Pedagogía y escuela en la transición del patriarcado al común

La noción de sujeto no tiene mucho que ver con ese concepto de la ideología que coloca al hombre como el centro del universo, sino que el sujeto individual es un constructo derivado del modo de vida instalada por el patriarcado que destruyó el común, la comunidad, el hormiguero humano, el enjambre humano, capturando a la mujer que hacía de tronco y savia de la especie, y se puede comprender fácilmente comparando a la comunidad humana con un racimo de uvas, que al ser desarticulado, retirada cada uva de su rama que conecta con la raíz y por su intermedio con la tierra, el racimo se desgrana. Eso somos hoy día, somos seres desgranados, seres disgregados, pedazos de ser humano, ya que el ser humano es común.



Pedagogía y escuela en la transición del patriarcado al común

Por Jaime Yovanovic (Profesor J), Universidad Libre.

 

INTRODUCCIÓN

Aclarando algunos conceptos:  

Pedagogía y educación: La vida es autopoiética, es decir que se produce y reproduce a sí misma, de ese modo la educación o pedagogía es parte de la subjetividad de dicho proceso, siendo la subjetividad la producción de sujeto y el sujeto -según la concepción de la omnipresencia del Yo instalado en la ruptura patriarcal del común- es el individuo, lo que definimos como la noción antropocéntrica del mundo y de la vida, justificada por las ideologías del binarismo ideológico que gira en torno al poder: la ideología religiosa (tergiversación de la espiritualidad para someterla al poder) y la ideología política (la disputa y administración del poder) que subordinan, disputan y comparten  el resto de las ideologías y sus variantes, como la ideología técnico-científica que se apoya en la racionalidad instrumental (capacidad de la razón individual para definir objetivos y organizar los pasos secuenciales que llevarán a él).

En realidad la noción de sujeto no tiene mucho que ver con ese concepto de la ideología que coloca al hombre como el centro del universo, sino que el sujeto individual es un constructo derivado del modo de vida instalada por el patriarcado que destruyó el común, la comunidad, el hormiguero humano, el enjambre humano, capturando a la mujer que hacía de tronco y savia de la especie, y se puede comprender fácilmente comparando a la comunidad humana con un racimo de uvas, que al ser desarticulado, retirada cada uva de su rama que conecta con la raíz y por su intermedio con la tierra, el racimo se desgrana. Eso somos hoy día, somos seres desgranados, seres disgregados, pedazos de ser humano, ya que el ser humano es común.

 

Ese montón de uvas desagregadas somos nosotros y pensamos cada uno como un universo, con un ego inflamado a cada instante en la vida y en cada lugar, somos el producto de nuestra familia, nuestros padres y el contexto social que nos rodea, por lo que debemos dar marcha atrás y regresar la película, caminar hacia la raíz nuevamente en lo que llamamos proceso de transición del patriarcado al común, o el regreso, el retorno, para comenzar otra vez.

 

Así la subjetividad de un sujeto que no existe, pues esas uvas sueltas no producen nada más que el jugo de la exprimidora de cuartel al ritmo de la manivela que hacen girar los oficiales y jefes de los aparatos del poder, debería ser la subjetividad de un sujeto que se rearma a sí mismo en común, que expresa así el carácter autopoiético de la vida: ese sujeto de la especie se produce y reproduce a sí mismo y no va encontrar la ruta que tracen los intelectuales, que sin querer queriendo van a reproducir –en ellos- la figura de un dios con un farol en la mano que alumbre el camino siguiendo la vieja racionalidad instrumental, sino que la va a encontrar en la memoria histórica de la especie que porta cada cuerpo, independientemente de sus funciones biológicas reproductivas, que para el caso no vienen, ya que hablamos entendiendo que todo humano y cuerpo humano es parte del proceso general de la reproducción de la vida y ello porque siendo individuo deja de serlo para destinarse sólo -y a veces- a la reproducción biológica con todos los placeres incluidos que reforzarán por vía hedonista y endorfínica ese ego que no encontrará la salida a menos que se haga un harakiri individual y camine hacia dentro de su cuerpo y el de los otros para leer juntos los escritos enigmáticos y lenguajes arcanos de los millones de años de vida que dieron origen a nuestra especie, así como los millones de años que ha tomado para producirse.

