Romper el aislamiento: aportes para una prensa de base
por torniyo • Saturday January 31, 2004 at 06:09 PM
negro@riseup.net
texto originalmente publicado en el catálogo del Festival de Cine de DDHH en noviembre del año pasado
1. Algunos motivos por los cuales hacer prensa de base en los movimientos piqueteros..
Para corroer los cimientos de la prensa corporativa es necesario hacer de la contrainformación algo masivo. La construcción de la prensa popular es clave para que los sectores sociales más explotados que luchan y se organzinan no sean aislados, criminalizados y eliminados impunemente. Los intereses económicos de los oligopolios que monopolizan los medios masivos son un claro condicionante para la libre difusión de las ideas y para la circulación de los hechos.
Realizar una cobertura alternativa a la que hace la prensa burguesa, independiente de cualquier condición y desde el punto de vista no comercial es fundamental para que el periodismo deje de ser tráfico de influencias y sea compromiso con la verdad. Y si esa verdad que uno alcanza a percibir lleva a despreciar este mundo de hambre, sometimiento y capitalismo entonces es necesario organizarse para subvertir el estado de las cosas.
El movimiento piquetero es en la argentina actual el sector en lucha más combativo y con más experiencia de confrontación con el poder, tanto político, judicial, policial y económico, como con el mediático. Más allá de las burocracias que dirigen algunas organizaciones, de la trampa de los subsidios gubernamentales y de la poca definición ideológica de las bases, propia de cualquier lucha reivindicativa, es en el movimiento piquetero donde se revitalizá el método asambleario y la acción directa. Se genera así por primera vez desde la derrota frente a la última dictadura militar un movimiento social masivo con prácticas que tienden a las trasformaciones revolucionarias.
2. Colaborar con las contrucciones de base desde la óptica de la contrainformación.
La prensa alternativa para que sea antagónica se tiene que generar desde los barrios. Quienes más se exponen por enfrentarse al sistema que reclama sumisión deben tomar en sus manos las herramientas de la comunicación. Es demasiado lo que hay para mostrar y contar para que las luchas se masifiquen y no sean ahogadas. Hay que contrarrestar la quietud que generan los medios masivos, desmentir sus mentiras, sortear sus manipulaciones.
En los movimientos de trabajadores desocupados las decisiones pasan por las asambleas. Hay espacios de trabajo por áreas y ámbitos que coordinan las distintas actividades. Para afianzar este proceso de toma de decisiones de forma colectiva, es necesario democratizar el acceso a la información. Muchas de las personas que participan en los movimientos muchas veces no llegan a enterarse de muchas de las cosas que tienen que ver con sus luchas. Para colectivizar los conocimientos en los movimientos se realiza formación y educación popular. La prensa es otra herramienta fundamental para poder profundizar la democracia directa que propugnan los movimientos.
El sistema imperante hace que las luchas se fragmenten y no se relacionen entre sí. Al desconocerse mutuamente se pierde la posibilidad de retroalimentarse. Para generar articulación y coordinación entre distintos movimientos hace falta una comunicación de base que ayude a generar lazos que solidifiquen la unidad del campo popular. Hace falta que cada organización pueda expresarse y dar a conocer su experiencia y sus ideas. El mutuo conocimiento es importantísmo para poder coincidir y discutir, pero sobre todo para practicar una activa solidaridad entre distintas organizaciones.
3. Los medios masivos y la cuestión piquetera..
En la sociedad el discurso que imponen los medios masivos de comunicación respecto a las y los piqueteros está calando hondo. La corporaciones que monopolizan los medios silencian habitualmente la voz de quienes más sufren la explotación de este sistema. Más si se organizan y luchan. El movimiento piquetero fue primero desconocido y luego estigmatizado, sobre todo los sectores más autónomos del Estado, de los partidos, ONG´s, iglesias y sindicatos burocratizados.
Cuando asesinaron al compañero Javier Barrionuevo, del MTD de Esteban Echeverria el 6 de febrero del 2002, los medios prácticamente desconocieron la noticia y cuando hablaban de esto decían que lo había matado un automovilista furioso porque estaban cortando el tránsito, cuando en realidad el asesino es un ex policía vinculado a la mafia del intendente, protegido por el poder político y la justicia.
