Vargas Llosa quiere darse un remojón en “mar boliviano”
La Paz (AFP).-
El escritor peruano Mario Vargas Llosa apoyó la demanda de Bolivia por un puerto soberano en el Pacífico, opinó que Perú debe facilitar una solución y expresó su deseo de darse algún día “un remojón en las aguas bolivianas”.
Bajo el título “Nostalgias del mar”, el diario La Razón de La Paz publicó este domingo la habitual columna de opinión de Vargas Llosa, en la que se suma a los deseos del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de bañarse algún día en una playa boliviana.
“No sólo el comandante Chávez, yo también iré a darme un remojón en esas aguas heladas del mar boliviano, por el que canté tantos himnos en mi infancia cochabambina”, subrayó el escritor peruano aludiendo al mandatario venezolano, a quien ha criticado con vehemencia en otras oportunidades.
Vargas Llosa, que vivió parte de su infancia en la ciudad de Cochabamba (centro), a principios de la década del 40, opinó sobre el clima de “crispación” que existe entre Bolivia y Chile.
“La aspiración boliviana a tener un puerto marítimo merece la simpatía y la solidaridad de todo el mundo”, afirmó Vargas Llosa.
El autor de las novelas “La Ciudad y los Perros” y “La Tía Julia y el Escribidor”, entre otras, consideró indispensable que el clima ríspido sobre este tema que se ha creado se vaya apaciguando.
Prevé que no será tan rápido, porque en Chile se vive un ambiente preelectoral y en Bolivia el presidente Carlos Mesa se ha beneficiado del tema para consolidar su gobierno, nacido de una irrupción popular en octubre pasado que defenestró al liberal Gonzalo Sánchez de Lozada y dejó 80 muertos y 700 heridos.
PERÚ DEBE FACILITAR ACUERDO
Sobre Perú, Vargas Llosa manifestó que en vez de “obstruir” debe facilitar un acuerdo amistoso chileno-boliviano que sólo puede traerle beneficios, porque toda la región peruana de esa frontera sur requiere urgentes inversiones para desarrollar una infraestructura industrial, comercial y portuaria que la saque del abandono en que se encuentra.
“Chile necesita a Bolivia, tanto como Bolivia necesita a Chile y el Perú, por su parte, necesita también de sus dos vecinos. Un acuerdo es posible, a condición de que se negocie en la discreción diplomática y en la exclusiva perspectiva de futuro, sin volver la vista atrás”, complementó.
Insistió en que una solución a la demanda boliviana es viable, en la medida que se eclipsen los estribillos patrioteros y el asunto de la mediterraneidad de Bolivia salga de la calle y las primera planas de los periódicos, para trasladarse a las cancillerías.
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ANTECEDENTES
Vargas Llosa tuvo una relación feliz e intensa con Bolivia, en donde residió desde 1937, cuando se mudó con su familia materna a Cochabamba.
El escritor admite que simpatiza por la demanda marítima y que siempre recuerda los 10 años de su infancia boliviana como una “Edad de Oro”.
Suele recordar los años felices que pasó en tierra boliviana en contraste con los que vivió al llegar a Lima, en 1946, cuando conoció a su padre, con quien tuvo una relación difícil.
Sobre su vida en la casa de la calle Ladislao Cabrera, en Cochabamba, ha escrito: “En aquella casa fui engreído y consentido hasta unos extremos que hicieron de mí un pequeño monstruo. El engreimiento se debía a que era el primer nieto para los abuelos y el primer sobrino de los tíos, y también a ser el hijo de la pobre Dorita, un niño sin papá. El no tener papá, o, mejor dicho, que mi papá estuviera en el cielo, no era algo que me atormentara; al contrario, esa condición me confería un status privilegiado, y la falta de un papá verdadero había sido compensada con varios sustitutorios: el abuelo y los tíos Juan, Lucho, Jorge y Pedro” (El Pez en el agua, 1993).
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TEXTUALES
“Esta aspiración merece la simpatía y la solidaridad de todo el mundo (…) Pero, a condición de no plantear este asunto como un derecho imprescriptible que Chile deba reconocer, admitiendo el despojo que cometió y devolviendo a Bolivia el territorio del que se adueñó por un acto de fuerza”.
Si se plantea de este modo, considera Vargas Llosa, Bolivia “no tiene la menor posibilidad de materializar su sueño marítimo y el resultado sería más bien encender hogueras reivindicatorias de territorios perdidos por toda América Latina (…).
Vargas Llosa apuesta por una negociación “bilateral entre los dos países, en la que Perú sólo debe intervenir una vez que haya acuerdo y éste afecte territorios que fueron peruanos en el pasado”.
“Que se eclipsen los estribillos patrioteros y el asunto de la mediterraneidad de Bolvia salga de la calle y las primeras planas periodísticas para trasladarse al más sosegado ambiente de las cancillerías”.