego en 2006. Este no se respetó y los ataques continuaron hasta 2013, con la propuesta de una nueva tregua y la fundación del Partido Democrático de los Pueblos (HDP por sus siglas en turco). Aun así, las milicias kurdas siguen llevando a cabo algunos ataques en su reivindicación de mayores cesiones de poder, lo que dificulta el diálogo. Por otro lado, Erdoğan está utilizando estrategias políticas —sobre todo en el marco del referéndum para la reforma constitucional— para que disminuya el apoyo civil al PKK. Además, hay fuentes que afirman que el Gobierno de Ankara ha ignorado la creciente presencia de grupos terroristas islámicos como Dáesh o el Frente al Nusra porque luchan contra los kurdos en las fronteras cercanas a Turquía de Siria e Irak. Asimismo, el PKK se sigue identificando como grupo terrorista por la Unión Europea y los Estados Unidos, lo que significa que no puede recibir ayuda militar occidental. Así pues, en Turquía la violencia es una herramienta de presión para las guerrillas kurdas y también una forma de contención para el Gobierno turco, que está tomando medidas cuestionables y que obviamente no dan respuesta a las demandas de los más de 20 millones de kurdos que viven en su territorio.
Para ampliar: “La cuestión kurda”, Olga Miró
Avance del Partido de la Justicia y el Desarrollo (en amarillo) de Erdoğan en Turquía entre 2002 y 2011. Los demócratas (malva) ceden terreno al Partido por la Independencia de Turquía (azul), y los republicanos (rojo) quedan prácticamente relegados a las provincias del Egeo. Fuente: İstekler (Wikimedia)
La autonomía para cerrar las heridas
Con los años, la identidad compartida de los kurdos se ha ido diferenciando en cada país donde habitan. Las demandas políticas y estrategias para reivindicarlas no son las mismas en Irán que en Turquía. Observando el territorio antiguamente ocupado por el pueblo kurdo, se hace evidente que la estrategia de las potencias occidentales después de la caída del Imperio otomano fue dividir la región para tener un mayor control de los recursos. Posteriormente, la violencia fue el medio para conseguir los propios fines por parte de cada actor implicado. Además, las promesas de los Gobiernos estatales de cesión de autonomía y poder para los kurdos no comenzaron a ser una realidad hasta hace poco más de una década. ¿Es la autonomía la solución a la violencia?
Parece que en la región autónoma kurda de Irak esta estrategia está teniendo buenos resultados económicos, pero no ha sido un logro de la población iraquí y de la minoría kurda, sino que ha sido resultado de la presión de Estados Unidos. Mientras el país norteamericano tenga intereses económicos en la región, buscará mantener buenas relaciones con los kurdos y seguirá cediendo armamento a los peshmergas. Pero ¿qué sucederá cuando no necesiten a los kurdos como aliados? De hecho, no existe un apoyo a la cuestión kurda por parte de los estadounidenses, porque en Turquía el PKK sigue siendo considerado un grupo terrorista y nunca ha habido un posicionamiento claro con el pueblo kurdo, como en el caso iraquí. Así, el ejemplo de éxito económico y estabilidad en el Kurdistán iraquí está totalmente condicionado a sus relaciones con las potencias occidentales. La autonomía podría ser una forma de contentar las demandas del pueblo kurdo en Turquía, pero tiene que existir un contexto pacificador y de diálogo para que este sea sostenible e independiente de cualquier actor externo.
Gemma Roquet
Barcelona, 1992. Graduada en Ciencias Políticas por la UB y Máster en Relaciones internacionales, Seguridad y Desarrollo por la UAB. Interesada en conflictos internacionales, principalmente en la región de Asia.
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LA CUESTIÓN KURDA
Olga Miró
Curs Conflictes i Convergències (UB)
http://www.solidaritat.ub.edu/observatori/esp/dossiers/kurdistan/kurdistan.htm
El conflicto: La cuestión Kurda
Cronología
Actores
Recursos
Datos del país
1. El conflicto: La cuestión Kurda.
Los Kurdos constituyen la minoría étnica más numerosa sin Estado propio pese a ser el tercer pueblo más importante en número de Asia Occidental tras los árabes y los turcos. Descendientes de los medas, de lengua indoeuropea, su sociedad es fuertemente tribal. Pese a haber sido islamizados bajo la dominación árabe, mantienen fuertes tradiciones vinculadas a la religión mazdaísta de sus orígenes.
