Chomsky dice que para nada es sorprendente estallido social en Chile
Si bien el estallido social en Chile sorprendió al mundo político en un primer momento, con el correr de los días, la consistente queja de los manifestantes respecto a la aguda angustia económica que padecen y que contrastan con el sostenido crecimiento económico que exhibe el mundo de los negocios, terminó por convertir el asombro en un consenso respecto a las profundas causas del malestar.
El intelectual estadounidense Noam Chomsky, uno de los más elocuentes críticos del neoliberalismo tampoco parece sorprendido con el estallido social en el país y dirige sus dardos a las consecuencias de la aplicación de esta variante del capitalismo en Chile y a nivel global.
Chile enfrenta una explosión social debido al aumento en el precio del transporte público, el país sudamericano tiene un per cápita similar a Portugal pero una distribución de ingresos de las peores del mundo, los medios y partidos políticos Parecen sorprendidos, ¿Es sorprendente en su opinión?
Para nada sorprendente lo que ocurre en Chile. Estas son las consecuencias que eran perfectamente previsibles tras el asalto neoliberal a la población en los últimos 40 años, verificadas constantemente en todo el mundo. En los Estados Unidos, por ejemplo, el 0.1 por ciento de la población ahora posee más del 20 por ciento de la riqueza, la mitad de la población tiene un patrimonio neto negativo, los salarios reales son casi los mismos que hace 40 años, por primera vez en un siglo la mortalidad está aumentando, principalmente entre los blancos en edad laboral y un largo etcétera.
El país era generalmente descrito como el lugar de América Latina que demostraba que el neoliberalismo era un sistema digno de imitación, era presentado como ejemplo por Bolsonaro antes de ganar las elecciones, era ilusorio?
La dictadura de Pinochet proporcionó condiciones experimentales perfectas para la aplicación de los principios neoliberales guiados por las principales figuras de la doctrina. Fue un fracaso total. Para 1982, la economía colapsó. El estado tuvo que intervenir radicalmente. Los economistas internacionales bromearon diciendo que era “el camino de Chicago hacia el socialismo”. Sin embargo, los efectos perniciosos permanecieron y continuaron.
Pero en el caso chileno se ha argumentado que a pesar de seguir las recetas de Friedmann, la dictadura de pinochet no privatizó su principal empresa, la minería del cobre ¿Por qué cree que se alejó del dogma?
Los expertos de Chicago fueron lo suficientemente inteligentes como para apartarse del dogma en el caso de CODELCO, una productora de cobre estatal altamente eficiente y una fuente importante, si no la principal, de ingresos para el Estado.
Al comienzo de esta crisis, las autoridades parecían no entender por qué los estudiantes protestaron, dado que “a ustedes no le subimos el pasaje”, el concepto de solidaridad les parecía desconocido.
Margaret Thatcher expresó bien el dogma neoliberal: no hay sociedad, solo individuos, solos para enfrentar las devastadoras fuerzas del mercado. La solidaridad es un crimen. Es por eso que desde la década de 1920, las principales figuras del neoliberalismo, von Mises, Hayek y otros, han acogido con satisfacción la violencia estatal a gran escala para destruir los sindicatos y otras interferencias similares a la “buena economía”. Pinochet por ejemplo.
Parte de la ira de los manifestantes se dirige hacia los medios de comunicación, porque algunos en un primer momento parecían poner más énfasis en la destrucción material que en las víctimas del estallido, el neoliberalismo supone que el derecho a la propiedad es superior al derecho a la vida, ¿de dónde viene esa idea, del capitalismo?
Como le he comentado el neoliberalismo fue fundado por von Mises y otros en Viena en la década de 1920. Es una versión particularmente salvaje del capitalismo. Ganó poder con Reagan y Thatcher, con efectos devastadores en gran parte del mundo. Esa es la razón básica de la ira, el resentimiento y el desprecio por las instituciones políticas que están barriendo gran parte del mundo, creando oportunidades para los demagogos de ultraderecha como Trump, Bolsonaro, Orban, Salvini y otros que buscan desviar la ira justificada hacia chivos expiatorios como inmigrantes , negros, musulmanes, etcétera. Una táctica milenaria, con graves consecuencias.