María Corina Machado, líder opositora a Maduro, toma distancia de Guaidó y fomenta intervención militar directa en Venezuela

Está claro que una acción militar representa una intervención inaceptable, por lo que hay que oponerse tajantemente cuidando de no apoyar a la burocracia de la boliburguesía de Maduro, sino cautelando el principio de que sean los propios venezolanos los que se saquen de encima el estado que, pasando de manos de la derecha a la izquierda, ha consolidado el capitalismo extractivista y la miseria del pueblo que de potencia petrolera ha pasado a traer gasolina desde la dictadura teocrática de Irán y las empresas de Rusia y China que compiten el reparto del mundo y el intervencionismo y control de otros países con Estados Unidos.



Líder opositora alza propuesta al margen de Guaidó: coalición internacional contra Maduro

La coordinadora de Vente Venezuela, Machado, planteó la conformación de una fuerza internacional que despliegue una «Operación de Paz y Estabilización en Venezuela»

La coordinadora nacional del partido Vente Venezuela, María Corina Machado, publicó ‘Venezuela: el desafío ineludible para Occidente’, una ruta que detalla la situación que impacta los intereses más fundamentales de las democracias de las Américas y en la que expone por qué debe conformarse una coalición internacional que despliegue una Operación de Paz y Estabilización en Venezuela.

La opositora al régimen chavista explica en su documento que Venezuela es un Estado fallido. «La tragedia está a la vista y no admite ingenuidad o indiferencia: ausencia total de Estado de Derecho, pérdida incremental del control sobre el territorio y la imposibilidad de garantizar un mínimo de seguridad humana en cualquiera de sus múltiples dimensiones”.

Por lo que insiste que «Occidente no puede permitir un Estado fallido y criminal, ocupado por potencias antidemocráticas y grupos terroristas ajenos a la región, en el corazón del continente».

El propósito financiero y criminal de ocupar a Venezuela, adquiere una dimensión geopolítica crítica al entender el grado de participación que tienen los regímenes ruso, chino e iraní en la dinámica venezolana y su evidente propósito de expandir su influencia y acciones en el hemisferio, para desestabilizar a las democracias occidentales. La ahora explícita presencia iraní en Venezuela demuestra la radicalización de las alianzas del cartel que tiraniza al país y su decisión de atrincherarse en el poder.

Machado plantea que el fenómeno emergente de la pandemia ha provocado enormes exigencias internas a los aliados, por lo que «sin duda, una operación de paz y estabilización en Venezuela representa el mayor desafío para Occidente, con sus riesgos y costos asociados».

En su propuesta —acompañada de su visión actual de Venezuela— reitera que se hace necesaria la activación de nuevas acciones, que sintetizó en cuatro pasos: en el primero habla del urgente bloqueo total de los flujos financieros y materiales de Venezuela hacia Cuba y la interrupción de la injerencia en telecomunicaciones entre ambos regímenes.

En segundo lugar, acelerar la expansión de capacidades y alcance de la operación multinacional antinarcóticos desplegada en el Caribe, de modo que se incluya el bloqueo naval y aéreo de toda actividad de saqueo y colaboración del régimen venezolano con potencias extra-continentales y antidemocráticas.

Como tercer paso, propone combatir el sistema de censura y propaganda del régimen a través de medios de alta tecnología.

Y en el cuarto paso, sugiere liderar una coalición para la conformación de una operación de paz multifacética para la recuperación y transición democrática en Venezuela.

Entre tanto, Machado deja claro que no considera como alternativa una sublevación militar, pues dice que “las Fuerzas Armadas venezolanas son una institución en proceso de disolución con un precario apresto operacional, la cual está infiltrada por cubanos y rusos”.

La líder venezolana aseguró que se ha intentado todo para derrotar al régimen en 21 años de lucha. «Y los resultados nos obligan a descartar mecanismos que sólo han servido para atornillarlos al poder».

Desglosa en su documento las diferentes opciones que se han intentado en el transcurrir del tiempo: elecciones, diálogos, insurrección militar e insurrección popular; por lo que queda como única alternativa para desalojar definitivamente al conglomerado criminal que desarrolla un conflicto no convencional y totalmente asimétrico en contra de los venezolanos, «la conformación de una coalición internacional que despliegue una Operación de Paz y Estabilización en Venezuela (OPE)».

Una Operación de Paz y Estabilización (OPE) conlleva el reto de controlar el territorio y la neutralización de una compleja y organizada red de bandas criminales y grupos irregulares, mientras se estabiliza el país y se recuperan sus capacidades productivas y el Estado de Derecho. Es, por lo tanto, una «operación de paz multifacética» que debe incluir por lo menos:

control del territorio, seguridad y desarme;
asistencia humanitaria primaria;
reconstrucción de la infraestructura de emergencia y de los servicios públicos;
restauración de la ley y el orden;
promoción del Estado de Derecho;
reinstitucionalización democrática del país.

Argumenta que lo ideal es que esta operación de paz multifacética no esté bajo la égida de una sola organización, sino conformada por una coalición de aliados con disposición y legitimidad regional, «en el marco del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), contando con la participación de organizaciones y países con distintas tareas complementarias».

Y para los asuntos de seguridad y desarme, «apoyarnos en la plataforma del TIAR (que establece la obligación de mutua ayuda y de defensa común de las Repúblicas Americanas), para lo concerniente a salud y alimentación, las agencias de la ONU, para la reconstrucción de la infraestructura, apoyarnos en los diferentes mecanismos interamericanos, y contar con la OEA, la UE y la ONU para la vigilancia de los derechos humanos y la reconstrucción de nuestro sistema electoral».

María Corina Machado concluye reiterando que liberar a Venezuela es indispensable para detener la operación de las fuerzas del crimen mundial contra Occidente. «No se trata sólo de ser solidario con los venezolanos. Se trata de que cada quien asuma su responsabilidad histórica o sucumba ante el avance de tan inescrupulosa alianza. En nuestras manos está impedirla, por eso debemos actuar juntos, y hacerlo ya», finalizó.