Los kurdos, una rama indoeuropea expulsada de Asia Central hace 4.000 años, ocupan los 500.000 kilómetros cuadrados que forman el Kurdistán desde las montañas Tauro de Anatolia oriental, en Turquía, a las montañas Zagros del oeste iraní y el norte de Irak. El subsuelo de esta zona montañosa, aislada e inhóspita, contiene una de las más grandes reservas petroleras del Próximo Oriente.
A pesar de ser considerados grandes guerreros ( kurdo en persa significa “héroe”), en muy pocas ocasiones han tenido autonomía política. Tras la primera Guerra Mundial, donde casi un millón de kurdos murieron asesinados o de hambre, el territorio kurdo se reparte entre Turquía (22 millones), Irán (10 millones), Irak (6,5 millones), Siria (2 millones) y Armenia (1 millón).
1.2 Origen y evolución del conflicto:
-1915: En plena guerra mundial el Imperio Otomano decide el genocidio en masa y la anihilación de los pueblos asirios y armenios que conviven en el Kurdistán con el pueblo kurdo. Millones de armenios y asirios fueron asesinados con la colaboración kurda y muchos otros fueron deportados.
-1920: Tratado de Sevrest: Al final de la primera Guerra Mundial, tras la caída del Imperio Otomano, este tratado trazó las nuevas fronteras del Próximo Oriente. Incluía la independencia del Kurdistán como recompensa al apoyo que los guerrilleros kurdos dieron a las potencias aliadas durante la guerra. Aún así, el Tratado nunca se ratificó y fue sustituido por el de Lausana.
-1923: Tratado de Lausana: omitió por varios intereses, entre los cuales se encontraban los petroleros, la promesa hecha al pueblo kurdo. Los 500.000 km2 de un territorio que históricamente pertenecía a los kurdos fueron repartidos entre Turquía, Irak, Irán, Siria y la antigua república soviética de Armenia.
-Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, los kurdos reclaman sus derechos, pero la reciente creada Organización de Naciones Unidas se limita a confirmar que había recibido su memorándum.
a) Kurdistán iraquí:
En el Kurdistán iraquí, por encima de la zona de exclusión aérea establecida en 1991 tras la Guerra del Golfo, viven 6,5 millones de kurdos en un régimen autónomo que escapaba al gobierno de Bagdad. Massud Barzani, líder del Partido Democrático Kurdo ( PDK ), controlaba el noreste de la región – las provincias de Dahok y Erbil – y Jalal Talabani, dirigente de la Unión Patriótica del Kurdistán ( UPK ), controlaba el sudeste - Suleimaniya -.
En 1961 Mustafá Barzan protagonizó la mayor revuelta kurda en el país, que duró hasta el 1970, cuando los kurdos consiguieron el dominio de una región autónoma merced al acuerdo conseguido con el gobierno de Bagdad, pacto que Irak rompió el 1975, hecho que desencadenó una guerra que duró hasta 1991.
En 1988, después de que las guerrillas kurdas se aliaran a Irán en la guerra iranoiraquiana, miles de kurdos murieron ( algunos por armas químicas) y centenares de poblados fueron destruidos por las tropas iraquíes, en la denominada Campaña Anfal.
Tras la Guerra del Golfo, con la derrota de las tropas iraquíes por una coalición internacional, varias facciones kurdas al norte de Irak se levantaron contra Bagdad. El presidente Saddam Hussein sofocó la revuelta y, como consecuencia, miles de kurdos huyeron hacia Turquía, Irán y las zonas montañosas del norte de Irak. Un año después, en 1992, las facciones kurdas, pese a su rivalidad y enfrentamiento, constituyeron un gobierno encabezado por Abraham Saleh que se encargó de la gestión administrativa de la zona.
Aún así, las diferencias políticas entre los dos principales partidos, el PDK y el UPK, se transformaron en enfrentamiento en 1994 y el conflicto se regionalizó con el envío de tropas por parte de los vecinos de Irán y Turquía. La enemistad de las dos facciones llegó a su punto máximo cuando el líder del PDK, Masus Barzani, pidió ayuda a Hussein para vencer a su rival, hecho que amenazó el statu quo al norte de la línea de exclusión trazada por los aliados.