 

El sentido pragmático, utilitarista e instrumental del “conocimiento” requiere afinar y reducir los espacios y alcances de los saberes, por lo que los patriarcas comienzan a delimitar funciones y los saberes específicos para cumplirlas partiendo con la ruptura del cordón umbilical con la madre tierra alcanzando casi simultáneamente la ruptura del común mediante la captura y sometimiento de la mujer, con la ruptura y sometimiento de la naturaleza mediante la agricultura y la ganadería.

 

CAPÍTULO UNO

La pedagogía y la educación:

 

En esta sociedad patriarcal la subjetividad ya no proviene de la acción de vida del sujeto común, sino del sujeto dominante que orienta la vida de todos según sus intereses. De esa manera las escuelas, pedagogía, formación de profesores y la educación en general se dirigen a la formación de un sujeto individual cuya comprensión del mundo y su “capacitación” vocacional profesional encuentre su lugar en la máquina ya establecida con los debidos efectos de retribución del sentido utilitarista y su inserción en el mercado y circulación de mercancías, algunas de las cuales han pasado a llamarse “servicios”.

Una de los mejores análisis de esto lo hace Iván Illich en su libro Desescolarización, donde denuncia el papel del estado y recomienda abrirse paso en la educación y pedagogía por fuera de los carriles oficiales, donde entendemos que hacen nata las diferentes filosofías e ideologías que disputan el poder y, por lo tanto asumen la pedagogía como trasmisión de conocimientos y subordinación a la verticalidad del patriarcado.

 

La educación normalmente es la enseñanza o entrega –transmisión- de valores y conocimientos específicos mediante métodos que se llaman  pedagogía y esos métodos son establecidos por el poder mediante la designación por parte del gobernante que ha ganado la competencia electoral que asegura la continuidad, de un secretario o ministro de educación que lleva adelante las ideas del partido vencedor para aplicar en centros de encierro llamados escuelas lo que los religiosos de la invasión colonial llamaban evangelización, actualmente con evangelizadores subsumidos mediante las leyes del mercado, es decir a través del contrato, el salario, la productividad, el balance, el control, el juzgamiento y la sanción.

 

La ideología de los partidos que disputan el poder del estado, de izquierda o derecha, capitalistas o socialistas (nombre dado al capitalismo de estado), requiere que sus respectivos evangelizadores prediquen con el ejemplo, es decir que su relación con los educandos sea estrictamente comercial, vertical y autoritaria con el dichoso farol en la mano. Ello nos lleva a rescatar la propuesta de Illich de la desescolarización, es decir no a las escuelas estatales, u por supuesto tampoco las privadas, de iglesias, de masones, de municipios o de filosofías buenitas y saludables que entregan corderos al matadero.

 

Para ejecutar un proceso pedagógico no escolarizado, no podemos hacerlo entre profesores o intelectuales, y lo primero que hay que hacer es tomar distancia de las metodologías, escuelas y escuelitas que son dirigidas por partidarios del poder o que quieren disputarlo, que para el caso vienen siendo lo mismo, cada uno con sus propios evangelizadores que al mismo tiempo son archi enemigos de los evangelizadores del otro bando, se desprestigian unos a los otros y transforman la educación en coto de caza y divisionismo permanente, lo que muy poco ayuda al sujeto social, al sujeto protagonista de los cambios, al ser humano.

 

No vamos a hablar aquí de las escuelitas libres de las corrientes estatistas provenientes del viejo guevarismo o de otros grupos por el estilo, sino en primer lugar del proceso necesario para desde abajo, desde los cuerpos entretejidos de la comunidad humana, surja el deseo y la necesidad de la autopoiésis o producción y reproducción de la vida y de la cultura

 

Entendemos que hoy vivimos en medio de intensas discusiones y debates sobre el pasado, el presente y el futuro de la humanidad y del planeta, donde llueven las propuestas, lamentos, gritos y cuchicheos, mientras el sistema nos encierra, nos separa y prepara las condiciones tecnológicas del mejorado Gran Hermano, de un mayor disciplinamiento social y un cambio brusco en las condiciones de circulación y acceso al dinero, con cierres masivos de fuentes laborales, ultra concentración tecno-ciber-industrial, liquidación en masa de ancianos, etc. Las capas integradas a las fuentes laborales serán cada vez más reducidas y se expandirán en los ámbitos de la tecnología, cibernética, robótica y áreas que puedan ser manejadas a distancia con los nuevos sistemas de comunicaciones del G5. Todo ello hará innecesarios los bosques que siguen siendo incendiados mientras se preparan nuevos y más profundos ataques hacia las selvas para aniquilarlas y constituir esas ciudades modelo que se están probando en muchas partes desde la fundación de Brasilia en plena selva hasta las super-ciudades chinas de alto standard.

