Trabajando la autoorganización del barrio (Capítulo introductorio)

Autoorganizarse significa organizarse el barrio por sí mismo, no como apéndice o brazo de un partido o de alguna estructura que luego queda subordinada a otra estructura como la autonomía de los soviets (consejos) en Rusia fue aniquilada haciéndolos depender del soviet supremo.



Trabajando la autoorganización del barrio (Capítulo introductorio)

Jaime Yovanovic (Profesor J)

 

Autoorganizarse significa organizarse el barrio por sí mismo, no como apéndice o brazo de un partido o de alguna estructura que luego queda subordinada a otra estructura como la autonomía de los soviets (consejos) en Rusia fue aniquilada haciéndolos depender del soviet supremo.

 

Hay dos tipos de organización del barrio, la institucional y la autónoma. La institucional depende de las instituciones del poder, como municipalidades, juntas de vecinos o asociaciones barriales inscritas en el municipio, también son institucionales las ONGs al depender de fondos externos y autorización del estado. Se cuentan también como institucionales las estructuras del poder popular, pues aspiran a ocupar o substituir el poder central del estado, por lo que se llaman también “estructuras instrumentales”, siendo instrumentos o trampolines para la disputa y el asalto al poder.

 

La organización autónoma del barrio, que se refiere a la economía y la ecología, no necesita el poder central que dicta normas y comportamiento disciplinario para todos haciéndonos avanzar en la dirección y modos escogidos por la burocracia gobernante, sea de derecha o de izquierda, sino que junto a los barrios adyacentes estudia, organiza y desarrolla los factores y actores que forman parte de la comuna para administrarla desde abajo, o sea, desde las asambleas y consenso de los vecinos, o mejor, desde lo cotidiano de la vida.

 

Para autoorganizarnos trabajamos el oikos, de donde vienen las palabras eco-nomía y eco-logía. El oikos era en la sociedad patriarcal una especie de comunidad donde el patriarca, sus propiedades, tierras, mujer sometida, hijos y esclavos constituían un espacio llamado casa (sinónimo de oikos), que se convirtió en lo opuesto a la polis. Digamos que el oikos representaba el mundo de la vida y la polis el mundo de la política como arte y disputa del control de la polis (ciudad-estado) para administrarla desde arriba acorde a los intereses del grupo que controlaba el poder.

 

Es claro que no vamos a trabajar la semántica, sino la idea básica de esa casa común donde chocan los dos conceptos fundamentales del oikos: la economía con la ecología.

 

La ecología en general y en principio estudia los procesos de la vida, interacciones y adaptaciones; el movimiento de materiales y energía a través de las comunidades vivas; el desarrollo sucesional (evolutivo) de los ecosistemas y la abundancia y la distribución de los organismos y de la biodiversidad en el contexto del medio ambiente.

 

Sólo que para nosotros no existe el contexto ni el medio ambiente, conceptos con los que se nos separa del llamado “entorno” (lo que nos rodea), pues somos parte de ese todo, esa casa común, ese oikos. Por eso decimos “Todo es común”, “Todo es de todos”. La naturaleza y la madre tierra no son o no es nuestro entorno, pues somos parte de ella, de allí que hablamos de casa, oikos, comunidad y decimos que cada comunidad vive, participa y convive en y con su nicho ecológico.

 

La economía se refiere a la organización del uso de recursos escasos (limitado o infinito) cuando se implementan para satisfacer las necesidades individuales o colectivas, por lo que es un sistema de interacciones que garantiza ese tipo de organización, también conocido como el sistema económico. Las actividades económicas abarcan tres fases: producción, distribución y consumo.​ Como la producción depende del consumo, la economía también analiza el comportamiento de los consumidores con respecto a los productos.

 

De esa  manera la eco-logía viene siendo el estudio y equilibrio de nosotros mismos con el resto de las formas de vida, en tanto la eco-nomía es exactamente lo contrario, pues nomía significa ley, norma, gobierno, es decir, el ejercicio del poder sobre la vida y nace cuando el patriarcado rompe la autonomía de la vida (la autopiésis, facultad de producirse y reproducirse por sí misma) estableciendo la heteronomía, reglas ajenas, comenzando por el control de los vegetales (agricultura) y de los animales (ganadería) quebrando así el equilibrio y agrediendo la armonía del Ixofillmongen que en su traducción al castellano puede ser entendida como todas las formas de vida sin excepción alguna, incorporando al “Che” o persona en una posición no jerárquica respecto de otras formas de vida. Poniendo de relieve entonces que la vida mapuche no se concibe como individuo separado del mundo, sino que a partir de la relación con otros humanos y no humanos, tales como volcán, río, mawiza (montañas), entre otros. Ver https://www.alianzaterritorialmapuche.com/p/ixofillmogen.html

 

De esa manera comenzaremos en el siguiente capítulo a trabajar la economía barrial como forma de regresar a la armonía con nuestro nicho ecológico, es decir como administrar el barrio de forma natural, autosustentable, autogestionaria y autogobernante.

 

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