La crisis kurda tuvo respuesta de los Estados Unidos que promovieron una tregua que dio sus frutos en 1998, pero que no se hizo efectiva hasta el octubre de 2002 cuando los kurdos iraquíes se reconciliaron y reunieron su Parlamento, cosa que no pasaba desde el 1996.
Durante la intervención angloamericana contra Irak en 2003, los kurdos se alinearon con la coalición para derribar el régimen de Bagdad. Con el apoyo de bombardeos, los “peshmergues” – milicianos kurdos- conquistaron enclaves como Mosul o Kirkuk, ante una Turquía con miedo a que el establecimiento de un Estado independiente en el Kurdistán iraquí sirviera para alimentar los deseos independentistas de los Kurdos turcos.
b) Kurdistán turco:
Cuando Mustafá Kemal Ataturk, líder de la independencia turca, luchaba por obtener el apoyo de las potencias occidentales, prometió conceder a los kurdos un amplio grado de autonomía. Pero cuando accedió al poder prohibió su lengua, les negó la entrada al Parlamento e incluso llegó a negar su existencia histórica. Esta postura la han mantenido los posteriores gobiernos turcos.
Los kurdos que viven en Turquía lideraron en los años 30 la rebelión contra el Tratado de Lausana. En 1937, el levantamiento conocido como la “Guerra de Dersim”, se saldó con más de 40.000 muertes.
Dominados durante medio siglo por la fuerte represión estatal, el movimiento de liberación recuperó el protagonismo con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), ilegal, de ideología marxista leninista, fundado en 1978 por Abdulá Ocalan, su máximo dirigente.
En 1984, el PKK (10.000 guerrilleros más 50.000 militantes activos) desencadenó la guerra abierta contra el gobierno turco al sudeste de Anatolia, de mayoría kurda, por la independencia del Kurdistán. Hubieron más de 35.000 muertes en los dos bandos y Ankara fue obligada a una movilización permanente de 200.000 soldados más 70.000 campesinos armados por el ejército, con un coste anual de unos 10.000 millones de dólares.
Los militantes del PKK depusieron las armas en 1999 al ser arrestado Ocalan, que cumple en una prisión turca una cadena perpetua que inicialmente fue de muerte y que se modificó merced a los cambios requeridos a Turquía para poder entrar en la Unión Europea.
En 2002, el PKK anunció el fin de sus actividades y la transformación en el Congreso para la Libertad y la Democracia en el Kurdistán (KADEK).
En septiembre de 2002, una reforma de la Constitución turca autorizó la enseñanza en lengua kurda y su uso en los medios de comunicación. El Estado de excepción impuesto en las provincias del sudeste se levantó a finales del mismo año.
c) Kurdistán iraní:
El Kurdistán iraní, con 10 millones de habitantes, fue Estado Kurdo independiente entre 1945 y 1946. La República Independiente Kurda, proclamada en Mahabad (Irán), sólo duró un año. El Cha de Persia interrumpió la experiencia de acuerdo con los gobiernos turco e iraquí. Los gobiernos sucesivos han mantenido la misma línea.
Durante la guerra irano-iraquí, que estalló en 1980, las tropas de Saddam Hussein penetraron hasta ochenta kilómetros dentro del Kurdistán iraní. Atacaron las ciudades de Piranxahr, Sardaixt y Qasr-e Xirin, y centenares de civiles fueron víctimas de los bombardeos. Miles de personas tuvieron que huir.
En 1991, Irán firmó un acuerdo con las Naciones Unidas para favorecer el regreso de los refugiados, pero las autoridades islámicas todavía no lo han aplicado. Debilitado por ocho años de guerra contra Irak, el gobierno iraní aceptó una nueva tanda de negociaciones con los autonomistas kurdos en 1988. Un año después, el régimen de Teherán optó por eliminar a los líderes del PDKI, como a su figura histórica, A.R.Ghassemlu, y al secretario general, Sadeg Sharafkandi.