 

Y todo ello con grupos guerrilleros que heroicamente evocan el canto del cisne sembrando semillas de falsa esperanza –estatal además- para los parias del mundo mientras los estados acrecientan la militarización.

 

En ese contexto hay que ser bastante realistas y no “esperanzadores”, de modo que vamos directo al hueso y digamos al pan: pan, y al vino: vino.

 

Después del estallido social en Chile, se produjo un repliegue social hacia barrios y poblaciones, que fue mal entendido por los partidos que aspiran al poder, ya sea por las elecciones o por otros medios. La mayoría de los cabildos y asambleas vecinales se dividieron en dos: los que hacen de base de sustentación de un estado progresista y de izquierda por vía institucional, o sea integrada, mediante una nueva constitución de estado, que no entienden que una nueva constitución no modifica el poder, sino que abre solamente la disputa sobre más o menos derechos (ex UP, DC, PRO y FA), y los otros que quieren abrir la discusión desde abajo para esa nueva constitución, que tampoco van a debatir el tema del poder, pues quieren alcanzarlo también (como los grupos miristas, frentistas y trotskistas). Esas dos corrientes fueron las mayoritarias en los agrupamientos vecinales, pero hoy día se están acercando, reflexionando e intercambiando hacia el tercer grupo de cabildos y asambleas: los autónomos, que en esta fase de cuarentena y aislamiento social están adquiriendo un protagonismo creciente debido a que sus preocupaciones y esfuerzos se centran más en la construcción de nuevas relaciones que en la lucha por el poder o entre partidos políticos.

 

He ahí un nuevo sujeto histórico, el sujeto vecinal que no se proyecta como base de un nuevo estado, sino como la creación de otro modo de vivir, de cuidarse y de alimentarse, y al no ser base de otro estado, no tiene vocación global estatal o de fronteras, sino vocación local y, por lo tanto, universal.

 

Así es que hablamos de un sujeto que al ser vecinal, es un sujeto común, no un sujeto singular ni un sujeto plural (de muchas individualidades), que ya puede decirse al fin que es un sujeto Nosotros (no un nosotros como un montón de sujetos Yo, sino una especie de simbiosis, una especie de yosotros) un sujeto que trasciende las ideologías y las clases y ya está en condiciones de recuperar la esencia humana natural que es la comunidad pre-patriarcal integrada al mundo natural que le rodea y del que forma parte: el nicho ecológico.  

 

La dinámica de este sujeto vecinal presenta dos componentes básicos: el primero es la formación de un núcleo afectivo o de casa no patriarcal asentado en una especie de democracia horizontal en el hogar que tiene como eje a la mujer y como práctica la distribución de las tareas domésticas entre todos. El segundo componente es la relación más estrecha entre vecinos partiendo con los de los lados, de la cuadra y de la manzana, continuando desde allí hacia el barrio y población con la finalidad de administrar el barrio o la población entre ellos.

 

Una de las tareas de estos dos componentes básicos es la educación y la pedagogía, que contempla arte y cultura, por lo que desde la asamblea y vecinos voluntarios se constituye una comisión o brigada pedagógica que tiene a su cargo la autopiesis cultural, que es la tarea de producir en común y reproducir entre todos la subjetividad, la escritura, los idiomas, la cultura, el arte, la cosmovisión, la espiritualidad, las comunicaciones, los deportes, la ciencia y las maneras específicas de conocer, comprender y realizar las diferentes formas de vivir, alimentarse, cuidarse y disfrutar , empezando con el conocimiento y utilización de las formas y métodos de las civilizaciones y pueblos ancestrales que fueron sometidos pero no aniquilados por la colonización y su extensión estatal (la colonización interna).

 

La educación y pedagogía no es una actividad separada del resto de las actividades que producen y reproducen la vida, ya que la escolarización rompe la continuidad de auto-reproducción de la vida, sus componentes y formas de uso para permitir la mala formación del individualismo de la artificialidad de las tentaciones del poder y de la riqueza privada en que las personas retiradas del común se transforman en garrapatas para escalar posiciones económico-sociales aplastando a las otras, por lo tanto todo es compartir y hacer juntos.

