El verdadero sentido que temen los estados que atacan al confederalismo democrático kurdo: la sociedad natural donde existía la jerarquía natural de la mujer

El confederalismo democrático es exactamente una crítica muy fuerte hacia la democracia estatal y la democracia institucional. El confederalismo democrático también hace una crítica al Estado-nación y la relación del Estado con el poder; cómo afecta este poder, como algunos analistas dicen sobre la relación de la sociedad capitalista. Nosotros no creemos mucho en este concepto, porque creemos que primero hay que hacer un análisis muy profundo de la historia. No empezar a analizar la historia a partir de hace 5000 años cuando empezó, nosotros la llamamos, ‘civilización central’, sino más atrás cuando hubo la democracia verdadera, donde todos los pueblos y todos los géneros estaban relacionados con la naturaleza y hubo una sociedad organizada, pero también democrática, en el sentido, de tener normas éticas. ¿Cuáles son estas normas éticas? Es la relación del hombre hacia la mujer, de la mujer hacia su hijo, de la sociedad hacia la naturaleza y todos se respetan. Eso para nosotros significa democracia. Pero, lo estamos criticando, pues no se puede analizar la historia a partir de categorizar la sociedad: la sociedad capitalista, la sociedad burguesa, la sociedad feudal y la sociedad socialista. No puede ser, no se puede porque la historia es como la corriente de un lago. La historia siempre está viva. Entonces, si volteamos a ver a la historia, en el neolítico, como dice Öcalan, donde hubo la jerarquía natural de la mujer, existía la democracia. Lo que queremos es volver a esa sociedad; la sociedad que queremos construir es esa.



Entrevista a Melike Yasar, representante del Movimiento de Mujeres Kurdas en América Latina y miembro del Congreso Nacional del Kurdistán
Entendiendo mundos y vinculando luchas, el Movimiento de Mujeres Kurdas y los pueblos en México y América Latina

Inés Durán Matute
Rebelión
11-10-2019

IDM - Me podrías explicar más profundamente el confederalismo democrático porque es un concepto que está muy presente en sus escritos y su lucha. Lo definen ustedes algo así como una organización sin Estado, sin jerarquías, desde las bases y articuladas en estas redes o confederaciones que conducen a una sociedad democrática y ecológica con libertad para ambos sexos. Sin embargo, algo que me brinca es el concepto mismo de democracia pues ha mostrado estar al servicio de las elites y del capital. Entonces, ¿por qué seguir utilizando este concepto y no pensar más allá de él?

MY – Sí, antes que nada, el confederalismo democrático es exactamente una crítica muy fuerte hacia la democracia estatal y la democracia institucional. El confederalismo democrático también hace una crítica al Estado-nación y la relación del Estado con el poder; cómo afecta este poder, como algunos analistas dicen sobre la relación de la sociedad capitalista. Nosotros no creemos mucho en este concepto, porque creemos que primero hay que hacer un análisis muy profundo de la historia. No empezar a analizar la historia a partir de hace 5000 años cuando empezó, nosotros la llamamos, ‘civilización central’, sino más atrás cuando hubo la democracia verdadera, donde todos los pueblos y todos los géneros estaban relacionados con la naturaleza y hubo una sociedad organizada, pero también democrática, en el sentido, de tener normas éticas. ¿Cuáles son estas normas éticas? Es la relación del hombre hacia la mujer, de la mujer hacia su hijo, de la sociedad hacia la naturaleza y todos se respetan. Eso para nosotros significa democracia. Pero, lo estamos criticando, pues no se puede analizar la historia a partir de categorizar la sociedad: la sociedad capitalista, la sociedad burguesa, la sociedad feudal y la sociedad socialista. No puede ser, no se puede porque la historia es como la corriente de un lago. La historia siempre está viva. Entonces, si volteamos a ver a la historia, en el neolítico, como dice Öcalan, donde hubo la jerarquía natural de la mujer, existía la democracia. Lo que queremos es volver a esa sociedad; la sociedad que queremos construir es esa. Cuando el movimiento kurdo empezamos a cambiar el paradigma que teníamos de crear un Estado socialista, tuvimos algunas palabras claves para transformarnos. Se parece a un concepto que nosotros tenemos; el concepto y la institucionalización. Por ejemplo, democracia era una de esas palabras, también Estado, poder y palabras como liberación. ¿Qué significan para nosotros estas palabras? Ahora el argumento más grande del Estado es la democracia, lo utilizan mucho, pero hay un concepto en contra, nosotros le decimos democracia directa o democracia radical, se le puede dar muchos nombres, pero lo que estamos hablando ahí es la democracia verdadera. Porque en los antiguos pueblos antes de que formaran el capitalismo, que no existe a partir de las formaciones del Estado-nación sino mucho tiempo antes, como decimos siempre, es el producto del patriarcado, ahí la democracia era esa sociedad ética y política; eso es para nosotros.

