Chile: Movimiento Social Alianza Territorial Mapuche Pu Lof Xawun

Esta organización no busca tomar el poder del Estado, por lo tanto este movimiento no tiene carácter revolucionario, sino que más bien tiene preocupaciones vinculadas a las inquietudes que manifiestan todos los movimientos sociales, por ejemplo, cambiar la sociedad en su conjunto o, al menos, cambiar la posición que ellos tiene en la sociedad actual.
Este es un trabajo de doctorado académico, por lo que cualquiera duda o contradicción, debe resolverse mediante el acceso a los medios de la propia Alianza Territorial Mapuche ATM:
https://www.alianzaterritorialmapuche.com/
https://www.facebook.com/alianza.t.mapuche



 
Movimiento Social Alianza Territorial Mapuche
Pu Lof Xawun
Javiera Donoso Jiménez
Doctorado en Investigación en Ciencias Sociales
FLACSO México
 
Resumen
Desde la Conquista, el pueblo mapuche ha en-
frentado despojos y diversos pactos para mediar
la relación con la nación chilena. El gobierno de
Augusto Pinochet se aseguró la adopción de polí-
ticas económicas neoliberales, estimulando a las fo-
restales, principalmente, su instalación en la octava
y novena región del país y hacer uso de las tierras ma-
puche para la mega industrialización. Ello representó
un nuevo despojo a la población mapuche de sus terri-
torios y su confinamiento a reducciones. Es necesario
explicar las leyes reformuladas y promulgadas por los
gobiernos chilenos, como la Ley de Seguridad Interior
del Estado y la Ley Antiterrorista, herramientas here-
dadas que la democracia de Lagos y Bachelet dieron al
tratamiento al conflicto actual.
 
Antecedentes históricos del conflicto
 
Durante la invasión, conquista y
colonia española el pueblo mapuche
logró establecer un pacto con la Coro-
na que fijaba las fronteras del Reino hasta
el río Bío Bío; de donde partía el territorio
mapuche, hasta la Isla de Chiloé. Este pacto
implicó su reconocimiento y respeto en su auto-
nomía e independencia, por la Corona. Si bien es
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cierto, esta paz pactada fue intermitente
durante este período, lo dominante en las
relaciones fue la diplomacia y el comer-
cio. Esta anómala forma de respeto mu-
tuo se dio durante la colonia se dio como
consecuencia del fracaso en la Guerra de
Arauco (100 años) por parte de la Coro-
na. El segundo elemento, y más relevan-
te, fueron los parlamentos
1
liderados por
los jesuitas, lonkos (caciques) de las dife-
rentes comunidades y la Corona. Como
indica Rolf: “…estos vínculos entre am-
bas sociedades generaron una suerte de
“Leviatán”, un pacto fronterizo, homolo-
gable en sus diferencias, con el pacto ha-
cendal de la zona central. Ambos pactos
configuraban, a nuestro modo de ver, la
pro-nación chilena
2
.
Este tipo de relaciones se mantuvo hasta
bastante entrada la era Republicana. En
1852, se creó la provincia de Arauco en
la cual se estableció (bajo una serie con-
secutiva de leyes) una regulación sobre
las tierras mapuche a través de un sis-
tema reduccional. Dentro de las reduc-
ciones se les reconocería como dueños
de las tierras bajo la idea de propiedad
indígena, también su autonomía e in-
dependencia del poder central, con lo
que se estableció un pacto social entre
el pueblo mapuche y el Estado chileno.
Ocupada la totalidad del territorio
y fijados los límites con Argentina,
el Estado chileno implantó, por la
ley de 1866, su política reduccional.
Se entregaron entre 1884 y 1929 un
total de 2.918 Títulos de Merced, lo
que abarcó una superficie de 510.386
hectáreas, e incluyó a 82.629 mapu-
ches (lo que significa un promedio
de 6,18 héctareas por persona). El
69,8 % del número de reservas (es
decir un total de 2.038) quedó en la
actual región de la Araucanía (IX
Región). Las miles de pequeñas re-
servaciones configuran un verdade-
ro “archipiélago”
3
de tierras en las
regiones octava, novena y décima
4
.
