Nuevos horizontes
Raúl Prada Alcoreza
25 septiembre, 2019
Se trata de volver a los despliegues y repliegues en lo que respecta a la reflexión y a la exposición de la reflexión, por eso mismo, en lo que respecta a la escritura, es decir, la narración, la construcción de la narrativa, que también podemos nombrar la construcción del sentido. Pues bien, se trata de volver a la evaluación de lo hecho, así como también de avanzar, desplazarse hacia nuevos horizontes, dejando los anteriores logrados. Ya hicimos antes durante las respectivas evaluaciones, incluso críticas y autocríticas, que conllevaron sus propios desplazamientos y rupturas. Nos remitimos a los ensayos donde se exponen las mismas[1]. Ahora lo que importa es intentar nuevos desplazamientos y quizás hasta rupturas epistemológicas, aunque no solo. Para comenzar sería bueno abrir senderos hacia nuevos horizontes. En esta perspectiva vamos a proponer por lo menos cuatro hipotéticos senderos, que recogen lo aprendido y buscan abrirse a otros agenciamientos y experiencias, que llamamos nuevos horizontes.
Senderos
Nadie puede cambiar el mundo, el mundo se cambia por si solo.
Lo más importante y sublime del ser humano es el acto heroico por cambiar el mundo e inventar mundos nuevos.
El ser humano está íntimamente ligado a los seres orgánicos del planeta, su porvenir depende del porvenir del conjunto de los seres orgánicos. Las sociedades humanas están íntimamente ligadas a las sociedades orgánicas del planeta, el porvenir de las sociedades humanas depende del porvenir del conjunto de las sociedades orgánicas. También el ser humano depende de los ciclos vitales integrados del planeta y de las complejas composiciones materiales y energéticas que hacen al planeta.
Por si solo el ser humano no puede salvar al planeta de la crisis ecológica, requiere de la participación del conjunto de los seres orgánicos, del conjunto de las sociedades orgánicas, del conjunto de los ciclos vitales y de las dinámicas materiales y energéticas planetarias.
Exposición
El primer sendero que abrimos supone la tesis de que nadie controla la complejidad, sinónimo de realidad, que comprende dinámicas complejas; por eso, las acciones que se realizan desatan efectos de masa que no se controla. En otras palabras, las intencionalidades, los proyectos inherentes, la voluntad en juego, no se realizan como se esperaba, pues en el mundo efectivo se conectan con múltiples fuerzas y dinámicas que se articulan, integran y se sincronizan, dando como resultado lo inesperado, o más bien, la resultante de la participación de todas las fuerzas y dinámicas de la complejidad, sinónimo de fuerzas y dinámicas de la realidad.
En lo que respecta al segundo sendero, el aporte primordial del ser humano es el acto heroico, la entrega romántica, el derroche, por medio del cual pretende cambiar el mundo. Esta es su incidencia y participación en las dinámicas de la complejidad; su aporte, en el complejo juego de las fuerzas y dinámicas planetarias. Pero, de aquí no se puede pretender que cambie el mundo tal como se quiere, tal como su proyecto lo sugiere. Lo que el ser humano quiere es la realización de su voluntad puesta en escena, su proyecto es el ideal que persigue, pero el mundo efectivo no se reduce a la representación que tiene el ideal; por lo tanto, es tan solo una herramienta manejada para lograr los objetivos que se propone. Los objetivos que se propone también son orientaciones en los tejidos espaciotemporales de la complejidad. El acto heroico es la entrega del ser humano a lo que desconoce, si se quiere, metafóricamente, su sacrificio.
En lo que respecta al tercer sendero, la perspectiva de la ecología compleja, los ciclos ecológicos del planeta suponen la articulación, integración y sincronización de las dinámicas de los ecosistemas. Los efectos de las sociedades modernas en los ecosistemas y en el planeta inducen a resincronizaciones planetarias[2]. Hay que leer el eufemismo del “cambio climático” como resincronización planetaria, debido a los efectos ocasionados por las sociedades humanas en lo que respecta a la contaminación, depredación y destrucción de los ecosistemas, no solo por lo que se ha venido en llamar, también eufemísticamente, “efecto invernadero”, relativo a la emisión de gases que ocasionan el calentamiento global, sino por la destrucción taxativa de los ecosistemas por el avance de la frontera agrícola, la frontera minera, la frontera hidrocarburífera. En consecuencia, el planeta Tierra, que es un ser vivo complejo, que contiene multiplicidades de formas de vida, que, a su vez, suponen multiplicidades de procesos singulares, composiciones y combinaciones singulares de singularidades asociadas, hasta en sus formas individualizadas de seres, se re-sincroniza, de acuerdo con las lógicas inherentes de las dinámicas complejas ecológicas.