IDM – En ese momento, ¿cómo la nombraban?

MY – No se llamaba así, nosotros le nombramos ‘sociedad natural’.

IDM - ¿Y por qué no utilizar el concepto de sociedad natural en lugar del de democracia?

MY – Nosotros lo utilizamos. Nosotros tenemos un método de llegar a esa sociedad natural, es el régimen de la verdad. El régimen de la verdad significa volver a tus raíces, de contextualizar, de transformar tu mentalidad, de volver a la naturaleza y ver cómo estaba la sociedad en la revolución neolítica; de estudiar, de conocer esta historia y transformar su personalidad frente a esta sociedad que queremos. El confederalismo democrático es un método del régimen de la verdad para llegar a la sociedad natural. El confederalismo democrático es una forma de organización, pero la idea es de volver a la sociedad natural y a tu verdad.

IDM - ¿Por qué es importante llegar a esta sociedad natural y dejar de lado el Estado-nación?

MY – Nosotros creemos que la palabra democratización o modernización, la utilizamos también mucho… Si hablamos de la sociedad natural, se le puede dar otro nombre, por ejemplo, la nación democrática. Exactamente significa eso, la modernidad democrática, porque esas palabras hoy se utilizan muy mal y estamos haciendo una alternativa hacia lo que existe: la modernidad capitalista. Hay una modernidad frente a esta: la modernidad democrática, la sociedad democrática, la nación democrática. Parece muy contradictorio, pero son los conceptos que estamos utilizando. A partir de la historia de la humanidad, nosotros hablamos mucho del matriarcado, la cultura de las diosas, por ejemplo, que no era de oprimir sino como la vanguardia o la formadora, fundadora de la vida y de la sociedad. Todos esos conceptos de nación democrática, de la modernidad democrática son para llegar a un lugar, son como métodos. Öcalan cuando comenzó a escribir esos cinco tomos, libros, para crear esa sociedad democrática o la sociedad natural; el primer libro habla de los métodos, cuáles son nuestros métodos de volver a estas raíces. Lo actualizamos, como ayer vimos en las charlas cuando hablaba de que la caída de la sociedad empezó a partir de la caída de la mujer. Entonces, no se puede decir que el capitalismo se fundó recién y el patriarcado es una institución. No. El patriarcado no es una institución, el patriarcado es un sistema, es una forma de pensamiento, y es un sistema más completo que un Estado, que un hombre. El hombre lo está practicando y el Estado forma la sociedad para que lo practique. Entonces, para nosotros el concepto de democratización de la sociedad es una crítica hacia la democracia actual para ir más allá, a una sociedad natural que se base en la liberación de la mujer. Recuperar la liberación de la mujer significa recuperar la liberación de toda la humanidad. Un ejemplo, el Estado islámico es una barbaridad, pues todas las religiones oprimen a las mujeres, pero la religión del islam lo hace más práctico. No se puede dividir, nadie es peor que otro, son lo mismo, pero tienen sus distintas formas para atacar a las mujeres. En las religiones hay reglas para las mujeres, hay muy pocas reglas para toda la sociedad, sino reglas hacia las mujeres. Entonces, matan a las mujeres, y empiezan a oprimir a las mujeres. El Estado islámico dice si una mujer me mata no voy al paraíso, por eso el patriarcado está por encima de todo.