Consciente del peso electoral de una de las minorías nacionales más importantes de Irán, el reformista Mohammed Khatami prometió en 1997 que favorecería el pluralismo político, las inversiones públicas en una región tradicionalmente marginada por Teherán y el reconocimiento de ciertos derechos de la población kurda, pero sólo lo haría en una de las tres provincias habitadas mayoritariamente por los kurdos, el Kordestán, pero no en Azerbaiyán occidental ni en Kermanxah. La actual definición de la identidad iraní basada en la aceptación de los dogmas chiítas y la sumisión al Guía Supremo de la Revolución, refuerza la singularidad kurda porque la mayoría de los kurdos son sunitas. Con respecto a los derechos culturales, los diferentes regímenes iraquíes han reprimido la lengua kurda. Hoy día, el kurdo es tolerado como lengua oral.
2. Cronología:
1984, 15 de agosto: El PKK, fundado en 1978, inicia la lucha armada.
1985: Turquía instaura el “sistema de milicias populares” que consiste en armar a los campesinos y ofrecerles dos millones de libras por cada guerrillero kurdo.
1987, 19 de julio: el gobierno turco levanta la ley marcial impuesta en 1978 a cuatro provincias de Anatolia oriental y proclama el estado de emergencia.
1988, marzo: Irán e Irak utilizan armas químicas contra la población kurda iraquí en Halabja. Mueren más de 4.000 personas y centenares de pueblos son destruidos. Es lo que se denomina Ofensiva Anfal.
1990, 10 de marzo: Saddam Hussein concede una amnistía general para los kurdos que están fuera del país.
1990, 28 de agosto: el Comité del Kurdistán, ante la subcomisión de Derechos Humanos de la ONU, acusa a Turquía de aprovechar la crisis del Golfo para deportar centenares de kurdos y arrasar los poblados en los que viven.
1991, 30 de enero: el ejecutivo turco de Turgut Ozal anula la prohibición de hablar kurdo en público, impuesta en 1980, en un primer intento de entablar amistad con los kurdos de cara a la guerra con Irak. Continúa siendo ilegal escribirlo o enseñarlo en las escuelas.
1991, marzo: levantamiento popular contra el régimen de Saddam Hussein, alentado por los Estados Unidos. Consecuencias: una fuerte represión y el éxodo en masa hacia Turquía e lrán.
1991, 8 de abril: La Comunidad Europea apoya la idea británica de crear un enclave seguro al norte de Irak para proteger y asistir a los miles de refugiados kurdos que huyen de la represión iraquí..
1991, 5 de diciembre: según el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unos 700.000 kurdos son desplazados al norte de Irak debido a las operaciones militares.
1992, enero: unos 900.000 kurdos se encuentran en situación de extrema necesidad debido al bloqueo económico impuesto desde el mes de octubre por el presidente Hussein.
1992, 17 de mayo: el líder del Partido Patriótico Democrático del Kurdistán (PPDK), Yalal Talabani, y el del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), Masud Barzani, acuerdan la formación de un gobierno autónomo, con sede en la ciudad de Erbil.
1992, octubre: el ejército turco inicia una gran ofensiva contra los rebeldes, que causó al menos 2.000 muertes y destruyó las principales bases en el norte de Irak, en una zona fuera del control de Bagdad. Un mes después, Ankara anunció que la guerrilla estaba prácticamente desmantelada.
1993, 17 de marzo: el PKK proclama unilateralmente una tregua para tratar de abrir un diálogo con el gobierno. Ankara exige la rendición incondicional. Tres meses después, la guerrilla rompe el alto al fuego y anuncia la “guerra total” contra Turquía, en particular contra el turismo.
1993, 24 de junio: militantes kurdos desencadenan una oleada de ataques contra intereses turcos en Europa: Alemania, Francia, Suiza, Dinamarca y Suecia- con el asalto a embajadas y consulados y la toma de rehenes.
1994, 27 de febrero: según documentos secretos iraquíes encontrados tras la guerra del Golfo y analizados por un grupo norteamericano pro derechos humanos, Irak utilizó repetidamente armas químicas en su campaña de genocidio contra la minoría kurda en 1987 y 1988.
1994, marzo: más de 6.000 kurdos protagonizan violentos enfrentamientos con la policía durante manifestaciones celebradas en distintas ciudades alemanas.