Lo que haga el ser humano al respecto, forma parte de una de las múltiples incidencias en las dinámicas ecológicas. En este sentido aporta y participa, pero no depende de lo que haga lo que ocurra. Lo que ocurra depende del conjunto de incidencias de las complejidades dinámicas en el perfil integral planetario. De todas maneras, el mejor aporte que puede hacer el ser humano, como lo dijimos, es el acto heroico, el entregarse, dar todo de sí, para resolver la problemática de la crisis ecológica. Que no lo haga, es renunciar a su participación, optar por la voluntad de nada, por el camino nihilista de la desaparición.
En relación con el cuarto sendero, el enunciado lanza un mensaje: para resolver las problemáticas en las que se encuentra el ser humano, como enfrentando varias encrucijadas a la vez, tiene que reinsertarse a los ciclos vitales, dejar de creer en la tesis ecocida de la modernidad de que el deber del hombre es dominar la naturaleza. Esto implica abandonar el horizonte de la civilización moderna, que ya se ha agotado, que ya se ha clausurado, e incursionar en horizontes nuevos, abiertos por el acto heroico humano ante las tragedias y los dramas que conlleva la crisis ecológica. En este sentido, debe incursionar en la comunicación con el resto de los seres y las sociedades orgánicas con las que cohabita en el planeta. El porvenir del ser humano se encuentra en el campo de posibilidades de la reinserción de las sociedades humanas con los ciclos vitales planetarios, en lograr conformar y construir sociedades ecológicas.
Perspectiva
Hablando de la perspectiva que asumimos y desde la cual vislumbramos el porvenir, antes, tenemos que repasa las definiciones dadas de este término y concepto. Se dice que la perspectiva tiene que ver con la estilo de representar uno o varios objetos en una superficie plana, que da idea de la posición, volumen y situación que ocupan en el espacio con respecto al ojo del observador. También se dice que “la perspectiva supone la contemplación del mundo desde un solo punto de vista, desde un ojo único que abarca todo el panorama; el iluminador logra auténticos efectos de buena perspectiva en la representación de los pliegues y vestiduras de los personajes, además de una buena caracterización de los rostros. Se trata del arte o técnica de representar los objetos de esa manera, tal como aparecen a la vista. “Todos los tratadistas subrayan el hecho de que con la perspectiva se busca la producción de un espacio racional, infinito, constante y homogéneo; la perspectiva artificial responde a la búsqueda de una solución técnica para representar icónicamente los fenómenos de la tridimensionalidad del mundo natural”.
El término perspectiva, en latín, perspicere, para ver a través de, se utiliza en las artes gráficas para designar a una representación, generalmente sobre una superficie plana, de un motivo tal como es percibido por la vista, de forma que se pueda intuir su configuración tridimensional. Geométricamente, estas representaciones se obtienen a partir de la intersección de un plano con un conjunto de visuales, las líneas rectas que unen los puntos del objeto representado con el punto desde el que se observa, denominado el punto de vista. En este sentido, existen dos tipos fundamentales de perspectivas, en función de la posición relativa entre el modelo representado y el punto de vista:
Perspectiva cónica: También denominada perspectiva central, sus características más distintivas son que los objetos representados son más pequeños a medida que aumenta su distancia al observador; la convergencia en un punto de fuga de la representación de las líneas paralelas del modelo. Las visuales forman un haz cónico, con su vértice en el punto de vista. Las fotografías producen este tipo de perspectivas, mediante un elemento fotosensible, que recoge la imagen proyectada desde el foco de una lente, al igual que los ojos de los animales superiores, en los que se forma una imagen sobre la superficie de la retina, proyectada desde el foco del cristalino.
Perspectiva axométrica: es un tipo de proyección en la que todas las visuales son paralelas entre sí, lo que equivale a que el punto de vista se sitúe en el infinito. En este tipo de perspectivas, las líneas paralelas en el modelo conservan su paralelismo en la imagen, por lo que los objetos no reducen su tamaño a medida que se alejan del observador, ni existe ningún punto de fuga en el que converjan las líneas del dibujo. Es un sistema de representación gráfico más ligado a la ciencia y a la técnica que al arte[3].