IDM – Retomando este concepto de modernidad democrática, que también me hace un poco de ruido. Ya nos has dicho que es un tanto contradictorio, pero es que conceptos como modernidad, desarrollo, progreso han servido como discursos que se meten en las mentes de las personas sobre algo que deben de lograr, algo que deben de aspirar. ¿Cuál es su diferencia con la modernidad occidental?

MY – La modernidad occidental o la modernidad capitalista, o la civilización capitalista que hoy existe, tiene una diferencia concreta. La modernidad democrática habla de una sociedad ética, primero, el respeto, y segundo de que no hay reglas, no hay criterios, no hay formas de elecciones… Si hay elecciones en los barrios, pero no es representativa la democracia. No es una palabra, sino una forma de vida. Esa es la diferencia más concreta: de que la democracia en occidente o la modernidad capitalista habla de algo más concreto y más representativo. El concepto que tenemos nosotros habla de una forma de vida. Pero, no la vida sólo de las mujeres hacia los hombres o de los hombres hacia las mujeres, sino de la persona democrática, en el sentido de empatía, de sentirse y la energía positiva.

IDM – Pero ¿también sería algo que la sociedad aspira alcanzar?

MY – Sí, pero hay que formar a esta sociedad; hay que luchar con la sociedad. La sociedad tiene que empezar a entender cuál es la modernidad de la que estamos hablando.

IDM – ¿Y no sería lo mismo tratar de conducir a la sociedad hacia un camino en lugar de construir múltiples caminos?

MY – Eso se lo dejamos a la sociedad, nadie está obligado a tomar este sistema, nadie está obligado de estar de acuerdo con esto. Es solo una propuesta que estamos haciendo a todo el mundo, pues hubo y hay ejemplos. En su época, las comunas de Paris eran un ejemplo, y hoy las comunas en Venezuela también son un ejemplo; la forma de vida de los pueblos indígenas hoy en Chile, Colombia, México, por ejemplo, nos muestran que existen esas formas. Solo estamos proponiendo, pero mañana si alguien no quiere vivir así que salga o se quede pero sin molestar a quienes si están construyendo esta forma de vida. Los militantes pueden ser militantes de este movimiento cuando aceptan esta teoría. No es una jerarquía, sino que dicen si no estas de acuerdo no puedes representar esta idea. Nosotros representamos esta idea y alguien que no representa esta idea no puede estar, puede ser parte, aportar al movimiento con otras formas, pero los cuadros, los militantes que manejan, que representan esta organización tienen que adherirse a esta. Pero, la sociedad no está obligada. Hoy, en el norte de Siria, por ejemplo, hay muchos pueblos que todos están de acuerdo, y son mujeres, sociedades que nunca tuvieron otra forma de vida fuera del régimen de Bashar al-Assad, por ejemplo. No habían conocido, pero ahora están conociendo una nueva forma de vida, mañana esta misma sociedad puede proponer otro sistema. Nosotros estamos en una búsqueda también por eso nos vinculamos con América Latina.

IDM – Pensando esto en relación con los proyectos de desarrollo que, por ejemplo, se están buscando implementar en México con gran fuerza y no tienen esos principios éticos, ¿nos podrías dar algunas pistas para entender las consecuencias de estos proyectos y por qué es importante buscar otro camino?

