Chile: hacia los municipios autónomos
Jaime Yovanovic (Profesor J), abogado constitucionalista.
Primera parte. LA PROPUESTA DE LOS MUNICIPIOS AUTÓNOMOS
Los municipios autónomos son la forma local del autogobierno del pueblo, que no son legales porque no están contemplados en la ley ni son ilegales debido a que no atentan ni se oponen a ninguna ley.
No son opuestos ni interfieren con las municipalidades instituidas por la Constitución del estado chileno y si hay problemas por el uso de la palabra “municipio”, donde ello suceda pueden utilizarse otros nombres.
Si bien no derivan de una constitución de estado, son creación de la democracia barrial como expresión de la soberanía popular, que antecede a toda constitución, como antecede a toda constitución el debate de si procede o no contar con un ejército profesional subordinado al estado.
También antecede a la discusión de cualquiera constitución si acaso el pueblo chileno estará subordinado a las formas de estado y gobierno derivadas de la teoría de los tres poderes de Montesquieu o a alguna otra teoría o a una propuesta derivada del propio ejercicio de la democracia directa.
La democracia de las relaciones sociales es previa a cualquiera constitución, pues la soberanía popular puede decidir que en vez constitución, el pueblo o los pueblos de Chile y los pueblos ocupados de donde debe retirarse el estado chileno, deberían regirse por un pacto social como carta magna. Bien puede ocurrir, esa es la libertad de la democracia directa, pues la democracia formal de la verticalidad e individualismo del voto “representativo” hasta ahora sólo ha permitido la existencia de capas burocráticas aferradas al poder o deseosos de llegar a ocupar los altos cargos, y no bastan los discursos y promesas de que esta vez no será así. Ya no hay más base para creer en los discursos “éticos” de los partidos, pues cada uno tiene su propia ética que será defendida por los afiliados de cada tienda política.
De esa manera, los municipios autónomos forman parte de la democracia directa de la población y anteceden a cualquier acuerdo nacional, que tendrá que acogerlos en tanto el debate constitucional sigue abierto y las distintas opiniones maduran su ejercicio y reflexión. Esto quiere decir que hemos probado bastante el método de la teoría de los tres poderes y de la fuerza militar profesional estatal, y por lo tanto estamos con el pleno derecho de instituir nuevas modalidades desde abajo y practicarlas demostrando que hacen bien a todos.
Así mientras las burocracias discuten allá arriba y todos los partidos, los buenos y los malos, ordenan cada uno las filas de sus seguidores para continuar la teoría del poder centralizado, nosotros los de abajo, en vez de discutir con ellos, organizamos nuevas formas de vivir que sean demostrables que hacen bien a todos, independientemente que tenga una ideología de izquierda, de derecha o simplemente no tenga una teoría social. Y a través de esa práctica mostramos a todos que será para mejor, no para que ganen unos contra otros, ya que los únicos que tendrán algo para perder, serán los que hasta ahora tienen mucho para ganar, para decirlo claramente se trata de las empresas que viven destruyendo la naturaleza y aniquilando la vida del campo para amontonarnos en las ciudades, ya que hoy día en la crisis del virus y la incapacidad de los estados para enfrentarlo y cuidar la salud y la vida de la gente, se está enfrentando con el aumento de la centralización y el autoritarismo para imponer una forma de disciplinamiento social de ovejas, con mayor motivo necesitamos hoy avanzar hacia la construcción de los municipios del pueblo unido donde podamos discutir y practicas por abajo las nuevas formas del debate constitucional.
2ª parte: PASOS A SEGUIR PARA CONSTRUIR MUNICIPIOS AUTÓNOMOS
A.-ADMINISTRACIÓN VECINAL DE LOS BARRIOS Y POBLACIONES
La democracia directa en el barrio significa que todos y cada uno tienen voz y voto horizontalmente hablando y los acuerdos se obtienen por consenso, o sea, al no haber peleas de partidos y apetitos de poder, los vecinos se encontrarán en su salsa y podrán acercar posiciones en la asamblea barrial que en su primera actividad debe seleccionar las tareas o necesidades que hay que enfrentar y los responsables o participantes.