(Foerster, R. 2001: 3)
Hacia 1953 se constituyó otro pacto con
las comunidades indígenas mapuche en
manos de la Dirección de Asuntos Indí-
genas, donde la autonomía se les respetó
pero se incorporaron ciertas exigencias,
como de institucionalizar la relación de
1 Levaggi, Abelardo. Tratado hispano-mapu-
che de Negrete de 1803.
Revista. Estudios
Históricos Jurídicos
[versión online] 2004,
No. 26, pp. 553-559. Disponible en <
http://
www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0716-
54552004002600018&script=sci_art-
text
.> [consultado el 30 /07/10]
2 Foerster, Rolf. (2009). Relaciones chileno
mapuche a la luz del pacto político en
Las
disputas por la etnicidad en América Latina: mo-
vilizaciones indígenas en Chiapas y Araucanía.
Chile: Catalonia, pp.104
3 La expresión es usada por Víctor Toledo
Llancaqueo en su manuscrito
Derechos y terri-
torios. Bases para las políticas públicas y ciuda-
danía del pueblo mapuche
(agosto de 1998).
4 Foerster, Roelf. (2001). Sociedad chilena
y sociedad mapuche: deuda histórica. En el
marco del proyecto Fondecyt N° 1000024
¿Demanda étnica o demanda etno nacional ma-
puche?,
a cargo de Rolf Foerster y Jorge Iván
Vergara del Solar. Agradezco a Sonia Mon-
tecino, a Larissa De Ruyt y a Jorge Vergara
Estévez sus comentarios
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los lonkos (caciques) con el Estado chi-
leno, pacto que fue necesario para mejo-
rar la
situación de precariedad en que se
encontraba el pueblo mapuche.
Estos pactos se conservaron hasta la llega-
da de la dictadura militar, específicamen-
te hasta 1978, cuando se promulgó la ley
de expropiación de tierras que anuló el
derecho a la propiedad comunitaria que
tenían los mapuche, la que estaba siendo
rescatada por una elaborada, cincuenta
años antes, por la dictadura de Ibañez.
El gobierno de Augusto Pinochet se
aseguró de la adopción de políticas eco-
nómicas neoliberales, y estimuló a las
forestales a instalarse en la octava y no-
vena región del país y a hacer uso, preci-
samente, de las tierras mapuche para la
mega industrialización, con el despojo a
la población mapuche de sus territorios y
su confinamiento a reducciones.
Sumando a lo anterior, es necesario ex-
plicar las leyes reformuladas y promul-
gadas por el gobierno, como la Ley de
Seguridad Interior del Estado y la Anti-
terrorista son las herramientas heredadas
que la democracia de Lagos y Bachelet
dieron tratamiento al conflicto actual.
Llegada la democracia y tras incidentes
de fuerte represión en contra de protes-
tas mapuches en el alto Bío Bío por la
instalación de megaempresas hidroeléc-
tricas, se creó la Ley de Desarrollo Indí-
gena 19,253 durante el año 1993.
En ella, el Estado reconoce que los in-
dígenas de Chile son los descendientes
de las agrupaciones humanas que existen
en el territorio nacional desde tiempos
precolombinos, que conservan manifes-
taciones étnicas y culturales propias y
que la tierra el fundamento principal de
su existencia y cultura.
Además, asume el deber de promover las
culturas indígenas, que forman parte del
patrimonio de la Nación chilena, por lo
que se puede decir que esta ley se limitó
a un pacto campesino, étnico-folclórico,
como afirma Foerster.
Alianza Territorial Mapuche Pu Lof
Xawún
La desigualdad que se vive en Chile ha
generado una desintegración aguda del
campo social
5
que implica una fuerte di-
ferenciación social, que crea nichos de
exclusión que generar conflictos. Esta
forma de exclusión impide a las personas
contar con las condiciones mínimas para
desarrollarse en igualdad de condiciones
con los demás ciudadanos, lo que genera
un fuerte descontento, malestar, frustra-
ción e impotencia frente a las condicio-
nes de injusticia social
Frente a este tipo de escenario político y
económico, los excluidos optan por ca-
nalizar esta frustración frente al Estado
a través de la protesta social violenta y
5 Véase los argumentos de Guiddens.
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exigen que el sistema
democrático y sus
beneficios de progreso lleguen a todos.