No es necesario tener estos principios escritos. Por ejemplo, Mezcala. Hay un concepto muy importante: la transmisión de la historia del pueblo a la nueva generación. Eso es un criterio, y eso es ética. Y para nosotros la otra forma ética, más importante es la relación con la naturaleza y con la mujer. No es que no funcione, lo que falta en estos lugares que hay una autodefensa es que se convierta en una forma de vida, que se cambie la mentalidad. Y no es que no hay casos; existe el zapatismo, por ejemplo. No hace falta, nosotros aprendimos mucho de ellos, y todo mundo lo ha estado aprendiendo. Pero, en algunas partes, en algunas comunidades dependen de las condiciones del lugar también y de las creencias. Hay un concepto en común para todos los pueblos eso es la ética y el respeto, de reconocer su propio cuerpo, de reconocer el cuerpo del otro. La colonización rompió la mente de todos los pueblos y tenemos que pensar cómo podemos reconstruir una nueva mentalidad con esta mirada, no tienen que ser cosas muy formales.

IDM – Hablando de la relación con los pueblos aquí y el zapatismo, ¿cómo fue que ustedes empezaron a relacionarse con los pueblos originarios aquí en México y en América Latina?

Quiero dar un ejemplo, en los ochentas, noventas, con el PKK, el Partido de Trabajadores de Kurdistán, el movimiento de liberación empezó a organizarse. Fue el único movimiento de los kurdos que generó una organización en cuatro partes de Kurdistán. La gente murió por este movimiento; madres regalaron cuatro de sus hijos al movimiento sabiendo que iban a morir. Era un movimiento de liberación nacional muy grande y a partir de los noventa comenzamos a escuchar música kurda, marchas de la revolución, y la mayoría de nosotros crecimos con eso y participamos en el movimiento. Yo me acuerdo de una canción que decía “en Vietnam, en Cuba, en Angola, y en Chiapas”, es una canción de un compañero que esta mártir hoy Hozan Hogir se llama. La canción dice: “en Angola, Cuba, Vietnam, y Chiapas los pueblos no se rindieron y avanzaron y hoy Kurdistán tiene que juntarse con estas partes”. 1 Muchos de los kurdos escucharon Chiapas, pero después con el movimiento que no era solo un movimiento que movilizaba a la gente para la lucha sino formaba a la gente, sirvieron de ejemplo para generar esperanza. Mira en Chiapas, mira los zapatistas. Se ha dado una relación y se han saludado las luchas. Por ejemplo, hoy en las universidades, las escuelas, las formaciones, las comunas que se están organizando en Kurdistán toman como ejemplo a los zapatistas. Más que una solidaridad hacia la lucha de los zapatistas se trató de ver cómo podemos aprender de ellos y cómo practicarlo en Kurdistán.

IDM - ¿Podrías dar ejemplos de lo que se llevaron de Chiapas?

MY – Una es la escuela alternativa. La hacen en Mezcala también, ¿no? Que no llevan a los niños a los lugares impuestos. Rocío Moreno nos decía “a los niños no les vamos a enseñar una prisión, para que no aprendan esa historia”. Y en Chiapas enseñan a los niños y a toda la sociedad con una historia de verdad. Y también, por ejemplo, la forma de organizarse de recuperar el territorio no solo con las armas sino recuperarlo a través de una formación donde la sociedad empieza a ver la colonización haciendo uso propio del cuerpo, de la mente, y la tierra. Defender la tierra es para defender su propio conocimiento y su propio cuerpo; y el concepto de la colonización, la mujer y la madre tierra son un solo concepto, no se pueden separar. ¿Cómo depende la mujer de la tierra? Esto lo logramos en Kurdistán donde empezamos a decir a la sociedad, el honor de la sociedad, de los hombres, no es la mujer. No, el honor es la tierra. Entonces si quieres enfrentar a alguien, mata a quien está violando a tu propio territorio.

IDM - ¿Ahora con la propuesta de crear el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) cómo se ha dado la solidaridad desde Kurdistán?