 

Como entendemos que estamos en una fase en que la humanidad está amenazada en su salud y sobrevivencia en el planeta y eso ha llevado en todas partes a notables procesos de autooganización y autogestión de modos prácticos e inmediatos de sanidad, cuidados y alimentación, creemos que las principales tareas de la educación en esta fase deben centrarse en la producción, entendimiento y reproducción masiva en tres factores específicos.

 

Primero: modos de organización en común, o sea formas de vida comunitaria o compartida partiendo de las tareas domésticas compartidas en casa y siguiendo con el acrecentamiento de las relaciones vecinales para la administración de los barrios y poblaciones, dos condiciones básicas para el autogobierno local en forma comunal, desconociendo las estructuras estatales como municipalidades, regionales ministeriales, gobernaciones, estado y ministerios, pero sin oponerse ni incurrir en ilegalidades, ya que lo legal son las cadenas estatales, y lo ilegal es la otra cara de la misma moneda: la prisión o el balazo, por lo que nuestra accionar en este terreno debe ser alegal, sin esa ley, pero tampoco en contra, en lo que la ciencia jurídica conoce como derecho alternativo dentro del sistema de pluralismo jurídico, que quiere decir que se acepta que existan diferentes legislaciones. Hay países que tienen eso y otros que no. Nosotros lo hacemos aunque la legislación estatal aún no lo reconozca y si no lo quiere reconocer, entonces nos organizamos de otra forma, y si lo reconoce para susbsumirnos, también desarrollamos otros modos de seguir siendo autónomos, cuidándonos de los partidos políticos que dicen defender la autonomía pero que nos quieren llevar despacito a rearmar otro estado, que esta vez sería el bueno, según ellos.

 

Segundo: La salud, con la creación de piquetes o brigadas sanitarias, charlas y talleres destinadas a toda la población y a quienes deseen dedicarse al tema.

 

Tercero: La alimentación, tema fundamental que definirá los puentes a través de los cuales se cruzará el precipicio que separa la sociedad patriarcal con el comercio como forma de acceder a los alimentos, de la sociedad del común donde volveremos a comer directamente de la madre tierra.,

 

Como puede verse, estos tres componentes no forman estancos, sino que son tres modos entrecruzados de abordar entre todxs las tareas de la sobrevivencia, la producción y reproducción de la vida.

 

Una vez encaminadas estas tres tareas en el barrio o población, no antes, podemos avanzar en otras dos tareas básicas, pues no hablamos sólo de la acción del sujeto, sino que es el proceso de rearmado o reconstrucción del sujeto común, cuyos destinos y sentidos deben ser definidos por él mismo en y durante ese proceso de génesis o regeneración del ser comunitario que fue destruido por el patriarcado, de manera que no estamos “destruyendo” el patriarcado, sino que al recuperar las formas compartidas y comunitarias de vivir, digamos el Buen Vivir, ese viejo patriarcado se va desinflando y se va apagando, he allí la palabra extinguiendo, se muere porque sus componentes básicos se han orientado hacia nuevas direcciones, lo que nos aclara que la estructura social no proviene de la voluntad sino del sistema de relaciones, así alguien puede ser súper-consciente de las cosas y presentarse ante los demás como el capo de los rebeldes, pero al ser frágil relacionalmente con su familia y vecinos, sólo lo es (se ve) mediante el discurso de afinidad, que cualquiera puede efectuar, como los sapos de las instituciones, que los preparan de esa manera sabiendo que nosotros usamos mucho el blablá y el diccionario y nos rendimos fácilmente ante una buena culebra. El tener funcionando estas tres áreas, nos asegura que la base está allí y ahora va a seguir creciendo.

 

Antes de seguir digamos que se está aclarando el terreno de la educación y pedagogía del sujeto común, que no es la pedagogía del oprimido, pues nuestro sujeto, el sujeto social, no está ni entre los oprimidos ni entre los opresores, ya que si un empresario, científico o militar se pasa a las filas del pueblo habría que hacer mucha filosofía para definirlo como oprimido pues la estructura a que pertenece sigue explotando y atacando al pueblo. Pero nuestro problema no es ese tema filosófico, sino el problema práctico, pues los que luchan por el poder están interesados en reforzar las filas de los oprimidos esperando que les sigan como “vanguardia” y en debilitar las filas de los opresores, pues para ellos se trata de la lucha entre personas: si el enemigo tiene más personas y armas, puede ganarnos en batalla, o si tiene más personas para votar puede ganarnos en la elección.