Así surge la
Alianza Territorial Mapuche
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que se organiza en torno
a una serie de demandas políticas que
buscan la integración a la democracia
6
a
través de la reivindicación de sus dere-
chos sociales, ancestrales y económicos,
planteándolo como una deuda histórica
que mantenía para con ellos el Estado.
La Alianza Territorial geográficamente
se ubica principalmente en la Región
de la Araucanía, consta de de mas de
130 comunidades mapuches, las que a
su vez se componen de 120 familias o
Lof
que logran concentrar una gran di-
versidad de grupos sociales dentro del
su propia etnia como comuneros, estu-
diantes universitarios, profesionales al-
tamente calificados, organizaciones de
mujeres, entre otros.
Este movimiento tiene como base irre-
ductible la acción colectiva contencio-
sa planteando objetivos comunes y soli-
daridad en una interacción mantenida
con las autoridades
7
por lo que se ha
mantenido como protagonista a partir
del año 2005 hasta la fecha en todos
los hechos de violencia política con y
contra el Estado chileno por lo que se
puede afirmar que iniciaron el tránsito
de la configuración fundamentalmente
subalterna a una reconfiguración ten-
dencialmente antagonista
8
, Iturralde
propone que:
Tal como se está planteando hoy
día, las demandas de los movimien-
tos indígenas constituyen una inter-
pelación al carácter de la sociedad
nacional y la naturaleza del Estado.
El desarrollo de estas demandas en
los últimos años ha contribuido a
definir el carácter de los movimien-
tos y organizaciones indígenas como
nuevos sujetos, en la medida que sus
reclamos comprometen cada una de
las instituciones fundamentales de la
nación, y han influido de manera im-
portante en la modificación de algu-
nas legislaciones nacionales e instru-
mentos normativos internacionales
9
.
La Alianza tiene demandas políticas,
económicas y sociales que, si bien es
cierto, responden a la necesidad parti-
cular que les atañe a ellos, congregan
6 Como movimiento social, los mapuches sur-
gen bajo la protección y estimulación de la
Iglesia Católica el año 1978, motivados por el
tema la ley que deroga la propiedad indígena
colectiva, y luego en oposición a la dictadura.
7 Tarrow, Sidney (1997).
El poder en movimien-
to. Los movimientos sociales, la
acción colectiva
y la política.
Madrid: Alianza.
8 Modonesi, Massimo (2009). Reflexiones so-
bre el cambio de época en América Latina.
Movimientos antagonistas y crisis hegemóni-
cas. Castellanos y Oliver (Coord.).
América
Latina y el Caribe, una región en conflicto. In-
tervencionismo externo, crisis de las instituciones
políticas y nuevos movimientos sociales.
Plaza y
Valdés/UNAM, Pp.73
9 Iturralde, Diego “Los pueblos indios como
nuevos sujetos sociales en los Estados Lati-
noamericanos” en
Revista Nueva Antropología.
Junio. año/vol. XI, número 039. México pp.33
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las aspiraciones de un grupo mayor de
personas que no necesariamente com-
parten su origen étnico. El movimiento
mapuche se encuentra hoy politizando
un conjunto de elementos que antes
no habían sido considerados en la es-
fera de la política de contingencia de la
sociedad civil y que afecta a todos los
chilenos. Esto quiere decir poner a la
ciudadanía a cuestionarse, presionar y
deliberar sobre temas como la privati-
zación del territorio nacional y la ex-
plotación y destrucción de los recursos
naturales del país:
La razón de existencia del pueblo
mapuche es mantener el equilibrio y
la armonía con la naturaleza, hoy día
en este territorio y en todas partes el
tema del calentamiento global es un
tema conocido a nivel del territorio
mapuche nos interesa recuperar en
primer lugar los recursos que existen
en estos territorios
10.