MY – Sí, una solidaridad. Para nosotros la solidaridad entre los movimientos es para concretarse, de ser parte de las luchas. Por ejemplo, una cosa que aprendimos del zapatismo también es que ellos se solidarizan con todos, pero buscan cómo construir una sociedad que no sea jerárquica. Ellos proponen dos conceptos: ‘buen vivir’ y ‘buen gobierno’. Cuando empezamos a construir el confederalismo democrático en Rojava con el pensamiento de Abdullah Öcalan, muchos compañeros dijeron “los zapatistas tienen esto: ‘buen vivir’. Entonces, si podemos hablar con la sociedad de qué significa ‘buen vivir’, la sociedad va a decir que el confederalismo democrático es algo muy importante.” Entonces, ¿qué es ‘buen vivir’? Empezamos a enseñar a la sociedad esos ejemplos de los zapatistas y a partir de eso desde el pueblo kurdo hubo una solidaridad y también la necesidad de relacionarnos más. Kurdos fueron a Chiapas y nos contaron de la organización de los zapatistas. En algunas ocasiones hicimos seminarios sobre la jineoloji y el confederalismo democrático. Personas que conocen bien la lucha zapatista fueron a Kurdistán a hablar de este ejemplo. Imprimimos libros de ellos y ellos también comenzaron a leer de nosotros. Invitamos a las compañeras a las universidades, a las conferencias, a los encuentros que hicimos en Europa. Pero, nosotros creemos que todavía no es suficiente para romper este sistema capitalista. Hay una necesidad de crear una lucha en común, una lucha universal. Y nosotros creemos en América Latina, fue elegido por el Movimiento de Mujeres de Kurdistán. Tenemos representación en todo el mundo, pero en América Latina era un objetivo. Reflexionamos cómo podemos aportar a las luchas de estas mujeres pero también cómo podemos aprender de estas mujeres. Entonces, el objetivo de nosotros aquí en América Latina es de intercambiarnos con los pueblos y de tener un reconocimiento por parte de los pueblos. Si podemos lograr este intercambio profundo podemos también discutir el futuro. Tenemos como objetivo, como mujeres kurdas, de crear una lucha en común. Como el encuentro que hicieron las mujeres zapatistas el año pasado o nosotras en Europa, por ejemplo, pero cómo podemos buscar crear un frente que nosotros lo decimos siempre. Hoy en día, lamentablemente, en donde las luchas de los pueblos se levantaron, se tuvo un reconocimiento en todo el mundo de muchos pueblos, pero qué hizo el capitalismo con sus distintas formas, se junto con distintas instituciones y empezaron a atacar a los pueblos juntos para silenciarlos e invisibilizar estas luchas. Entonces, lo que hicieron ahí, en ese sentido, fue no eliminarnos, si no aislarnos, a Kurdistán, a Chiapas… No dejan que nosotros nos reunamos, porque si podemos reunirnos podemos aprender entre nosotros sobre estas crisis. Nosotros siempre hablamos con los movimientos y las organizaciones, nos intercambiamos métodos para salir de las crisis a partir de nuestras experiencias. Y yo siempre les doy el mismo ejemplo, cuando hace tres semanas intervino el Estado turco en nuestros municipios, que fueron ganados por el pueblo kurdo, por el Partido Kurdo en Turquía, que manejan el confederalismo democrático, no son municipios que existen en metrópolis de Turquía, de los partidos oficialistas… El Estado turco intervino en ellos, y las mujeres salieron a las calles para defender los municipios. Hay un video donde está una mujer como rompiendo sus ropas diciendo “¡Vengan! ¡Mátenos! ¡Mátenos! Ya intervinieron en los municipios y en mi casa también. ¡Mátame! ¡Mátame!” Y el mismo día los gritos de la mujer en la Amazonia, en Brasil “¡Mátenos!”, el mismo grito. Porque están interviniendo en la vida. Esos municipios no estaban solo para resolver cuestiones del agua, la luz… No. Ahí estaba la cooperativa para la mujer que puede ser parte de esta forma, que dio la oportunidad para que la mujer pueda empezar a leer y escribir, que la mujer pueda mostrar su propia cultura a través de esos municipios en donde sus hijos comienzan a crecer con la cultura original de los kurdos, no con la cultura que estaban enseñando. La mujer en la Amazonia también está gritando porque están matando la vida, estaban interviniendo en la vida de ella. Nuestra posición, en este sentido, muestra que se puede poner en peligro a los Estados, porque saben que las mujeres kurdas están para apoyar a las mujeres en otros lugares. Y estas mismas mujeres comparten sus experiencias de salir de estas crisis donde las mujeres kurdas hoy en estos cuatro Estados-nación, Turquía, Irán, Irak y Siria pueden practicar sus métodos. No quieren que aprendamos de nosotros, es por eso que cuando hacemos estos intercambios los Estados nos criminalizan a nosotros y también a los movimientos y organizaciones. Nosotros siempre decimos, lo más importante que tenemos es el reconocimiento desde los pueblos que viene desde el corazón. Si una comunidad kurda, las mujeres yazidíes, que el pueblo insistió de no convertirse al islam, vivieron 74 genocidios, el último genocidio por el Estado islámico. Este pueblo originario, milenario, hoy en Kurdistán puede un día juntarse con el pueblo de Mezcala o con las compañeras zapatistas, o en Oaxaca, en otros lugares. Intercambiarse. Pues, como decimos siempre, la esperanza es más valiosa que la victoria, dice Öcalan. Estas relaciones pueden generar una esperanza entre todos los pueblos.

