El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra MST convoca a una asamblea nacional popular, sin referirse al protagonismo de las organizaciones de base. Parece necesario recoger su llamado a organizar asambleas locales, pero sin subordinarlas a la asamblea nacional que proponen. Golpear juntos donde se pueda, pero marchar separados de las propuestas centralizadoras.
El MST estuvo a punto de romper con el PT, pero Lula consiguió hacerlos volver a la fila ofreciendo promesas que nunca cumplió y que desencadenaron el fin de esa organización campesina que de un millón de militantes pasó a ser un reducido aparato propagandístico al servicio de la nomenklatura de la burocracia progresista que impulsó la “integración regional” con los millones de las empresas brasileñas que sembraron la corrupción por todos lados amarrando redes de infraestructura capitalista extractivista que finalmente terminaron incendiando la Amazonia y encarcelando burócratas en todas partes.