1994, junio: en los dos últimos meses, más de 12.000 kurdos huyen al norte de Irak por escapar del ejército turco.
1994, noviembre: Ankara rechaza la oferta de alto el fuego y de mediación internacional del PKK para poner fin al conflicto.
1995, 19 de marzo: Turquía lanza en el norte de Irak la mayor operación militar desde la invasión de Chipre en 1974, para acabar con la guerrilla kurda: más de 40.000 soldados turcos participan en la ofensiva que duró más de un mes y llegó hasta la frontera con Siria. La incursión militar, que causó miles de muertes, fue duramente criticada por los aliados occidentales.
1995, 15 de diciembre: El líder del PKK, Abdalá Ocalan, decreta un alto el fuego incondicional, después de un año de intenso acoso gubernamental. La tregua estará vigente hasta que Ankara defina su posición política sobre el problema kurdo.
1996, 19 de mayo: Ocalan afirma que ya no es partidario de crear un Estado kurdo soberano y, a cambio, propone un sistema federal a Turquía.
1996, 12 de julio: importante gesto del primer gobierno de mayoría musulmana en la historia moderna de Turquía, en apoyar el regreso de los refugiados kurdos ( unos tres millones) a sus poblados, en las conflictivas provincias sur-orientales.
1996, 12 de septiembre: el gobierno iraní informa que unos 39.000 refugiados kurdos desplazados por la caída de la ciudad de Suleimaniya, cruzaron la frontera y están en Irán.
1996, 26 de diciembre: según fuentes oficiales turcas, más de 3.500 personas murieron este año en enfrentamientos entre kurdos y fuerzas de seguridad turcas.
1997, 17 de enero: la Unión Patriótica del Kurdistán rompe relaciones con los kurdos turcos del PKK.
1997, 14 de mayo: el ejército turco emprende una ofensiva a gran escala en el norte de Irak para destruir las bases del PKK: mueren más de 2.500 kurdos y un centenar de soldados en la operación, que duró más de un mes.
1997, 6 de agosto: miles de efectivos del ejército de Turquía lanzan una nueva ofensiva contra los rebeldes kurdos turcos en el norte de Irak.
1997, 13 de agosto: Turquía decide abolir para finales de año el estado de excepción que instauró hace una década en las provincias del sudeste del país, de población mayoritariamente kurda.
1997, 26 de diciembre: la aviación turca, en un nuevo intento de arrinconar a los rebeldes kurdos, bombardea sus rutas de fuga en el norte de Irak.
1998, 28 de agosto: el PKK proclama un alto el fuego unilateral por un período no determinado a partir del 1 de septiembre y, por primera vez en su historia, reconoce la integridad y la soberanía de Turquía. El gobierno del conservador Mesut Yilmaz no hizo caso de la tregua y continuó la ofensiva contra los kurdos.
1998, 18 de septiembre: los dos principales grupos kurdos de Irak ponen fin a años de rivalidad armada y se comprometen a crear un gobierno común. Los líderes del Partido Democrático Kurdo, Masud Barzani, y el de la Unión Patriótica del Kurdistán, Jalal Talibani, establecerán una autoridad provisional común en el norte de Irak, sin dudar de la integridad territorial iraquí.
1998, 10 de noviembre: Estados Unidos, Reino Unido y Turquía emiten una declaración conjunta en la que se descarta cualquier cambio de la frontera iraquí y la creación de un estado independiente kurdo al norte de Irak, en apoyo a la unidad e integridad territorial iraquí.
1998, 12 de noviembre: el líder kurdo Abdala Ocalan es detenido en Roma. Ankara exige su extradición, pero Italia se niega a concederla.
1999, 16 de enero: Ocalan abandona Roma al denegarle el gobierno italiano la solicitud de asilo.
1999, 16 de febrero: agentes turcos capturan Ocalan en Kenya, donde estaba refugiado en la embajada griega, y lo trasladan a Turquía. Exiliados kurdos ocupan decenas de sedes diplomáticas griegas y de otros países de Europa.