IDM – Hablando de esperanza, hemos visto que últimamente ha habido un resurgimiento del autoritarismo y del populismo reaccionario. ¿Esto no debilitó la esperanza del movimiento kurdo? ¿Qué es lo que ha sucedido a la par que han ganado terreno los gobiernos fascistas a nivel mundial?

MY – Nosotros siempre decimos, el mundo, las mujeres, pueden derrotar este concepto neoliberal, pero más allá, nosotros lo nombramos ‘el pánico del sistema’; el sistema está viviendo una crisis y está en pánico por eso se pone más fascista. Y un frente antifascista necesitamos de las mujeres. Estamos trabajando sobre un documento de hacer un llamado al mundo, a todas las mujeres, y ese era el objetivo de encontrarse con los pueblos indígenas en México. Tenemos que crear un frente antifascista, el fascismo sí en Turquía con Erdogan, pero también con Bolsonaro, no sé… No vamos a enfrentarnos en contra de esas personas, la idea es de enfrentarse desde las casas contra este sistema. Lo tenemos que derrotar porque este es el momento; el capitalismo está viviendo una crisis y tenemos que aprovechar esta crisis. Tenemos que aprovecharla, y donde hay contradicciones, donde hay más opresión es más fácil de organizarse y ya existe esa organización. Tenemos la fuerza, no es que no la tengamos. Crear ese frente es muy importante ahora para el mundo.

IDM – Sobre las estrategias, en una ciudad de Holanda, vi cómo estaban construyendo un parlamento kurdo que comenzaría a funcionar ahí próximamente. ¿Existen esfuerzos similares en América Latina?

MY – Aquí no tenemos. En Europa están reorganizados porque hay una comunidad muy grande, enorme, casi 3 millones de kurdos. Pero, el pueblo kurdo, si están tres personas comienzan a organizarse, y si va un dirigente del movimiento a un lugar más. Mira, yo no sabía que había kurdos en América Latina, que estudian, algunos trabajan, tienen su vida. Cuando llegamos aquí se comunicaron con nosotros porque los kurdos están acostumbrados a organizarse y si ven que hay dirigentes kurdos lo primero que hacen es ver cómo juntarse y poder organizarse. Nos llamaron para ver cómo aportar o ayudar. Entonces, es importante para nosotros ver con todos ellos como crear una asociación, una Casa Kurda para mostrar la cultura kurda y también hacer un trabajo diplomático. Es un trabajo donde podrán aprender kurdo, y mostrar nuestros bailes kurdos, música kurda, comida… la cultura kurda y también formaciones sobre la jineoloji y sobre el confederalismo democrático.