Dentro de esta misma esfera de politi-
zar lo no politizado, se incluye también
los derechos relacionado con la calidad
de vida e igualdad de oportunidades,
que tanto sufren los mapuches, pero
que no es una realidad única y exclusi-
vamente de ellos, sino que de un alto
porcentaje de ciudadanos chilenos:
“…En la misma línea hay montones de
situaciones que la población chilena
vive exactamente igual en términos de
marginación de la decisión política”
11
.
Otro elemento que está incorporado en
el discurso mapuche, pero que padece la
gran mayoría de los chilenos, es la vida
en libertad. Esta idea viene directamen-
te relacionada con la conservación de
las estructuras autoritarias, que se here-
daron de la dictadura militar y no se han
modificado considerablemente durante
veinte años de democracia.
Estaban simplemente, estaban pe-
leando por sus condiciones laborales
y él, fue tanta la represión, que se
fue con una máquina en contra los
carabineros y ahí lo hicieron polvo a
metralla. Eso es una demostración y
ha habido muchos muertos como ello
pero no sé por qué razón la población
chilena está tan metida en su televi-
sor en su fútbol que no se da cuen-
ta de lo que está pasando, entonces
hay muchos elemento comunes ¿qué
democracia? No hay nada. Hay una
canción muy buena de un grupo que
hace años decía “esto es toda la de-
mocracia que tenemos y no hay más y
arréglenselas como puedan”…
12
Un ejemplo de este es el uso y abuso de
la Ley Antiterrorista, que le da facultades
a los fiscales de encausar acciones contra
personas consideradas como
sospechosas
,
10 Entrevista durante trabajo de campo en mayo
del 2010:
Francisco Caquilpan, Yo soy parte de
distintas instancias mapuches
(Radioemisora
mapuche, primera radio emisora de Chile)
11 Entrevista durante trabajo de campo en mayo
del 2010:
Kalfunao profesional y funcionario
público mapuche miembro de la Alianza Territo-
rial Mapuche.
12 Ibíd.
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que permitía intervenir el teléfono, co-
rreo electrónico, utilizar sistemas de es-
pionaje, persecución y hostigamiento po-
licial. En esta misma línea, los mapuches
luchan por la no alineación de su cultura,
tradiciones, formas de vida y concepción
de las relaciones por parte del Estado y
las instituciones y sociedad chilena en
general. Mantiene su independencia po-
lítica: solamente desde ahí nace el con-
cepto de política mapuchista
13
.
Su organización interna se caracteriza
principalmente por su alto grado de in-
formalidad y espontaneidad, donde los
que prima es el bajo grado de diferencia-
ción, optando por un ordenamiento más
horizontal y vertical a la vez: “de donde
sean nuestros hermanos vamos a estar,
porque esto es transversal, aquí no hay
que tú eres dirigente de acá”
14
.
Por lo tanto, los movimientos indígenas,
y en particular el mapuche, se pueden en-
tender como un movimiento social
15
que
tiene un carácter institucionalizado pero
bajo las concepciones políticas mapuches
y no estatales. “(Lonko) digamos se ve por,
a través de la descendencia, pero cuando
ya ninguno de los descendientes del lonco
no cumple el rol o los requisitos, se elige a
la persona más anciano del lof”
16
Los movimientos indígenas como la
Alianza Territorial Mapuche ha elabo-
rado un proyecto político en el contexto
chileno que tiene como implicaciones en
la proyección nacional la recuperación de
su territorio: “Mire como nación mapu-
che, se supone que una nación es…tiene
su territorio, se compone de un territorio,
entonces nosotros estamos a eso, aboca-
dos a recuperar territorio, yo creo que esa
es nuestra meta, de recuperar territorio”
17
.
Además del territorio, la Alianza exige
el derecho a la libre práctica de cultu-
ra, y por ende ser reconocidos cultu-
ralmente por el Estado y la ciudadanía
chilena. Para lograr este objetivo ellos
plantean: “Tenemos 6 líneas de trabajo:
comunicación, educación, salud, for-
mación, todo el tema de recuperación
territorial, recuperación cultural y lo
económico, ahí nos movemos”
18
. Esto
13 Entrevista durante trabajo de campo en mayo
del 2010: Mijael Carbone Queipul,
huerquén
de la comunidad Temucuicui, quien hace las
actividades políticas dentro de la comunidad,
personaje más destacado y vocero oficial de la
Alianza Territorial Mapuche.
