México: en contra de los proyectos neoliberales

Al emblemático desafío presidencial de “les guste o no les guste” se pondrá en marcha, el proyecto estratégico del Tren Maya, los zapatistas asumieron “la parte que nos toca de ese reto” y respondieron que defenderán a la Madre Tierra con su vida.
No dijo el EZLN que emprenderá acciones armadas, como se apresuraron a vaticinar quienes no se juegan la vida todos los días, pero los zapatistas dejaron claro que (nuevamente) están dispuestos a poner el cuerpo y organización para defender la tierra que guardan.



Los de abajo

En contra de los megaproyectos neoliberales

Gloria Muñoz Ramírez
La Jornada

Los pueblos mayas que hace más de tres décadas decidieron otro destino y que justo este primero de enero cumplieron 26 años de construirlo, mostraron este fin de año músculo, base organizativa, apertura y fortaleza para desafiar, con todo en contra, los megaproyectos neoliberales impulsados por el actual gobierno federal.

Al emblemático desafío presidencial de les guste o no les guste se pondrá en marcha, el proyecto estratégico del Tren Maya, los zapatistas asumieron la parte que nos toca de ese reto y respondieron que defenderán a la Madre Tierra con su vida.

No dijo el EZLN que emprenderá acciones armadas, como se apresuraron a vaticinar quienes no se juegan la vida todos los días, pero los zapatistas dejaron claro que (nuevamente) están dispuestos a poner el cuerpo y organización para defender la tierra que guardan.

Llevan 26 años apelando a la sociedad a construir junto a ellos una alternativa anticapitalista. Y prueba de que no se han cansado son los cinco eventos que en un solo mes organizaron en sus territorios: un encuentro de cine, otro de danza, uno de mujeres, uno de pueblos indígenas y la celebración del aniversario de su levantamiento. Encuentros en los que, como ninguna otra organización, abren sus puertas y dejan ver a quien quiera sus avances y tropiezos. Sólo una organización fuerte puede darse ese lujo.

Justo la experiencia de su autonomía, única en el mundo, es la que podría ponerse en riesgo en la defensa de su territorio. Es su carta más alta, el ofrecimiento más grande hacia adentro y hacia fuera el que, saben, podría lastimarse y el que, afirman, están dispuestos a que desaparezca si es el precio de su lucha por la tierra. El mensaje es profundo y no sólo simbólico. Lo están poniendo todo.

Hacia abajo los zapatistas interpelaron a su iguales: ¿A qué están dispuestos para detener la guerra que hay contra la humanidad?. Y, hacia arriba, preguntaron: ¿Están dispuestos los malos gobiernos a tratar de destruirnos al costo que sea, a golpearnos, encarcelarnos, desaparecernos y asesinarnos?. El Presidente respondió que él no es Salinas, que los zapatistas no están bien informados y que no le quitará la tierra a nadie. Falta.

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