IDM – Sí, y yo estaba pensando no solo en cuestiones organizativas de la diáspora kurda, sino más bien crear estos proyectos donde se involucren los pueblos de aquí, y la sociedad en general para crecer el movimiento.

MY – Esta institución no va a ser la institución que va a Mezcala y se junta con la sociedad, no. Esta institución es algo más “institucional”. Esta organización es para dar a conocer si alguien quiere información, pero para los que van a juntarse en esta Casa Kurda también será el puente entre el pueblo kurdo, de una comunidad en una de las cuatro partes de Kurdistán, por ejemplo, con las mujeres en una comunidad en Oaxaca. Los pueblos tienen que reconocerse entre ellos.

IDM – Algo que la gente siempre pregunta es ¿qué podemos hacer? Cuál sería tu mensaje al respecto.

MY – Se pueden hacer muchas cosas. El pueblo kurdo no tiene un reconocimiento. Si se difunde la causa, hay comités de solidaridad que se solidarizan con la causa kurda, con las mujeres kurdas, pero esos comités no son solo para solidarizarse, sino es un espacio organizativo entre nosotros. Y también, no es solo que nos preparen una charla o una actividad, si no que vean lo que está pasando en otro lado del mundo. Pero, no queremos que lloren por nosotros. Hay un proyecto ahí, y hay que ver cómo podemos aprender de ese proyecto, y cómo podemos aportar a este proyecto. Y esto pasa con la Cátedra Jorge Alonso, en los últimos dos años aportó mucho a nuestra lucha, porque cada vez que venimos a esta Cátedra transmitimos y aprendimos porque conocemos otros lugares, otras personas, otras organizaciones; nos facilitó de relacionarnos y eso es lo que se puede hacer.

IDM – Entonces, ¿cómo crear este frente antifascista para que realmente desde las diferentes geografías nos involucremos y constituyamos como un frente a esta guerra global?

MY – Es una guerra global contra todos los pueblos, entonces, para crear un frente así, más allá de una necesidad pragmática, es una necesidad para el futuro de la nueva generación, y el futuro de toda la humanidad. La organización como una lucha… nosotros creemos que hay una potencia a nivel mundial. Pero, convertir esta potencia a una forma organizativa no es que vamos a levantar nuevamente a los pueblos, no. Existe esta potencia, pero cómo podemos volver esta potencia a una forma organizativa. Y eso no lo va hacer una sola organización, no lo va a hacer solamente América Latina, o Kurdistán, todos tiene que participar. Tenemos que ver con distintas perspectivas, y dejar nuestras diferencias ideológicas de lado, porque tenemos un objetivo y un enemigo en común. Hay que juntarse y crear los métodos de la lucha, más allá de una nueva ideología. Los zapatistas tienen sus métodos de lucha, las mujeres argentinas “Ni una menos” y “Aborto legal ya” tienen sus formas, nosotros y otros también. ¿Cómo podemos juntar estas formas para empezar una lucha conjunta contra el sistema global?

IDM – ¿La propuesta del movimiento de mujeres kurdas es entonces esto lo que quiere hacer y por eso están mandando a gente a diferentes lugares para lograr tener estos intercambios?

MY – Intercambios y crear este frente antifascista de las mujeres. Y el confederalismo democrático también es una propuesta para todo el mundo, para crear una alternativa a la ONU, que cree en “Derechos Humanos” y que está resolviendo los problemas de la humanidad. Nosotros proponemos el confederalismo democrático mundial contra las Naciones Unidas. Hay que crear alternativas.