Cuando asesinaron a los compañeros Darío Santillán del MTD de Lanús y Maximiliano Kostecki del MTD de Guernica, en Avellaneda el 26 de junio del 2002 los medios frente a la brutal represión - hasta que la evidencia y la movilización señalaron lo contrario- hablaron de “enfrentamientos “. Prefirieron mostrar los palos, las gomera y las capuchas de los piqueteros justificando el dispositivo represivo y evitando hablar de las balas de plomo que los gobiernos de Duhalde y de Felipe Solá y el FMI ordenaron que se disparen para acabar con la protesta social.
Estos son los ejemplos más crudos de como los medios de comunicación desinforman. Se ocultan o tergiversan las luchas, mediante mentiras o mostrando sólo una parte de los hechos. De esta manera se intenta que quienes organizan queden aislados del resto de la sociedad. Las personas que habitan los barrios pobres son marginados de por sí. Más cuando hay mayoría de mujeres y gran cantidad de inmigrantes de países limítrofes como Bolivia y Paraguay. Al plantear una salida de acción y dignidad frente al sistema, los medios intentan negar el derecho a reclamar por lo que les corresponde. No quieren que se piense y se actúe para que la sociedad cambie de raíz. Y eso es a lo que más le temen los poderosos: que la gente explotada se organice y piense cómo mejorar su situación y que a partir de esa práctica cotidiana se asuma la necesidad de transformaciones revolucionarias. Por eso por más que a veces reconozcan la legitimidad de las reivindicaciones de los movimientos se encargan de negar o de tergiversar el sentido profundo de la lucha.
4. La era k y la criminalización de la protesta social..
Actualmente con el nuevo gobierno se ha intentado lavarle la cara al sistema. El presidente Kirchner ha prometido en reiteradas oportunidades que no va a reprimir la protesta social. Pese a eso continúa la brutalidad policial. Hubo dos piqueteros de la Corriente Clasista y Combativa asesinados en Jujuy. Feroces represiones contra la protesta piquetera en Mosconi en Salta y y en Neuquén contra el MTD del barrio San Lorenzo donde una bala policial le arrancó el ojo a un compañero. Hay más de 3000 luchadores sociales procesados por la justicia por “delitos’ tales como protestar, pedir alimento y ayuda social al gobierno, ocupar predios abandonados, resistir represiones y por cortar rutas.
Los medios las mayoría de las veces silencian los reclamos de las y los desocupados organizados. Le dan más importancia al derecho de los automovilistas a transitar libremente que al derecho a la alimentación, a la vivienda, a la educación, trabajo, y a la libertdad de expresión de quienes protestan cortando rutas pero abriendo caminos ante una realidad de miseria y hambre.
La mitad de la población es pobre, uno de cada cuatro no tiene trabajo, y mueren 100 niñas y niños de hambre por día. Y a pesar de esto para la prensa burguesa es más importante que los automovilistas puedan transitar libremente sin inconvenientes. Estigmatizan a los piqueteros como personas que no quieren trabajar, que sólo quieren vivir del subsidio que les da el gobierno ($150 o sea u$s 50), cuando en realidad quienes forman parte de los movimientos cotidianamente realizan esfuerzos colectivos para subsistir mediante diversos emprendimientos productivos, además de la autoorganización de la alimentación mediante comedores y merenderos.
La lucha cotidiana de los movimientos piqueteros no es visible. La situación de injusticia que hace de la lucha necesaria tampoco. Los poderosos tratan de aislar a quienes protestan y se organizan contra el hambre y la desesperación. Mientras llenan las calles de polic’as y gendarmes y el gobierno propone crear “brigadas anti piquetes”, los medios corporativos se concentran en mostrar como las organzaciones piqueteras molestan al resto de la sociedad cuando salen a manifestarse.
Confunden todo, intentando aislar a quienes siguen en las calles, menospreciando los motivos que hacen a la cotidiana rebeldía de luchar por el trabajo, la dignidad y el cambio social.
5. Un objetivo: en cada movimiento un centro autónomo de emisión de la propia voz.
Que quienes protagonizan las luchas sean quienes contruyan el relato, quienes emitan la información, ese es el intento. Para eso hace falta colectivizar los saberes mediante talleres con las herramientas disponibles. Va a hacer falta agitar bastante para conseguir las cosas que faltan (casi todo). Que las bases de los movimientos hagan su propia prensa. Que se enseñe a leer y escribir y también a editar boletines, a filmar, a fotografiar, a hacer radio, ese el aporte que quienes poseen esos conocimientos y están por el cambio social pueden hacer. Y que quienes ya hacen un periodismo militante se nutran de los conocimietos y las experiencias de los barrios. Una prensa popular surgida verdaderamente desde las bases lo requiere.