1999, 31 de mayo: empieza en la isla prisión de Imrali (oeste turco) el juicio contra Ocalan, acusado de traición y separatismo, cargos por los cuales el 29 de junio fue condenado a muerte. El líder kurdo instó al fin de la lucha armada y pidió perdón a los familiares de los muertos en la guerra del PKK contra el Estado.
1999, 29 de junio: organismos europeos, gobiernos, partidos políticos y defensores de los derechos humanos, rechazan la sentencia a muerte dictada contra Ocalan y subrayan que esta pena es incompatible con los fundamentos básicos de la UE.
1999, 3 de agosto: Ocalan pide al PKK que retire a sus fuerzas de Turquía sin condiciones. Dos días después, la dirección de la guerrilla notificó su decisión de deponer las armas y retirarse de territorio turco el 1 de septiembre.
2000, 12 de enero: Ankara suspende los trámites para la ejecución de Ocalan.
2000, 12 de julio: grupos kurdos turcos e iraquíes vuelven a enfrentarse en el norte de Irak. Mueren decenas de personas.
2000, 15 de diciembre: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acepta a trámite denuncias presentadas por Ocalan contra Turquía.
2001, 19 de febrero: el desembarco de más de 900 indocumentados kurdos en la Costa Azul francesa pasa a manos de la justicia, que abre una investigación para tratar de identificar a los responsables de este tráfico de inmigrantes.
2001, 16 de julio: el presidente iraquí, Saddam Hussein, anuncia su intención de dialogar con los dirigentes kurdos que dominan el norte del país.
2001 , 1 de noviembre: el presunto responsable por Europa del PKK es detenido por la policía alemana bajo la acusación de pertenencia a banda criminal.
2002, 28 de enero: tropas turcas se despliegan una vez más en territorio iraquí, en la zona bajo control del Gobierno Regional Kurdo. En ocasiones anteriores Turquía había justificado estas incursiones alegando que perseguía rebeldes del PKK, pero las autoridades regionales afirman que en este momento, aun cuando conocen la existencia de grupos del PKK escondidos en las montañas del Kurdistán de Irak, no se registran enfrentamientos con ellos.
2002, 16 abril: el PKK anuncia que “pone fin a sus actividades” y su transformación en el Congreso para la Libertad y la Democracia en el Kurdistán (KADEK).
2002, 4 de octubre: los kurdos iraquíes se reconcilian y reúnen su Parlamento por primera vez desde el 1996
2003, 20 de marzo: el Parlamento turco aprueba la solicitud del gobierno del primer ministro Tayeb Erdogan para ceder el uso del espacio aéreo a los aviones norteamericanos y británicos para atacar Irak. Las razones aducidas por Erdogan es que si Turquía no se involucra en la guerra contra Irak puede salir perjudicada en sus intereses nacionales.
2003, febrero: la oposición al régimen de Saddam Hussein se reúne en el Kurdistán autónomo para sentar las bases de un Estado democrático y federal cuando caiga el régimen. Barzani y Talibani tienen asegurado un sitio en el comité nacional de líderes formado como embrión de un gobierno de transición de unidad nacional.
2003, 21 de marzo: el frente kurdo aprovecha los bombardeos norteamericanos para avanzar hacia Mossul, la segunda ciudad más poblada del norte de Irak.
2003, 3 de abril: milicianos kurdos y paracaidistas avanzan hacia Mossul, con un fuerte apoyo aéreo.
2003, 10 de abril: las milicias kurdas ocupan sin resistencia la ciudad de Kirkuk, importante enclave petrolero del norte de Irak, cosa que desagrada al gobierno turco.
2003, 11 de abril: los aliados kurdos y norteamericanos toman Mossul sin encontrar resistencia del V cuerpo del ejército iraquí. Turquía, preocupada ante el avance kurdo, envía observadores militares.
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3. Actores:
a) En el Kurdistán irakí,
- Partido Democrático del Kurdistán (PDK). De centro izquierda, con sede en Erbil, domina la región noreste. Liderado por Masud Barzani. Entre 1994 y 1998 mantuvo una lucha contra el UPK por ganar el control del Kurdistán iraquí. Finalmente llegaron a un acuerdo para compartir el poder. Es más moderado y autonomista que el UPK, y más democrático en su estructura. Defiende un sistema autonómico dentro de la estructura federal del Estado iraquí.
