La liberación de la humanidad no podrá llegar sino a través de un cambio radical de estrategia de las principales potencias socialistas

El Che fue un duro crítico de la política económica de la URSS, lo que hizo que los partidos comunistas, es decir partidos socialistas estatistas, lo atacaron duramente en todas partes y luego levantaron su retrato cuando el Che estaba muerto y el gobierno cubano abandonó su línea autónoma para subordinarse a la economía soviética debido a la agresión yanqui.
Del Che Guevara el MIR chileno aprendió a evitar el estalinismo y la burocracia, pero la muerte de Miguel Enríquez permitió que los estatistas como Andrés Pascal y Manuel Cavieses lo llevaran para atrás y hoy día muchos se han metido al partido socialista, otros al PPD, muchos se juntan con los estalinistas del frente rodríguez en tanto otros se han metido al frente amplio, en fin que son bastantes los que siguen pisoteando al MIR y al Che, como somos bastantes los que nos retiramos de todo partido y trabajamos por la autonomía y el protagonismo social por abajo, gracias al ejemplo del Che, el único que ha hablado del socialismo cotidiano.



El Che fue un duro crítico de la política económica de la URSS

http://www.lr21.com.uy/mundo/214237-el-che-fue-un-duro-critico-de-la-politica-economica-de-la-urss

El análisis está recogido en la obra “Apuntes críticos a la economía política”, presentado el miércoles en ocasión del 78 aniversario del natalicio del Che, quien escribió las notas entre 1965 y 1966, durante su estancia en Tanzania y Checoslovaquia, tras terminar su misión guerrillera en el Congo.

“Después de muchos años de desarrollo de su economía en una dirección dada, convirtieron una serie de hechos palpables de la realidad soviética en presuntas leyes que rigen la vida de la sociedad socialista, creo que aquí es donde está uno de los errores más importantes”, estimaba Guevara.

En sus apuntes, hechos para un proyecto de libro, el revolucionario argentino-cubano señaló como el más importante de los errores soviéticos la NEP, que a su juicio dio “entrada nuevamente a las viejas relaciones de producción capitalistas”.

“El dejó algunas cosas importantes que quizás nosotros estamos en el momento adecuado de rescatar y de llevar a la práctica”, comentó sobre el texto su hija Aleida Guevara.

Algunos acusaron entonces al Che Guevara de antisoviético y prochino, una división de la izquierda mundial de los años 60 y 70, fomentada por las diferencias entre Moscú y Pekín.

En el libro de Ignacio Ramonet, “Cien horas con Fidel”, publicado en abril y que es el resultado de largas conversaciones, el presidente Fidel Castro dice que el Che “hizo amistad con los chinos”.

“No tuvo conflicto con los soviéticos; pero es obvio que él era más partidario de China”, añadió. El propósito de Guevara era escribir un libro sobre Economía Política del socialismo y desvirtuar al tristemente célebre Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, publicado en 1954 por orden de José Stalin.

Ese texto, “convertido en los años 60 en biblia económica, que en la práctica sustituía a El Capital” de Karl Marx, fue el centro de la crítica del Che, según el economista cubano Osvaldo Martínez.

“Su crítica fue profunda, pero nunca asumiendo las posiciones de los oportunistas, que atacaban desde la extrema izquierda con el aplauso del imperialismo”, dijo Martínez, presidente de la Comisión Económica del Parlamento y un hombre cercano a Castro.

Añadió que Guevara tenía un plan sustantivo “de escribir una verdadera economía política marxista no apologética y que fuera, según sus palabras, un grito desde el subdesarrollo”.

Especialistas y académicos coinciden en La Habana en que el libro tiene plena actualidad.

“El lector podrá apreciar que por su contenido (…) no es una obra acabada ni agotada en sus presupuestos; sin embargo, hoy es más necesaria y actual que nunca”, estima en la nota editorial María del Carmen Ariet, del Centro de Estudios Che Guevara, uno de los auspiciadores de la publicación.

Para el Che, la investigación económica marxista de entonces estaba marchando por peligrosos derroteros: “al dogmatismo intransigente de la época de Stalin ha sucedido un pragmatismo inconsciente”, señaló.

Más definitivo aparece en su convencimiento que la liberación de la humanidad “no podrá llegar sino a través de un cambio radical de estrategia de las principales potencias socialistas”.