Bolivia: Qué pena, Evo …

Has optado por arruinar todo ese proceso. Has empezado por desconocer los resultados de un referéndum convocado por ti mismo (y ahora repites diariamente que está en curso un “golpe de Estado”. ¿No has pensado que desconocer un principio constitucional, es decir desconocer la voluntad popular y aferrarse al poder a pesar de ella, es un verdadero “golpe de Estado”?



Qué pena, Evo…

 
 
viernes, 25 de octubre de 2019 · 00:10

Hace decenios que nos conocemos, Evo Morales, y he sido testigo cercano de tu rápido crecimiento político. Primero como nuevo e innovador dirigente cocalero, después como diputado nacional que nunca se calló y mereció ser considerado “enemigo principal” por el embajador de Estados Unidos; después como Presidente del Estado y como decidido e inteligente promotor del “proceso de cambio”, hasta el extremo de que tu primer gobierno puede ser calificado como el mejor de nuestra historia.

Tu segundo y tu tercer gobiernos ya fueron escenario de numerosas claudicaciones (facilitadas por el exceso de poder que padecías), pero tu comportamiento político no dejó de ser formalmente democrático, nunca habías practicado ningún tipo de fraude electoral; y ahora, al terminar tu tercer gobierno, podrías haberte retirado, dejando una imagen fundamentalmente positiva de tu larguísima gestión presidencial (14 años seguidos son un récord muy difícil de superar), y te podrías retirar a tu chaco, con el prestigio de un expresidente realmente diferente…

Sin embargo, has optado por arruinar todo ese proceso. Has empezado por desconocer los resultados de un referéndum convocado por ti mismo (y ahora repites diariamente que está en curso un “golpe de Estado”. ¿No has pensado que desconocer un principio constitucional, es decir desconocer la voluntad popular y aferrarse al poder a pesar de ella, es un verdadero “golpe de Estado”?

Pero, además de desconocer un referéndum, ahora, tras estas últimas elecciones, y en vista de que enfrentar una segunda vuelta electoral es probable que te llevara a la derrota, apoyas un fraude electoral que sólo está produciendo problemas, y muy serios, en todo el país, y, encima, preguntas “¿cuál fraude?”, como si no estuviera a la vista de todos y todas.

Los excesos cometidos por las movilizaciones antifraude han sido también imperdonables (no se resuelve nada con incendiar oficinas del TSE), pero eso no quita tu actitud antidemocrática y tu aparente convicción de que el conjunto de la población somos tontos, y tontas…

Nadie sabe cómo va a terminar esta innecesaria confrontación, pero sea cuál fuere el resultado, tu imagen nunca volverá a ser la misma; te has comportado como muchos mandatarios indeseables que sólo buscaban el poder por el poder, incumpliendo principios legales y constitucionales; y todo esto en un escenario que, entre tanto, ha pasado a ser internacional, dada la participación activa de la OEA y de la Unión Europea, que no dejan de mostrar su extrañeza por tu actitud fraudulenta, nunca vista.

 ¿Y crees que eso se resuelve con la sencilla maniobra de descalificar a la OEA? ¿Por qué no la descalificabas cuando aquel uruguayo impresentable, de apellido Almagro, te daba la razón? Entonces la OEA venía a ser un referente completamente confiable.

Realmente has deteriorado tu imagen. Claro que ya se había empezado a deteriorar con muchos otros problemas surgidos en el último tiempo, el peor de todo los incendios de la Chiquitania y otros lugares; no que tú ordenaras los incendios, pero los favoreciste con tu decreto que permitía seguir talando nuestros bosques para ampliar nuestros cultivos anti-ecológicos para exportación. Y, en general, hace tiempo que no vemos vigente ninguno de los principios que alentaban tu primer gobierno: Madre Tierra, Vivir Bien, industrialización, soberanía alimentaria, participación social… 

Pero por lo menos nadie te podía acusar de falta de legitimidad como Presidente, aunque sí de abusar antidemocráticamente de tu mayoría de más de dos tercios en la Asamblea Legislativa; pero es que realmente tenías esa mayoría…

Ahora la has perdido, pero además has perdido toda credibilidad, y eso difícilmente se recupera.  Realmente qué pena, Evo, y creo que no falta mucho para que te arrepientas. Pero será tarde.

 

Rafael  Puente es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba