La derecha boliviana quiere usurparle al pueblo unido la victoria contra la izquierda impostora
Raúl Prada Alcoreza
Después de la designación, por sustitución constitucional, de la presidenta del Estado Plurinacional de Bolivia, Yeanine Añez, la “derecha” quiere usurparle al pueblo unido la victoria contra la “izquierda” impostora, el presidente de abogados a emitido criterios de lo más extravagantes, que expresan las intensiones de la “derecha”, mimetizada en una movilización social contra un gobierno clientelar y corrupto y contra el fraude electoral. El presidente del colegio de abogados ha dicho que el nuevo gobierno tiene que reestablecer relaciones y tiene que llamar al MOSAT para atacar a las organizaciones en el Chapare. No entiende la situación política y parece que no ha leído la Constitución, el gobierno derivado de la sustitución constitucional solo tiene la tarea de convocar a las nuevas elecciones y conformar el Tribunal Electoral. No puede pasarse de un plazo perentorio, que es corto; el 22 de enero tiene que asumir el nuevo gobierno elegido por elecciones. Si se pasa de esa fecha y si se atribuyen competencias que no tienen, que no les competen, como las emitidas por un lunático presidente del colegio de abogados, se esta declarando la guerra nuevamente al pueblo boliviano. No se equivoque derecha, esta victoria ha sido del pueblo, no de ustedes, vieja y nueva oligarquía. No provoquen la continuidad de la lucha, ahora contra ustedes.
Tal parece que el círculo vicioso del poder se revolotea de un lado para otro, se mueve entre sus formas aparentes, de “izquierda” a “derecha” y de “derecha” a “izquierda”. Las estructuras perversas del poder, inherentes en el círculo vicioso del poder, buscan la constante reproducción de este círculo que parece eterno. La lucha, ahora, en la crisis mundial del sistema-mundo político y de la crisis múltiple del Estado-nación, es salir del círculo vicioso del poder, ingresar a otros horizontes. Hay fuerzas de derecha, la vieja y nueva oligarquía, que quiere usurparle al pueblo boliviano unido, como nunca, la victoria contra el gobierno clientelar, corrupto, pirómano y fraudulento, quiere atribuir competencias y facultades que no le competen al gobierno de sustitución constitucional, más allá de la atribuida cuando se asume la presidencia de este modo, en una coyuntura de crisis constitucional e institucional. Esta usurpación ya cruza la línea, usurpa por lo que ha luchado el pueblo movilizado, no solamente por la convocatoria a nuevas elecciones, sino por el nacimiento de una nueva Bolivia, construida en la fraternidad, en la sororidad, en el afecto, en el amor, alumbrando un nuevo porvenir, que antes, es las distintas renovaciones de la república y el Estado nación, no tuvo lo oportunidad porque siempre, en estos nacimientos políticos, los charlatanes, los oportunistas, los impostores y usurpadores, se apropiaban de estos nacimientos. Las declaraciones alucinantes del colegio de abogados implican una declaración de guerra al pueblo de Bolivia, ahora desde la derecha recalcitrante.
En las nuevas circunstancias, después del desenlace de la movilización en defensa de la democracia, es menester lograr realizar las proyecciones de los motivos inmanentes de la movilización, nacimiento de una nueva Bolivia, sobre la base de transiciones consensuadas. Quizás para este logro sea indispensable aplicar el ejercicio de la democracia de consensos. La tarea de todas las fuerzas involucradas en el conflicto es dialogar, consensuar, lograr acuerdos de paz antes de la guerra. No se ingresó tres veces a la guerra civil por la madurez de los movilizados, cuando la guerra del gas (2003), en el 2005 y ahora, cuando se definió una revolución pacífica. Si no hay madurez en los involucrados en el conflicto la latente guerra civil puede estallar, y cuando estallé se entra a otros agenciamientos que ya no son políticos.