Hay que comenzar con dos tareas básicas y una o dos complementarias, para luego de a poco incorporar otras funciones: La primera tarea es la salud y la segunda es la alimentación. En tercer lugar está la juventud y niñez.
Las formas y métodos en la salud tendrían que incorporar a los estudiantes y profesionales de la salud que habiten allí junto a conocedores de medicina oriental, mapuche, holística y natural. Hacer un catastro de enfermos, tercera edad y organizar cuidados mínimos, tomar la fiebre diariamente y tomar nota diaria del estado de la garganta, pulmones y respiración en general. Que nadie del barrio quede por fuera de la atención y cuidado. La asamblea y el equipo de salud deben establecer una especie de reglamento o pauta de cuidados, así como los modos de controlar la entrada, salida y circulación de personas en el barrio.
Sobre la alimentación, el tema se irá agravando por la disminución del efectivo circulante y el aumento de la circulación virtual, pero más que nada por la falta del ingreso de los trabajos informales, pololos y venta de calle. El estado y algunos empresarios van a llevar cajas y canastas miserables para calmar aguas y mejorar imagen, buscando generar dependencia, al menos por un tiempo, ya que nadie aguanta mantener millones de hambrientos acostumbrados a vivir de las migajas del circulante que dejan las grandes empresas destructoras, es decir a la “normalidad” que desean recuperar.
Partimos de la base que esa “normalidad” ya no regresa y es necesario tomar en serio la nueva fase en que estamos, que nos lleva a construir otra economía donde podamos producir el alimento, esto es pasar de consumidores a productores-consumidores, lo que se llama prosumidores, para lo que necesitamos dos cosas: la tierra y la agricultura, lo que significan unos tres a seis meses para poder llevar alimento a la olla, de manera que tenemos una primera fase que es de preparación, en la que para alimentarnos vamos a necesitar cooperación y apoyo mutuo para las ollas comunes donde capacitaremos a la gente para la segunda fase, informaremos, prepararemos y haremos actividades con ellos, tales como el catastro de los terrenos baldíos, municipales y fiscales para la agricultura urbana, acopio de semillas e instrumentos de labranza, pues ya estamos hablando de pasar a fases superiores a la huerta.
La tierra hay que ablandarla desde hoy y plantar por separado papas y tomates que pueden estar produciendo antes de seis meses y brócolis, acelga y beterraga en menos tiempo. Los tiempos y variedades, la ubicación y porcentajes de tierra van a precisarlos en cada barrio los encargados de la alimentación, que deberían incorporar estudiantes, profesionales y conocedores de agronomía, agroecología, huerta, etc.
Los barrios y poblaciones próximos a los límites urbanos deberían estudiar los terrenos rurales adyacentes para incorporarlos a los planes de alimentación y la idea general es acercarnos a la autosuficiencia del barrio liberándose de la dependencia de las redes mercantiles y estatales que tienen intereses diferentes a los de la población.
B.-COMENZAR EN CASA Y LA CUADRA
Las tareas de administración del barrio en dirección hacia los municipios autónomos, no podrían realizarse con sentido y eficacia sin una seria modificación de los lazos y prácticas patriarcales de los hogares por lo que habría que pensar en hacer en cada casa una especie de asamblea o consejo democrático horizontal presidido por la madre que distribuya las tareas domésticas entre todos los miembros del hogar, incluyendo a los niños y jóvenes.
PENSANDO A FUTURO
Los municipios autónomos en vez de organizarse como estado podrán reflexionar sobre la idea de federarse horizontalmente con los lof mapuche, los ayllus andinos y demás modos de la autoorganización comunitaria de los pueblos originarios.
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Este texto es otro pretexto en el contexto y es sólo un borrador para que acreciente o corrija usted. Ponga de su cosecha, sembremos entre muchos y cosechamos todos.