14 Fuente
Daniel Ancavil Millalen: Soy el repre-
sentante, el presidente del Consejo mapuche de
Manquehue que es un territorio que está aquí en
la comuna de Padre de las Casas, procesado por la
justicia militar por recuperación en recinto milita
r.
15 Valdés, Marcos. (s/f).
Los pueblos originarios y los
movimientos sociales
, pp. 5. En <http://www.ma-
punet.org/documentos/mapuches/movimien-
tos_sociales_pueblos_originarios.pdf>
16 Entrevista durante trabajo de campo en
mayo del 2010:
Alberto Pascual Curamil
Millanao, huerquén de la comunidad Pancho
Curamil comunidad perteneciente a la Alianza
Territorial Mapuche.
17 Ibíd
18 Entrevista durante trabajo de campo en mayo
del 2010:
Francisco Caquilpan, Yo soy parte de
distintas instancias mapuches
(radio emisora
mapuche que es la primera radio emisora de
Chile).
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ha ido a avanzando paulatinamente a
medida que pasa el tiempo siendo la ma-
nifestación
más importante la educación
bilingüe o recuperación de sus lenguas
nativas apoyadas por el Estado.
Dentro de sus demandas se incluye el
acceso a los beneficios del desarrollo ma-
terial y económico que se ha dando en
sus ancestrales tierras luego de ser des-
pojados de ellas y por supuesto luchan
contantemente por la recuperación de
su autonomía:
…lo que nosotros queremos, autode-
terminarnos nosotros mismos, tener
los recursos y cuando seamos nación,
cuando tengamos que manejarnos
nosotros propios, tener los recursos,
manejarnos nosotros, sembrar noso-
tros y tener también contacto de otra
nación, de otro país, se autónomo,
ese es nuestro pensamiento que tie-
ne el pueblo mapuche, eso es lo que
nosotros aspiramos. Porqué hoy día el
pueblo mapuche no es el pueblo, ya, el
Estado no nos ha podido responder
19
.
Esto va en completa concordancia con
todas y cada una de las demandas del pue-
blo mapuche, en general, y de la
Alianza
Territorial Mapuche,
en particular; donde,
en primera instancia, todo gira en torno
a la recuperación de su patrimonio histó-
rico y cultural a través de la re-educación
de los niños y jóvenes en las tradiciones
del pueblo. Ello les permite crear un
marco argumentativo de las demandas
que van en busca de la recuperación de
las tierras que les permitiría constituirse
como pueblo- nación nuevamente y así
ejercer su autonomía en plenitud:
Así entendemos la autonomía, o sea
la autonomía la entendemos como
nuestra decisión de determinar no-
sotros lo que queremos y de hacer
nosotros lo que queremos, lo que
definimos. Por eso te planteaba que
estamos en esta idea de cómo somos
capaces en tanto sociedad de refor-
mular el Estado, de plantearnos un
Estado multicultural, un Estado plu-
rinacional y eso te cambia las reglas
del juego
20
.
Este tipo de proyecto evidencia una gran
capacidad organizativa desarrollada en-
tre varias comunidades pertenecientes al
mismo grupo étnico, la que se encuentra
técnicamente asesorada por profesio-
nales de confianza, lo que implica que
existe una preparación educativa de al-
gunos miembros con el fin de canalizar
de mejor manera sus demandas y lograr
de manera exitosa su concreción.
La
Alianza Territorial Mapuche
está com-
puesta por diversos grupos, como profe-
sionales, asalariados, estudiantes universi-
tarios, campesinos, dueñas de casa, niños,
19 Entrevista durante trabajo de campo en mayo
del 2010:
Juan Millanao lonko de la comunidad
Pancho Curamil comunidad perteneciente a la
Alianza Territorial Mapuche.
20 Entrevista durante a trabajo de campo en
mayo del 2010:
Francisco Caquilpan, yo soy
parte de distintas instancias mapuches
(radio
emisora mapuche que es la primera radio
emisora de Chile).