Teniendo en cuenta las anteriores definiciones heredadas, diremos que nosotros asumimos una perspectiva ecológica y compleja. Claro que, a diferencia de las definiciones anteriores, ligadas a la representación del arte, la técnica y la ciencia, hacemos hincapié en la perspectiva epistemológica de la complejidad. Nos remitimos, al respecto, a ensayos anteriores, pertinentes al tema de reflexión[4]. Cuando hablamos de perspectiva ecológica nos referimos a la configuración compleja de los espesores de los tejidos espaciotemporales-territoriales-sociales dados en el planeta. Cuando hablamos de perspectiva compleja nos referimos a las dinámicas de la simultaneidad dinámica, que, obviamente son complejas en el contexto del multiverso. Bueno, entonces, al asumir la perspectiva ecológica y la perspectiva de la complejidad lo que hacemos es trasladarnos a un universo de cuatro dimensiones desplegadas, largo, ancho, profundidad y tiempo, y siete dimensiones plegadas, conjeturadas por la teoría de las cuerdas.
La perspectiva ecológica y la perspectiva de la complejidad, ya no solo como representaciones complejas de la realidad efectiva, de la potencia de la vida y de la existencia, sino como convocatoria, pero, no convocatoria política, menos ideológica, sino convocatoria existencial, es decir, integral, demandante de la misma totalidad que nos constituye. Estos puntos de vistas, puestos en juego, en acción y en escena, múltiples y simultaneaos, que intuyen y comprenden el devenir de la sincronización, desincronización y resincronización planetaria, se convierten no solo en los artífices de la configuración de la complejidad de la crisis ecológica, sino en las proclamas que interpelan al ser humano a actuar en consecuencia, a dar de sí, a arrojarse en el acto heroico para salvar a las sociedades humanas y reinsertarlas a los ciclos vitales.
La perspectiva ecológica y la perspectiva compleja nos muestran que, si no hay cambios radicales en la estructura estructurante misma de la institucionalidad de las sociedades humanas, no hay porvenir para el ser humano; la humanidad no podrá sobrevivir a la crisis ecológica. Las perspectivas mencionadas nos ayudan a una evaluación crítica de las genealogías del poder de las sociedades humanas, de las arqueologías de los saberes modernos y de las hermenéuticas clásicas y modernas del sujeto. En resumen, los proyectos desplegaros de las sociedades humanas, comprendiendo periodos, etapas, eras históricas, geografías culturales, geopolíticas imperiales, ideologías, economías del mercado o de la producción, han fracasado. No se puede insistir en estas formas, conformaciones histórico-políticas, jurídico-políticas, económico-sociales-culturales de la modernidad. Es menester clausurarlas e iniciar viajes a los nuevos horizontes.
Notas
[1] Ver Balance y autocrítica. También Balance del análisis crítico a los gobiernos progresistas.
https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/01/balance-y-autocritica/.
https://pluriversidadoikologas.wordpress.com/2017/09/20/balance-del-analisis-critico-a-los-gobiernos-progresistas/.
[2] Ver Re-sincronizacion planetaria
https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/resincronizacion_planetaria.
[3] Bibliografía: Martin Kemp (2000). La ciencia del arte: la óptica en el arte occidental de Brunelleschi a Seurat. Ediciones AKAL. p. 382. Lecturas adicionales: Andersen, Kirsti (2007). The Geometry of an Art: The History of the Mathematical Theory of Perspective from Alberti to Monge. Springer.Damisch, Hubert (1994). The Origin of Perspective, Translated by John Goodman. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. Hyman, Isabelle, comp (1974). Brunelleschi in Perspective. Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice-Hall. Kemp, Martin (1992). The Science of Art: Optical Themes in Western Art from Brunelleschi to Seurat. Yale University Press.Pérez-Gómez, Alberto, and Pelletier, Louise (1997). Architectural Representation and the Perspective Hinge. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. Enciclopedia Libre: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Perspectiva.
[4] Ver Ecología compleja. También Episteme compleja, así como Hacia una ciencia compleja del espacio.
https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/ecolog__a_compleja_2.
https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/episteme_compleja.
https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/hacia_una_ciencia_compleja_del_espa.
Raúl Prada Alcoreza
Escritor, artesano de poiesis, crítico y activista ácrata. Entre sus últimos libros de ensayo y análisis crítico se encuentran Anacronismos discursivos y estructuras de poder, Estado policial, El lado oscuro del poder, Devenir fenología y devenir complejidad. Entre sus poemarios – con el seudónimo de Sebastiano Monada - se hallan Alboradas crepusculares, Intuición poética, Eterno nacimiento de la rebelión, Subversión afectiva. Ensayos, análisis críticos y poemarios publicados en Amazon.