 

Esa es la práctica del binarismo, los dos polos, el maniqueísmo de los buenos y los malos, práctica que si no erradicamos, no podremos alcanzar la unidad del pueblo, que para alcanzar su victoria no va a derrotar a los enemigos, sino que en su crecimiento va a vaciar las estructuras del poder. Hoy día con el poderío aéreo, robótico, tecnológico y biológico de los ejércitos y sus aliados de los grupos armados narcos, mercenarios y paramilitares sólo se puede imaginar la llegada de un David para ganar al Goliat, lo que ya no es posible, pues los David se dejan atraer por el mercado, el dinero y la ganancia. Hoy es el día de miles de liliputenses neutralizando a Gulliver, como hicieron los vietnamitas, que con bajo poder militar moviéndose como millones de hormigas que defendían lo suyo, concitaron el apoyo mundial y el debilitamiento de las filas de los soldados yanquis, en que muchos regresaron a su país para sumarse a las grandes movilizaciones contra la guerra. Es mentira que basta con ser buenos Rambos para pelear “mejor” que los otros. Esa es la teoría militarista y voluntarista de los héroes, que nada tiene que ver con la construcción o defensa de lo propio que no es una “patria”, sino una comunidad de pueblo, y como nosotros no tenemos esa comunidad de pueblo (hay que reconocer que somos un pueblo disperso), primero hay que hacerla para querer defenderla, ya que patria que conocemos se la ha tragado el capital y la patria socialista se ha ido por el mismo camino, como los chinos, los rusos y los demás.

 

Por ello las principales tareas pedagógicas del barrio o población tienen como base material de infraestructura no un edificio de cuartel sino en primer lugar el aprendizaje y realización de las tareas domésticas, que asegura la reproducción de las formas democráticas y participativas de los núcleos afectivos u hogareños bajo la responsabilidad de la madre, en segundo lugar las tareas de salud bajo la coordinación de las brigadas de salud, en tercer lugar las tareas de alimentación y producción comunitaria de alimentos, ya sea en las huertas, la agricultura, granjas o panaderías barriales y las demás tareas y funciones deberían determinarse en base a la experiencia, los errores cometidos y los avances.

 

Así tenemos que los enjambres de niños pueden reunirse según la edad intentando no hacerlo de forma obligatoria o compulsiva, sino que esos enjambres se puedan ir dando de forma natural cuidando que las formas de atraerlos no sean manipulaciones bien intencionadas, sino que permitan la expresión del instinto de la especie, el gusto, la gana y el deseo, más que la lógica o el disciplinamiento. Cada barrio y brigada pedagógica puedes descubrir los mejores modos de articular los enjambres de nuños y jóvenes con las tareas domésticas, de salud y de alimentación, formas de hacer talleres, de destruir los trabajos, etc, para aprender que el trabajo no se hace esperando retribución, sino que es el placer de compartir la vida. Recordemos las polémicas del Che Guevara para que el trabajo fuera comprendido en su carácter social no mercantil con estímulos morales, en tanto los antiguos militantes del partido del capitalismo de estado, insistían en los estímulos materiales, haciendo fracasar por ello la propuesta del Che del socialismo cotidiano, el socialismo de forma de vivir antes que el socialismo estatal, que sería el camino del capitalismo de estado que llevó a la debacle al socialismo real y tumbó a los gobiernos progresistas.

 

Para finalizar este capítulo y abrir las puertas de los capítulos posteriores digamos que los enjambres de niños en las tareas de casa, salud y alimentación, junto a los adultos en cada área y los miembros de las brigadas pedagógicas, constituyen lo que puede llamarse comunidades pedagógicas o educativas, y que uno de los pasos posteriores puede ser el área de Historia, que no es el estudio de los libros, que tendrán que guardarse en museos y bibliotecas, sino la elaboración de la historia, en tantos sujetos concretos, es decir nuestra historia partiendo de la época actual para rastrear, investigar y entrevistar el camino de vida de los mayores y sus antepasados, no para llegar a una mejor definición de lo que somos actualmente, sino para profundizar nuestra raíz, hasta el punto bifurcación de la invasión colonial, que podemos estudiar posteriormente como rama de esa genealogía de nuestra propia historia, pues nuestra línea arqueológica y sanguínea de pueblo llega y se empapa de la vida de las civilizaciones pre colombinas, donde hay mucho para investigar, conocer y actualizar para rearmarnos como lo que somos, habitantes de esta tierra y parte de la naturaleza y específicamente del nicho ecológico que representa nuestro barrio y población.  

 

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Jaime Yovanovic (profesor J)

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