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jóvenes, adultos. Por ejemplo, las jóvenes
mapuches luchan desde diferentes flan-
cos, como universitarias, mujeres, sectores
excluidos de la participación económica,
pero bajo el mismo ordenamiento: la lucha
mapuche. Lo anterior permite concentrar
la energía social y no dispersarla. Los gru-
pos socioeconómicos no actúan como tales,
sino en nombre de actividades atribuidas:
Si nosotros tenemos que manifestarnos
y decirles y asesorarlos, porque tenemos
un equipo de ejecutivos con profesio-
nales tanto abogados, arquitectos en
nuestro equipo, asistentes sociales, en
lo que nosotros podamos colaborar va-
mos a estar siempre llanos
21
.
Lo anterior se lograría gracias a que du-
rante el gobierno de Salvador Allende,
y todos los sucesores, incluyendo la dic-
tadura militar, otorgara becas de estudio
que facilitaron construir el capital edu-
cación con que hoy cuenta la sociedad
mapuche, por lo que el movimiento
tiene un carácter transversal en relación
con las clases pues está constituido por
una diversidad de agentes quienes parti-
cipan en diferentes clases sociales y tam-
bién en diferentes objetivos de luchas.
Como buen movimiento social, la Alian-
za Territorial Mapuche ha elaborado una
serie de consignas que ha activado una
serie de acciones como las quemas, las
recuperación de territorio, las marchas
masivas, la paralización del tránsito que
ha permitido crearles una identidad que
es fácilmente reconocida por las autori-
dades como por el resto de la ciudadanía.
La violencia colectiva es un fenóme-
no que se verifica cuando los grupos
sociales entran o salen del sistema
político, cuando están adquiriendo
o perdiendo posiciones en una lucha
por el poder. Cada sistema político
tiende a mantener sus límites y a fi-
jar criterios de pertenencia para sus
miembros. De aquí la necesidad de
someterse continuamente a verifi-
caciones de pertenencia y de resis-
tencia, sea la presencia de nuevos
miembros, sea de ceder las posiciones
conquistadas. De este modo la vio-
lencia colectiva se manifiesta cada
vez que existe un empuje de grupos
excluidos que intentan entrar en el
sistema político, o bien cuando gru-
pos ya representados, no quieren per-
der los privilegios que gozan
22
.
Tarrow plantea que la acción violenta
por parte de los movimientos sociales
es la que, sin lugar a dudas, ofrece ma-
yor capacidad de concentrar la atención
del oponente y la sociedad en general.
Esto es claramente comprobable a nivel
histórico como contemporáneo, ya que
logra hacer visible lo nunca antes visto
21 Fuente
Daniel Ancavil Millalen: Soy el repre-
sentante, el presidente del Consejo mapuche de
Manquehue que es un territorio que está aquí en
la comuna de Padre de las Casas, procesado por la
justicia militar por recuperación en recinto milita
r.
22 Tilli, C. (1988). Las teorías de los movimien-
tos sociales. En
Cuadernos de Ciencias Sociales
Teoría de los movimientos sociales.
Secretaria
General Facultad Latinoamericana de Cien-
cias Sociales.
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con
atención y lo convierte en noticia
y preocupación generalizada por quienes
añoran el control social.
La mayor parte de las formas tradicio-
nales de acción colectiva se centran
en la violencia, o en la amenaza de
la violencia, porque era la forma de
acción colectiva que más fácilmente
podían emprender grupos locales ais-
lados, analfabetos y enfurecidos. Pero
la violencia es utilizada igualmente
por movimientos mayores con el ob-
jetivo de aglutinar seguidores, deshu-
manizar a sus oponentes y demostrar
el coraje del movimiento
23
.
Por lo tanto, la violencia dentro del
contexto de la protesta social tiene más
un carácter comunicacional, es decir,
permite aumentar los niveles de visibi-
lización del movimiento, sus demandas
y argumentos, porque esta violencia
política no tiene un carácter de ajusti-
ciamiento por lo que no tiene atentar
contra la vida de las personas, sino más
bien contra la propiedad y bienes.