IDM – Hablando del papel de las mujeres en la lucha. Se escuchan hombres diciendo “es que las mujeres tienen que luchar” y entonces dicen “bueno, yo ya no tengo que hacer nada”. ¿Cuál sería el papel de los hombres en esta lucha?

MY – Los hombres dicen “Bueno, sí hay que apoyar la lucha de las mujeres. Ustedes tienen que salir”. Nosotras no queremos que nos digan que hacer. Nosotras no queremos que ellos hablen de los “problemas de las mujeres”. El problema es ellos, no nosotras. Si hay problemas de las mujeres es porque fueron generados por ellos, entonces, la lucha, el frente antifascista tiene que ser contra nuestros propios compañeros, en primer lugar. No es que ellos son fascistas, pero hay una mentalidad que llevan que, por ejemplo, no aceptan que la lucha contra el fascismo es una lucha en común. Entonces, la lucha es de aprender, de los métodos, una parte de esta campaña es también la formación dentro de la sociedad, dentro de nuestras organizaciones, de cómo podemos cambiar la mentalidad de nuestros compañeros o de nuestros hombres de que empiecen a cuestionarse para poder luchar juntos. Porque no es solo nuestra tarea de luchar contra el sexismo, es la tarea de ellos también. Pero, antes que nada, ellos y nosotros tenemos la tarea de luchar contra nosotros mismos.

IDM - ¿Ustedes cómo han logrado cambiar las mentalidades?

MY – No se puede decir que 100% se cambió. Se transformaron las mujeres, a si mismas; empezaron a transformarse, la fuerza salió y empezaron a enfrentarse con ellos, con cosas ideológicas, teóricas, pero también en la práctica. Como en la teoría de la ruptura de 1995, empezaron a organizarse autónomamente. Cuando se organizaron autónomamente tuvieron academias e hicieron una lucha por persona, cara por cara, casa por casa, hicieron esta transformación mental y luego en la práctica cuando empezaron a organizarse autónomamente, en este momento los hombres dicen “ah bueno, sirve”. Porque en un lugar donde está dirigiendo la mujer, es más disciplinada, se cambia la sociedad, se cambia la mentalidad del hombre. Si el hombre no va más al ejército, entonces no existe más la causa kurda, el problema kurdo. Pero claro que fue una lucha ideológica muy, muy fuerte. Estamos hablando de una época de 30 años donde hay mártires de la época de la autonomía de las mujeres, del ejército. En 1995, estas mujeres crearon su ejército también, en 1992 y 1993 murieron compañeras solo para demostrarle a los hombres que las mujeres también pueden; no ayudaron a estas mujeres y en la montaña muchas de ellas murieron.

IDM – Para terminar, me gustaría que nos compartieras qué es lo que te llevas de Guadalajara.

MY – Antes que nada, el cariño de toda la Cátedra Jorge Alonso, del equipo, de todos los compañeros y compañeras. Siempre que llevo algo de América Latina es lo que se siente desde el corazón en el movimiento, como hablamos. No es como en muchos lugares, como en esos donde se práctica el feminismo occidental, “Hay que ayudar a estas mujeres. Pobres, están abajo.” No. Más allá de que sí tenemos los mismos problemas, tenemos que luchar en común. Y saben las mujeres en América Latina de intercambiarse. Yo de Guadalajara y, por ejemplo, de Mezcala, lo que voy a llevar conmigo es el corazón de este pueblo que está tan vinculado con su propia tierra, y cómo se transmite no solamente a su generación si no a otros pueblos como al mío, como al pueblo kurdo. Y esto lo voy a llevar.

IDM – ¡Muchas gracias, Melike!

Nota:

1 La traducción literal de la canción Dîrok (Historia) dice: “Estoy en Vietnam, en Cuba y en Angola, estoy también en Chiapas y en Palestina. Somos el fuego. Y ahora estamos en Kurdistán”.