- Unión Patriótica del Kurdistán (UPK). Organización escindida del PDK, situada a su izquierda, con dominio del sudeste. Su sede está en Erbil y su líder es Jalal Talabani. Defiende el derecho a la autodeterminación para los kurdos, pero también propugna un estado federal. Su espíritu laico atrae tanto a los representantes de minorías religiosas como a jóvenes de clase baja. Mantiene buenas relaciones con las organizaciones de izquierda europeas.
b) En el Kurdistán turco,
- Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Su líder, Abdala Ocalan, está encarcelado por dirigir la lucha armada contra la represión turca. Renunció a la lucha armada en 1999, tras 15 años, y en abril de 2002 se convirtió en el Congreso por la Libertad y la Democracia del Kurdistán (KADEK), que ha abandonado el combate armado para la independencia. En mayo del año pasado, la Unión Europea incluyó el PKK en la lista europea de grupos terroristas, en la cual no consta el KADEK.
- Partido Democrático Popular (DEHAP). Es el principal partido legal de los kurdos en Turquía. Sus objetivos políticos son los derechos de los kurdos, pero dentro del Estado turco. Tiene un plan económico liberal, con acento en la intervención pública en salud y enseñanza y apoyo social en la reconstrucción de pueblos y de ayuda a los represaliados. En las elecciones de noviembre de 2002, DEHAP consiguió un 6,2% de los votos en toda Turquía, y no entró en el Parlamento, pero en Diyarbakir, la capital del Kurdistán turco, logró un 56% y porcentajes muy altos en la región.
- Partido de la Democracia del Pueblo, (HADEP). Era el predecesor del DEHAP. Ésta es una organización legal, democrática y progresista que defendía un Estado federal compuesto por turcos y kurdos y que buscaba una salida negociada al enfrentamiento entre el PKK y el ejército, pero que fue ilegalizada.
- El Parlamento del Kurdistán en el exilio fue organizado por el PKK, y se proclamó en abril de 1995 en La Haya como única manera de representar al pueblo kurdo de Turquía. Es elegido democráticamente en el exilio por los partidos políticos y las diferentes comunidades. Tiene miembros originarios de las cuatro partes del Kurdistán, pero la inmensa mayoría procede del Kurdistán turco.
c) En el Kurdistán iraní:
- Partido Democrático del Kurdistán de Irán (PDKI). Es el principal partido kurdo que propugna la modificación de la constitución iraní para configurar un estado federal con una separación clara entre el poder religioso y el aparato del estado. Se le puede considerar un partido democrático y progresista. Son partidarios de la negociación con Teherán, pese a que actualmente operan casi en la clandestinidad.
- También hay otros grupos, como Komala (Comité), de tendencia marxista, y la Organización Nacional.
d) A nivel internacional:
Tras el Tratado de Sevres no ha habido ninguna iniciativa internacional para encontrar una solución global a la cuestión kurda. Sólo algunas resoluciones de la ONU, de la Unión Europea y del Parlamento Europeo, que piden a los diferentes países que respeten los derechos humanos en la zona.
En los últimos años, la Guerra del Golfo de 1991 y el ataque de los EE.UU. a Irak en 2003, han despertado la simpatía internacional hacia su situación. En 1991, por la resolución 688 del Consejo de Seguridad de la ONU se creó una zona de seguridad y exclusión aérea al norte del paralelo 36. Desde aquel momento, el norte de Irak se convirtió en el único intento actual de autonomía kurda. Pero ningún país de la región, país occidental ni organismo internacional, no ha reconocido el gobierno kurdo de Irak. En el caso de Turquía, un país aliado de la OTAN y candidato a la incorporación en la Unión Europea, clave para detener el avance del islamismo, es a la vez el principal opositor a la creación de un estado kurdo en el norte de Irak.
El principal interés de los líderes kurdos, tanto iraquíes como todo el Kurdistán, es conseguir el apoyo internacional y el reconocimiento de un problema político, más allá de la cuestión humanitaria.
En Internet hay muchas iniciativas sobre el respeto con los derechos humanos en el Kurdistán y solidarias con el pueblo kurdo.