Como medida de presión queremos
hoy día manifestar tal como le decía
yo acá, tal vez de una manera muy
distinta, decirle mire el gobierno hoy
día no lo escucha, el gobierno hoy
día cierra la puerta para no recibirnos
entonces nosotros queremos publicar
tal vez tomándonos la carretera acá
pero de una manera obviamente pa-
cífica y decirle esto y ellos se enojan
cuando nosotros le cortamos el trán-
sito y estamos diciendo, mire esto es
lo que nosotros queremos, que el go-
bierno nos escuche
24
.
Además, su acción en términos externos
se rige por políticas de protesta basada
en exigencias formuladas en términos
predominantemente negativos:
…aquí estamos luchando por nuestro
pueblo y lo vamos a seguir haciendo
con la misma fuerza, aunque nos pro-
cesen la justicia militar, aunque nos
acusen de terrorismo, aquí yo no me
escondo de nada y no tengo porque
hacerlo y el que quiera atacarnos que
se atenga a las consecuencias porque
el pueblo mapuche se está levantando
y lo está haciendo con mucha fuerza
25
.
Como se evidencia, esta organización no
busca tomar el poder del Estado, por lo
tanto este movimiento no tiene carácter
revolucionario, sino que más bien tiene
preocupaciones vinculadas a las inquie-
tudes que manifiestan todos los movi-
mientos sociales, por ejemplo, cambiar
la sociedad en su conjunto o, al menos,
cambiar la posición que ellos tiene en la
sociedad actual:
23 Ibíd. Pp 139.
24 Entrevista durante a trabajo de campo en
mayo del 2010:
Alberto Pascual Curamil Milla-
nao, huerquen de la comunidad Pancho Curamil
comunidad perteneciente a la Alianza Territorial
Mapuche.
25 Daniel Ancavil Millalen:
Soy el representante,
el presidente del Consejo mapuche de Manquehue
que es un territorio que está aquí en la comuna
de Padre de las Casas, procesado por la justicia
militar por recuperación en recinto militar.
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Pero nosotros cuando acá hicimos
una manifestación para poder di-
gamos…eh,
eh…manifestarnos
ante este Estado, digamos racis-
ta…eh…estuvimos acá presente,
nos paramos en la carretera para
decirles “mire acá, a nosotros, a el
territorio Pehuenco.
Se manifiesta porque la superficie
que nosotros hoy día adquirimos no
es suficiente para las familias que
hoy se han multiplicado y por lo
tanto los problemas nuestros no ter-
minan acá con diez hectáreas de tie-
rra…ya… no es suficiente para nues-
tra…para el desarrollo económico,
entonces frente a esa manifestación
vienen fuerzas especiales del GOPE,
una fuerza militar a dispararnos, sin
importar quienes estábamos ahí, sin
medir consecuencias. Habían mu-
chas mujeres que nosotros acá por
respeto y de algo muy ancestral, no-
sotros decimos “
las mienes
”, ñañas,
niños que estaban presentes y ellos
disparando a quemarropa, o sea, sin
medir consecuencia
26
.
El Estado chileno no reconoce la pro-
testa social violenta como evidencia de
un conflicto político, económico y social
grave que se está viviendo en el país en
diferentes escalas en diversos grupos de
la sociedad, sino que más bien opta por
negar esta realidad y catalogar la protes-
ta social violenta como actos criminales
y desaprovecha el régimen que le per-
mitiría dar solución a este conflicto de
manera democrática.
El sistema democrático chileno ha op-
tado por procesar el conflicto social que
critica directamente la estructura eco-
nómica y política neoliberal a través de
la violencia política con la utilización de
los instrumentos de fuerza, coerción y
represión del Estado. Además de lo ante-
rior, los gobiernos de izquierda de la de-
mocracia moderna chilena optaron por
procesar el conflicto mapuche utilizando
leyes como la de Seguridad Interior del
Estado y la Antiterrorista, herencia de la
dictadura militar que el mismo Ricardo
Lagos y Michelle Bachelet sufrieron, pa-
decieron y exigieron que se castigara