- Naciones Unidas:
- Oficina del Programa Petróleo por Alimentos
Información sobre el programa, documentos de las resoluciones de Naciones Unidas que afectan a Irak – y por lo tanto la región kurda del norte – y link con el centro de prensa de Naciones Unidas, con las informaciones más actualizadas sobre la situación humanitaria en Irak y el Kurdistán iraquí.
- Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos
-Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Link con la página Emergencia en Irak.
Otros:
- Human Rights Watch
Organización de denuncia de violaciones de los derechos humanos. Información actualizada sobre Irak y el Kurdistán iraquí y las repercusiones de los ataques norteamericanos del 2003.
- Kurdish Human Rights Watch
Ofrece servicios a los refugiados e inmigrantes en los Estados Unidos y a las comunidades del norte de Irak.
- Kurdish Human Rights Project
Organización solidaria con el pueblo kurdo, con base en la Gran Bretaña, que funciona desde 1992. Su web contiene información en inglés, kurdo y turco. Proporcionan asistencia individual para llevar alegaciones de violación de los derechos humanos contra el gobierno turco en la Convención Europea de Derechos Humanos.
-International Friends of Kurdistán
Es una organización que trabaja por mejorar la situación de los kurdos en el Kurdistán y en el exilio y por difundir la cuestión kurda. Información detallada sobre las diversas regiones del Kurdistán y sobre el activismo de las mujeres kurdas.
- Amnistía Internacional
Información sobre las torturas a mujeres kurdas en Turquía.
- Kurdistan Children´s Found
Funciona desde 1991, coincidiendo con la guerra del Golfo, como organización caritativa. Trabaja por captar fondos para los niños kurdos y mejorar su situación familiar o en orfelinatos.
- Comité Internacional de la Cruz Roja
Información sobre la situación humanitaria en Irak, totalmente actualizada.
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4. Recursos:
- Vilaweb. Dossier especial con explicaciones básicas y links con webs kurdas. (catalán)
- Centro de Investigación por Paz. Dossier titulado “Kurdistán, historia de un nacionalismo imposible”, de Esperanza Belmonte de Rueda y Manuel Martorell, 1996. Muy utilizado como fuente en otras webs. (castellano)
- Rebelión.Org. Artículo “Kurdistán, la tierra negada”, de Daniel Matías Daverio. Marzo 2003. (castellano)
- Centre d’informació i recerca sobre el poble kurd (CIRK)
Página web en la que podemos encontrar todas las informaciones relativas al CIRK, además de comunicados de prensa relativos a acontecimientos políticos ocurridos en el Kurdistán, documentación vía internet (informes anuales sobre la situación de los kurdos, artículos sobre diversos aspectos de la sociedad kurda, archivo de los comunicados de prensa), etc.
- Kurdish Worldwide Resources. Dispone de información sobre el pueblo kurdo, con especial atención a aspectos geográficos, textos legales, políticos, etc. Dispone de links internacionales sobre muchos aspectos: infancia, idioma, universidades, partidos políticos, de todo el espectro no sólo kurdos, en Irán, Irak y Turquía, etc. (inglés)
- Biblioteca kurda. Funciona en Estocolmo desde 1996, con el apoyo del gobierno sueco. Se pueden encontrar libros, artículos y noticias sobre los kurdos. Muy actualizada, hay mucha documentación sobre la guerra contra Irak de 2003. (inglés)
-Instituto Kurdo de París. Web en francés, en kurdo y en inglés. Creado en 1983, el Instituto es un organismo cultural independiente, no político y laico, que agrupa a los intelectuales y artistas kurdos y especialistas occidentales en el mundo kurdo. Fomenta el conocimiento de la lengua, la historia y la cultura kurda y la integración de los inmigrantes kurdos llegados a Europa.
- Medios de comunicación en internet:
- Kurdistan National Network. En inglés y curdo.
- Kurdistan Observer. Noticias y artículos en inglés.
- KurdishMedia. Noticias y artículos en inglés.
5. Datos del país:
- Estudio sobre la historia del conflicto con datos económicos, políticos, geográficos y sociales del mismo. (castellano).
-Kurdnet: Lista muy completa de enlaces kurdos en Internet: política, arte, música, historia… Posibilidad de escuchar y grabar música kurda. ( inglés).
- Información política sobre el Kurdistán. ( inglés).